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Revisión del 16:47 28 may 2010

Rodrigo González
Datos generales
Origen Tampico, Tamaulipas, México
Información artística
Otros nombres Rockdrigo, El profeta del nopal
Género(s) Rock, folk.
Instrumento(s) Voz, guitarra, armónica.
Período de actividad 1977-1985
Discográfica(s) Discos Pentagrama
Web
Sitio web http://www.rockdrigo.com.mx/

Rodrigo González (Tampico, Tamaulipas, 25 de diciembre de 1950 - ciudad de México, 19 de septiembre de 1985) fue un músico mexicano conocido con el sobrenombre de "Rockdrigo". Nació en el puerto de Tampico, Tamaulipas, donde concluyó su educación media superior (en artes y humanidades) y formó parte de los grupos de rock Los Hongos y Los Géminis. Además incursionó en el teatro y la literatura (Colectivo Siglo XXI).

Después de abandonar la carrera de psicología en la Universidad Veracruzana, aparentemente causa de su insatisfacción con la orientación conductista del programa de estudios, Rodrigo continuó componiendo canciones y estudiando por cuenta propia en Tampico, hasta que, hacia 1975, se fue a vivir a la Ciudad de México. Durante sus primeros años en la ciudad, formó un dueto de canto nuevo con Gonzalo Rodríguez, uno de sus grandes amigos. Eran músicos itinerantes y más bien semiprofesionales, que tocaban para sobrevivir en la ciudad. En el '76, Rodrigo González, Gonzalo Rodríguez y otros amigos músicos consiguieron interpretar algunas piezas originales en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Posteriormente, Rodrigo se separó de Gonzalo y se dedicó a cantar sus propias canciones, también por dinero, en las plazas públicas de la ciudad, pero también en los vagones del metro y los autobuses, como lo hacen aún hoy cientos de jóvenes artistas en las grandes urbes.

Ya entrada la década de los ochenta, Rockdrigo, junto a artistas como Roberto Ponce, Roberto González (cantautor), Alain Derbez y Rafael Catana, fue un promotor del Colectivo Rupestre , un núcleo de artistas de importancia para el desarrollo del rock mexicano.

Durante estos años, Rockdrigo alcanzó un gran nivel de popularidad entre los integrantes de las bandas juveniles, pero también entre los círculos de intelectuales y universitarios. A mediano plazo, la obra de Rockdrigo llegaría a ser una importante influencia en el desarrollo del llamado rock urbano, subgénero del rock mexicano con intenciones de reivindicar las demandas de los jóvenes marginados de la ciudad.

En 1985, Rockdrigo y su banda Qual entablaron negociaciones con el sello WEA para la edición de un disco, pero la muerte de Rockdrigo -víctima fatal del terremoto del 19 de septiembre de 1985- dio al traste con el proyecto.

La obra de Rockdrigo y de los miembros del colectivo rupestre, tanto como de sus continuadores y seguidores, se caracteriza principalmente por la apropiación de referentes socioculturales de la vida cotidiana en la ciudad de México, ya sea para exponer sus características o señalar sus contradicciones.

Rockdrigo es célebre por su canción Estación del Metro Balderas, que se hizo popular gracias a la versión de El Tri, el grupo de rock mexicano más conocido hasta nuestros días.

Gran parte de su obra ha sido editada en cuatro discos por Ediciones Pentagrama, pero existen algunas grabaciones que no forman parte de la discografía oficial: Rockdrigo en vivo en el café de los artesanos y Rockdrigo en Radio Mexiquense, dadas a conocer a través de un sitio de internet por algunos de sus admiradores. Las dos grabaciones datan de 1984 y tomadas como documentos históricos nos muestran aspectos relevantes de la obra y la personalidad de Rockdrigo, así como de la vida en México en la década de los ochentas.

