Juan de Zumárraga

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Juan de Zumárraga, O.F.M.


Arzobispo de México
12 de febrero de 1546 - 3 de junio de 1548
Predecesor Él mismo (Diócesis de México elevada a Arquidiócesis)
Sucesor Alonso de Montúfar


Obispo de México
20 de agosto de 1530 - 12 de febrero de 1546
Predecesor Creación del cargo
Sucesor Él mismo (Diócesis de México elevada a Arquidiócesis)
Información religiosa
Ordenación episcopal 27 de abril de 1533
por Diego Ribera de Toledo
Información personal
Nombre Juán de Zumárraga
Nacimiento 1468
Bandera de Castilla Durango, Vizcaya, Reino de Castilla
Fallecimiento 3 de junio de 1548 (80 años)
Bandera de España Ciudad de México, Virreinato de la Nueva España

Escudo de Juan de Zumárraga, O.F.M.

Juan de Zumárraga O.F.M. (Durango, Vizcaya, 1468 - México, Nueva España, 3 de junio de 1548) Religioso franciscano vizcaíno. Primer obispo de la diócesis de México desde 1528 y segundo de la Nueva España (después de Fray Julián Garcés), consagrado el 27 de abril de 1533 y nombrado arzobispo en 1547, fue fundador de la Real y Pontificia Universidad de México, actualmente Universidad Nacional Autónoma de México.

Su carrera eclesiástica

Monumento a fray Juan de Zumárraga en el Parque de Ezkurdi.

Fue superior local y provincial de la Orden de los franciscanos en España, represor de brujas en el País Vasco.

En 1527, estando Carlos I en Valladolid, capital entonces del reino, con ocasión de las Cortes generales, dejando a un lado los asuntos políticos, se retiró al próximo convento franciscano de Abrojo para pasar allí la Semana Santa. Pronto se fijó en el talante espiritual y firme del padre guardián del convento, fray Juan de Zumárraga, un vizcaíno de 60 años, alto y enjuto, nacido en Durango en 1475. Al despedirse, el Emperador quiso hacerle una importante limosna, pero él la rehusó, y cuando fue obligado a recibirla, la entregó a los pobres.[1]

Vuelto Carlos I a sus negocios políticos, ha de enfrentar los graves problemas de la Nueva España. Es entonces cuando se equivoca gravemente al elegir los hombres que iban a formar la primera Audiencia, y cuando en cambio acierta por completo al presentar a la Santa Sede el nombre del padre Zumárraga para obispo de la ciudad de México. Fray Juan se resiste al nombramiento cuanto puede, y sólo lo acepta por obediencia. Carlos I, además, recordando en su conciencia el Testamento de su abuela la reina Isabel, nombra también al padre Zumárraga Protector de los indios.[1]

Fue el primer obispo de la de la diócesis de la Ciudad de México, en 1528 el emperador Carlos V le otorgó tal nombramiento por lo que viajó a México para ejercer el cargo, pero hubo de regresar a España por no estar consagrado y por supuesto no había quien le impusiera la mitra de obispo en la Nueva España, de modo que tuvo que ser consagrado, tras intervención del rey ante el papa Clemente VII, en el convento de San Francisco de Valladolid, el 27 de abril de 1533. También hubo de responder a un total de 34 acusaciones de abusos contra los indígenas similares a los que él denunciaba.[2]

En junio de 1534 regresó a la Nueva España. En 1533 había pedido al Consejo de Indias una imprenta y un molino de papel. En 1536 escribió una misiva a Carlos V alertándole de que tenían obras preparadas para imprimir pero que no podían hacerlo por la carestía del papel. En 1539 Juan Cromberger montó una filial de su imprenta de Sevilla en Ciudad de México en una casa de Juan de Zumárraga, y puso a cargo de esa imprenta a Juan Pablos, que empezó su labor de impresión ese mismo año. Es por esto que es a él a una de las personas a las que se le debe la primera imprenta que hubo en México y en toda América.[3]

Además, fundó los colegios de Santa Cruz de Tlatelolco y San Juan de Letrán, creó el primer hospital, al que nombró hospital de Amor de Dios e inició gestiones para la creación de la universidad. Asimismo, fundó en el Convento de San Francisco de la Ciudad de México la primera bilioteca del continente americano.

De 1536 a 1543 ejerció el cargo de inquisidor apostólico y llevó 183 causas contra los sospechosos de idolatría. La mayoría de los acusados eran líderes indígenas, curanderos, y también españoles, incluso dueños de grandes propiedades que eran confiscadas. El caso más notable, por el que se ganó la censura de la Corte, fue el entablado contra don Carlos Ometochtzin, cacique de Texcoco, quien supuestamente seguía practicando sacrificios humanos pero que, en realidad, fomentaba el alzamiento general de los naturales en contra del gobierno virreinal. La condena y posterior ejecución en la hoguera de don Carlos llevó a plantear con claridad los alcances de la jurisdicción inquisitorial, determinándose dejar fuera de la misma a los indígenas, al considerarlos neófitos antes que herejes.

