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Esqueleto

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Esqueleto de ballena azul.
Esqueletos de un humano y un caballo, en una pose realista, en una exposición en el Museo Australiano, en Sydney, Australia.
Espículas calcáreas, que forman el esqueleto de algunas esponjas.
Exoesqueleto en un artrópodo.
Obra del llamado padre de la anatomia, Andrés Vesalio.

En biología, el sistema esquelético o esqueleto es el sistema biológico que proporciona soporte, apoyo y protección a los tejidos blandos y músculos en los organismos vivos. El sistema esquelético tiene funciones de locomoción, sostén y protección. Los vertebrados presentan un esqueleto interno o endoesqueleto, constituido por huesos, que se unen entre sí por las articulaciones. La ciencia que se encarga de estudiar los huesos se denomina osteología.

Los huesos están formados por unas células denominadas osteocitos, que se forman a partir de la diferenciación de los osteoblastos. Entre las sales minerales que componen los huesos destacan sales de calcio, carbonatos y fosfatos. La deficiencia de estos minerales en los huesos puede dar lugar a que sean menos resistentes.

Etimología

El esqueleto (del griego σκελετός skeletós = (de)secado[1]​) es la parte del cuerpo que forma la estructura de soporte de un organismo.

Tipos y clasificación

Los sistemas esqueléticos se clasifican comúnmente en tres tipos:

  • Externos
  • Interno
  • Esqueleto fluido o hidrostático.

Además, existen otros tipos que no son capaces de soportar estructuras importantes.[cita requerida]

  • Esqueleto de sales y minerales.
  • Esqueleto quitinoso.
  • Esqueleto axial

Esqueleto externo o exoesqueleto

Los sistemas externos soportan proporcionalmente menos peso que los endoesqueletos del mismo tamaño; por esta razón los animales más grandes, como los vertebrados, tienen sistemas esqueléticos internos.

Los principales ejemplos de exoesqueleto se encuentran entre los artrópodos, algunos invertebrados, en los que el exoesqueleto forma un caparazón o estructura externa que protege a los órganos internos.

Teniendo en cuenta que los exoesqueltos limitan el crecimiento del animal, las especies con esta característica han desarrollado evolutivamente variadas soluciones. La mayoría de los moluscos tienen conchas calcáreas que acompañan al crecimiento del animal mediante crecimiento en el diámetro manteniendo su morfología. Otros animales, tales como los artrópodos abandonan el viejo exoesqueleto al crecer, proceso que se conoce como "muda". El nuevo exoesqueleto se endurece mediante procesos de calcificación y esclerotización.

El exoesqueleto de un artrópodo presenta frecuentemente extensiones internas, que se conocen como endoesqueléticas, aunque no constituyan verdaderamente un endoesqueleto.

Esqueleto interno o endoesqueleto

Endoesqueleto de un mamífero (Sciurus vulgaris).
Morfología y esqueleto de Equus ferus caballus (el caballo común).
Esqueleto de Elefante.

Un esqueleto interno consiste en estructuras rígidas o semirrígidas dentro del cuerpo, que se mueven gracias al sistema muscular. Si tales estructuras están mineralizadas u osificadas, como en los humanos y otros mamíferos, se les llama huesos. Otro componente del sistema esquelético son los cartílagos, que complementan su estructura. En los seres humanos, por ejemplo, la nariz y orejas están sustentadas por cartílago. Algunos organismos tienen un esqueleto interno compuesto enteramente de cartílago, sin huesos calcificados, como en el caso de los tiburones. Los huesos y otras estructuras rígidas están conectadas por ligamentos y unidas al sistema muscular a través de tendones.

El esqueleto del hombre es interno, por lo tanto se denomina endoesqueleto, y es una estructura que está unida por huesos, los cuales forman un armazón resistente, el que también tiene articulaciones.

Esqueleto fluido o hidrostático

El hidroesqueleto consiste en una cavidad llena de fluido, celomática o pseudocelomática, rodeada de músculos. La presión del fluido y la acción de los músculos que la rodean, sirven para cambiar la forma del cuerpo y producir un movimiento como cavar o nadar. La sucesiva contracción de diversos metámeros, que están provistos de haces de fibras musculares circulares y longitudinales, estirando y engrosando partes del cuerpo, le permiten desplazarse en horizontal. Los esqueletos hidrostáticos tienen un rol en la locomoción de los equinodermos (estrellas de mar, erizos de mar), anélidos, nemátodos y otros invertebrados. El hidroesqueleto tiene similitudes con los músculos hidrostáticos.

Es característico de organismos celomados como los anélidos. Estos animales pueden moverse contrayendo los músculos que rodean la bolsa de fluidos, creando una presión dentro de la misma que genera movimiento. Algunos gusanos de tierra usan su esqueleto hidrostático para cambiar de forma mientras avanzan, contrayendo y dilatando su cuerpo.

En la cultura occidental, el esqueleto se ve a menudo como símbolo de miedo, de la muerte y lo paranormal. Es un motivo popular en la fiesta de Halloween, así como el Día de los Muertos.

Esqueletos varios

HumanoCabeza óseaAustralopithecusNeanderthalChimpancéPapioColobinaeGorilaJabalíBos taurusPanthera leoLoboCaballoElefanteCapra aegagrus hircusHippopotamidaeCamelloCanguroAntílopeOdobenus rosmarusChiropteraBallenaÁguilaPsittacidaeGallus gallusGalloTucánCasuariidaePingüinoGruidaeReptiliaSerpentesCrotalinaeBoa constrictorCocodriloLacertiliaTestudinesRanaSalamandraPercaAcipenseridaeBalistidaeBatoideaLucio
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Véase también

Referencias

  1. Segura Munguía, Santiago (2014). Diccionario etimológico de Medicina. Universidad de Deusto. p. 187. ISBN 9788415772880. Consultado el 1 de octubre de 2019. 

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