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== Bibliografía ==
== Bibliografía ==
* {{cita libro | apellidos = Emsley | nombre = John | enlaceautor = | título = The Elements of Murder: A History of Poison | editorial = Oxford University Press | año = 2005 | ubicación = Nueva York | id = ISBN 0–19–280599–1}}
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== veneno
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== Enlaces externos ==
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Strychnos toxifera, una planta utilizada para la elaboración de venenos para flechas o dardos.

La historia del veneno[1]​ se extiende desde antes del 4500 a. C. hasta la actualidad. Los venenos han sido usados para muchos propósitos durante toda la existencia humana, más comúnmente como armas, antisueros y medicamentos. El veneno ha hecho posible grandes progresos en ramas de la medicina, toxicología y tecnología, entre otras ciencias.

El veneno fue descubierto en la Edad Antigua y fue utilizado por tribus y civilizaciones como herramienta de caza para acelerar y asegurar la muerte de sus presas o enemigos. Este uso del veneno fue cada vez más sofisticado y muchos de estos pueblos antiguos empezaron a forjar armas diseñadas específicamente para mejorar el envenenamiento. Luego, en particular en la época del Imperio romano, uno de los usos más extendidos para el veneno fue el asesinato. Tan temprano como en 331 a. C., se registraron envenenamientos en la comida o en las bebidas y la práctica se convirtió en común. El uso de sustancias fatales se presentaba en cada clase social: la nobleza las usaría a menudo para deshacerse de oponentes políticos o económicos.

En la Edad Media europea, el veneno se convirtió en una forma popular de matar, aunque existían curas para muchos de los venenos más ampliamente conocidos. Esto fue estimulado por la disponibilidad creciente de venenos; tiendas conocidas como apotecas que vendía varios productos medicinales se abrieron al público y, desde allí, las sustancias que habían sido usadas tradicionalmente con propósitos curativos fueron empleadas para otros más siniestros. Aproximadamente en la misma época, otras áreas del mundo hicieron grandes avances en términos de venenos: los árabes habían elaborado con éxito arsénico inodoro y transparente, convirtiendo a los asesinatos en imposibles de detectar. Esta "epidemia de veneno" se extendió también en partes de Asia por esta época.

A lo largo de los siglos, el uso de venenos para medios desviados y efectos nocivos siguió en aumento. Los medios de curación contra estos venenos también siguió avanzando, pero surgieron nuevos venenos y se hicieron populares entre los criminales. En la actualidad, el envenenamiento por intención nociva es menos frecuente y el riesgo de envenenamiento accidental existe ahora más en sustancias y productos de la vida cotidiana. Además, su uso se ha ampliado exponencialmente; el veneno es a menudo utilizado como un pesticida, desinfectante, solución de limpieza o conservantes, entre otros. A pesar de ello, el primer uso del veneno (como herramienta de caza) aún se mantiene en lugares remotos de países en desarrollo, especialmente en África, América del Sur y Asia.

Antigüedad

Un ejemplo de una espada y punta de lanza de pedernal, armas usadas para cazar en tiempos antiguos.

Descubrimientos arqueológicos prueban que mientras los primeros homínidos utilizaron armas convencionales, tales como hachas, garrotes y espadas, buscaron formas más sutiles y destructivas para causar la muerte, algo que podía ser alcanzado por medio del veneno.[2]​ Se han hallado ranuras para almacenar venenos, tales como tubocurarina, en las armas y herramientas de caza, lo que mostraría que los primeros humanos había descubierto venenos de potencia variable y los aplicaron a sus armas.[2]​ Se especula que este uso y existencia de estas sustancias extrañas y nocivas fue mantenido en secreto al interior de los miembros más importantes de las tribus o clanes y fueron vistos como emblemas de un gran poder. Este podría haber dado lugar al surgimiento del concepto del "chamán" o "doctor hechicero".[2]