José Xavier Návar y Rockdrigo en 1985

El periodista de rock José Xavier Návar -antaño representante del sello WEA- tiene en su poder otro material inédito, conocido como Los demos de Pepe Návar. En 2005 se anunció la posible edición de las grabaciones,* junto a un DVD con grabaciones en video de un recital de Rockdrigo y su banda Qual. El proyecto finalmente fue suspendido por problemas para establecer una negociación entre la familia de Rockdrigo y Pepe Návar.

En 2007 Amanda Lalena, hija única de Rockdrigo, inició una exitosa carrera musical bajo el pseudónimo de Amandititita.




Obra

Canciones más conocidas

  • Algo de suerte
  • Ama de casa un poco triste
  • Aventuras en el Distrito Federal
  • Balada del asalariado
  • Canicas
  • El asalto chido
  • El campeón
  • Estación del Metro Balderas
  • Huapanguero
  • La máquina del tiempo (Préstame tu máquina del tiempo)
  • Los intelectuales
  • No tengo tiempo de cambiar mi vida
  • No estoy loco
  • Oh, yo no sé (¿Por qué no me las prestas?)
  • Oye tú, pescador
  • Perro en el periférico
  • Pórtate sensato
  • Tiempo de híbridos
  • Ratas
  • Vieja Ciudad de Hierro,

entre otras...

Discografía oficial

Tras la muerte de Rockdrigo, Ediciones Pentagrama publicó los siguientes cuatro discos:

Bootlegs

Estas tres grabaciones, inicialmente lanzadas como bootlegs por algunos fans del músico a través de Napster, pueden descargarse gratuitamente con el permiso de la familia de Rockdrigo en el sitio rockdrigo.com.mx. A diferencia del material publicado por Ediciones Pentagrama en estas grabaciones Rockdrigo se muestra como un auténtico showman ingenioso y espontáneo.

Aparte, se han dado a conocer las siguientes canciones inéditas por algunos fans o amigos de Rockdrigo:

  • Bella esmeralda
  • Los sueños de Rip Van Winkle
  • El tren de los locos
  • La televisión

Arturo Meza musicalizó El hombre de plata para el disco Los rupestres a Rockdrigo. Antes sólo se conocía la letra de esta canción escrita por Rockdrigo.

Roberto Ponce hizo un cover de El tren de los locos a partir de una cinta que encontró de un recital de Rockdrigo en Tabasco.

Canciones perdidas de Rockdrigo

Canciones referidas por él propio Rockdrigo en entrevistas y conciertos, o bien, asentadas como poemas y letras de canciones, a partir de los cuadernos de apuntes rescatados del edificio Bruselas 8, en el libro Rockdrigo (El profeta del nopal) de Ediciones Pentagrama:

  • El Mercenario
  • El compadre que se va al espacio

Estas fueron mencionadas por Sara, la dueña del Café de los Artesanos, durante la grabación del concierto de Rockdrigo en Aguascalientes. También Fausto Arrellín ha hablado de la existencia de estas canciones.

Participaciones

Participó, en 1983, en el disco Radiocomplacencias, de Javier Bátiz, con el tema Blowin' in the Wind, original de su ídolo Bob Dylan.

Filmografía

Rockdrigo participó en dos películas:

Homenajes a Rockdrigo

Documentales

Homenajes en CD

Conmemoraciones

En 2005, el Gobierno del Distrito Federal realizó un concierto en memoria de Rockdrigo en la plancha del Zócalo de la ciudad de México.

Cada 19 de septiembre se realiza un concierto en memoria de Rockdrigo en los pasillos de la Estación Balderas del Metro.

Aunque ya desde 1995 se realizó un homenaje en su propia tierra por parte del Instituto Regional de Bellas Artes (IRBA), no es sino a partir del año 2004 cuando se han realizado anualmente los homenajes que llevan por nombre "Recordando a Rockdrigo". Estos homenajes se realizan, generalmente, a través de la Fonoteca del Archivo Histórico de Tampico y la familia y los amigos de Rockdrigo.

