Usuario:Naturista2018/Feminismo en Japón

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El feminismo en Japón comenzó a finales del siglo XIXcerca del final del período Edo. Ha habido rastros de conceptos relacionados con los derechos de las mujeres que se remontan a la antigüedad.[1]​ El movimiento comenzó a ganar impulso después de que el pensamiento occidental se introdujo en Japón durante la Restauración Meiji en 1868. El feminismo japonés difiere del feminismo occidental en el sentido de que se pone menos énfasis en la autonomía individual.[2]

Antes de finales del siglo XIX, las mujeres japonesas estaban obligadas por el sistema patriarcal tradicional donde los miembros masculinos mayores de la familia mantenían su autoridad en el hogar.[3]​ Después de las reformas introducidas por la Restauración Meiji, el estatus de las mujeres en la sociedad japonesa también pasó por una serie de cambios.[3]​ Se restringió la trata de mujeres, a las mujeres se les permitió solicitar divorcio, y se exigió que tanto los niños como las niñas recibieran educación primaria.[3]​ Después de la Segunda Guerra Mundial se produjeron nuevos cambios en el estatus de las mujeres. Las mujeres obtuvieron el derecho al voto, y una sección de la nueva constitución redactada en 1946 se dedicó a garantizar laigualdad de género.[4]

En 1970, a raíz de los movimientos contra la guerra de Vietnam, un nuevo movimiento de liberación de mujeres llamado ūman ribu (mujer libre) surgió en Japón de la Nueva Izquierda y movimientos estudiantiles radicales de finales de los años sesenta. Este movimiento estaba en sintonía con los movimientos feministas radicales en los Estados Unidos y en otros lugares, catalizando un resurgimiento del activismo feminista a través de los años 70 y más allá. Las activistas mantenían una crítica exhaustiva de la naturaleza dominada por los hombres en el Japón moderno, abogando por un cambio fundamental del sistema político-económico y la cultura de la sociedad. Lo que lo distinguió de los movimientos feministas anteriores fue su énfasis en la liberación del sexo (性の解放 sei no kaihō).[5]​ No buscaban la igualdad con los hombres, sino que se centraban en el hecho de que los hombres también debían liberarse de los aspectos opresivos de un sistema patriarcal y capitalista.

En 1979, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. La convención fue ratificada por el gobierno japonés en 1985.[6]​ A pesar de estos cambios, Japón recibió puntos negativos en la Guía de derechos humanos de Humana de 1986.[7]

Política[editar]

Formación de la Nueva Asociación Femenina[editar]

En 1919, con la ayuda de Ichikawa Fusae y Oku Mumeo, Raicho Hiratsuka se creó la Nueva Asociación de Mujeres: Shin Fujin Kyokai. Su objetivo era lograr los derechos de protección e inclusión a través de la identificación de una clase femenina.[8]​ En noviembre de 1919, Hiratsuka pronunció un discurso en la Federación de Organizaciones de Mujeres de All-Kansai: “Hacia la Unificación de las Mujeres” declaró que si las mujeres tuviesen sus derechos garantizados, podrían ser parte del estado y ayudar a determinar su futuro.[8]

El siguiente enero, Ichikawa e Hiratsuka redactaron las dos peticiones de la Nueva Asociación de Mujeres.

  • En primer lugar, querían enmendar la Ley de la Policía Pública de Paz, una versión revisada de la Ley de Asociación y Asamblea Política de 1890, que prohibía a las mujeres unirse a cualquier partido político o asistir o participar en eventos políticos.
  • En segundo lugar, querían protección contra las enfermedades venéreas de sus esposos y novios. El Código Civil Revisado de 1898 declaraba que si una mujer cometía adulterio estaba sujeta a divorcio y hasta dos años de prisión. Sin embargo, una mujer no podía divorciarse de su esposo si él cometía adulterio. Desafiando a la sociedad patriarcal, la Nueva Asociación de Mujeres quería reformas para que las mujeres pudieran rechazar a sus esposos o novios infectados.[9]​ Prepararon peticiones y oposición a cualquier argumento de que tales medidas harían a las mujeres mejores esposas y madres.[9]

Se prepararon dos peticiones. La primera abordaba la necesidad de otorgar derechos a las mujeres e incluir a las mujeres en el estado mediante la revisión de la Ley de la Policía Pública de Paz. La segunda abordaba la necesidad de proteger a las mujeres haciendo que sus futuros esposos se hicieran pruebas de descarte de enfermedades de transmisión sexual y se les permitiera a las mujeres divorciarse de sus esposos y cobrar una compensación por los gastos médicos. La Dieta de Japón se suspendió antes de que las peticiones pudieran llegar a la corte. El 26 de febrero de 1921, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley para permitir que las mujeres pudieran asistir a reuniones políticas. El proyecto de ley fue eliminado por la Cámara de los Pares. En 1922, la Dieta modificó el Artículo 5 de la Ley de Policía de 1900, permitiendo que las mujeres asistieran a reuniones políticas y manteniendo la prohibición de unirse a partidos políticos y votar.