Una vez que se descubrió el uso y el peligro de los venenos, se hizo evidente que algo debía hacerse. Mitrídates VI, rey de Ponto (un antiguo Estado helenístico del norte de Anatolia), alrededor del 114-63 a. C., vivía en constante temor de ser asesinado por medio de envenenamiento. Por ello, se convirtió en un arduo pionero en la búsqueda de una cura para los venenos.[2]​ En su posición de poder, fue capaz de probar venenos en criminales que enfrentaban la ejecución y, luego, probar si existía un posible antídoto. Finalmente, descubrió una fórmula que combinaba pequeñas porciones de docenas de remedios de hierbas muy conocidos en la época, a la cual denominó "Mithridatium".[2]​ Este descubrimiento se mantuvo en secreto hasta que su reino fue invadido por Cneo Pompeyo Magno. Luego, las prescripciones del antídoto de Mitríades y las notas de plantas medicinales fueron llevadas a Roma, donde fueron traducidas al latín.[3]

Plinio el Joven describió más de 7.000 tipos de venenos, uno de los cuales detalla como "la sangre de un pato encontrado en cierto distrito de Ponto que debía vivir con comida envenenada, para ser luego utilizada en la preparación del Mithridatum debido a que se alimentó de plantas venenosas y no sufrió ningún daño."[2]

El cirujano indio Sushruta definió las etapas del envenenamiento lento y los remedios para estos casos. También mencionó antídotos y el uso de sustancias tradicionales para contrarrestar los efectos del envenenamiento.[4]

India

En la India antigua, se utilizaron armas con veneno.[5]​ Las tácticas guerreras en la Antigua India hacen referencia al veneno. Un verso en sánscrito lo menciona:

Jalam visravayet sarmavamavisravyam ca dusayet.
Las aguas de fuentes debían ser mezcladas con veneno y, por tanto, contaminadas.[5]

Chānakya (c. 350-283 a. C.), también conocido como Kautilya, fue un consejero y primer ministro[6]​ al primer emperador Maurya Chandragupta (c. 340-293 a. C.). Kautilya sugirió medios de empleo tales como la seducción, uso secreto de armas y veneno para ganancias políticas.[7]​ También recomendó tomar precauciones minuciosas contra el asesinato, tales como probar la comida y elaborar manera de detectar el veneno.[8]​ Además, la pena de muerte por violaciones a los decretos reales fue frecuentemente administrada a través del uso de veneno.[9]

Egipto

A diferencia de muchas civilizaciones, los registros egipcios sobre conocimiento y uso de venenos solo pueden ser fechados hasta aproximadamente 300 a. C.; sin embargo, se cree que el primer faraón egipcio, Menes, fundador de la Dinastía I c. 3050 a. C., estudió las propiedades de las plantas venenosas y de los venenos, según fuentes tempranas.[2]

La evidencia sobre conocimiento relacionado a los venenos en Egipto puede ser rastreado a los escritos del alquimista Agathodiamon (100 a. C. approx.), quien habló de un mineral (no identificado) que cuando era mezclado con natrón producía un 'veneno ardiente'. Describió este veneno como uno que "desaparecía en el agua", dada una solución clara. Este 'veneno ardiente' podía existir cuando se mezclaba con agua las raíces de algunos de tales venenos que eran invisibles, lo que indica que un veneno elusivo como ese podía haber estado disponible en algunas civilizaciones como la egipcia tan temprano como en 100 a. C.[10]​ Aparentemente, este alquimista creó el arsénico trióxido, el mineral no identificado que habría tenido que ser o bien rejalgar o bien oropimente debido a la relación entre el mineral no identificado y sus otros escritos.[10]

También se cree que los egipcios tuvieron conocimientos sobre elementos tales como el antimonio, cobre, arsénico, plomo, opio y la mandragora, entre otros. Ahora se piensa que los egipcios fueron los primeros en dominar propiamente la destilación y a manipular el veneno que puede ser obtenido de las semillas de durazno.[2]

Finalmente, se dice que Cleopatra VII se envenenó a sí misma con un áspid tras enterarse de la muerte de Marco Antonio. Antes de su muerte, se dice que utilizó a muchas de sus sirvientas para que actuaran como conejillas de indias para probar diferentes venenos, incluyendo la belladona, beleño y la nuez vómica (de donde se extrae la estricnina).[11]

Roma

Un busto del emperador romano Nerón, quien usó cianuro para deshacer de miembros de su familia indeseados.