De acuerdo al investigador Wade Davis, de Zumárraga fue el responsable de la quema de miles de textos religiosos referentes al uso ritual del peyote y otras plantas de uso sagrado y medicinal. En 1547 el Papa Paulo III lo nombró primer Arzobispo de México.[4]

Sus escritos, ensayos y catecismos

Personalmente escribió:

  • Doctrina breve muy provechosa de las cosas que pertenecen a la fe católica y a la cristiandad en estilo llano para común inteligencia en 1543.
  • Doctrina breve para la enseñanza de los indios en 1543.
  • Doctrina cristiana cierta y verdadera en 1546.
  • Regla cristiana en 1547.

En 1537 escribió a su familia una carta redactada en dialecto vizcaíno y en castellano. Esta carta ha sido publicada por la revista Euskera, órgano oficial de la Real Academia de la Lengua Vasca. Es probablemente el texto vasco en prosa más largo conocido anterior a los primeros libros en euskera.[5]

Las apariciones de la Virgen de Guadalupe

La Virgen de Guadalupe

Según la tradición católica, el principal testigo de las apariciones de la Virgen de Guadalupe fue fray Juan de Zumárraga.

El relato en que se ha fundamentado el culto guadalupano cuenta que la Virgen María, en su advocación de Virgen de Guadalupe, se apareció en varias ocasiones ante el indígena Juan Diego Cuauhtlatoatzin entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531 en el cerro del Tepeyac. En sus primeras apariciones, la Virgen ordenó a Juan Diego se presentara ante el obispo Zumárraga y le expresara su deseo de contar con un templo en ese mismo sitio. Según la misma narración, Juan Diego acudió en repetidas ocasiones ante Zumárraga para contarle la petición de la Virgen y éste no creyó en las apariciones. Finalmente, condicionó la construcción del templo a la presentación de un milagro: Juan Diego debía cortar rosas de Castilla en el cerro y llevarlas al obispo como prueba de la intervención divina. El indígena obedeció, aun sin saber cómo haría para obtener rosas en un cerro árido y, además, en pleno mes de diciembre. La última aparición de la Virgen, el 12 de diciembre de 1531, obró el milagro: las rosas aparecieron en el Tepeyac, Juan Diego procedió a cortarlas y las transportó en su tilma o ayate (tipo de toga abierta por los lados) a la casa del obispo. Al estar frente a Zumárraga, Juan Diego abrió el ayate, cayeron las flores y dejaron ver al religioso la imagen de la Virgen estampada en la burda tela.

A pesar de lo sostenido por la tradición, es de notarse que ninguno de los escritos de Zumárraga hace referencia al acontecimiento. Así, sus cartas, notas y memoriales, e incluso el catecismo por él compuesto, la Regla Cristiana, no mencionan las apariciones guadalupanas, ni al indígena Juan Diego, ni cualquier intención de construir un templo en el cerro del Tepeyac, donde el santuario autóctono dedicado a Tonantzin, diosa de la fertilidad que simulaba una mujer morena encinta, sería sustituido en la primera mitad del siglo XVI por una ermita dedicada a la Virgen de Guadalupe de Extremadura. Por contrario, Zumárraga, que es testigo primordial del milagro según la tradición católica, escribió en su Regla Cristiana: Ya no quiere el Redentor del mundo que se hagan milagros, porque no son menester, pues está nuestra santa fe tan fundada por tantos millares de milagros como tenemos en el Testamento Viejo y Nuevo. [6]

Conviene mencionar que la falta de algún testimonio escrito por Zumárraga en torno a las apariciones guadalupanas es uno de los puntales de las posturas antiaparicionistas, en las que se cuestiona la historicidad del milagro guadalupano; por su parte, quienes se integran a la corriente aparicionista toman como base los hechos relatados en el Nican Mopohua, texto de manufactura indígena presuntamente redactado de forma contemporánea a las propias apariciones.

Su muerte

Cripta de los Arzobispos, con el monumento a Fray Juan de Zumárraga en primer plano.

Murió en la ciudad de México el 3 de junio de 1548 y está sepultado en la cripta de los Arzobispos de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.

Véase también

Referencias

  1. a b Iraburu, José María (mayo de 2001). «Capítulo 7. Juan de Zumárraga, el fraile arzobispo». Hechos de los apóstoles de América (2ª edición). Gratis Date. ISBN 978-84-87903-00-7. Consultado el 18 de junio de 2010. 
  2. Biografía de Juan de Zumárraga en Memoria Política de México.
  3. Zulaica Gárate, Román (1991). Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Bibliográficas., ed. Franciscanos y la imprenta en México en el siglo dieciséis. ISBN 9683619959. Libro online
  4. Wade Davis (2001). El río, exploraciones y descubrimientos en la selva amazónica. Fondo de Cultura Económica, El Áncora Editores. ISBN 958-36-0076-8. 
  5. El País 07/08/1981
  6. de Zumárraga, Fray Juan (1994). Regla Cristiana Breve. Ediciones Eunate. 

Bibliografía

Enlaces externos


Predecesor:
Primer obispo
Arzobispo de México
1528 - 1548
Sucesor:
Alonso de Montúfar