La sociedad de la Ola Roja[editar]

La sociedad de la ola roja, Sekirankai, fue la primera asociación de mujeres socialistas. Yamakawa Kikue y otros fundaron la asociación en abril de 1921. El manifiesto de la Ola Roja condenaba al capitalismo, argumentando que convertía a las mujeres en esclavas y prostitutas. Las familias rurales se vieron obligadas a emplear a sus hijas en fábricas debido a dificultades económicas. A estas muchachas se les exigía que vivieran en dormitorios del que no podían ausentarse excepto a la hora del trabajo. Trabajaban turnos de 12 horas en precarias condiciones.[10]

Muchos se contagiaron con el pulmón marrón, una enfermedad causada por la exposición al polvo de algodón en ambientes de trabajo con poca ventilación y otras enfermedades relacionadas con el trabajo en fábricas textiles (Ravina). El estado se negó a promulgar leyes necesarias para proteger a las mujeres en las fábricas. No había médicos de guardia en los dormitorios y ninguna compensación médica por contraer pulmón marrón o cualquier otra enfermedad. Después de que el contrato terminaba, regresaban al campo para casarse. La sociedad de la Ola Roja se centró principalmente en el sufragio y los derechos de las mujeres.

Otros grupos se formaron concentrándose en sus propias peticiones. Algunas mujeres exigían derechos políticos, mientras que otras buscaban acabar con la prostitución. Las amas de casa hicieron campaña por mejorar su rol en el hogar. Después del devastador terremoto del Gran Kanto de 1923, Kubushiro Ochimi, miembro de la Sociedad para la Reforma de las Mujeres, y muchas otras mujeres, recurrieron al esfuerzo de socorro. Socialistas como Yamakawa, cristianos de clase media y amas de casa trabajaron juntas para organizar y proporcionar actividades de ayuda.[11]

La Federación de Organizaciones de Mujeres de Tokio[editar]

El 28 de septiembre de 1923, 100 líderes de muchas organizaciones se unieron para formar la Federación de Organizaciones de Mujeres de Tokio: Tokyo Rengo Funjinkai. Se dividieron en cinco secciones: sociedad, empleo, trabajo, educación y gobierno. La sección del gobierno se centró en los derechos de las mujeres y discutió las formas de obtener la afiliación con el estado.[12]​ La líder de la sección del gobierno, Kubushiro Ochimi, convocó a una reunión en noviembre de 1924 para mujeres interesadas en trabajar por los derechos de las mujeres. La reunión creó la principal organización de sufragio femenino llamada Liga para la realización del sufragio femenino [Fujin Sanseiken Kakutoku Kisei Domei].[12]​ El objetivo de la organización era mejorar el estatus de la mujer japonesa. En su manifiesto declararon que era su responsabilidad destruir los pasados 2600 años de costumbres y promover los derechos naturales de hombres y mujeres.

Para lograr sus objetivos, la liga solicitó los derechos civiles. En febrero de 1925, la Dieta aprobó el proyecto de ley sobre el sufragio de la virilidad universal, permitiendo a los hombres votar sin guna calificación económica, excluyendo a las mujeres. Continuaron presionando a los representantes para discutir sus problemas. En marzo de 1925, se discutieron cuatro temas en la Dieta. Muchas mujeres fueron a ver cómo la Cámara de Representantes discutía la modificación de la Ley de la Policía Pública de Paz de 1900, una petición de educación superior para mujeres, una petición de sufragio femenino en las elecciones nacionales y una petición para hacer cambios al Código de la Ciudad de 1888 y el Código de la ciudad y pueblos de 1888, que permitiría a las mujeres votar y postularse para cargos locales. La Casa de los Pares rechazó el proyecto de ley para enmendar la Ley de Policía. Durante la década de 1930, las feministas creyeron que la mejor forma de alcanzar sus objetivos era a través de la protección de las trabajadoras, el bienestar a las madres solteras y otras actividades que produjeran reformas de bienestar social.

Las mujeres en Japón votaron por primera vez el 10 de abril de 1946, logrando así la verdadera ciudadanía y ser parte plena del estado. Mujeres como Hiratsuka Raicho, Yosano Akiko y Kubushiro Ochimi trabajaron muy duro para alcanzar la autotrascendencia y la autoactualización.

El sufragio de las mujeres[editar]

Un grupo a favor de los derechos de la mujer reunido en Tokio, para presionar por el sufragio universal.

