Batalla de Brescia

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Batalla de Brescia
Guerra entre Constantino I y Majencio

Imperio romano en 311.
Fecha Verano boreal de 312
Lugar Brescia, en el norte de Italia.
Casus belli Vengar la muerte del padre de Majencio.
Resultado Victoria de Constantino el Grande.
Beligerantes
Ejército de Constantino Ejército de Majencio
Comandantes
Constantino I Ruricio Pompeyano
Fuerzas en combate
40 000[1] Desconocido

Se conoce como batalla de Brescia (en latín: Brixia) al enfrentamiento armado que disputaron los emperadores romanos Constantino I (r. 306-337) y Majencio (r. 306-312) en la localidad de Brescia, durante el verano boreal de 312. Majencio declaró la guerra a Constantino alegando que pretendía vengar la muerte de su padre Maximiano (r. 285-308, 310), quien después de haber sido derrotado por Constantino, fue forzado a suicidarse.[2]

La batalla de Brescia se libró como continuación de la de Augusta de los Taurinos (actual Turín), contienda en la cual Constantino logró aniquilar a un escuadrón de caballería pesada, acantonado a mitad de camino de Roma con el propósito de impedir el avance del ejército invasor.[3]​ El choque de Brescia precedió a la penúltima batalla de ambos emperadores, que se libró en las proximidades de Verona.[4]

Antecedentes

Cabeza del Coloso de Constantino, a la izquierda: A la derecha, busto de Majencio.

El Imperio romano se encontraba dividido en dos partes desde 293, cada una gobernada por un augusto (emperador mayor) y un césar (emperador menor). En 306, el «augusto del occidente» Constancio Cloro (r. 293-306) falleció en Eboracum (actual York, Inglaterra).[5]​ Las tropas acantonadas en esta región de Britania proclamaron entonces sucesor a su hijo Constantino. Sin embargo, el «augusto del oriente», Galerio (r. 293-311), elevó a Flavio Severo (r. 305-307) a la posición de augusto, pues de acuerdo con las prerrogativas del sistema tetrárquico entonces vigente, siendo el césar occidental, debería ser él quien sucediese al augusto muerto. Después de algunas negociaciones, Galerio relegó a Constantino a la posición de césar, la cual terminó por aceptar, permitiendo así a Flavio Severo asumir el cargo de augusto de la mitad occidental del imperio.[6]

Majencio (r. 306-312), el predecesor de Constancio Cloro, celoso de la posición de Constantino, se declaró emperador de Italia, asumiendo el título de princeps, y llamando a su padre Maximiano (r. 285-305, 310) de su retiro para gobernar juntos. En 307, Italia fue invadida por los augustos Flavio Severo, quien fue derrotado y muerto, y Galerio, quien decidió retirarse.[6][7]​ El oficial Licinio (r. 308-324) fue nombrado «augusto del occidente» en la conferencia de Carnunto de 308 convocada por Galerio, y aunque debía combatir y derrocar al usurpador, prefirió no participar en el asunto.[8]​ Maximiano intentó deponer a su propio hijo ese mismo año, en algún momento antes de la conferencia; el plan fracasó y tuvo que huir a la corte de Constantino en la Galia.[7][9]

Maximiano también intento deponer a Constantino, en 310, pero fue vencido y obligado a suicidarse.[10][11][12][13]​ Al año siguiente, Majencio, proclamando que pretendía vengar la muerte de su padre, declaró la guerra a Constantino, el cual le respondió invadiendo Italia septentrional al frente de cuarenta mil soldados.[14][1]Zósimo afirmó que el ejército invasor constaba de noventa mil legionarios y ocho mil équites de origen germánico y celta, y parte del ejército estacionado en Britania.[15]​ El ejército constantiniano se dirigió al interior después del sitio de Segusio (actual Susa en Italia)[16]​ y se enfrentó a tropas de Majencio que acampaban en la proximidad de Augusta Taurinorum (actual Turín).[17][18][19]​ Constantino las derrotó y continuó hasta Mediolanum (hoy Milán), que le abrió las puertas. Permaneció en la ciudad hasta mediados del verano boreal, para luego proseguir la marcha.[20][3]

Batalla

En esa época, Majencio había nombrado prefecto del pretorio a Ruricio Pompeyano y escogido a Verona como su base de operaciones. Consciente de la proximidad de Constantino, Ruricio envió un contingente de caballería pesada, cuyo tamaño se desconoce, hacia el oeste, con el fin de bloquear el paso al ejército invasor. Constantino, dándose cuenta de que su camino a Roma se encontraba cerrado, ordenó a su propia caballería seguir adelante y arremeter contra el enemigo. Se cree que la batalla duró poco y que la caballería constantiniana superó fácilmente a sus oponentes quienes, una vez desarticulados, se vieron obligados a replegarse hacia Verona.[3]

Consecuencias

Con esta nueva victoria, el camino a la base operativa del ejército de Majencio quedaba abierto. Constantino aprovechó la oportunidad para dirigirse rápidamente hacia Verona, en donde se trabaría una nueva batalla contra un gran contingente enemigo, dirigido por Ruricio Pompeyano. Esta sería la penúltima victoria en su exitosa campaña en Italia.[1][4]​ A partir de aquí, marcharía hacia Roma para enfrentarse directamente con Majencio en la batalla del Puente Milvio, cuyo triunfo marcó el fin de la tetrarquía.[21][22][23]

Véase también

Referencias

  1. a b c MacMullen, 1969, p. 71.
  2. Potter, 2004, p. 352.
  3. a b c Odahl, 2004, p. 103.
  4. a b Odahl, 2004, pp. 103-104.
  5. DiMaio, 1996c.
  6. a b DiMaio, 1996b.
  7. a b DiMaio, 1997a.
  8. DiMaio, 1997c.
  9. DiMaio, 1997b.
  10. Pohlsander, 2004, p. 17.
  11. Barnes, 1981, pp. 34-35.
  12. Elliott, 1996, p. 43.
  13. Lenski, 2006, pp. 65-66.
  14. Anónimos, siglos III-IV, (9) 5.1-3.
  15. Zósimo, 1982, II.15.1.
  16. Odahl, 2004, p. 101.
  17. Barnes, 1981, p. 41.
  18. Jones, 1978, p. 70.
  19. Odahl, 2004, pp. 101-102.
  20. Barnes, 1981, pp. 41-42.
  21. Jones, 1978, p. 71.
  22. Barnes, 1981, p. 42.
  23. Curran, 2000, p. 67.

Bibliografía