Estancamiento brezhneviano

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El período de estancamiento brezhneviano (en ruso simplemente застой, transliterado como zastoy, "estancamiento")[1]​ se refiere a un período de notable desaceleración socio-económica que tuvo lugar en la Unión Soviética, que se inició hacia 1965, el cual era un sutil presagio de que el régimen podría llegar a sufrir un colapso en el largo plazo, como efectivamente terminaría sucediendo a fines de 1991 (fenómeno asimismo potenciado en parte por la política de perestroika -"reestructuración"- lanzada por el premier Mijaíl Gorbachov en 1987).

Terminología

Varios autores han sugerido diversas definiciones para la época de estancamiento, pero en general, se refiere al período en la que Leonid Brézhnev fue el Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética, y que tal vez pueda extenderse a los cortos y transicionales gobiernos de Yuri Andrópov y de Konstantín Chernenko, por lo que abarcaría, aproximadamente, desde 1965 hasta 1985. Incluso algunos autores sugieren extender su duración hasta 1990, en la postrimerías del gobierno de Mijaíl Gorbachov, quien abandonaría su cargo sólo unos meses después.[2][3]

Hechos que caracterizaron al período

La tibia liberalización iniciada y llevada a cabo momentáneamente a partir de 1956 por el líder soviético anterior, Nikita Jrushchov (conocida como "deshielo") fue suprimida, e incluso hubo una rehabilitación -aunque parcial- de la memoria de Stalin.

El comienzo del período de estancamiento fue marcado por el juicio por "traición", entre 1965 y 1966, contra los escritores Andréi Siniavski y Yuli Daniel y por la invasión del Pacto de Varsovia a Checoslovaquia en agosto de 1968 con el fin de aplastar la Primavera de Praga. Este último hecho implicó la formalización de la Doctrina Brézhnev de "soberanía limitada" de los países "socialistas" -es decir, entonces bajo regímenes socialistas– del Bloque del Este.

Estos hechos claramente sugerían y presagiaban que no se realizarían reformas de fondo, ni debates serios al respecto (aún dentro de los ya de por sí limitados estándares soviéticos de tolerancia al cambio). Durante ese período, la "deslealtad ideológica" seguía siendo castigada (aunque no tan brutalmente como en tiempos de Iósif Stalin), y cualquier crítica contra el comunismo, los líderes del Partido, la literatura oficialmente promovida, o incluso comentarios sobre típicos hechos desagradables de la vida diaria (como las largas colas o el cuasi-permanente desabastecimiento) eran lisa y llanamente tildadas como "propaganda anti-soviética", con las graves complicaciones subsecuentes que les podían llegar a acarrear a quienes las osasen formular. Las manifestaciones políticas espontáneas eran virtualmente imposibles de realizar todavía (recién serían toleradas hacia 1990, durante la etapa final del gobierno de Mijaíl Gorbachov).

Por su lado, los disidentes eran arrestados rutinariamente, incluso en hospitales psiquiátricos (aún sin padecer trastornos o enfermedades mentales), forzando por lo tanto a los médicos a violar el juramento hipocrático, al obligarlos a suministrar drogas a quienes en realidad no las necesitaban. A estas improvisadas prisiones se las llegaría a conocer con el nombre de psijushkas o psikhushkas (psikhuški).

Algunos alegaron correctamente que las subsecuentes detenciones eran "ilegales" (en realidad eran más bien ilegítimas), ya no había criminalidad intrínseca en la obtención y distribución de información, como se desprendía de la "Declaración Universal de Derechos Humanos" de 1948[4]​y del acta final de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa de 1975[5]​ ambos documentos firmados por los representantes oficiales de la Unión Soviética. Pero como el régimen bien sabía, esos tratados sobre DD.HH. eran letra (relativamente) muerta, ya que no podían "contradecir el derecho interno" vigente en los diferentes Estados. En todo caso, más bien servían para tratar de calmar un poco las críticas contra la URSS sobre ese tema en particular.

En la vida social, por un lado, este período se caracterizó por la paz y la estabilidad, garantizadas por un Estado que ya no era brutal como en los tiempos de Stalin, y se había vuelto relativamente benefactor. No obstante, las grandes masas de población sólo tenían acceso a modestos ingresos, y aún a menos bienes de consumo en qué gastarlos. Por otro lado, y como contrapartida de lo anterior, la sociedad soviética sufrió un proceso de "anquilosamiento", por lo que se volvió forzosamente estática.

El período del estancamiento básicamente estuvo caracterizado por estos tres puntos:

  • La (fuerte) desaceleración de los principales indicadores macroeconómicos, disimulado en las maquilladas o manipuladas cifras oficiales (lo que, a su vez, contribuía a dificultar la evaluación del grave problema).
  • Una renovada carrera armamentista con los Estados Unidos, en particular referido al equiparamiento de la cantidad de ojivas (warheads) nucleares estratégicas ICBMs con ese país (logrado hacia 1975), aunque el período en general estuviese enmarcado en una relativa distensión, détente o coexistencia pacífica con Occidente (antes de la invasión soviética de Afganistán en 1979, que naturalmente contribuiría a "recalentar" la Guerra Fría). Este excesivo gasto militar, a su vez, contribuía a restarles recursos al oficialmente vituperado sector de los bienes de consumo y de los servicios dentro de la URSS.

La Constitución de 1977 en medio del período de estancamiento

Brézhnev mismo declaró a ese período como el del comienzo del "socialismo desarrollado", lo que incluso proclamado en la recientemente reformada Constitución de la Unión Soviética de 1977, con motivo del 60° aniversario de la revolución bolchevique.