Aunque la defensa de las mujeres ha estado presente en Japón desde el siglo XIX, el sufragio masivo de las mujeres en Japón nació durante el turbulento período de guerras internas de los años veinte. Al soportar una metamorfosis social, política y cultural, los ciudadanos japoneses vivieron en confusión y frustración mientras su nación pasaba de ser un pequeño cuerpo aislado a una potencia mundial viable. Quizás uno de los ejemplos más profundos de esta frustración es la lucha por los derechos y el reconocimiento de las mujeres en Japón.

Después de la Restauración Meiji en 1868, el concepto de derechos comenzó a afianzarse en Japón. Durante la última parte del siglo XIX, los primeros defensores de los derechos de las mujeres abogaron por reformas en la sociedad patriarcal que habían oprimido a las mujeres (no por la inclusión política o los derechos al voto). El mayor logro para el movimiento feminista primitivo fue el llamado a la educación de las mujeres.

Los formuladores de políticas creían que la educación de las mujeres era imperativa para la preservación del estado porque prepararía a las niñas para que fueran esposas conocedoras y madres capaces de producir hijos diligentes y nacionalmente leales. Si bien los formuladores de políticas no tenían necesariamente los mismos motivos que los defensores de los derechos de las mujeres en su llamado a la educación de las mujeres, el desarrollo de esa educación abrió la puerta a nuevos avances para las mujeres en la sociedad japonesa. También a finales del siglo XIX se produjo la lucha por la protección de las mujeres de algunas de las prácticas culturales que durante mucho tiempo las habían subordinado.

A medida que el tema de los derechos de las mujeres comenzaba a ganar más seguidores, los grupos de defensa de las mujeres se desarrollaron y adaptaron lentamente sus intereses a otros temas que afectaban a las mujeres en Japón. El período de guerras internas, que siguió a la conclusión de la Primera Guerra Mundial, produjo lo que se conoce como el movimiento de sufragio femenino de Japón. Las feministas se opusieron a la provisión exclusiva de derechos civiles a los hombres de la nación y la exclusión gubernamental de las mujeres de toda participación política. Las mujeres en Japón tenían prohibido por ley unirse a partidos políticos, expresar opiniones políticas y asistir a reuniones políticas.

Para 1920, la lucha por la inclusión política de las mujeres estaba a la vanguardia del movimiento del sufragio. En 1921, las mujeres recibieron el derecho de asistir a reuniones políticas por parte de la Dieta japonesa (parlamento), que revocó el artículo 5 de la Ley de seguridad policial. La prohibición de la participación de las mujeres en los partidos políticos, sin embargo, no fue erradicada. Muchos miembros de la Dieta sintieron que era innecesario y egoísta para las mujeres participar en el gobierno. Mientras enfrentaban una inmensa oposición, las feministas estaban decididas a luchar por la igualdad política.

Después de que se les otorgara a las mujeres el derecho a participar y asistir a las asambleas políticas, hubo un aumento en el desarrollo de los grupos de intereses de las mujeres. Ex alumnos, misioneros cristianos y otros grupos auxiliares de mujeres comenzaron a brotar en el período de guerras internas. Después de que un terremoto masivo que sacudiera a Tokio en 1923, representantes de 43 de estas organizaciones se unieron para convertirse en la Federación de Organizaciones de Mujeres de Tokio (Tokyo Rengo Fujinkai). La federación fue diseñada para servir como una organización de ayuda en caso de desastres que ayudó a los afectados por el terremoto. A medida que avanzaba el tiempo, se convirtió en uno de los grupos de activistas de mujeres más grandes de la época.

Para abordar de manera eficiente los problemas específicos que afectaban a las mujeres de Japón, la Federación de Organizaciones de Mujeres de Tokio se dividió en cinco grupos de satélites: sociedad, gobierno, educación, trabajo y empleo. El sector gubernamental fue quizás el más importante de los sectores satélitales de la federación porque generó la Liga para la Realización del Sufragio de las Mujeres (Fujin Sanseiken Kakutoku Kisei Domei), que fue el colectivo de defensa de la mujer más influyente y franco de la época. Esta Liga emitió un manifiesto en 1924. El manifiesto era el siguiente: 

  1. Es nuestra responsabilidad destruir las costumbres que han existido en este país durante los últimos dos mil y seiscientos años y construir un nuevo Japón que promueva los derechos naturales de los hombres y las mujeres;
  2. Así como las mujeres han asistido a la escuela pública con hombres durante medio siglo desde el comienzo del período Meiji y nuestras oportunidades en la educación superior han continuado expandiéndose, es injusto excluir a las mujeres del sufragio internacional;
  3. Los derechos políticos son necesarios para la protección de casi cuatro millones de mujeres trabajadoras en este país;
  4. Mujeres quiénes trabajan en la casa tiene que ser reconocida antes de la ley para darse cuenta su potencial humano lleno;
  5. Sin derechos políticos no podemos conseguir reconocimiento público en cualquier el nivel nacional o local de gobierno;
  6. Es ambos necesario y posible de amistar mujeres de ocupaciones y religiones diferentes en un movimiento para el sufragio de las mujeres.[13]

La Liga para la Realización del Sufragio de las Mujeres, así como muchos otros grupos de defensa de las mujeres, continuaron luchando por la inclusión social y política, así como por la protección ante la ley de las tradiciones patriarcales que continuaban en el país. Su lucha continuó hasta que las mujeres finalmente obtuvieron el derecho a votar en 1946.

