Primera guerra de los Balcanes

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Primera Guerra de los Balcanes
las Guerras Balcánicas
Parte de guerras de los Balcanes

Ataque búlgaro a posiciones otomanas
Fecha 8 de octubre de 191230 de mayo de 1913
Lugar Península de los Balcanes y Mar Egeo
Resultado Victoria de la Liga Balcánica
Cambios territoriales Tratado de Londres (1913): Albania se independiza, Turquía pierde todos sus territorios europeos salvo Constantinopla.
Beligerantes
Bandera otomana Imperio otomano Liga Balcánica:
Bandera de Montenegro Montenegro
Bandera de Serbia Serbia
Bandera de Bulgaria Bulgaria
Bandera de Grecia Grecia
Comandantes
Bandera otomana Nazim Pasha
Bandera otomana Essad Bajá
Bandera otomana Ali Rizah Pasha
Bandera de Montenegro Nicolás I
Bandera de Montenegro Danilo Petrovic
Bandera de Serbia Radomir Putnik
Bandera de Serbia Petar Bojovic
Bandera de Serbia Stepa Stepanovic
Bandera de Bulgaria Vladimir Vazov
Bandera de Grecia Constantino I
Bandera de Grecia Panagliotis Danglis
Bandera de Grecia Pavlos Kunturiotis
Fuerzas en combate
Bandera otomana 350.000 Bandera de Montenegro 35.000
Bandera de Serbia 220.000
Bandera de Bulgaria 300.000
Bandera de Grecia 115.000

La Primera Guerra Balcánica fue un enfrentamiento bélico que tuvo lugar en 1912-1913 entre las naciones balcánicas reunidas en la Liga Balcánica (Serbia, Bulgaria, Montenegro y Grecia) contra el Imperio otomano. El objetivo de la Liga era expulsar de Europa al Imperio y repartirse sus territorios balcánicos. La guerra acabó con la derrota del Imperio, inferior militarmente a los coaligados, pero por las desavenencias entre estos desembocó inmediatamente en un nuevo enfrentamiento militar, la Segunda Guerra Balcánica. La contienda comenzó oficialmente el 8 de octubre de 1912 y finalizó el 30 de mayo de 1913 con el Tratado de Londres.

Durante el curso de las Guerras Balcánicas, la Liga Balcánica conquistó primero la Macedonia dominada por los otomanos y la mayor parte de Tracia y se desintegró entonces por la división de los despojos.

Antecedentes

Desde el siglo XV, el Imperio otomano había dominado los Balcanes pero, en el siglo XIX, algunos pueblos eslavos que antes de la conquista turca habían sido independientes, lograron la independencia del Imperio Otomano apoyados por Rusia.

Además de Grecia, que obtuvo la independencia en 1830, los nuevos Estados de Bulgaria, Montenegro y Serbia ansiaban aumentar sus territorios a costa de las posesiones otomanas en Europa.

Las fronteras balcánicas a comienzos de 1912, antes del estallido de la guerra.

Las tensiones entre los Estados balcánicos por sus aspiraciones en Rumelia, Rumelia oriental, Tracia y Macedonia se mantuvieron controladas por la intervención de las Grandes Potencias en la segunda mitad del siglo XIX para asegurar la protección total de la mayoría cristiana de las provincias y el mantenimiento de la situación política y territorial en la región. El problema de la viabilidad del gobierno otomano fue reavivado, no obstante, tras la revolución de los Jóvenes Turcos de julio de 1908, por cuanto compelió al sultán Abdülhamit II a restaurar la suspendida constitución otomana.

Inmediatamente después de la revuelta en Salónica, Bulgaria proclamó la independencia y Austria-Hungría se anexionó formalmente Bosnia y Herzegovina, ocupadas desde 1878.

En marzo de 1910, una insurrección albanesa estalló en Kosovo y en agosto de 1910, Montenegro siguió el precedente de Bulgaria al convertirse en reino.