Libros

  • Rockdrigo. El profeta del nopal. Modesto López (Coord.) Ediciones Pentagrama, 1999. Editado a partir de los cuadernos de Rockdrigo rescatados por Gonzalo Rodríguez. Contiene cuentos, poemas y canciones previamente inéditos. La segunda parte del libro está compuesta por páginas de crítica sobre su obra y un compendio fotográfico.

El rock rupestre

En noviembre de 1983, a invitación de Jorge Pantoja y Ángeles Mastreta, se realizó el Segundo Festival de la Canción Rupestre del Museo del Chopo de la UNAM (antiguo Museo de Historia Natural, “el del dinosaurio”), una serie de presentaciones de músicos pertenecientes al movimiento de rock en español en la ciudad de México, artistas como Jaime López, Guillermo Briseño, Roberto González, Rafael Catana, Roberto Ponce, Alex Lora (por entonces recién separado del Three Souls in mi mind) y el propio Rockdrigo. (Cf. Booklet del CD Los Rupestres a Rockdrigo)

Aunque ya desde 1982 entre Jaime López y el saxofonista Alain Derbez habían organizado las primeras Jornadas de la creación rupestre en el Centro Cultural Ollin Yoliztli, Rockdrigo fue el autor del Manifiesto rupestre que acompañó a la difusión de la serie de conciertos en el Museo del Chopo. A diferencia de Jaime López, Rockdrigo sí se asumió como “rupestre”, y durante 1984 y 1985, desarrollaró y explotó ampliamente el concepto de un “rock de las cavernas”, esto es, elemental, deliberadamente antiestético, sin por ello dejar de componer otro tipo de canciones, a caballo entre el folclorismo y el rock con temática urbana.

Manifiesto rupestre (fragmento):

"Se trata solamente de un membrete que se cuelgan todos aquellos que no están muy guapos, ni tienen voz de tenor, ni componen como las grandes cimas de la sabiduría estética o (lo peor) no tienen un equipo electrónico sofisticado lleno de synthers y efectos muy locos que apantallen al primer despistado que se les ponga enfrente. Han tenido que encuevarse en sus propias alcantarillas de concreto y, en muchas ocasiones, quedarse como un chinito ante la cultura: nomás milando. Los rupestres son poetas y locochones, rocanroleros y trovadores, simples y elaborados; gustan de la fantasía, le mientan la madre a lo cotidiano, tocan como carpinteros venusinos y cantan como becerros en un examen final del conservatorio"

La imaginería rupestre en la obra de Rockdrigo:

Video en Youtube de la canción 'Tiempo de híbridos'

Teoría sobre un rock mexicano "más nacionalista"

Rock, son, blues, huapango. Géneros y conjugaciones estructurales (fragmento):

Existen, a mi entender, principalmente tres maneras de hacer rock y blues más nacionalistas sin que estas formas de composición se excluyan entre sí, y en un momento dado, la combinación de las dos podría ser una forma musical más completa para el movimiento rockero en español. La primera forma consiste en respetar el ritmo y la armonía original, tal cual es, pero utilizando el lenguaje y las experiencias cotidianas que nos pertenecen, para componer temas propios. A este respecto, es necesario señalar que el lenguaje en español es lo suficientemente rico, sintáctica y semánticamente, para lograr combinaciones adecuadas prácticamente para cualquier ritmo musical. Los ejemplos son prolíficos, no solamente en el rock, sino también en el country, la samba, el bossa nova, la balada neoclásica europea y muchas otras formas musicales.

La segunda forma consiste en hacer una especie de extrapolación de ritmos, me explico: respetando los cambios armónicos del rock o del blues, por ejemplo, podemos conjugar golpes rítmicos que caracterizan formas nacionales de creación musical; otra alternativa sería dotar a los cambios armónicos nacionales del golpe o del carácter que son inherentes al rock and roll. Los ejemplos en disco no abundan tanto como en la literatura, pero eso no quiere decir que no se pueda o que no se haya hecho ya.