La segunda ola en el feminismo y el activismo en el control de la natalidad[editar]

La segunda ola en el feminismo de los Estados Unidos tuvo un impacto en muchos otros países e inspiró un mayor activismo en Japón. Mitsu Tanaka fue la figura individual más influyente del movimiento feminista radical de Japón a finales de los años sesenta y principios de los setenta. Escribió varios panfletos sobre temas feministas, el más conocido es La Liberación de los Baños. Fue una organizadora incansable del movimiento de liberación feminista, ayudando a encabezar protestas, cofundando el Grupo de activistas de Mujeres Luchadoras y estableciendo el primer centro y refugio para mujeres en Japón durante los años setenta. Abandonó el movimiento feminista público a finales de los años setenta.[14]

Otro activista que recibió mucha atención de los medios en Japón fue Misako Enoki. Enoki fue una farmacéutica que organizó a las activistas para impulsar la legalización de la píldora anticonceptiva. Su enfoque fue generar la atención en los medios al formar un grupo de protesta llamado Chupiren, que llevaban puestos cascos de motocicleta rosados y participó en parodias publicitarias, como la de confrontar a los maridos infieles en sus oficinas.[14]

Los medios dominados por los hombres dieron cobertura a feministas radicales como Tanaka y Enoki, pero no las tomaban en serio. Al igual que Enoki, Tanaka era activista por el control de la natalidad y organizaba protestas para proteger el acceso legal de las mujeres a los procedimientos de aborto. La píldora anticonceptiva fue legalizada en Japón en 1999.[15]​ El aborto en Japón, es menos estigmatizado y se usó frecuentemente como estrategia. La Asociación de planificación familiar de Japón, afiliada a la Federación Internacional de Planificación de la Familia, se estableció en 1954.

El Frente de Liberación de la Mujer (WOLF) fue otro grupo de activistas radicales durante la década de 1970. Una de sus activistas, Matsui Yayori, periodista, fue una organizadora muy conocida del "Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra contra las Mujeres", un frente que puso al gobierno japonés en "tela de juicio" al responsabilizarlo por los crímenes de guerra contra el "mujeres de consuelo" explotadas y abusadas sexualmente por ocupantes japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.

El Movimiento Feminista reciente[editar]

Académicas feministas prominentes en Japón en las últimas décadas incluyen a la socióloga Ueno Chizuko y la teórica feminista Ehara Yumiko.[16]

En 2018, los organizadores taurinos japoneses levantaron la prohibición de que las mujeres ingresaran a la plaza de toros.[17]

Lenguaje[editar]

El discurso de las mujeres en Japón a menudo se espera que cumpla con los estándares tradicionales de onnarashii (女らしい), el código de comportamiento adecuado para una dama. En el habla, onnarashii se exhibe empleando un tono de voz artificialmente alto, utilizando formas del habla corteses y deferentes con más frecuencia que los hombres, y utilizando formas gramaticales consideradas intrínsecamente femeninas. Las feministas difieren en sus respuestas a las diferencias de lenguaje basadas en el género; algunas lo consideran "inaceptable", mientras que otras argumentan que la historia de tales diferencias de género no está vinculada a la opresión histórica como en Occidente.[18]

En Japón, ley de matrimonio requiere que los pares casados comparten un apellido porque tienen que pertenecer al mismo koseki (casa). A pesar de que ha sido posible desde entonces 1976[19]​ para el marido para unir la familia de la mujer en circunstancias seguras, 90% [20]​a 98%[7]​ del tiempo es la mujer quiénes tienen que unir el hombre familiar y por tanto cambiar su apellido. Los hombres pueden tomar el apellido de la mujer "sólo cuándo la novia no tiene ningún hermano y el novio está adoptado por los padres de la novia como el sucesor de la familia."[19]

Los grupos feministas introdujeron una ley que permite a las parejas casadas mantener apellidos por separado, una práctica que en japonés se conoce como fūfu bessei (姓 別 姓 lit. "marido y mujer, apellido diferente"), pero dicha ley aún no se ha promulgado a pesar de las "crecientes críticas".[21]

Educación[editar]

Las mujeres japonesas están adoptando cada vez más actividades e intereses no tradicionales, como la tecnología informática.

