República Partenopea

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El Reino de Nápoles se convirtió brevemente en una república en 1799.

La República Napolitana o República Partenopea (en italiano: Repubblica Napoletana) conformó un pequeño período en la historia del Reino de Nápoles, fue el resultado de las actividades de Francia como secuela del jacobinismo para exportar la revolución, constituyéndose en «república hermana», un estado satélite de la Primera República Francesa.

Orígenes de la república

En el estallido de la Revolución francesa el Rey Fernando IV de Nápoles y la Reina María Carolina al principio no se opusieron a la reforma; pero después de la caída de la monarquía francesa llegaron a ser una oposicición violenta a ésta, y en 1793 formaron la Primera Coalición en contra de Francia, instituyendo severas persecuciones contra todos los que remotamente fueron sospechosos de simpatías francesas. El Republicanismo, sin embargo, fue ganando terreno, especialmente entre la aristocracia.

En 1796 la paz con Francia fue concluida, pero en 1798, mientras Napoleón se ausentaba en Egipto y después de que Nelson ganara en la Batalla del Nilo, María Carolina indujo a Fernando a entrar en guerra con Francia una vez más. El mismo Nelsón llegó a Nápoles en septiembre de 1798, donde fue recibido con entusiasmo. El ejército Napolitano tenía 70.000 hombres rápidamente emplazados bajo el mando del general austriaco Karl von Mack: el 29 de octubre entraron en Roma, la cual había sido evacuada por los Franceses, para restaurar la autoridad Papal. No obstante, tras un repentino contraataque francés, sus tropas tuvieron que retirarse y, al fin, cambiar de rumbo.

El rey apresuradamente regreso a Nápoles. Aunque los lazzaroni (la clase más baja del pueblo) eran devotos a la dinastía de Borbón y listos para defenderla, él se embarcó en el barco de Nelsón el Vanguard y huyó con su corte a Palermo en un pánico. El príncipe Francisco Pignatelli Strongoli se hizo cargo de la ciudad y la flota fue incendiada.

La más salvaje confusión prevaleció, y los lazzaroni masacraron un números de personas sospechosas de simpatías republicanas, mientras que la nobleza y las clases educadas, se encuentraban abandonados por su rey, empezaron a contemplar una República, bajo los auspicios de Francia para evitar la anarquía. El 12 de enero, 1799, Pignatelli firmó en Sparanise la entrega al general de los Franceses Championnet. Cuando la noticia del tratado con los Franceses llegó a Nápoles y las provincias, los lazzaroni se rebelaron. Aquellos, aunque mal armados y mal disciplinados, se resistierón al enemigo con un coraje desesperado. Mientras tanto, el jacobinos y republicanismo surgieron en partes de Nápoles, y la guerra civil estalló. El 20 de enero de 1799 los republicanos conquistaron la fortaleza de Castillo de San Elmo, y por lo tanto, los Franceses pudieron entrar en la ciudad. Las bajas fueron de 8.000 Napolitanos y 1.000 Franceses.

La República

El 23 de enero de 1799 la República Partenopea fue proclamada: el nombre Partenopea se refiere a una antigua colonia Griega en el lugar de la futura ciudad de Nápoles (ver Historia de Nápoles). La República no tuvo distrito electoral doméstico verdadero, y existió únicamente debido al poder del Ejército francés, que se comportó brutalmente hacia los napolitanos, entrando a saquear y a violar. Los Republicanos fueron hombres de cultura y elevada categoría, pero teorizantes e inexpertos, y ellos sabían muy poco de las clases bajas de su propio país. El gobierno pronto se encontró en dificultades financieras, a los Campeones eran deudores y demandaban por dinero; fallaron al organizar el ejército, y encontrando con poco éxito en su intento de "democratizar" las provincias.

Mientras tanto, la corte de Palermo envía al Cardenal Fabrizio Ruffo, un rico y influyente prelado, a Calabria para organiza una contra-revolución. El éxito va más allá de las expectativas, y con el "Ejército cristiano de la Santa Fe" (Esercito Cristiano della Santa Fede), compuesto por los ladrones, presos, campesinos y algunos soldados, marcharon a través del reino saqueando, quemando y masacrando. Un escuadrón Inglés se acercó a Nápoles y ocuparon la isla de Procida, pero después de unas pocas batallas con la flota republicana al mando de Francesco Caracciolo, un ex-oficial en la Armada Borbón, los hizo regresar a Palermo, ya que la flota franco-española los esperaba.

