Campo de concentración de Dachau

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Para el pueblo bávaro del mismo nombre, véase Dachau (Baviera).
Entrada principal al Campo de concentración de Dachau, donde funciona actualmente un monumento conmemorativo y museo sobre el Holocausto y la persecución política en el Tercer Reich.

El Campo de concentración de Dachau fue un campo de concentración nazi cercano al pueblo de Dachau, a 13 km al noroeste de Múnich, en Baviera (sur de Alemania).

El campo fue construido sobre una fábrica de pólvora en desuso y sus instalaciones principales fueron terminadas el 21 de marzo de 1933. Al día siguiente, los primeros prisioneros fueron internados en el campo.[1]​ El campo estuvo abierto desde el 22 de marzo de 1933 hasta su liberación el 28 de abril de 1945. Junto con el mucho más grande campo de concentración de Auschwitz, Dachau es uno de los más recurridos ejemplos de campo de concentración nazi para el público.

Gestionado al principio por las SA y SS locales, desde 1934 estuvo bajo la autoridad de las SS. Fue escenario de castigos tremendamente crueles y fue modelo del sistema de campos ordenado y eficaz. Su gestor principal, Theodor Eicke, nombrado por Heinrich Himmler, fue el responsable de que los prisioneros fueran considerados como enemigos infrahumanos del Estado y del especial tratamiento dado a los judíos, en forma de castigos aniquiladores desde el punto de vista físico y psicológico. En Dachau se realizaron también cientos de experimentos médicos ilegales e inhumanos.[2]

Historia

1933-1945

Dachau fue el primer campo de concentración nazi abierto el 22 de marzo de 1933 y sirvió como modelo y prototipo para los que le siguieron. En Dachau fueron concentrados especialmente religiosos, aristócratas, intelectuales y políticos. La organización básica, así como los planes de construcción, fueron desarrollados por Theodor Eickey se aplicaron a todos los campos posteriores. Eicke se convirtió posteriormente en inspector jefe de los campos de concentración, responsable de acoplar los otros a su modelo.

Los primeros días, los prisioneros fueron los encargados de mejorar las deficientes instalaciones del campo, en el cual solo el edificio principal y las cercas eran servibles. Los detenidos fueron custodiados por la policía, sin que llevasen uniforme de prisioneros, les rapasen el pelo o sufrieran malos tratos. La situación cambia con la llegada de una tropa de las SS cambia.[1]​ Un prisionero relata que la arenga del jefe de aquella tropa a sus hombres fue la siguiente:[3]

¡Camaradas de las SS! Todos sabéis para qué nos ha llamado el Führer. No estamos aquí para tratar a esos cerdos de ahí dentro de modo humano. No les consideraremos hombres como nosotros, sino como hombres de segunda clase. Hace años que venimos aguantando su criminal naturaleza. Pero ahora tenemos el poder. Si esos cerdos hubiesen llegado al poder, nos habrían cortado a todos la cabeza. Por ello no tendremos miramientos. Quien de entre los camaradas aquí presentes no sea capaz de ver la sangre, no es de los nuestros y debe renunciar. Cuantos más de esos perros matemos, menos tendremos que alimentar.[4]
Los hornos del campo, que aún se pueden ver en el museo de Dachau, sirvieron para quemar los cuerpos de miles de personas.

En total, más de 200.000 prisioneros[5]​ de más de 30 países fueron recluidos en Dachau, campo que a partir de 1941 también fue usado con propósitos de exterminio. Las estadísticas del campo hablan de 41.500 personas[6]​ asesinadas en el campo, además de otros miles que murieron víctimas de las pésimas condiciones de vida. A comienzos de 1945, se desató una epidemia de tifus en el campo, tras lo cual éste fue evacuado; en esta acción murió gran parte de los prisioneros.

