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Ontología

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La ontología (del griego antiguo ὄν [on] —genitivo ὄντος— [ontos], 'ente'; y λόγος [lógos] 'ciencia, estudio, teoría') o metafísica general es la rama de la filosofía que estudia lo que hay, así como las relaciones entre los entes (por ejemplo, la relación entre un universal —como el rojo— y un particular que lo "tiene" —como esta manzana) o la relación entre un acto (como el que Sócrates bebiera la cicuta) y sus participantes (Sócrates y la cicuta).[1]

Algunas preguntas ontológicas son: ¿qué es la materia? ¿Qué es un proceso? ¿Qué es el espacio-tiempo? ¿Hay propiedades emergentes? ¿Se ajustan todos los eventos a alguna(s) ley(es)? ¿Hay especies naturales? ¿Qué hace real a un objeto? ¿Hay causas finales? ¿Es real el azar?[2]​ Muchas preguntas tradicionales de la filosofía se pueden entender como preguntas ontológicas:[1]​ ¿Dios existe? ¿Existen entidades mentales, como ideas y pensamientos? ¿Existen entidades abstractas, como los números? ¿Existen los universales?

Problemas ontológicos

El filósofo Willard van Orman Quine presentó lo que él llamaba «el problema ontológico» en su artículo Sobre lo que hay:[3]

Un rasgo curioso del problema ontológico es su simplicidad. Puede formularse en dos monosílabos castellanos: «¿Qué hay?». Puede además responderse en una sola palabra: «Todo», y todos aceptarán esta respuesta como verdadera. Sin embargo, esto es sólo decir que hay lo que hay. Queda lugar para discrepancias en casos particulares; y así la cuestión ha persistido a través de los siglos.

En general, cada uno de estos «casos particulares» presenta un problema distinto.[4]​ Desde la segunda mitad del siglo XX, el naturalismo imperante ha determinado que los debates metafísicos sean principalmente acerca de la existencia o no de todo aquello que parece entrar en conflicto con la descripción del mundo provista por las teorías científicas más exitosas.[5]​ Esto se refleja en la elección de algunos de los casos que se mencionan a continuación:

  • Entidades abstractas: Es ampliamente aceptado que las ideas se conciben según se articulan por la cognición de cada individuo en una de dos categorías: como entidades abstractas, o como entidades concretas.[6]​ Los números, los conjuntos y los conceptos son algunos ejemplos de entidades que intuitivamente clasificamos como abstractas, mientras que el planeta Venus, este árbol y aquella persona son ejemplos intuitivos de entidades concretas. Sin embargo, todavía no existe un criterio aceptado para decidir cuándo una entidad es abstracta y cuándo concreta, aparte de la intuición. Además, tampoco existe acuerdo sobre si las entidades abstractas siquiera existen, y en caso de que existan, sobre cuáles existen.[7]
  • Entidades del sentido común: Al encontrar una silla, ¿debemos decir que lo que hay en el mundo es una silla? ¿O sería más correcto decir que lo que hay, estrictamente hablando, es un montón de moléculas? ¿O quizás un montón de átomos?[8]​ Este argumento se puede extender a muchas otras entidades del sentido común.
  • Universales: Los universales (también llamados propiedades, atributos o cualidades) son los supuestos referentes de los predicados como "verde", "áspero", "amigo" o "insecto".[9]​ La existencia de los universales se postula para justificar nuestra manera de hablar acerca de los individuos. Así por ejemplo, estamos justificados en decir de una planta que "es verde", porque la planta posee el universal verde, o alternativamente porque el universal verde está presente en la planta. Además, podemos decir de varias cosas que "son todas verdes", porque el universal verde, siendo algo distinto de las cosas, está, sin embargo, presente en todas ellas. El problema de los universales es acerca de si los universales existen, y en caso de que así sea, cuál es su naturaleza: si existen en las cosas (in re), o independientemente de ellas (ante rem), o en nuestra mente, por mencionar algunas posturas.[10]
  • Mente: Al abrir una cabeza, lo que vemos no es una mente, con pensamientos, ideas y recuerdos, sino materia. ¿Será que lo mental es una ilusión, y que todo lo que hoy describimos en términos mentales puede reducirse a los procesos físicos que observa la ciencia? ¿O será que lo mental es algo efectivamente existente, inmaterial e inobservable?[5]​ Para un poco más de discusión, véase El problema mente-cuerpo.
  • Agujeros: A primera vista, los agujeros están "hechos de nada". ¿Cómo es posible, pues, referirnos a ellos como si fueran objetos comunes? ¿Cómo es posible percibirlos? ¿Qué percibimos?[11]