Un manual ampliamente difundido en todo Japón desde el período Edo hasta el período Meiji ha sido el Onna Daigaku, el Gran aprendizaje para las mujeres, cuyo objetivo es enseñar a las mujeres a ser buenas esposas y madres sabias. Las mujeres debían mantener el estricto sistema familiar como la unidad básica de la sociedad japonesa al obedecer incondicionalmente a sus esposos y a sus suegros. Estaban confinadas a sus hogares y no existía independencia, estaban esencialmente subordinadas a la familia de su padre o de su esposo. Había prácticas comunes para divorciar a una mujer basadas en la desobediencia, los celos y hasta la locuocidad.[22]

Durante la etapa feudal, las mujeres que tuvieron la suerte de ser educadas fueron instruidas por sus padres o hermanos. No se incentibaba a que las mujeres de clase alta se educaran más que las mujeres de clase baja.[23]​ Los hombres de clase más alta impusieron normas sociales más estricta que los hombres de clase más baja. Esto hizo que las mujeres de clase más alta fueran más propensas a estar atadas a las normas.[23]

Poco después de la Revolución Meiji, los niños debían asistir a la escuela, en un esfuerzo por difundir el conocimiento y las artes prácticas necesarias para construir una sociedad. En 1890, el cuarenta por ciento de las niñas elegibles fueron inscritas en la escuela para los cuatro años asignados. En 1910, más del noventa y siete por ciento de las niñas elegibles se inscribieron en la escuela para los seis años asignados para ese momento. Estas escuelas estaban destinadas a enseñar la modestia femenina.[23]

Artes[editar]

Literatura[editar]

Una de las primeras escritoras modernas fue Higuchi Ichiyō (18721896). Después de que su padre murió, ella vivió en la pobreza, apoyando a su madre y su hermana. En 1893, comenzó a publicar sus escritos para ganar dinero. Sus novelas e historias fueron aclamadas por la élite literaria, pero nunca fueron un éxito financiero. La familia abrió una tienda de dulces y juguetes cerca de Yoshiwara, el barrio de las geishas de Tokio. Trabajando en un distrito así, Ichiyo se hizo más consciente de las condiciones de las mujeres. Una de sus obras principales, Nigorie [Aguas pantanosas], retrata a las desafortunadas mujeres obligadas a convertirse en geishas por su circunstancias económicas. Las mujeres, no importaba el papel que tuvieran, eran despreciadas por la sociedad.[24]

Jusanya [La decimotercera noche] trata acerca de dos familias unidas por el matrimonio. La mujer es de clase baja y el hombre, un alto funcionario del gobierno. A través del matrimonio, la familia podría asegurar su bienestar y era la única forma de ascender en la sociedad. La mujer se sacrificaba por su familia aguantando las burlas crueles y humillantes de su esposo y no se podía proteger debido a las normas sociales. Las historias de Ichiyo no ofrecen soluciones sólo describe explícitamente las condiciones de las mujeres. Según algunos, su carrera de cuatro años y medio marca el comienzo de la autoconciencia de las mujeres japonesas.

La revista Seito[editar]

Yosano Akiko (1878–1942) fue una de las poetas más famosas de la época Meiji en Japón. Por ser hija de un rico comerciante, Yosano pudo asistir a la escuela y aprendió a leer y escribir. Más tarde, se convirtió en patrocinadora de la revista Seito Bluestocking (Revista Literata) y también fue miembro de Myōjō (Estrella Brillante), un diario de poesía. En septiembre de 1911, el poema de Yosano Akiko, "El día en que la montaña se movió", se publicó en la primera página de la primera edición de Seito, una revista que marcó el inicio del movimiento Seitosha. Nombrado por grupos literarios en Inglaterra y conocido como "bluestocking", su editor Hiratsuka Raicho (1886–1971) poseía el poder financiero y filosófico detrás de la chispa inicial del movimiento (Lowy, 11). Las mujeres de Seito utilizaron la expresión literaria para combatir el pensamiento basado en Confucio y mejorar así las oportunidades para las mujeres (Reich y Fukuda, 281).