La nueva y pretendida Carta Magna decía que "La sociedad socialista desarrollada" (развитое социалистическое общество, transliterado como rázvitoie sotsialistícheskoie óbschestvo) "es un paso natural, lógico en el camino hacia el comunismo". Asimismo, reforzaba el papel rector o dirigente del Partido Comunista.[6]​ Por lo que, a partir de ese momento -que era de cada vez mayor "quietismo" y estancamiento de la economía-, se pretendía ingresar "por decreto" a la primera -y confusa- etapa, que tendría una duración indefinida, del "comunismo", en teoría, tal como lo había preconizado el propio Karl Marx un siglo antes. Es decir, se pasaría paulatinamente de la era del esfuerzo y de las limitaciones propias del socialismo ("de cada cual según sus posibilidades, a cada cual según su trabajo") a la primera de un utópico comunismo (bajo el cual se reemplazaría la última parte de aquella máxima por "a cada cual según sus necesidades").

Chiste y comentarios jocosos sobre el estancamiento

En la Unión Soviética de esa época existía una irónica broma que sugería que los siempre abundantes aduladores de Leonid Brézhnev no le habían dado la suficiente importancia al hecho de que el líder soviético había realizado su pequeña contribución al enriquecimiento de la lengua rusa. Su lapsus linguae en cuestión estaba relacionado a la frase "развитое общество" (rázvitoie óbschestvo, "sociedad desarrollada"). Hasta la era de Brézhnev había dos versiones del adjetivo "развитое" (rázvitoie) en uso: la primera de ellas, con el acento en la primera sílaba, es una derivación del verbo "desarrollar", y la otra, con el énfasis en la segunda, es una derivación de un verbo que significa algo así como "des-tejer". Brézhnev pronunciaba (y todos los demás lo seguían, a fin de no contradecirlo) "razvitóie (óbschestvo)", con el acento en la tercera sílaba, dejando espacio para sonrisas burlonas, mientras su auditorio trataba de adivinar qué podría significar realmente esa "nueva palabra", si se refería a algo bueno o malo (compárese con las palabras castellanas "pérdida", "perdida" y una hipotética "perdidá").

Un sobredimensionado e ineficiente aparato burocrático del Partido Comunista se convirtió en el símbolo del período de estancamiento, y en el objeto de algunos incómodos chistes políticos, como el siguiente:

"Resulta que Vladímir Lenin, Iósif Stalin, Nikita Jrushchov y Leonid Brézhnev, como si se hubiese tratado de personajes contemporáneos, iban en el mismo tren, el cual, de repente se detiene, aparentemente debido a un desperfecto.

Un todavía idealista Lenin se pregunta: "¿Es que acaso no estamos en un ‘Estado proletario’"? Así que llamemos a algunos trabajadores ferroviarios para que vengan a solucionar el problema, y despreocupémonos." El "tierno" Stalin, expeditivo y sin dudar, vocifera: "¡Esto es un complot y el maquinista es el responsable, así que mejor ejecutémoslo!" Jrushchov, tan voluntarista y poco práctico como siempre, sugiere: "Tal vez el problema esté en las vías, así que ¿Por qué no sacamos los tramos de rieles que ya dejamos atrás y reemplazamos los que todavía tenemos por delante?"

Brézhnev, en cambio dice: "Továrischi, továrischi! ("¡Camaradas, camaradas!"), cerremos las cortinas, prendamos el gramófono, relajémonos y finjamos que el tren está avanzando..."

Legado posterior

Muchos escritores oficiales ni siquiera osaron mencionar indirectamente el estancamiento económico o la relativamente visible represión política que se experimentó durante el largo régimen de Leonid Brézhnev (1964-1982). Años más tarde, ya durante la apertura o glásnost de Mijaíl Gorbachov, pretendieron no saber nada sobre la notable desaceleración económica que se había acentuado durante la pasada era brezhneviana, así como tampoco sobre la renovada represión a los ciudadanos que protestaban (en parte, debido a aquella situación)

El estancamiento continuó de manera efectiva durante los efímeros gobiernos de los sucesores de Brézhnev, Yuri Andrópov y Konstantín Chernenko, y se prolongó por lo menos hasta la perestroika, lanzada por Gorbachov en 1986.

Véase también

Referencias

  1. De forma más completa, Эпоха застоя (epoja zastoya) o Период застоя (period zastoya), es decir, "época" o "período" de estancamiento, respectivamente. Por su parte, el término ucraniano equivalente a ésta última palabra es Застій (zastiy)
  2. Anatoly M. Khazanov. "Pensamiento social soviético en el período de estancamiento" (Filosofía de las Ciencias Sociales), Sage Publications, 1992, páginas 231-237.
  3. Ted Grant, Russia: From revolution to counter-revolution ("Rusia: de la revolución a la contra-revolución"), disponible (en inglés) en www.marxist.com
  4. Declaración Universal de los Derechos Humanos, Resolución 217 A (III), consensuada el 10 de diciembre de 1948, disponible en el sitio web del UNHCHR (United Nations High Commissioner for Human Rights, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos).
  5. Acta final de Helsinki, 1 de agosto de 1975. Disponible en el sitio web de la OSCE (Organization for Security and Co-Operation in Europe, Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa).
  6. Constitución (ley fundamental) de la Unión de Repúblicas Socialistas. Soviéticas Aprobada en la séptima sesión extraordinaria del Soviet Supremo de la URSS, novena convocatoria, el 7 de octubre de 1977. Editorial de la Agencia de Prensa Nóvosti, Moscú, 1985.