Problema de los universales

El problema de los universales involucra diferentes áreas temáticas que son: la psicología cognitiva, la epistemología y la ontología, entre otros. El problema de los universales se refiere al modo en que pensamos y percibimos, y cuáles son las realidades a ser conocidas.

Se puede ejemplificar el problema de los universales con la siguiente pregunta: ¿es la idea de un río (un universal) más real que las furiosas aguas del Río Meandro (un particular) en este momento? ¿Es menos real? ¿O diferentemente real? Puede representarse de la siguiente manera: "Siendo individuales y singulares todos los seres que existen en la naturaleza, ¿cómo puede ser verdadero el conocimiento que adquirimos por medio de nuestras ideas, que sólo y siempre nos dan lo universal?"[12]

Problema mente-cuerpo

Diagrama de los diferentes enfoques para resolver el problema mente-cuerpo.

En filosofía del espíritu y ciencia cognitiva, el problema mente-cuerpo es el problema de explicar la relación entre la mente (alma para algunos autores) y la materia: cómo es que estados mentales o subjetivos (ej. sensaciones, creencias, decisiones, recuerdos) explican a, interactúan con, o bien supervienen de las sustancias y procesos del mundo de objetos estudiado por la ciencia.[13]​ Se trata por lo tanto de un problema ontológico; mientras que el problema de otras mentes puede ser entendido como su homólogo epistémico.

El problema fue descrito por René Descartes en el siglo XVII, y por los filósofos aristotélicos, en la filosofía de Avicena, y en las anteriores tradiciones asiáticas.[14][15][16]​ Una variedad de ontologías han sido propuestas; la mayoría de ellas dualistas (como la cartesiana) o monistas. El dualismo sostiene una distinción entre las esferas material y mental; pudiendo llegar a ser esta última algo sobrenatural. El monismo sostiene que existe solo una realidad, sustancia o esencia unificadora en cuyos términos todo puede ser explicado.

El problema mente-cuerpo está estrechamente ligado a la intencionalidad, la causalidad mental, el problema difícil de la consciencia, el del libre albedrío, el de la significación de los símbolos, el de la identidad del individuo, el problema de otras mentes, etc.

La ausencia de un punto de interacción causal identificable entre la mente no-física y su extensión física ha demostrado ser problemática para el dualismo de sustancias, y muchos filósofos de la mente contemporáneos piensan que la psique no es algo separado del cuerpo.[17][18]​ Las posturas no cartesianas y no idealistas también van ganando terreno en círculos científicos. A esto ha ayudado el advenimiento de la sociobiología, la computación, la psicología evolutiva, la revolución cognitiva y las evidencias de la neurociencia que ponen de manifiesto la dependencia de los fenómenos mentales en sustratos corporales.[19][20][21][22][23]​ Aun así, se considera que el problema mente-cuerpo sigue abierto y está lejos de ser sepultado. En efecto, filósofos de corte materialista como David Chalmers y Colin McGinn advierten que algunas de las preguntas planteadas podrían ser inasequibles a la explicación científica o de cualquier otro tipo. Otros como Daniel Dennett dan pronósticos más optimistas, sin dejar de reconocerlo en calidad de problema.