En 1942, se construyó el área del crematorio junto al campo principal. Incluía el viejo crematorio y el crematorio nuevo (barraca X) con una cámara de gas. No hay pruebas fidedignas de que la cámara de gas de la barraca X fuera utilizada para asesinar seres humanos.[7]

Prisioneros

Dachau sirvió también como el campo principal para albergar prisioneros religiosos cristianos, como por ejemplo Testigos de Jehová, quienes fueron la única confesión religiosa a la que se le asignó un distintivo específico (el triángulo púrpura) en sus uniformes de prisioneros dentro de los campos de concentración, por oponerse hasta las últimas consecuencias a la ideología nazi. Según datos de la Iglesia Católica, al menos 3.000 religiosos, diáconos, sacerdotes y obispos fueron recluidos allí. Particularmente notables entre los prisioneros cristianos son Karl Leisner y Leny, sacerdote católico ordenado mientras estaba prisionero y beatificado por Juan Pablo II en 1996; Titus Brandsma, sacerdote carmelita, y Martin Niemöller, teólogo y pastor luterano. En este mismo campo se ejecutó a Georg Elser, que fue quien perpetró el primero de una serie de atentados contra Hitler.

Especial mención merece el sacerdote alemán Josef Kentenich, fundador del movimiento apostólico de Schönstatt, quien, durante su reclusión voluntaria, se las arregló para dejar testimonio y enviar noticias al exterior, documentando gran parte de las vivencias internas y de los distintos sucesos que acontecían día a día en Dachau. El franciscano Petrus Mangold († 1942 en Dachau) realizó junto con el párroco Emil Thoma, hasta el 3 de mayo de 1942, una lista de todos los prisioneros conocidos, sacerdotes católicos o pastores protestantes; a través de correos se pudo transmitir la lista fuera del campo de concentración. Según esta lista, estaban presas 2.720 personas con cargos religiosos: 2.579 católicos, 109 protestantes, 22 greco-ortodoxos, 8 viejo-católicos y 2 musulmanes. En cuanto a su procedencia, la mayor parte (1.780) eran sacerdotes polacos, de los que 868 no sobrevivieron. Las otras nacionalidades eran (entre paréntesis se indica el número de fallecidos): 447 alemanes (94); 156 franceses (10); 109 checoslovacos (24); 63 neerlandeses (17); 46 belgas (9); 28 italianos (1); 16 luxemburgueses (6). En total fallecieron en Dachau 1.034 personas con cargos religiosos.

Otro famoso personaje que estuvo recluido en Dachau es el psicólogo Victor Frankl. Frankl es el fundador de la Logoterapia. Tras ser liberado, escribió la famosa obra El hombre en busca de sentido en 1945, en la cual relata su experiencia tanto en en Dachau como en Auschwitz desde el punto de vista de un psicólogo.

Dachau también acogió a numerosos miembros de la nobleza, como gran parte de la familia real de Baviera (Wittelsbach), la familia de los duques de Hohenberg (hijos del archiduque Francisco Fernando de Austria), el príncipe español Francisco Javier de Borbón-Parma (líder del carlismo) o el príncipe Luis Fernando de Prusia, entre otros. Entre los españoles destacados estaba el antiguo Coronel republicano Eleuterio Díaz-Tendero Merchán, que murió en los últimas semanas de la guerra.[8]

En este campo operó asimismo el médico de la Luftwaffe Sigmund Rascher, quien realizó infames experimentos terminales con el objetivo de mejorar la capacidad de supervivencia de los pilotos alemanes en condiciones extremas. Rascher fue ejecutado en el mismo campo por orden de Himmler, el temible jefe de las SS.[cita requerida]

Liberación del campo, 1945

El campo fue liberado el 29 de abril de 1945 por la 20ª División Blindada y la 45ª División de Infantería del VII Ejército de Estados Unidos. Dachau siguió siendo usándose durante muchos años como residencia para refugiados.

Dachau en la actualidad

Placa en homenaje a las tropas norteamericanas que liberaron el campo.