Serbia ansiaba expandirse por Kosovo y el sur, los oficiales griegos se habían asegurado la formación de gobiernos dispuestos a resolver el problema de Creta en favor de Grecia y revertir su derrota de 1897. Bulgaria, que había logrado el reconocimiento otomano de su independencia en abril de 1909 y gozaba de la amistad de Rusia, ambicionaba también los distritos de la Tracia otomana y Macedonia.[1]

En el verano de 1911, el Gobierno búlgaro de Geshov comenzó las conversaciones con los serbios para alcanzar una alianza.[2]​ Su propuesta inicial para lograr la autonomía de Macedonia, sin embargo, había sido rechazada al sospechar Serbia que esta sería un mero paso hacia su unión con Bulgaria; insistieron entonces en la partición del territorio.[3]​ En septiembre de 1911, estalló una nueva guerra entre Italia y el Imperio, que animó a los coaligados balcánicos a plantearse el ataque contra este.[4]​ Desde entonces el Gobierno búlgaro de Ivan Evstratiev Geshov decidió que sólo con un conflicto con los otomanos podría obtener Macedonia.[1]

En esos momentos, estalló en Estambul una contrarrevolución conservadora, liderada por el propio sultán y su guardia albanesa. Esta contrarrevolución fue sofocada por el ejército otomano de Macedonia (leal a los Jóvenes Turcos), que depuso al sultán y lo reemplazó por su hermano menor Mehmed V.

Negociaciones búlgaro-serbias

El principal escollo en las conversaciones entre Bulgaria y Serbia eran sus desavenencias sobre el futuro de Macedonia.[5]​ Bulgaria defendía la autonomía de la región pero Serbia la rechazaba, temiendo que se repitiese el precedente de Rumelia Oriental, que pasó de provincia autónoma del Imperio a ser anexionada por Bulgaria.[5][3]

El 13 de marzo de 1912, se firmó la alianza serbo-búlgara que estipulaba aproximadamente la división de Macedonia entre los dos países, con la mediación de Rusia.[6][3]​ La mayoría del territorio debía quedar bajo control búlgaro en caso de victoria sobre los otomanos.[6]​ Una zona de Macedonia, sin embargo, la llamada «zona en disputa», quedó sin asignar, a la espera de un futuro arbitraje del zar ruso.[5]​ El tratado, secreto, estipulaba también que Bulgaria se comprometía a acudir en auxilio de Serbia en caso de que est fuese atacada por Austria-Hungría.[5]​ Bulgaria aceptó esta cláusula a regañadientes, para asegurarse la alianza serbia que, en todo caso, desde su punto de vista se dirigía fundamentalmente contra el Imperio otomano.[5]​ Rusia, que seguía considerando la alianza como un instrumento contra la expansión de la influencia austro-germana en los Balcanes y no un acuerdo contra Constantinopla, había facilitado el pacto.[5][7]​ Rusia no se oponía en realidad al enfrentamiento de los aliados con Constantinopla, sino que disentía sobre lo oportuno del momento elegido por aquellos: estaba convencida que se vería abocada a participar en la guerra y no se consideraba aún preparada.[8]

Negociaciones búlgaro-griegas

El tratado entre Bulgaria y Grecia no contenía cláusulas territoriales que estipulasen el reparto de las zonas tomadas a los otomanos.[9][3]​ Cada parte se reservó privadamente y sin acuerdo con la otra el control de Salónica y Constantinopla.[9]​ El corresponsal del Times de Londres, James Bouchier, tuvo un relevante papel en las conversaciones entre los Gobiernos búlgaro y griego.[9]

El acuerdo político se alcanzó en mayo[3]​ y el 24 de septiembrejul./ 7 de octubre de 1912greg., representantes griegos y búlgaros firmaron una convención militar en Sofía, sin que se aclarase la delimitación de territorios que quedarían en manos de ambas naciones en caso de victoria.[1][10]

Otros pactos

La Liga se completó con los acuerdos, menos formales, entre Montenegro y Bulgaria,[9][3]​ alcanzados el 26 de agosto en la capital búlgara.[11]​ La parte más relevante del pacto era la que estipulaba que debía ser Montenegro el país que desencadenase el enfrentamiento de la Liga con los otomanos.[9][12]​ Bulgaria se comprometía asimismo conceder un subsidio a Montenegro.[11]

Montenegro concretó otra alianza con Serbia el 21 de septiembre, que quedó rubricada en Suiza el 6 de octubre a través de un tratado formal.[12]​ El pacto no estaba únicamente dirigido contra los otomanos, sino también, en caso necesario, contra Austria-Hungría.[13]

