Diferencia entre revisiones de «Software propietario»

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Revisión del 14:55 17 mar 2010

El software propietario (también llamado privativo o de código cerrado) es cualquier programa informático en el que el usuario final tiene limitaciones para usarlo, modificarlo o redistribuirlo (con o sin modificaciones), o cuyo código fuente no está disponible o el acceso a éste se encuentra restringido por un acuerdo de licencia, o por tecnología anticopia.

Para la Fundación para el Software Libre (FSF) este concepto se aplica a cualquier software que no es libre o que sólo lo es parcialmente (semilibre), sea porque su uso, redistribución o modificación está prohibida, o requiere permiso expreso del titular del software.

En el software de código cerrado una persona física o jurídica (compañía, corporación, fundación, etc.) posee los derechos de autor sobre un software lo que le da la posibilidad de controlar y restringir los derechos del usuario sobre su programa. Esto implica por lo general que el usuario sólo tiene derecho a ejecutar el software y no dispone de acceso a su código fuente o aún teniendo acceso a él no tiene derecho a modificarlo ni distribuirlo.

De esta manera, un software sigue siendo de código cerrado aún si el código fuente es hecho público, cuando se mantiene la reserva de derechos sobre el uso, modificación o distribución (por ejemplo, en la versión comercial de SSH o el programa de licencias shared source de Microsoft).

Historia

Es documentalmente demostrable que en los años 60 los laboratorios Bell proporcionaron el código fuente de su sistema operativo UNIX,[1]​ y tiempo después comenzó a existir lo que se conoce como software de código cerrado. Sin embargo hay que destacar que, al inicio de la era de la informática, era común que agrupaciones científicas estuvieran dispuestas a ceder su código a terceros sin un pago por el mismo ya que tampoco había una política que lo reglamentara y además era un beneficio común conocer los desarrollos ajenos en busca de la estandarización.[2]

Pasado el tiempo es en 1972 cuando el gobierno de los Estados Unidos obliga a IBM a distinguir entre software y hardware que hasta entonces no se distinguían claramente, dando lugar a los primeros intentos de cerrar el código de los programas. Aún en esa época, se encontraban en revistas como Creative Computing y Byte hojas y hojas llenas de código libre.[3]

Terminología utilizada.

No existe consenso sobre el término a utilizar para referirse al opuesto del software libre. Entre los términos más usados, sin ningún orden en particular, se encuentran:

Software propietario

La expresión software propietario proviene del término en inglés "proprietary software". En la lengua anglosajona, "proprietary" significa «poseído o controlado privadamente» («privately owned and controlled»), que destaca la manutención de la reserva de derechos sobre el uso, modificación o redistribución del software. Inicialmente utilizado, pero con el inconveniente que la acepción proviene de una traducción literal del inglés, no correspondiendo su uso como adjetivo en el español, de manera que puede ser considerado como un barbarismo.

El término "propietario" en español resultaría inadecuado, pues significa que «tiene derecho de propiedad sobre una cosa»,[4]​ por lo que no podría calificarse de "propietario" al software, porque éste no tiene propiedad sobre nada (es decir, no es dueño de nada) y, además, no podría serlo (porque es una cosa y no una persona). Asimismo, la expresión "software propietario" podría ser interpretada como "software sujeto a propiedad" (derechos o titularidad) y su opuesto, el software libre, está sujeto al derecho de autor.

Con la intención de corregir el defecto de la expresión "software propietario" aparece el llamado "software con propietario", sin embargo se argumenta contra del término "con propietario" justamente su similitud con proprietary en inglés, que sólo haría referencia a un aspecto del software que no es libre, manteniendo una de las principales críticas a éste (de "software sujeto a derechos" o "propiedad"). Adicionalmente, si "propietario" refiere al titular de los derechos de autor (y está claro que no puede referir al usuario, en tanto éste es simplemente un cesionario), no resuelve la contradicción: todo el software libre tiene también titulares de derechos de autor.

Software privativo

La expresión software privativo comenzó a ser utilizada por Richard Stallman, desde el año 2003, en sus conferencias sobre software libre, pues sería más adecuada que "software propietario".

El término "privativo" significa "que causa privación o restricción de derechos o libertades", justamente lo que se pretende describir con él: la privación a los usuarios de sus libertades en relación al software, esto desde el punto de vista de las organizaciones que apoyan las opciones de código abierto.

Este término haría referencia a una propiedad diferente a la de ser un software no libre, ya que la principal acepción de "privativo" es que «causa privación o la significa».[5]​ En este sentido, el contrario de "software privativo" sería "software no privativo", es decir, sin limitaciones o como se le conoce: de dominio público. Así, software libre y su opuesto serían ambos conceptos diferentes a los sugeridos por "software privativo".

Asimismo, este término sería aplicable, en sentido figurado, al software cuyo coste es realmente alto, no pudiendo ser soportado por un particular, caso muy común en el software diseñado para realizar labores muy específicas, con independencia a si éste es libre o no.

Software no libre

La expresión software no libre (en inglés non-free software) es usado por la FSF para agrupar todo el software que no es libre, es decir, incluye al llamado en inglés "semi-free software" (software semilibre) y al "propietary software".[6]

Asimismo, es frecuentemente utilizado para referirse al software que no cumple con las Directrices de software libre de Debian, las cuales siguen la misma idea básica de libertad en el software, propugnada por la FSF, y sobre las cuales está basada la definición de código abierto de la Open Source Initiative.

Software de código cerrado

La expresión software de código cerrado nace como antónimo de software de código abierto y por tanto se centra más en el aspecto de ausencia de acceso al código que en en los derechos sobre el mismo. De todas formas su uso también equivale al de software propietario en el sentido de restricción de derechos sobre el software.

Es un término más neutral al no implicar al movimiento del software libre, véase la denominación "software no libre", ni ejercer posibles connotaciones subjetivas como "software privativo".

Software privado

La expresión software privado es usada por la relación entre los conceptos de (tener) propietario y ser privado.

Este término sería inadecuado debido a que, en una de sus acepciones, la palabra "privado" se entiende como antónimo de "público", o sea, que «no es de propiedad pública o estatal, sino que pertenece a particulares»,[7]​ provocando que esta categoría se interpretara como no referente al Estado, lo que produciría la exclusión del software (no libre) generado por el aparato estatal.

Además, al igual que con el término "software privativo", el contrario "literal" de "software privado", es decir, el "software público" se asocia generalmente con software de dominio público.

Criticas

En la filosofía del proyecto GNU consideran inmoral la instalación del software de código cerrado.[8]​ Su fundador, Richard Stallman ha indicado en múltiples ocasiones que el software de código cerrado al ser adquirido por un particular genera inmediatamente un dilema ético si se muestra tal programa a un amigo y este nos lo pide, aparece el dilema: o soy un buen cliente y entonces mal amigo -por no compartir- o soy un buen amigo y entonces mal cliente y en algunos casos perseguido por la ley por prestar mi software.[9]

Dadas las características del software de código cerrado un usuario común ignora absolutamente el contenido del mismo y por tanto si existe dentro de las líneas del código alguna amenaza contra su equipo o su información, además el usuario no sólo tiene prohibido el intentar eliminar o cambiar esa parte del código sino que puede ser perseguido por la ley por el hecho de intentar conocer si existe tal amenaza en dicho software.

Por otra parte, en una sociedad de la información, el software se ha convertido en una herramienta importante de productividad, y una licencia de software privativo constituye una acuerdo o contrato entre dos sujetos jurídicos que voluntariamente acuerdan las condiciones de uso de un programa.


Véase también

Referencias

Enlaces externos