Etimología

Ogdoas Scholastica (1606) de Jacob Lorhard, el primer texto con la palabra «ontología».

El primero en usar la expresión «ontología» en sentido filosófico fue el filósofo alemán Jacob Lorhard en su obra Ogdoas Scholastica (1606)[24]​ seguido de Rodolfo Goclenio en su obra Lexicon philosophicum, (Léxico Filosófico, en idioma castellano), en el año 1613 con caracteres griegos.[25]​ Se afirma allí que la ontología es la filosofía del ente.

Después de diversos usos y su paso a caracteres latinos, el matemático y filósofo alemán Gottfried Leibniz usó la expresión en su libro Introductio ad Encyclopaediam arcanam (1683) y la define como «ciencia de lo que es y de la nada, del ente y del no ente, de las cosas y de sus modos, de la sustancia y del accidente».

Ya como término técnico, es hallada en la obra Ontologia sive de ente in genere de Jean Le Clerc publicada en 1692 y el filósofo alemán Christian Wolff la populariza definiéndola como «ciencia del ente en general, en cuanto que ente». Afirma que usa un método demostrativo o deductivo y analiza los predicados que corresponden al ente en cuanto ente. Todos estos sentidos contribuyeron a identificarla en la práctica con la metafísica.

Historia

Edad Antigua

Los discípulos de Aristóteles utilizaron el término metafísica por primera vez para referirse a lo que su maestro describió como "filosofía primera", posteriormente conocida como ontología. La ontología es la investigación del ser en tanto que es, o del ser en general, más allá de cualquier cosa en particular que es o existe. Algunos filósofos, sobre todo de la escuela de Platón, sostienen que todos los sustantivos se refieren a entidades existentes. Otros afirman que los sustantivos no siempre nombran entidades, sino que ofrecen una forma de referencia a una colección de objetos o sucesos. En este sentido, la mente, en lugar de referirse a una entidad, se refiere a una colección de sucesos mentales experimentados por una persona.

Edad Media

Duda la acepción cada vez más restringida que la ontología iba tomando, dentro de la neoescolástica quedó como una investigación de las propiedades estáticas,[26]​ y en algunos casos las propiedades trascendentales.

Edad Moderna

A partir de acepción de la neoescolástica es que Kant puede afirmar —trasladando esta noción a su propia filosofía— que la ontología es el estudio de los conceptos a priori que residen en el entendimiento y tienen su uso en la experiencia, llevando la noción hacia un sentido más inmanente.

Siglo XX

Según Husserl, la ontología es una ciencia de las esencias que puede ser formal o material. La primera se dedica a las esencias formales, es decir, a las propiedades de todas las esencias. Las ontologías materiales tratan de esencias materiales y se restringen según los modos de sus objetos. Por tanto, son llamadas también “ontologías regionales”.[27]​ Obviamente la ontología formal abarca todas las materiales e incluso las del ser.

Heidegger, quien estudiaría con Husserl en sus inicios, retoma la pregunta por el ser presente en la metafísica aristotélica, realizando una crítica a la ontología de la tradición como "onto-teología", e intentando acercarse al ser por medio del ente que existe, el Ser-ahí, el cual podría entenderse como el ser humano. Desarrolla así una ontología originaria llamada “analítica de la existencia” que se encarga de descubrir “la constitución del ser de la existencia”. La ontología se refiere entonces a las condiciones de posibilidad de las existencias o al ser mismo en su apertura originaria.[28]​ Además, insiste en diferenciar la metafísica de la ontología, alegando que son radicalmente distintas, pues la primera confunde ser con ente, mientras que la segunda parte precisamente del hecho de que son diferentes.