Actualmente las instalaciones del Campo de concentración de Dachau cumplen la función de Museo Conmemorativo. Este museo fue instalado en el año 1965 a iniciativa y con el planeamiento de reclusos sobrevivientes, que se unieron en el Comité Internacional de Dachau y con la ayuda del Estado Bávaro. En los años 1996-2003 se elaboró una nueva exposición sobre la historia del campo de concentración de Dachau con el tema central El camino de los reclusos. Este museo cuenta con 22 zonas, 21 de ellas están abiertas al público en general y solo la zona del antiguo campo de las SS es inaccesible. A lo largo del recorrido por el campo de concentración se intenta recrear la vida de los reclusos durante su estancia en el campo. Entre las zonas más significativas se encuentran entre otras:

  • El complejo de intendencia, el cual comprendía la cocina, el guardarropas, los talleres y el baño. En el edificio estaba escrito con letras grandes: "Hay un camino hacia la libertad. Este pasa por la obediencia, la honestidad, la limpieza, la sobriedad, la aplicación, el orden, el sentido de sacrificio, la sinceridad, el amor a la patria". El Bunker (calabozo), definido como "un lugar de terror". Aquí se realizaban todo tipo de experimentos y torturas a los reclusos. Entre los experimentos más notorios se cuentan las infecciones intencionadas de malaria, pruebas de hipotermia y altura, entre otros.
  • El campo de tiro de las SS, en el que más de 4.000 prisioneros de guerra soviéticos fueron ejecutados.
  • Las fosas comunes de Leitenberg: En las últimas semanas antes de la liberación del campo, los muertos no pudieron ser incinerados por falta de carbón y más de 7500 cadáveres fueron enterrados en este lugar y los últimos 1230 muertos fueron sepultados en el cementerio Waldfriedhof de la ciudad de Dachau.

Dachau tiene un lugar significativo en la memoria pública porque fue el segundo campo en ser liberado por fuerzas británicas o estadounidenses, y fue uno de los primeros lugares exhibidos en Occidente como prueba de la brutalidad nazi.

En noviembre de 2014 fue robada la puerta de entrada al campo de concentración.[9]

Véase también

Fuentes

Referencias

  1. a b Sofsky 1999: 11
  2. Cf. Crónica del Holocausto, LIBSA, Madrid, 2002, pág. 62.
  3. Grünwiedl 1934: 3
  4. Texto original: Kameraden von der SS! Ihr wißt alle, wozu uns der Führer berufen hat. Wir sind nicht hierhergekommen, um diesen Schweinen da drinnen menschlich zu begegnen. Wir betrachten sie nicht als Menschen, wie wir sind, sondern als Menschen zweiter Klasse. Jahrelang haben sie ihr verbrecherisches Wesen betreiben können. Aber jetzt sind wir an der Macht. Wenn diese Schweine zur Macht gekommen wären, hätten sie uns alle die Köpfe abgeschnitten. Daher kennen wir auch keine Gefühlsduselei. Wer hier von den Kameraden kein Blut sehen kann, paßt nicht zu uns und soll austreten. Je mehr wir von diesen Schweinehunden niederknallen, desto weniger brauchen wir zu füttern.
  5. Sofsky 1999: 57
  6. KZ-Gedenkstätte Dachau
  7. Dachau - United States Holocaust Memorial Museum
  8. Suero Roca, M. Teresa; Militares republicanos de la Guerra de España, pág. 160
  9. La polícia investiga el robo de la puerta del campo de Dachau

Bibliografía

  • Grünwiedl, M. (1934). Dachauer Gefangene erzählen. 
  • Sofsky, Wolfgang (1999). Die Ordnung des Terrors: Das Konzentrationslager. Fischer Taschenbuch Verlag. ISBN 3-596-50236-5. 
  • Guia turística Dachau. Visita personalizada 2011.

Enlaces externos