Ruffo, junto con los buques rusos y turcos, al mando del Almirante Ushakov, ahora marcharon hacia la capital, donde los Franceses, a excepción de una pequeña fuerza al mando de Méjean, se retira. Los destacamentos republicanos dispersos fueron derrotados, sólo Nápoles y Pescara no las poseyeron.

El 13 de junio de 1799, Ruffo y sus tropas llegaron a Nápoles, y después de una desesperada batalla en el Puente de la Magdalena, entró en la ciudad. Durante semanas, los Calabresi y lazzaroni continuaron el saqueo y la masacre, y Ruffo fue incapaz, incluso si desea hacerlo, para contenerlos. Pero los Realistas no eran dueños de la ciudad, para los Franceses en el Castillo de San Elmo y los Republicanos en el Castillo Nuevo y Castillo dell’Ovo, seguían resistiendo y bombardearon las calles, mientras que la flota franco-español podría llegar en cualquier momento. Por consiguiente Ruffo estaba desesperadamente ansioso por llegar a un acuerdo con los republicanos para la evacuación de los castillos, pesar de las órdenes de la reina de no tener un acuerdo con los rebeldes. Después de algunas negociaciones las partes concluyeron en un armisticio que fue concluido, se firmó y acordó la capitulación (onorevole capitolazione), mediante el cual los castillos iban a ser evacuados, los rehenes liberados y las guarniciones libres para permanecer en Nápoles sin ser molestados o para viajar a Tolón.

Mientras que los buques se estaban preparando para el viaje a Tolón todos los rehenes en los castillos fueron liberados salvo a cuatro; pero el 24 de junio de 1799 Nelson llegó con su flota, y al enterarse de la capitulación él se negó a reconocerla, exceptuando en la medida en que afectaba a los Franceses.

Ruffo indignado declaró una vez que fue firmado el tratado, pero no solo por sí mismo sino también por los comandantes Rusos y Turcos y por el capitán Británico Foote, que deben ser respetados, y a la negativa de Nelson él le dijo que no le ayudaría a la captura de los castillos. El 26 de junio de 1799 Nelson cambió su actitud y autorizó a Sir William Hamilton, el ministro Británico, para informar el cardenal que él (Nelson) no haría nada para romper el armisticio; mientras tanto los Capitanes Bell y Troubridge escribieron que ellos tenían la autorización de Nelson para afirmar que este último no se opondría al embarque de los Republicanos. A pesar de estas expresiones fueron equívocas, los republicanos se mostraron satisfechos y fueron embarcados en los buques preparados para ellos. Pero el 28 de junio Nelson recibió la respuesta de la corte (en respuesta a la suya), en consecuencia, de los buques que él había traído bajo los cañones de sus barcos, y muchos de los Republicanos fueron detenidos. Caracciolo, quien había sido capturado mientras intentaba escapar de Nápoles, fue juzgado por un tribunal militar de los oficiales realistas bajo los auspicios de Nelson a bordo del buque insignia del almirante, condenado a muerte y ahorcado en el brazo del mastil.

Consecuencias

El 8 de julio de 1799, el Rey Fernando llegó desde Palermo y los juicios siguientes fueron conducidos de manera de lo más arbitraria; fueron ejecutadas 99 personas, como el filósofo Mario Pagano; el científico Domenico Cirillo; Manthonè, el ministro de guerra bajo la república; Massa, el defensor del Castillo dell’Ovo; Ettore Caraffa, el defensor de Pescara; y Eleonora Fonseca Pimentel, poetisa de la corte transformada en revolucionara y editora de il Monitore Napoletano, el periódico del gobierno republicano. Más de 500 personas fueron encarceladas y alrededor de 350 deportadas. La censura y la opresión posterior de todo movimiento político fue mucho más debilitante para Nápoles.

Después de estos eventos fueron reportados en Gran Bretaña, Charles James Fox denunció a Nelson en la Cámara de los Comunes, por la parte que involucraba al almirante en "las atrocidades cometidas en la bahía de Nápoles".

Referencias

Bibliografía

  • Duggan, Christopher (1996). «3. Inmovilismo y reforma (1494-1789)». Historia de Italia (1 edición). Madrid: Cambridge University Press. ISBN 0-521-55568-X.