Changos

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Pueblos indígenas de Chile

Los camanchacos, camanchangos o simplemente changos[1]​ fueron una etnia que habitaba entre Camaná (Perú) y la región de Coquimbo en Chile en la costa centro-occidental sudamericana. Se dedicaban a la pesca, actividad para la cual utilizaban balsas hechas con cueros de lobos marinos inflados. Sobre estos flotadores, sujetaban una plataforma de madera, que permitía transportar de uno a cuatro navegantes. Este tipo de embarcación era usada por ellos sólo para la pesca costera, mientras que para el transporte a largas distancias usaban balsas de troncos. Para la pesca utilizaban un arpón de hueso, amarrado a un cordel de cuero. Se agrupaban en pequeñas familias y rendían culto a los muertos, a los que enterraban junto con sus herramientas. Las tribus habitaban la larga faja de la costa comprendida entre: Camaná y Tongoy en las playas de La Quiaca, Boca del Río, La Yarada, Ite, Arica, Iquique, Tocopilla, Paposo y Taltal. Se advierte que la denominación Chango o Camanchaco sólo se utiliza para agrupar a los distintos pueblos costeros prehispánicos de Perú y Chile que en muchos casos no tenían una historia, cultura, ni origen similar.

Características

Vivían especialmente de pescado, mariscos y huevos de aves guaneras, productos del mar (venerado como Mama Cocha). También tenían relaciones comerciales con los asentamientos pre y post incaicos del interior, como los oasis de Pica y Guatacondo. Los conquistadores españoles quedaron impresionados por su particular modo de vida, que consideraron primitivo. Debido a su condición de marinos, tenían el pelo decolorado a la vez que la piel rojiza, producto del consumo de sangre de lobo marino, que utilizaban como complemento ante la escasez de agua. La talla media de esta etnia en edad adulta era de 1,60 m entre los varones y 1,45 m entre las mujeres.

Según lo narrado por Fray Reginaldo de Lizárraga, al cazar un lobo de mar bebían su sangre y entre sus barbas quedaba parte de la misma, la cual se pudría. De resultas de esto, de acuerdo al religioso, su piel estaba perforada por los agujeros de los gusanos.

en este trecho de tierra hay algunas caletillas con poca agua salobre, donde se han recogido y huido algunos indios pescadores, pobres y casi desnudos; los vestidos son de pieles de lobos marinos, y en muchas partes de esta costa beben sangre de estos lobos a falta de agua; no alcanzan un grano de maíz, no lo tienen; su comida sola es pescado y marisco. Llaman a estos indios camanchacas, porque los rostros y cueros de sus cuerpos se les han vuelto como una costra colorada, durísimos; dicen les previene de la sangre que beben de los lobos marinos, y por este color son conocidísimos.

Idioma

De su idioma no hay mucha certeza y se les ha atribuido tanto una lengua particular como aymara o mapudungun. Como evidencia en favor de esta última afirmación se ha presentado una lista de palabras de la segunda mitad del siglo XIX.[2]

Pescadores

Fabricaban sus propias canoas con dos cueros de lobo marino, cosidos con tripas secas de llamas, las uniones eran calafateadas (tapadas) con sustancias impermeables dejando en cada uno un pequeño agujero con una tripa para inflar los odres, según se necesitase, una tabla de buenas proporciones se instalaba al medio, y remos de paletas completaban la embarcación; las actividades más importantes que realizaban en ellas eran la caza y la pesca. Creían en la otra vida y por eso enterraban a sus muertos con sus instrumentos de pesca y caza, los que debían serles útiles en su nueva existencia; esto hace suponer que tenían creencias religiosas de gran arraigo.

Eran diestros pescadores, conocían el empleo de la sal para hacer charqui de pescado o bolsas de pescado salado, que era parte de su moneda de trueque para conseguir, frutas y licores de otros grupos étnicos que habitaban los valles como lupacas, coles, uros, atacameños, puquinas.

Como ya se ha apuntado, eran nómadas, y recorrían las orillas del mar en busca de sustento, vivían provisionalmente en tolderías de cueros de lobos o focas que les servían también para sus rústicas balsas movidas a remo de tallo de chañal; fabricaron sus redes de algodón. Cuando pescaban su vestimenta era casi nula.

Changos y camanchacos

Región del Colesuyo.

La expansión tiahuanaca del siglo IX se desplazó por todo el Colesuyo y encontró en la costa poblados tal vez milenarios como los camanchacos, puquinas, atacameños y urus. La zona desértica entre Tacna y Tarapacá estaba habitada por esta tribu de pescadores, que usaban la sal para hacer charqui de pescado y las pieles de lobo marino para sus balsas; pero que no conocían la agricultura. Los collas llamaron camanchacos a los pobladores de la región por la neblina que encontraron a su paso (camanchaca es neblina en aimara). Los conquistadores españoles los llamaron camanchangos o simplemente changos.

El cronista Fray Reginaldo Lizárraga los describe como pescadores pobres que vivían en caletas, casi desnudos y que se alimentaban de pescado y mariscos. En el depósito de encomienda dado al español Lucas Martínez, en 1540, se menciona la presencia de un grupo pescador camanchaco en Ilo, medianamente poblado.

María Rostworowski indica "... los principales asentamientos de pescadores de Moquegua, Tacna, Arica y al sur hasta Tarapacá, se hallaban establecidos en el litoral y en la boca de los ríos formando aldeas particulares, bajo la autoridad de sus propios jefes"

Se tiene la casi absoluta certeza que "changos" fue una denominación que dieron los españoles a diversas etnias que compartían elementos culturales e incluso genéticos en el área costera meridional del Perú y septentrional de Chile. Los españoles habrían comenzado a denominar de este modo a las poblaciones del sector costero ya referido recién a partir del año 1659. A los changos o camanchacos también les llamaron los españoles "uros independientes" o "uros de la costa".

Pero, en opinión de María Rostworowski, el nombre camanchacas, prácticamente es sinónimo de pescadores y recurre a Cuneo Vidal que señala que camanchaco, camanchango o chango eran voces para designar a los mismos grupos de pescadores; la palabra chango habría derivado de las primeras, aseveración esta última que nos parece acertada y que podemos refrendar, teniendo en consideración el documento que hemos citado en líneas precedentes.
Castro R., Victoria. Departamento de Antropología. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile.[1]

Para otros historiadores la palabra "chango" parece ser runa simi y es de uso genérico y significaría "pequeño" o "muchacho". Los quechua colonizarían la región en el siglo XIV.

Extinción

Según los registros etnohistóricos, los changos que habitaban la región del río Loa en 1866 se apellidaban Sinquilla, Llombeque, Seyama, Vilayo, Casana, Capollo, Cissama, Llapa, Huaca, Sullo.

Esta etnia se extinguió alrededor del año 1890 siendo sus últimos asentamientos la caleta Paposo perteneciente a la ciudad de Taltal y en La Quiaca en Tacna.

Sus descendientes no mantienen recuerdos de sus antepasados changos ni algún rasgo cultural distintivo y se han mixogenizado con criollos e incluso con descendientes de melanoafricanos y chinos.

Referencias

  1. Castro R., Victoria (2001). «Castro R., Victoria. Atacama en el tiempo. territorios, identidades, lenguas. (Provincia El Loa, II Región). Anales de la Universidad de Chile, VI serie: Nº13, Agosto 2001». Provincia El Loa, Chile. Consultado el 2007. 
  2. D'Ans, André-Marcel (1977). «Chilueno ou arauco, langue des Changos du nord du Chile (dialecte mapuche septentrional)». Amerindia (en francés) (2). 

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