La tercera forma consiste en la utilización simultánea de las dos antes descritas, que dan lugar, aunque de una manera híbrida, a un concepto relativamente más completo del rock mexicano o en español. La relativa facilidad con la cual esto puede lograrse, se desprende de la afinidad entre los elementos esenciales de las diferentes formas de composición popular.Pongamos por caso el corrido, el rock, el huapango y el blues: los cuatro coinciden armónicamente en su estructura básica, a excepción, claro, de los rocks y huapangos más elaborados de los grandes compositores, pero, sencillos y directos, en general, los cuatro se apoyan sobre tres acordes: subdominante, tónica y tónica dominante. Los cambios armónicos son similares también, y no sólo fortuitamente. Lo que cambia solamente es el ritmo: en el huapango es rápido, cadencioso y de golpe elaborado; en el rock es violento y matizado; y en el corrido el golpe es cerrado, veloz e inmediato (aún cuando existan versiones lentas de todas estas formas, éstas siguen prácticamente los mismos patrones). Algo bastante característico del blues, es que no solamente su ritmo le da el carácter melancólico que tiene, sino que también las llamadas "notas blues" (terceras y séptimas disminuidas: notas que, por cierto, se pueden trasladar al huapango con facilidad) ayudan a definir su intención.

Aparte del paralelo armónico del blues y el huapango, estos géneros coinciden en la improvisación. De hecho, en los dos ocupa un lugar privilegiado, si no es que principal: los violines y los requintos no son por lo general melodías prefabricadas sino formas libres, y es común encontrar desarrollos a partir de elementos constantes. Del mismo modo, en los versos bluseros o huapangueros existe cierta flexibilidad: partiendo de alguna frase conocida o de un hecho particular se le van inventando otras frases que rimen entre sí, para poder así redondear una serie de imágenes que crean espacios similares.

Ahora bien, no solamente se puede experimentar de esta manera, a partir de sus características elementales, sino que también utilizando otros recursos se pueden incorporar y recombinar entre sí los mismos instrumentos musicales. Por ejemplo, en un rock-ópera con temas nacionales o autóctonos…, se pueden utilizar sin problema los instrumentos prehispánicos, adecuándolos a los eléctricos. Las posibilidades son muchísimas, y depende de la imaginación y las capacidades de cada músico. No hay por qué tener miedo a la experimentación. Hay alguna gente en el campo comercial, por ejemplo, que utiliza ya el sintetizador con los mariachis… (Libro Rockdrigo (El profeta del nopal), Ediciones Pentagrama, 2003)

En una entrevista realizada en 1984, Rockdrigo declaraba que después de haber hecho algunos experimentos fusionando diversos ritmos -se refería a su suite huapango-blues Ya no juego-, había tomado la decisión de respetar la particularidad de cada ritmo. (Cf. Rockdrigo en Radio Mexiquense, pistas 6-9)

La producción de Rockdrigo es diversa, pero tampoco es una obra explícitamente mestizófila. En efecto, aunque en algunas de sus canciones Rockdrigo continuó explorando las posibilidades de la música tradicional mexicana (son, huapango), o bien las de la música norteamericana (country, blues, rock), nunca más intentó fusionar la diversidad de tradiciones musicales en un todo orgánico.