Otras mujeres trajeron otros puntos de vista a la revista. Okamoto Kanoko (1899–1939) trajo una visión budista. Su poesía estaba más preocupada por la espiritualidad. Según ella, las mujeres podrían encontrar el éxito si no tomaran en cuenta las ilusiones del mundo.Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; las referencias sin nombre deben tener contenido Sin apego al mundo, excluyendo a la sociedad patriarcal, las mujeres podrían encontrar fuerza interior. Ito Noe (1887–1923) se convirtió en editora de la revista después de que Hiratsuka se retirara por motivos de salud en 1915. Sacó a la luz el derecho de las mujeres al aborto, que siguió siendo un tema candente hasta el final de la revista en 1916.[25]

Ito se casó con un anarquista, Osugi Sakae. Ambos se convirtieron en presos políticos, luego fueron asesinados por la policía militar después del Gran Terremoto de 1923. Hayashi Fumiko (1904–1951) fue la antítesis de Okanmoto Kanto. Hayashi era naturalista y describía la vida como una experiencia (Reich, 286). Sus historias se basan en la supervivencia económica de las mujeres sin hombre. A pesar de que al final regresen a una sociedad masculina sin solución a su problema. Ella es la siguiente escritora más popular después de Higuchi Ichiyō.

Seito fue polémica porque se preocupaba más por los problemas sociales. Seito presentó la versión traducida de Una casa de muñecas de Ibsen. La obra trata sobre una mujer que falsifica la firma de su padre para salvar la vida de su esposo. En lugar de estar agradecido, su esposo reacciona molesto y disgustado. Entonces ella decide dejarlo.

Al gobierno no le gustó la difusión de este tipo de valores.[26]​ La oposición al gobierno aumentó, al considerar el contenido "perjudicial para las virtudes consagradas por el tiempo de las mujeres japonesas" y prohibió cinco temas de Seito (Raicho, 218). El primer tema que se eliminó fue una historia, "Ikichi" ["La Sangre de Vida"] de Tamura Toshiko, sobre los recuerdos de una mujer y un hombre que pasaron la noche en una posada. El tema de Hiratsuka Raicho fue prohibido porque desafiaba el sistema familiar y el matrimonio. El "Shuppon" ["Vuelo"] de Ito Noe acerca de una mujer que dejó a su esposo y luego su amante la traicionó, otro tema que fue prohibido.[27]

Manga[editar]

El manga es un medio especialmente popular entre las escritoras de Japón; algunos argumentan que las mujeres usan ese formato para "[deconstruir] las perspectivas tradicionales sobre el sexo y la maternidad."[28]

Sexualidad[editar]

Prostitución[editar]

Los grupos de mujeres japonesas comenzaron a hacer campaña contra la prostitución institucionalizada en la década de 1880,[29]​ y se unieron en 1935 para formar la Liga Nacional de Purificación (Kokumin Junketsu Dōmei).[29]​ Las primeras activistas comenzaron a expresar su desaprobación por las prostitutas administradas por los hombres, particularmente en el muy generalizado sistema de burdeles militares.[29]​ Luego las feministas japonesas expresaron su preocupación por el manejo de la sexualidad y el refuerzo de las jerarquías racializadas en los burdeles militares.[29]

Derechos reproductivos[editar]

Las feministas japonesas comenzaron a argumentar a favor del control de la natalidad en la década de 1930; El gobierno permitió el aborto en 1948, pero solo con fines eugenésicos. Las mujeres que dieron a luz a muchos niños recibieron premios de parte del gobierno. La Federación de Planificación Familiar de Japón, afiliada a la Federación Internacional de Planificación de la Familia, es la principal organización de derechos reproductivos en Japón, ejerce presión sobre la legalización de los anticonceptivos orales y la legalidad del aborto, y difunde material educativo sobre planificación familiar.[29]

Maternidad[editar]

Tradicionalmente, las mujeres en la sociedad japonesa han poseído el mayor poder como madres. Algunas feministas sostienen que este tipo de poder solo defiende un sistema patriarcal.[30]​ Cualquier persona pudiera pensar que hacer una reclamo de este tipo sería mantener los deberes de crianza y de hogar en una consideración relativamente baja:

En cualquier cultura del este de Asia encontrará que las mujeres tienen un poder muy tangible dentro del hogar. A menudo, esto es rechazado por las feministas no asiáticas que argumentan que no es un poder real, pero ... Las mujeres japonesas observan el bajo estatus atribuido al trabajo doméstico de las amas de casa en América del Norte y sienten que esto equivale a denigrar ese rol social fundamental, ya sea que lo realice un hombre o una mujer.
[30]

"Parásitos Solteras"[editar]

Un número creciente de mujeres jóvenes permanecen solteras en Japón hoy en día, un hecho que a menudo se considera una rebelión contra los límites tradicionales de los roles restrictivos de las mujeres como esposas y madres. En el 2004, el 54% de las mujeres japonesas de 20 años permanecían solteras, mientras que había sólo un 30,6% de solteras en 1985.[15]​ Así las mujeres jóvenes se entregan a un estilo de vida centrado en las amistades, el trabajo y el gasto de los ingresos disponibles.[15]

Los adultos japoneses solteros típicamente viven con sus padres, ahorrando así en los gastos del hogar y aumentando la cantidad de dinero disponible para gastar en su propio entretenimiento. El sociólogo Masahiro Yamada le dio a estos jóvenes adultos la etiqueta de "parásitos solteros". Algunas mujeres jóvenes reaccionaron creando tarjetas de presentación con sus nombres y el título "Parásito Soltera" en ellas. El promedio de los japoneses ha tomado muy en cuenta la disminución de la tasa de natalidad de Japón, y la tendencia continúa.[15]

Trabajo[editar]

Un vagón de tren solo para mujeres, para proteger a las mujeres del acoso sexual por parte de los pasajeros masculinos.