Grecia, por su parte, sólo tenía una alianza formal con Bulgaria.[13]​ El centro de la alianza era Bulgaria, y esta favorecía el enfrentamiento con Constantinopla.[13]

Últimos preparativos

Bulgaria se convirtió en el centro de la nueva alianza, la Liga Balcánica.[9]​ En el verano de 1912 ya se había decidido a entrar en guerra contra los otomanos.[14]​ Hasta el momento en que los preparativos militares estuviesen listos, Sofía debía de evitar posibles suspicacias en Constantinopla, evitar la paz entre esta y Roma y dar la impresión de verse forzada a enfrentarse al Imperio.[14][15]​ Una nueva matanza de 150 cristianos en Kočani en agosto sirvió para agitar a la opinión pública en este sentido.[14]

En el Oeste, continuaban los desacuerdos fronterizos entre el Imperio y Montenegro, que habían resurgido en la primavera.[16]​ La tercera comisión fronteriza en cuatro años trazó unas nuevas fronteras que el Imperio se negó a aceptar por temor a disgustar a los albaneses.[16]​ Varios territorios poblados por albaneses quedaban asignados a Montenegro, lo que podía llevar a aquellos a una nueva revuelta contra las autoridades como la de 1911,[17]​ atizada por el propio Montenegro.[16]​ A comienzos de agosto tuvo lugar un serio enfrentamiento entre montenegrinos y otomanos y la crisis fronteriza se agudizó.[17]​ Para recobrar el favor de los albaneses, las autoridades otomanas hicieron concesiones que prácticamente equivalían a la autonomía de diversos vilayatos,[18]​ mientras el Gobierno comenzaba a purgar el Ejército de tropas desafectas para que estas medidas no pudiesen ser aprovechadas por la oposición para ganarse a las fuerzas armadas.[19]​ Los cambios de altos mandos y la licencia de tropas veteranas, aunque en ocasiones verdaderamente sediciosas, debilitó las unidades.[19]

En septiembre de 1912, la preparación diplomática y militar para el ataque contra los otomanos se había completado.[1]​ El 22 de septiembre, los otomanos anunciaron próximas maniobras en Tracia para reforzar sus débiles unidades en la zona a la vez que prometían un nuevo programa de reformas en Macedonia.[20]​ Dos días más tarde detenían un envío de material militar a Serbia, que finalmente fue entregado tras una protesta de Belgrado.[20]​ El 17 de septiembrejul./ 30 de septiembre de 1912greg., Sofía, junto con el resto de aliados de la Liga,[20]​ anunció la movilización general.[1]​ A pesar del gran apoyo de la opinión pública búlgara, ciertos sectores, como el dirigente agrario Alejandro Stamboliski, se opusieron a la guerra.[1][3]

Rusia mantuvo una postura confusa: mientras que el zar aceptó su papel de árbitro en el reparto de la zona de Macedonia disputada por Bulgaria y Serbia, aconsejó que los coaligados no se enfrentasen al Imperio otomano y su Gobierno parecía seguir considerando la alianza como antiaustrohúngara cuando su carácter contrario a los otomanos era claro.[21]

Los serbios movilizaron 335 000 hombres frente a los 110 000 griegos, 50 000 montenegrinos y 599 879 búlgaros.[1]​ El Imperio contaba, según estimaciones búlgaras, con unos 807 000 hombres, de los que únicamente 160 000 se hallaban acantonados en Europa.[1]​ Otros observadores calculaban que los otomanos contaban con 350 000 soldados en Europa, principalmente en Tracia.[1]​ El tamaño del Ejército otomano imponía a la Liga una rápida victoria antes de que las unidades en Europa pudiesen ser reforzadas, y realzaba la importancia de la Armada griega, que debía impedirlo.[1]

Desarrollo

Posiciones de los beligerantes a finales de abril de 1913.      Territorio ocupado por Serbia      Territorio ocupado por Bulgaria      Territorio ocupado por Grecia      Territorio ocupado por Montenegro