En la Antigua Roma, el envenenamiento llevado a cabo durante la alimentación o bebida no fue extraña, o incluso poco común, y sucedió desde fecha tan temprana como 331 a. C.[2]​ Estos envenenamientos habrían sido usados por razones de provecho propio en todas las clases y órdenes sociales. El escritor Tito Livio describe el envenenamiento de miembros de la clase alta y la nobleza romana. Asimismo, sostuvo que se conocía que el emperador Nerón había preferido el uso de veneno en sus parientes y que incluso contrató a un envenenador personal. Según Tito Livio, el veneno preferido de Nerón era el cianuro.[2]

Su predecesor, Claudio, fue supuestamente envenenado con hongos o hierbas venenosas;[12]​ sin embargo, los relatos sobre la forma en que Claudio murió varían en gran medida. Su catador Halotus, su médico Jenofonte y la envenenadora Locusta han sido todos acusados de haber sido los administradoras de la fatal substancia, pero Agripinila, su última esposa, es considerada como la más probable en haber arreglado su asesinato y haber incluso administrado ella misma el veneno. Algunas fuentes informan que murió tras una agonía prolongada tras ingerir una sola dosis en su cena, mientras que otros dicen que se recuperó, solo para ser envenenado una vez más por una pluma mojada en veneno que fue introducida en su garganta bajo el pretexto de ayudarlo a vomitar[13]​ o por un enema.[12]​ Se considera que Agripinila es la principal sospechosa de haber asesinado a Claudio, debido a que ambicionaba que su hijo Nerón ascendiera al trono imperial y Claudio había empezado a sospechar de sus intrigas.[14]

Edad Media

Europa

Durante la Edad Media europea, cuando la naturaleza de los venenos era más conocida que simplemente la proveniente de la magia y la brujería, había vendedores y proveedores de pociones y venenos, conocidos como boticarios. [15]​ A pesar de que ya eran conocidos los usos médicos de los venenos, no era un secreto que las personas compraban venenos por razones menos útiles o legales. Los alquimistas que trabajaban con estos boticarios sufrieron un riesgo considerable por su salud, al manipular de forma cercana estas sustancias venenosas.[16]​ Al mismo tiempo, en otras áreas del mundo, el avance tecnológico de los venenos se estaba expandiendo y, por ejemplo, en el mundo árabe, se logró hacer un arsénico transparente, inodoro e insípido para ser aplicado a una bebida, un método que permitiría que los asesinatos por este medio no fueran detectados por lo menos durante un milenio.[17]

En la recopilación de Geoffrey Chaucer, Los cuentos de Canterbury, un texto que existía en torno al siglo XIV-siglo XV describía a un asesino comprando veneno de un boticario para librar una plaga de ratas:

Se dirigió a un boticario de la ciudad y le pidió que le vendiese veneno para matar ratas [...] El boticario le contestó: "Te daré algo. Te aseguro, como espero ganar la gloria del Cielo, que este veneno es tan fuerte que no existe criatura viviente en el mundo que no pierda la vida inmediatamente; así caerá muerto en menos tiempo que canta un gallo, tanto si come como si bebe de esta poción, aunque solamente sea la cantidad necesaria para empapar un grano de trigo."[18]

Este es un ejemplo de un gran cantidad de literatura relativa al veneno, ya que los venenos y las pociones fueron un tema muy popular en la ficción, como es el caso de las obras de Shakespeare. Tanto los textos de ficción como los de no ficción fueron escritos, en su mayor parte, por monjes, cuyo conocimiento y sabiduría era respetada.[15]