Partiendo de una crítica de la noción de ontología como metafísica y con ella de toda la escolástica, Hartmann afirma que la ontología es en realidad la crítica que permite descubrir los límites de la metafísica y qué contenidos pueden ser considerados racionales o inteligibles.[29]

Véase también

Notas y referencias

  1. a b Hofweber, Thomas. «Logic and Ontology». En Edward N. Zalta, ed. Stanford Encyclopedia of Philosophy (en inglés) (Spring 2009 Edition edición). 
  2. Mahner, Martín; Bunge, Mario (2000). Fundamentos de biofilosofía. México: Siglo XXI. ISBN 9682322758. 
  3. Quine, W.v.O. (Septiembre de 1948). «On what there is». Review of Metaphysics (2 (5)). (Reproducido en id. «From a Logical Point of View», pp.1-19). pp. 21-38. 
  4. Fundamentos de ontología dialéctica p. 64
  5. a b Sosa, Ernest. «Problems of metaphysics». Oxford Companion to Philosophy (en inglés). Consultado el 15 de julio de 2009. 
  6. Rosen, Gideon. «Abstract Objects». En Edward N. Zalta, ed. The Stanford Encyclopedia of Philosophy (en inglés) (Summer 2009 Edition edición). 
  7. Oliver, Alexander D. «abstract entities». The Oxford Companion to Philosophy (en inglés). Consultado el 20 de julio de 2009. 
  8. Wittgenstein, Ludwig. Investigaciones filosóficas. §47. «¿Pero cuáles son las partes constituyentes simples de las que se compone la realidad?—¿Cuáles son las partes constituyentes simples de una silla?—¿Los trozos de madera con los que está ensamblada? ¿O las moléculas, o los átomos?» 
  9. Lowe, E. J. «universals». The Oxford Companion to Philosophy (en inglés). Consultado el 19 de julio de 2009. 
  10. Simon Blackburn (ed.). «universals». Oxford Dictionary of Philosophy (en inglés). Consultado el 20 de julio de 2009. 
  11. Casati, Roberto. «Holes». Stanford Encyclopedia of Philosophy (en inglés) (Winter 2008 Edition edición). 
  12. Maritain, Jacques (1963). «II División de la Filosofía–Problemas Principales–Lógica». Introducción a la Filosofía. Club de Lectores. p. 135. 
  13. Crane, Tim, The Mind-Body Problem, p. 1 
  14. Robert M. Young (1996).
  15. Robinson, Howard (Nov 3, 2011).
  16. Henrik Lagerlund (2010).
  17. Kim, Jaegwan (1995).
  18. Bourget, David; Chalmers, David (20 de noviembre de 2013). What Do Philosophers Believe?. 
  19. Bryan S. Turner (2008).
  20. Pinel, J. (2009).
  21. LeDoux, J. (2002).
  22. Russell, S. and Norvig, P. (2010).
  23. Dawkins, R. (2006).
  24. título completo: Ogdoas Scholastica, continens Diagraphen Typicam artium: Grammatices (Latinae, Graecae), Logices, Rhetorices, Astronomices, Ethices, Physices, Metaphysices, seu Ontologiae, Sangalli,1606.
  25. abstractio, p. 16, nota al margen: οντολογία, et philosophia de ente, y en el artículo: οντολογία, idest Philosophia de ente seu de transcendentibus.
  26. Jolivet, Régis (1960). Tratado de Filosofía: Metafísica III. Buenos Aires: Carlos Lohlé. p. 23. «La Metafísica ocúpase en primer lugar del ser como tal en sí mismo, es decir en lo que constituye su inteligibilidad intrínseca, ya estáticamente (el ser como transcendental, los géneros supremos), ya como dinámicamente (el ser como causa). Esta primera parte se llama Ontología (o ciencia del ser) y también Metafísica general 
  27. E. HUSSERL, Ideen zu einer reinen Phänomenologie.
  28. Heidegger, Martin (2006). Was ist Metaphysik? (en alemán). Frankfurt am Main: Vittorio Klostermann. ISBN 978-3465035176. 
  29. N. HARTMANN, Ontología, 1954.

Bibliografía adicional

Enlaces externos