Montenegro comenzó la primera guerra de los Balcanes al declarar la guerra contra los otomanos el 25 de septiembrejul./ 8 de octubre de 1912greg..[4][22][23]​ Pocos días más tarde, Bulgaria, Serbia y Grecia exigieron a Constantinopla la aplicación de las reformas contenidas en el Tratado de Berlín de 1878 y las potencias hicieron débiles esfuerzos para evitar la guerra.[22]​ El 4 de octubrejul./ 17 de octubre de 1912greg. los embajadores de la Liga se retiraron de la capital otomana y los aliados declararon la guerra al día siguiente.[24]​ El 18 de octubre los otomanos declararon la guerra a Serbia y Bulgaria, mientras que Grecia hacía lo mismo con el Gobierno de Constantinopla.[22][25]

En menos de un mes alrededor de 1 200 000 soldados se hallaban participando en el conflicto.[26]​ La geografía decidió los frentes de cada miembro de la Liga: Bulgaria se concentró en combatir a los otomanos en el valle del Marita y en Tracia oriental, Serbia avanzó hacia Macedonia y Grecia avanzó hacia el Norte mientras su flota estorbaba el transporte de refuerzos otomanos desde Asia a los Balcanes.[26][27]​ Sólo Montenegro concentró fuerzas considerables en el frente albanés.[27]

El plan y la situación militar otomanos

Tras la crisis bosnia de 1908, el alto mando otomano había preparado planes de defensa para el eventual enfrentamiento con los demás Estados balcánicos.[27]​ Estos establecían la necesidad de que las fuerzas otomanas se retirasen a la línea defensiva Sarai-Çorlu-Rodosto y esperasen allí refuerzos de Anatolia.[27]​ Una vez recibidos estos, debían lanzar una contraofensiva.[27]​ En Macedonia, debían limitarse a estorbar los movimientos de los ejércitos enemigos mediante acciones de guerrilla y, en caso necesario, retirarse a las montañas albanesas para reorganizarse.[27]​ La crisis política del verano de 1912, sin embargo, conllevó consecuencias en el Ejército: el alto mando quedó reorganizado, y los nuevos mandos desecharon los planes establecidos por sus predecesores.[28]​ El jefe del Estado Mayor fue enviado a sofocar la revuelta en Yemen y gran parte de los soldados veteranos fueron licenciados en agosto y septiembre y sustituidos por reclutas bisoños.[28]

El estado de los transportes, los servicios médicos y los pertrechos eran deficientes.[27]​ Las órdenes de los generales tardaban más de siete horas en llegar a las unidades que debían obedecerlas.[28]​ No existía un sistema telegráfico de comunicaciones y los generales otomanos recurrieron a los correos para comunicarse.[28]

A pesar de ser conscientes de su mala situación para afrontar un conflictos con la Liga, los nuevos mandos decidieron el 17 de octubre abandonar el plan trazado por el jefe del Estado Mayor, Izzet Bajá, que había recibido el visto bueno del asesor alemán, el general Von der Goltz.[28]​ La estrategia defensiva fue sustituida por otra ofensiva, ya que los otomanos creyeron que la lentitud de los movimientos de las unidades de la Liga les permitiría obtener superioridad numérica y batirlas.[28]

Victorias búlgaras en Tracia

Al contrario de lo esperado por el mando otomano, el Ejército búlgaro infligió una dura derrota a los otomanos en Kırklareli (Lozengrado) el 9 de octubrejul./ 22 de octubre de 1912greg..[29][30][23]​ Una semana después obtenían una nueva victoria en Lule-Burgas,[29][26]​ tras cuatro días de duros combates en los que los otomanos no lograron detener la ofensiva búlgara hacia Constantinopla.[30][23]​ Los otomanos se atrincheraron en la última línea defensiva de la capital, en Çatalca.[30]​ Al mismo tiempo, comenzaban a asediar la fortaleza de Adrianópolis.[29]​ Tras estas victorias el Gobierno y el alto mando búlgaro abandonaron su anterior defensa de la autonomía de Macedonia para pasar a abogar por su anexión directa a Bulgaria.[29]​ El 24 de octubrejul./ 6 de noviembre de 1912greg., para alborozo de la opinión pública búlgara, los rusos mostraron su apoyo a la anexión de Adrianópolis a Bulgaria si la ciudad caía en sus manos.[31]

Rusia, a pesar de su advertencia a la Liga para no comenzar las hostilidades, mantuvo una neutralidad benevolente con los aliados, enviando suministros militares a los búlgaros a pesar de la actitud oficial de su ministerio de Exteriores.[32]