Los sindicatos se legalizaron en 1946, después de que MacArthur declarara la nueva ley de sindicatos en diciembre de 1945. Aún así, los sindicatos tenían poco impacto sobre las condiciones de las mujeres. Los sindicatos se quedaron en el dominio de los hombres. Durante casi todo el siglo, a pocas mujeres se les permitía ocupar un cargo, incluso en sindicatos con membresía principalmente femenina, y hasta al menos la década de los ochenta a menudo se firmaban contratos que requerían que las trabajadoras (no los hombres) se jubilaran antes.

En 1986, la Oficina de la Mujer del Ministerio del Trabajo promulgó una Ley de igualdad de oportunidades de empleo,[31]​ La primera "ley de igualdad de género formulada principalmente por mujeres japonesas".[31]

Ley de igualdad de oportunidades de empleo[editar]

No hay disposiciones legales que prohíban el acoso sexual en Japón. La Ley de igualdad de oportunidades de empleo simplemente crea el deber de los empleadores de tomar medidas para prevenir el acoso sexual. El recurso ante los tribunales para el incumplimiento de este deber tendría que hacerse invocando la cláusula de daños y perjuicios por agravio en virtud del Código Civil, tal como se había hecho antes de la adopción de la Ley de Igualdad de Oportunidades en el Empleo.

El 29 de abril de 2013, durante la 50ª sesión del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, las ONGs informaron al Comité que víctimas de acoso sexual perderían sus casos en los tribunales ya que no existían disposiciones legales explícitas que prohibieran el acoso sexual. El 17 de mayo, el Comité publicó sus Observaciones finales, incluida la recomendación:

"El Comité insta al Estado a que introduzca una ley sobre el delito de acoso sexual, en particular en el lugar de trabajo, que conlleve sanciones proporcionales a la gravedad del delito. El Comité también recomienda que el Estado garantice que las víctimas puedan presentar denuncias sin temor a represalias. El Comité recomienda que el Estado continúe aumentando la conciencia pública sobre el acoso sexual ".

Economía femenina[editar]

La estratega de Goldman Sachs, Kathy Matsui, acuñó el término Economía femenina en 1999.[32]​ Se refiere a un conjunto de políticas implementadas en Japón para reducir las brechas de género en el mercado laboral. Estas políticas incluyen aumentar la participación laboral de la mujer, la presencia femenina en la fuerza laboral y la provisión de cuidado infantil. Al inicio de su administración en 2012, el Primer Ministro Shinzō Abe anunció la implementación de una estrategia económica, conocida como Economía Abe, que incluía una serie de políticas destinadas a aumentar la participación laboral femenina en Japón. La idea de de introducir estas políticas era la de que el aumento de la presencia de las mujeres en la fuerza laboral impulsaría el crecimiento económico de Japón.[33]

Las motivaciones para estas medidas de política fueron, por un lado, la baja tasa de participación laboral femenina de Japón en el 2013, en relación con otros países de altos ingresos: 65% en comparación con los de EE. UU. (67.2); Alemania (72.6); Reino Unido (66.4); y Francia (66.9).[34]​ Por otro lado, se espera que el aumento de la participación laboral femenina aumente la tasa de fertilidad y alivie el problema de envejecimiento de la población, que es una de las principales preocupaciones del gobierno japonés. La tasa de fertilidad en Japón es de 1.25, mientras que la tasa necesaria para asegurar el reemplazo de la población es 2.1.[35]

Participación femenina en la fuerza laboral[editar]

En cuanto a la tasa de participación laboral femenina, el Primer Ministro Abe se comprometió a alcanzar un objetivo del 73% para 2020. Para lograr esto, el gobierno japonés se está enfocando en las mujeres de los grupos de edad entre 30-34 y 35-40, cuyos estudios han demostrado que presentan mayor dificultad para regresar a la fuerza laboral después de haber tenido hijos y dedicarse al tiempo de su crianza durante sus últimos 20 años y principios de los 30. El objetivo del gobierno de aumentar la participación laboral para estos grupos de edades específicas es de 3.15 millones más de trabajadoras para 2020.[36]​ Las organizaciones empresariales como la Asociación de Ejecutivos Empresariales de Japón (Keitai Doyukai) y la Federación de Empresas de Japón (Keidanren) han expresado su apoyo a la política del Gobierno con la esperanza de que el aumento de la participación laboral femenina lleve a una mayor adaptabilidad a los cambios en la economía mundial.