Ello no obstante y a manera de homenaje a esta reflexión teórica sobre el rock mexicano elaborada por Rockdrigo, Iraida Noriega y Los Rastrillos, casi dos décadas más tarde, realizaron una nueva versión del tema Tiempo de híbridos a partir de la hipotética posibilidad de fusionar tradiciones musicales diversas (Cf. disco Ofrenda a Rockdrigo González, Productora de onda/Fonarte Latino, 2003; el booklet del CD contiene fragmentos del texto Rock, son, huapango, blues...). En esta versión el acompañamiento musical está compuesto a partir de ritmos e instrumentos tradicionales mexicanos mezclados con reggae, ska e improvisaciones vocales a la manera del jazz ( scat); los requintos iniciales de música ranchera (aprendidos, según Rockdrigo, del también tamaulipeco "don Cuquix Sánchez") se fusionan con instrumentos de cuerda para producir un efecto recargado; también se incluyen algunos efectos de sonido (un pterodáctilo hacia el minuto 2:09, otro dinosaurio hacia el minuto 2;18, una flauta prehispánica, a partir del 2:46); se oye el scratch de un disk jockey, etcétera. Iraida Noriega y Los Rastrillos: 'Tiempo de híbridos', versión del 2003, con imágenes de la presentación del CD Ofrenda a Rockdrigo en el Faro de Oriente

Datos curiosos

  • Actualmente, en los pasillos de la Estación Balderas de la línea 3 del Sistema de Transporte Colectivo (Metro) en la ciudad de México, existe una placa conmemorativa con la letra de la canción Estación del Metro Balderas.
  • Rockdrigo y su canción Estación del Metro Balderas forman parte de la serie placas conmemorativas del Paseo del Rock Mexicano en la ciudad de México.
  • El grupo originario de Monterrey El Gran Silencio adoptó ese nombre en honor a la canción homónima de Rockdrigo.
  • El último disco de Ediciones Pentagrama a partir de las grabaciones de Rockdrigo data de 1992.

Véase también

Referencias bibliográficas

  • Arana, Federico, Huaraches de ante azul. Historia del Rock en México, Ed. Posada, México, 1984-1988. | Federico Arana también hace referencia a la obra de Rockdrigo en el disco de Naftalina publicado en 1986. Arana utiliza el arreglo musical de Estación del Metro Balderas en la última canción de su particular interpretación de la historia del rock mexicano. (Historia del rock de aquí, de México (álbum).
  • Hernández, Mark "Chronicles of Mexico City Life: The Music of Rockdrigo González", Studies in Latin American Popular Culture, Vol. 26/2007, The University of Arizona Tucson, 2007. | Mark Hernández ha incluido una entrada sobre Rockdrigo en una Enciclopedia de Cultura Latinoamericana en lengua inglesa, de próxima publicación. Además, en 2007 presentó la ponencia "Life in the Megalopolis. Mexican comic books and the music of Rockdrigo González", durante la conferencia de la Asociación Internacional de Estudios sobre la Música Popular (IASPM) en la Universidad Iberoamericana.
  • López, Modesto (ed.) Rockdrigo (El profeta del nopal), Ediciones Pentagrama, México, 1999. | Interesante recopilación de textos literarios de Rockdrigo, artículos y entrevistas. Incluye un compendio fotográfico y tablaturas para guitarra. Prólogo de José Agustín, Introducción de Roberto Ponce. (El título del libro comete el error de identificar a Rockdrigo con el profeta del nopal, situación señalada y explicada posteriormente por Roberto Ponce en un su columna Canto Rodado, publicada en septiembre de 2005 en el Semanario Proceso.)
  • Ramírez Gómez, José Agustín, La contracultura en méxico. Historia y significado de los rebeldes sin causa, los jipitecas, los punks y las bandas. Editorial Grijalbo, México, 1996. | José Agustín es el autor que más ha contribuido a la comprensión sobre la importancia de la obra de Rockdrigo en el panorama de la culturas subalternas en México.
  • Torres Medina, Violeta. Rock-eros en concreto. Génesis e historia del rock-mex (INAH, 2002). Cf. especialmente el apéndice dedicado a analizar musicalmente la estructura de algunas canciones del rock mexicano y el glosario sobre los subgéneros y tendencias en la historia del rock mexicano.
  • Velasco, Jorge, El canto de la tribu, Dirección General de Culturas Populares e Indígenas, México, 2006

Notas

Sobre el anuncio de la posible edición de Los demos de Pepe Návar véase: La mosca en la pared. Número de septiembre de 2005

Enlaces externos