Libertino (personaje tipo)

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Escena de taberna, de El Progreso del Libertino por William Hogarth.

Un libertino es una persona que lleva conducta desenfrenada y se entrega a los placeres y los caprichos, sin someterse a la moral dominante. Los libertinos son personajes frecuentes en las novelas. A menudo un libertino es un hombre que malgasta su fortuna, generalmente heredada, en vino, mujeres y diversión, incurriendo en deudas por su prodigalidad; ideológicamente es descreído o nihilista, y no cree en los milagros. Todos estos sentidos tenía el término libertino:

  • Un depravado.
  • Un hedonista dedicado sólo a los placeres del cuerpo.
  • Un filósofo escéptico o pirrónico en la lengua del siglo XVIII.

Cabe diferenciarlo como personaje literario del donjuán (en inglés, cad), que es más bien un hombre que seduce a una joven y la deja embarazada antes de abandonarla, a menudo causando su ruina social o financiera, del cazadotes que pretende "dar un braguetazo" y del gigoló o amante profesional. Al llamar libertino a un personaje se está enfatizando su promiscuidad y su prodigalidad monetaria; si se le llama donjuán simplemente se quiere decir que es un seductor cruel e indiferente que con toda frialdad rompe el corazón de sus víctimas.

Durante el período de la Restauración inglesa (1660-1688), se usaba el término libertino de manera glamurosa o atractiva: el libertino de la Restauración es un aristócrata desenfadado e ingenioso, un personaje sexualmente irresistible, tipificado por los cortesanos del rey Carlos II, como John Wilmot, segundo conde de Rochester y Charles Sackville, sexto conde de Dorset, quienes combinaban una forma de vida desenfrenada con anhelos intelectuales y el mecenazgo de las artes. El libertino de la restauración es personaje de la comedia de la Restauración de los años 1660 y 1670. Después del reinado de Carlos II, y especialmente después de la Revolución gloriosa de 1688, la percepción cultural del libertino cambió. El libertino se convirtió en el blanco de los cuentos moralizadores en los que su destino típico era la prisión por deudas, una enfermedad venérea, o, en el caso representado por William Hogarth en su serie El progreso del libertino, la locura y en internamiento en Bedlam (un manicomio de la época).

El libertino suele representarse como gran bebedor o jugador. Una forma antigua de la palabra, en inglés, era rake-hell, formada por la etimología popular para significar uno que aviva los fuegos del Infierno, haciéndolas más ardientes. La auténtica etimología de la palabra en inglés es del nórdico antiguo reikall, significando "vagabundo", lo que fue adaptado en Inglés medio como rakel. En español, libertino proviene del latín libertīnus.

Libertinos y donjuanes de ficción bien conocidos son:

Actualmente uno de los personajes prototípicos de las novelas románticas es el llamado fake rake (falso libertino), un hombre que todos suponen que es libertino, pero que no lo es.

Personajes históricos que han influido en la creación de estos personajes fueron, entre otros:

El personaje de libertino puede diferenciarse de otros. Así, el borracho del pueblo (town drunk) está frecuentemente ebrio y empobrecido por su adicción al alcohol, pero aquí el centro de atención es el alcoholismo del personaje, más que los excesos sexuales; el borracho del pueblo es normalmente más viejo que el libertino. El petimetre (fop) y el dandy gastan demasiado dinero en las ropas y en un estilo de vida a la moda, pero el estereotipo hace de ellos criaturas menos sexuales que el libertino.

Véase también