Las mujeres en los roles de liderazgo[editar]

Desde la implementación de la Ley de Igualdad de Oportunidades en el Empleo en 1986, ha habido un aumento en la participación laboral de las mujeres en trabajos de medio tiempo.[37]​ Para las mujeres que vuelven a formar parte de la fuerza laboral después de criar a sus hijos, significa obtener empleos de manera desproporcionada con salarios más bajos y contratos precarios. Motivado por esta situación y bajo el argumento de que una mayor diversidad en las posiciones de liderazgo conduce a una mejor gestión y mayor competitividad, el Primer Ministro Abe ha alentado a las empresas y agencias gubernamentales a crear alternativas para el avance profesional de las mujeres.

Este aspecto de la Economía femenina consiste principalmente en campañas e incentivos para que las empresas promuevan a más mujeres a cargos directivos, adopten cuotas internas de inclusión de género y revelen información sobre la proporción de empleadas en diferentes puestos. El objetivo establecido para este elemento de la política es alcanzar el 30% de las posiciones de liderazgo de las mujeres para el año 2020, entendiendo que las posiciones de liderazgo engloban a los parlamentos locales y nacionales; especialistas técnicas y posiciones principales en las corporaciones. Yuriko Koike se ha convertido recientemente en la primera mujer gobernadora de Tokio.

Provisión para el cuidado de los niños[editar]

Hay una escasez de servicios de guardería para dar cabida a al menos 23000 niños japoneses que están en listas de espera. En vista de este déficit, el plan de Economía femenina del primer ministro Abe incluyó una meta de cero niños en las listas de espera.[38]​ Esto se hará mediante una combinación de alquiler de instalaciones de cuidado infantil, subsidios para empresas de cuidado infantil, apoyo a nuevos proveedores de cuidado infantil para lograr el registro y contratación de nuevos trabajadores de cuidado infantil. El objetivo establecido para este aspecto de la política es proporcionar guarderías para 400000 niños en el 2017.

Crítica de la Economía femenina[editar]

Parece haber cierto consenso internacional sobre la efectividad de promover la participación laboral femenina como un medio para aumentar el crecimiento económico. En el 2012, el FMI declaró que un aumento del 7% en la tasa de mujeres en la fuerza laboral podría llevar a un incremento del 4% en el PIB. Sin embargo, hay algunos puntos de vista críticos con respecto a la probabilidad de que estas políticas aumenten significativamente la participación laboral femenina. Algunos autores señalan que la cultura de trabajo predominante en Japón es una amenaza importante para lograr los objetivos establecidos de las políticas. Las largas horas de trabajo y las horas extraordinarias son una práctica común, como lo es la costumbre de salir con colegas después del trabajo a beber alcohol. Estas características de la cultura de trabajo en Japón pueden ser incompatibles con las obligaciones familiares, en particular con la crianza de los hijos.

También hay cierto escepticismo entre los académicos sobre el efecto esperado de la Economía femenina en la tasa de fertilidad de Japón. Muchos países democráticos de altos ingresos han enfrentado el desafío del envejecimiento de la población y, en cierta medida, lo han abordado mediante la implementación de políticas sociales y laborales que facilitan el equilibrio entre el trabajo y las obligaciones familiares. Pero un aspecto de la solución que Japón sigue oponiéndose es permitir cierto grado de afluencia de inmigración. No está claro si las políticas bajo la Economía femenina por sí solas serán suficientes para producir un aumento sustancial en las tasas de fertilidad.

Otra corriente de críticas cuestiona si las políticas de la Economía femenina están reforzando la segregación laboral de género en lugar de reformar las barreras estructurales para el avance de las mujeres, como el predominio del modelo de sostén de la familia masculino y la asociación de las mujeres con el trabajo reproductivo.[39]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

Citas[editar]

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  4. Yuji Iwasawa. Ley internacional, Derechos de la mujer, y Ley japanesa. páginas 205-206.
  5. Setsu Shigematsu, Grito desde la sombra: El movimiento de liberación de las mujeres en Japón (Minnesota: The University of Minnesota Press, 2012). http://www.upress.umn.edu/book-division/books/scream-from-the-shadows
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  9. a b Molony, Barbara. "Derechos de la mujer, Feminismo, y Sufragio en Japón, 1870-1925". Revisión histórica del Pacífico, Vol. 69, No. 4, Sufragio Femenino: Una mirada desde el Pacífico. (nov. 2000), p. 647.
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Bibliografía[editar]

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