Fernando rechazó la propuesta otomana de negociar un armisticio y, a pesar de la actitud, del Gobierno, ordenó continuar el ataque hacia Constantinopla, con el apoyo de los mandos militares.[33]

Victorias serbias

Al día siguiente de la victoria búlgara en Kirklareli, los serbios derrotaban a los otomanos en Kumanovo.[30][23]​ Entre el 15 y el 18 de noviembre los serbios tomaron Monastir.[23]

El 22 de octubre, cuatro días después de la declaración de guerra al Imperio, unidades serbias comenzaron a avanzar en el Sandžak, que había sido evacuado por la mayoría de las unidades otomanas.[34]

Gracias a las victorias en el Sur, el 3.er ejército serbio pudo avanzar hacia el Adriático, donde tomó Durazzo el 30 de noviembre.[34]​ Al mismo tiempo, se proclamaba la independencia de Albania en Valona.[34]

Acciones montenegrinas

El Ejército montenegrino se dividió en tres: un grupo participó en la invasión de vilayato de Kosovo, mientras que los otros dos avanzaron en una pinza sobre Scutari, rodeando el lago.[23]​ Cuando el resto de aliados comenzó la ofensiva contra los otomanos, los montenegrinos comenzaron a ocupar también parte del Sandžak.[23]​ El 30 de octubre la región se hallaba completamente bajo control serbo-montenegrino.[34]

Scutari, sin embargo, continuó resistiendo el asedio montenegrino, lo que llevó a Austria-Hungría, que se había resignado anteriormente a su cesión a Montenegro a sopesar la posibilidad de entregarlo al nuevo Estado albanés.[34]

Conquistas griegas en Macedonia

El 26 de octubrejul./ 8 de noviembre de 1912greg.[35]​ el príncipe Constantino, al mando de las tropas griegas, entraba en Salónica,[36]​ capital de Macedonia, horas antes de la llegada de las tropas búlgaras, que también deseaban[37]​ hacerse con el importante puerto.[4][35][23]​ Los griegos encontraron escasa resistencia en su avance hacia la ciudad.[30]​ Las victorias búlgaras habían tensado las relaciones greco-búlgaras por la ausencia de un acuerdo previo de reparto territorial.[10]​ Grecia, al haber logrado el control de la mayor parte del territorio en disputa, se encontró en una posición negociadora ventajosa.[36]​ Los intentos de lograr un acuerdo de reparto, que comenzó con propuestas griegas una semana después del comienzo de la guerra, no tuvieron éxito ante la gran diferencia de posturas.[36]

Avance hacia Constantinopla

Ante la posibilidad de una inminente toma de la capital otomana por las victoriosas unidades búlgaras, las potencias enviaron buques de guerra a Constantinopla para proteger a sus ciudadanos de posibles disturbios contra los cristianos.[38]​ Se redobló la protección de las embajadas y se prepararon planes de evacuación de los residentes extranjeros.[38]​ Las potencias aconsejaron a las autoridades búlgaras detener su avance y no tratar de tomar la ciudad, consejos que aceptó el Gobierno búlgaro pero no el monarca ni el alto mando, que defendió la captura de la capital otomana.[38]​ El abastecimiento de las unidades que se acercaban a Constantinopla tuvo que realizarse por yuntas de bueyes a lo largo de caminos convertidos en barrizales por la intensas lluvias ante la ausencia de una línea férrea controlada por los búlgaros.[39]

El 4 de noviembrejul./ 17 de noviembre de 1912greg. las unidades búlgaras atacaron la línea defensiva otomana en Çatalca,[6][33][39]​ que contaba con 190 000 hombres frente a los 176 081 atacantes, a pesar de la superioridad búlgara en artillería.[40]​ La línea otomana protegía la capital. A pesar de las grandes bajas (entre 10 000 y 15 000 entre muertos y heridos[33][39]​), los búlgaros no lograron romper la línea otomana[41]​ y detuvieron el asalto al día siguiente.[40][39]​ El fracaso impidió una rápida victoria búlgara, la entrada en la capital otomana y la conclusión de una paz impuesta.[40]​ La región era cenagosa, y el contagio del cólera y la disentería pronto mermó las filas búlgaras.[33]​ En menos de una semana después del primer asalto a la línea defensiva otomana, cerca de 20 000 soldados búlgaros se hallaban enfermos[41]​ de cólera.[33]​ Las líneas de abastecimiento búlgaras eran también defectuosas y los militares aconsejaron evitar otro ataque frontal y comenzar las negociaciones con los otomanos.[33]