Un ejemplo de obra de no ficción es El libro de los Venenos, un libro que describió los venenos conocidos de la época, sus efectos y usos, que fue escrito por Magister Santes de Ardoynis en 1424. También recomendaba los tratamientos más conocidos para cada veneno. A pesar de ello, se considera probable que estas obras fácticas no hayan hechos públicas, sino que fueron mantenidas al interior de apropiados círculos eruditos de estudio e investigación.[15]

Renacimiento

Véase también

Referencias

  1. Veneno es definido como una "sustancia que causa muerte o daños cuando es tragado o absorbido".Colins Dictionaries (2001). Collins English Dictionary (en inglés). HarperCollins. p. 594. ISBN 0-007-66691-8.  o bien como una "sustancia que, incorporada a un ser vivo en pequeñas cantidades, es capaz de producir graves alteraciones funcionales, e incluso la muerte."Real Academia Española (2001). «Veneno». Diccionario de la lengua española. Consultado el 12 de marzo de 2009. 
  2. a b c d e f g h i j Thomas Holdsworth; Katharine Tasker, Andrew Thompson, Lyndsey Thomson, Lynday Wiles y Joanna Willis. «Poisoning in Ancient Times» (en inglés). Consultado el 12 de marzo de 2009. 
  3. Grout, James. «Mithridatum» (en inglés). Consultado el 12 de marzo de 2009. 
  4. Wujastyk, D. (2003). The Roots of Ayurveda: Selections from Sanskrit Medical Writings (en inglés). Londres; Nueva York: Penguin Books. p. 144. ISBN 0-14-044824-1. 
  5. a b Chatterjee, Hiralal (1958). International Law and Inter-state Relations in Ancient India (en inglés). Calcuta: Mukhopadhyay. p. 104. 
  6. Boesche, Roger (January de 2003). «Kautilya's Arthaśāstra on War and Diplomacy in Ancient India». The Journal of Military History 67 (1): 9-37. ISSN 0-899-371-8.  "Kautilya [es] algunas veces denominado un canciller o primer ministro en Chandragupta, algo así como Bismarck…"
  7. Chamola, S.D. (207). Kautilya Arthshastra and the Science of Management: Relevance for the Contemporary Society. Gurgaon: Hope India Publications. p. 40. ISBN 8-178-71126-5. 
  8. Boesche, Roger (septiembre de 2002). «Moderate Machiavelli? Contrasting The Prince with the Arthashastra of Kautilya». Critical Horizons (en inglés) (Brill Academic Publishers) 3 (2). ISSN 1440-9917. doi:10.1163/156851602760586671. 
  9. Archer, Christon I. (2002). World History of Warfare (en inglés). Lincoln: University of Nebraska Press. p. 48. ISBN 0-803-24423-1. 
  10. a b Emsley p.2-3
  11. Magic and Medicine of Plants. Pleasantville, N.Y: Reader's Digest Association. 1986. p. 389. ISBN 0-89577-221-3. 
  12. a b Suetonio. Claudio
  13. Tácito; Annales XII 64, 66–67;
  14. Versiones sobre su muerte: Suetonio Claudio 43, 44; Tácito; Anales XII 64, 66–67; Plinio el Viejo Historia Natural, II 92, XI 189, XXII 92.
  15. a b c «Medieval poisons». Consultado el 1 de abril de 2007. 
  16. Emsley, pág. 2
  17. «A Brief History of Poisoning». Consultado el 21 de abril de 2007. 
  18. "El bulero". En: Los cuentos de Canterbury, líneas 565-581. Disponible en línea

Bibliografía

  • Emsley, John (2005). The Elements of Murder: A History of Poison. Nueva York: Oxford University Press. ISBN 0–19–280599–1. 

Enlaces externos