Negociaciones de armisticio

Rápidamente quedó clara la superioridad militar de los aliados frente al Imperio.[4]​ En menos de dos semanas las fuerzas otomanas habían sido derrotadas y reducidas al control de tres fortalezas: Adrianópolis, Ioánina y Scutari,[26]​ además de la capital.[41][39]

Oficiales de ambos bandos tras la firma del armisticio a comienzos de diciembre de 1913.

El presidente de las Cortes búlgaras aceptó, tras dudar, el encargo de Fernando de representarle ante los otomanos.[35]​ Serbia y Montenegro delegaron su representación en las conversaciones en Bulgaria, mientras que Grecia envió sus propios representantes.[39]​ Las negociaciones búlgaro-otomanas para lograr un armisticio dieron fruto tras cinco reuniones entre las partes, celebradas en un vagón-restaurante estacionado cerca de la línea del frente[35]​ y que comenzaron el 25 de noviembre,[39]​ acordándose finalmente el mantenimiento del frente[35]​ y el acceso búlgaro al ferrocarril que les permitiría abastecer más fácilmente a las cansadas tropas del frente de Çatalca (20 de noviembrejul./ 3 de diciembre de 1912greg.[35][39]​).[42]​ Grecia, que deseaba alcanzar un pacto con Sofía sobre el reparto de los territorios conquistados antes de rubricar el armisticio, no lo firmó y continuó el asedio a Ioánina.[42][43]​ Montenegro y Serbia, por el contrario, lo firmaron,[42]​ aunque Montenegro siguió atacando Scutari.[43]​ Según el acuerdo, los beligerantes debían comenzar a negociar la paz en Londres el 13 de diciembre mientras cada parte mantenía sus posiciones y se establecían zonas neutrales entre los ejércitos.[35][43]

Negociaciones en Londres

El 17 de diciembre, comenzaron las conversaciones de paz en el londinense Palacio de Saint James, que no solo reunió a los delegados de los beligerantes, sino también a los embajadores de las potencias.[44]​ La conferencia se transformó pronto en un enfrentamiento entre las dos alianzas: la Triple Entente y la Triple Alianza.[44]​ Tras largas negociaciones, sin embargo, a finales de enero parecía que las partes estaban preparadas para firmar la paz.[45]​ Los otomanos, no obstante, se resistían a aceptar la frontera Enos-Midia, que significaba la cesión de Adrianópolis;[41]​ el 22 de enero de 1913 las potencias recomendaron a Constantinopla aceptar este punto.[45]

Reanudación de los combates

Rendición de Ioánina, capturada por el Ejército griego el 21 de febrerojul./ 6 de marzo de 1913greg..

El 10 de enerojul./ 23 de enero de 1913greg.[46]​ los Jóvenes Turcos, apartados del poder desde agosto de 1912, dieron un golpe de Estado y derrocaron al Gobierno de Kiamil Bajá, temiendo que acabase cediendo Adrianópolis a los búlgaros,[47][41]​ como efectivamente había decidido hacer.[45]​ El golpe sirvió de excusa a la Liga para retomar[41]​ los combates.[47]​ Tras unos momentos de duda, los búlgaros se retiraron de las conversaciones de paz que se celebraban en Londres el 16 de enerojul./ 29 de enero de 1913greg..[48]​ Al día siguiente, los aliados denunciaron el armisticio de diciembre y reanudaban los combates[46]​ cuatro días más tarde.[48][45]

El cambio de Gobierno en Constantinopla afectó también a las conversaciones rumano-búlgaras, endureciendo la postura del Gobierno de Bucarest, que amplió sus exigencias[41]​ territoriales para no intervenir en el conflicto.[48][46]

Los búlgaros se concentraron en rendir de una vez Adrianópolis y obtuvieron la cooperación de algunas unidades serbias.[45]​ El 13 de marzojul./ 26 de marzo de 1913greg., Adrianópolis cayó finalmente,[49][6]​ tras un intenso bombardeo y un asalto a la bayoneta.[45]​ A pesar de la euforia desatada en Sofía y en San Petersburgo por la victoria,[50]​ esta se convirtió en otra causa más de fricción entre Bulgaria y Serbia.[49]​ A continuación y sin conocimiento del Gobierno, el alto mando búlgaro ordenó el ataque a las líneas otomanas en Çatalca, lo que disgustó a los rusos, que no deseaban que la capital otomana cayese en otras manos.[51]​ El asalto volvió a fracasar.[52]

El 6 de marzo de 1913, los griegos capturaron Ioánina,[52]​ capital del Epiro.[4]​ A continuación, transfirieron el grueso e sus fuerzas a Macedonia, que quedó ocupada conjuntamente por los ejércitos serbios y griegos.[52]

Tensión entre los aliados

Mientras continuaban los combates, Serbia y Grecia reforzaron el control de los territorios bajo su dominio,[53]​ mostrando escasa inclinación por acelerar la firma de la paz definitiva con el Imperio.[54]​ Los búlgaros entonces comenzaron conversaciones con los otomanos para lograr un paz separada en mayo, que no fructificaron por la oposición rusa.[54]​ Los rusos advirtieron que, en caso de firmarse tal paz, el Gobierno ruso se negaría a arbitrar el reparto de Macedonia entre serbios y búlgaros, como deseaba el gobierno de Sofía.[54]

Paz y guerra

Ante el aumento de la tensión entre los coaligados,[6]​ los británicos los presionaron para firmar rápidamente la paz con los otomanos.[54][53][41]​ Lograron su objetivo el 17 de mayojul./ 30 de mayo de 1913greg.,[54][55]​ tras la reanudación de las conversaciones de paz en Londres diez días antes.[46]

Por el Tratado de Londres el Imperio cedió a la Liga sus territorio europeos a excepción de Constantinopla, sus alrededores, y Albania,[41]​ sin delimitar territorialmente.[4]​ Grecia lograba por fin la cesión de Creta y Albania quedaba al albedrío de las grandes potencias, que debían decidir sobre su futuro.[56]​ El tratado no trazaba, sin embargo, las fronteras entre los países de la Liga, sino sólo las nuevas fronteras entre estos y el derrotado Imperio.[41]

Las potencias, especialmente por la oposición de Italia y, sobre todo, de Austria-Hungría, se negaron a otorgar territorio o puertos en el Adriático a Serbia.[57]​ Las exigencias serbias para repartirse el territorio albanés entre la Liga fueron mal recibidas y rechazadas.[57]​ Austria-Hungría se negó en redondo a permitir la expansión serbia en el Adriático,[57]​ recibió el apoyo de sus aliados de la Triple Alianza y el resto de potencias decidió no enfrentarse a ella por lograr el objetivo serbio.[58]

El rechazo de las potencias a repartir inmediatamente Albania entre los coaligados llevó a desacuerdos[37]​ sobre el reparto de Macedonia, que desembocaron en un conflicto abierto[6]​ el 16 de juniojul./ 29 de junio de 1913greg.[59]​ cuando Bulgaria decidió atacar a sus aliados en la Segunda Guerra Balcánica.[56][60]​ Serbia, privada del acceso al Adriático por las potencias, había sostenido su deseo de ser compensada en Macedonia a pesar de su pacto con Bulgaria, mientras que Grecia tampoco se había mostrado dispuesta a ceder parte de los nuevos territorios bajo su control.[53]​ Los intentos búlgaros de lograr el arbitraje ruso de acuerdo a la alianza serbo-búlgara fracasaron,[59]​ ya que los rusos se negaron a comunicar el resultado del mismo en el plazo exigido por los búlgaros[59]​ y rechazaron ceñirse al reparto pactado.[61][62]

Véase también

Notas y referencias

  1. a b c d e f g h i j Hall (1996), p. 84
  2. Crampton (2009), p. 48
  3. a b c d e f g Crampton (2009), p. 4 9
  4. a b c d e f Papacosma (1979), p. 166
  5. a b c d e f Constant (1980), p. 248
  6. a b c d e f Hall (2011), p. 302
  7. Helmreich (1938), p. 151
  8. Helmreich (1938), p. 153
  9. a b c d e f Constant (1980), p. 249
  10. a b Hall (1996), p. 110
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Bibliografía

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