Amalia de Hesse-Darmstadt

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Amalia de Hesse-Darmstadt en 1811.

Amalia de Hesse-Darmstadt (20 de junio de 1754, Prenzlau - 21 de junio de 1832, Bruchsal) era hija del landgrave Luis IX de Hesse-Darmstadt y de la condesa palatina Carolina de Zweibrücken-Birkenfeld.

Biografía

La langravina nació en Prenzlau, donde su padre estaba destinado en el servicio de Prusia, y fue criada por su madre, apodada la Gran Landgravina en la ciudad de Bouxwiller. Amalia fue llevada a San Petersburgo en 1722 con su madre y sus hermanas Guillermina y Luisa, para visitar la corte de Rusia como una de las candidatas para un matrimonio con el príncipe heredero Pablo de Rusia; Pablo, sin embargo, eligió a su hermana Guillermina.

Matrimonio y descendencia

Amalia se casó con su primo hermano Carlos Luis, príncipe heredero de Baden el 15 de julio de 1774. Él era hijo del Margrave Carlos Federico I de Baden (quien en 1806, tras la muerte de su padre, se convirtió en el primer Gran Duque de Baden) y Carolina Luisa de Hesse-Darmstadt, hija de Luis VIII de Hesse-Darmstadt.

Amalia Federica ha pasado a la historia como "la suegra de Europa" por haber ejercido de forma inteligente, a través de sus filiales, una influencia principal en las cortes principescas en que se casaron.Tuvieron ocho hijos:[1]

  1. Katherine Amalia Cristiana Luisa (13 de julio de 1776 - 26 de octubre de 1823). Gemela de Carolina.
  2. Federica Carolina Guillermina (13 de julio de 1776 - 13 de noviembre de 1841) contrajo matrimonio el 9 de marzo de 1797 con el entonces Conde Palatino Maximiliano de Zweibrücken (27 de mayo de 1756 - 13 de octubre de 1825) como su segunda esposa (y se convirtió en abuela materna de la emperatriz Sissi y su marido Francisco José I de Austria). En 1799 su marido se convirtió en Elector Palatino y Elector de Baviera, y en 1804 en el rey de Baviera (sus títulos en consecuencia fueron duquesa, electriz, y luego reina).
  3. Luisa María Augusta (24 de enero de 1779 - 16 de mayo de 1826) contrajo matrimonio el 9 de octubre de 1793 con el zar Alejandro I de Rusia (23 de diciembre de 1777 - 1 de diciembre de 1825).
  4. Federica Dorotea Guillermina (12 de marzo de 1781 - 25 de septiembre de 1826) contrajo matrimonio el 31 de octubre de 1797 con el rey Gustavo IV Adolfo de Suecia. La pareja se divorció en 1812.
  5. María Isabel Guillermina (7 de septiembre de 1782 - 29 de abril de 1808) se casó el 1 de noviembre de 1802 con el duque Federico Guillermo de Brunswick (9 de octubre de 1771 a 16 junio de 1815).
  6. Carlos Federico (13 de septiembre de 1784 - 1 de marzo de 1785)
  7. Carlos, el futuro segundo Gran Duque de Baden (8 de junio de 1786 en Karlsruhe - 8 de diciembre de 1818 en Rastatt) se casó el 8 de abril de 1806 con Estefanía de Beauharnais (28 de agosto de 1789 - 29 de enero de 1860).
  8. Guillermina Luisa (10 de septiembre de 1788 - 27 de enero de 1836) se casó el 19 de junio de 1804 con su primo hermano el Gran Duque Luis II de Hesse-Darmstadt (26 de diciembre de 1777 a 16 junio de 1848) y fue bisabuela de Nicolás II de Rusia y su esposa Alejandra Fiódorovna Románova (Alix de Hesse).

En un primer momento, Amalia se encontraba incómoda en su nuevo hogar. La relación con su suegra, que al mismo tiempo era su tía, no era muy buena. Durante su matrimonio, Amalia se quejó de la frialdad de su suegro y el comportamiento infantil de su marido. Amalia también extrañaba el esplendor y dignidad, que había llegado a conocer de las cortes prusiana y rusa. Ella sirvió ceremoniosamente como la primera dama de la corte desde la muerte de su suegra en 1783 hasta el matrimonio de su hijo Carlos II de Baden con Estefanía de Beauharnais en 1806.

En 1801, la Margravina y su esposo visitaron a su hija Luisa en Rusia, y después a su segunda hija, la reina de Suecia, Federica, en septiembre de 1801. Durante una visita a la corte sueca, Amalia fue descrita como una mujer ingeniosa, inteligente, leal y totalmente dominante de su marido. La pareja visitó el Palacio de Drottningholm y Gripsholm. Durante este período, Amalia se convirtió en una gran amiga de la duquesa Carlota de Holstein-Gottorp, que no fue del agrado de el rey, su yerno, y reprendió a su hija sobre sus modales rígidos y poco amistosas en público. Su marido murió en Suecia debido a un accidente, y esto hizo que la viuda se quedara con su familia en Suecia hasta mayo de 1802.

Últimos años

Poco antes de su partida, Amelia se introdujo en la sociedad secreta dirigida por Adolf Boheman, quien afirmaba que se había formado como una rama de la masonería. Durante su visita a Rusia y Suecia, Amalia también se esforzó para reconciliar a sus dos yernos, Alejandro y Gustavo. En 1803, ella recibió a Federica y Gustavo en Baden, durante la cual se decía que tuvo la oportunidad de de influir en su yerno, mostrándose respetuosa amable y divertida, mostrando un gran interés en la política y coincidiendo con las opiniones de Gustavo.

De ella se decía: la Margravina de Baden podría tener un deseo de poder y habilidad superior a la de Catalina II. Amelia, siendo hostil a Napoleón, intentó en un primer momento evitar el matrimonio de su hijo con una sobrina de Bonaparte, y más tarde con Estefanía, que era su hija adoptiva. Ella no estaba en buenos términos, ni con su nueva nuera, e incluso con la segunda esposa de su padre, Luisa de Hochberg, lo que le indujo a trasladarse al Castillo de Bruchsal, que desde 1803 se había convertido en propiedad de la Casa de Zähringen. Napoleón le concedió la antigua residencia del príncipe-obispo de Espira, situada en Bruchsal - atribuido a Baden en 1803 - como su casa de viuda. Además, Amalia obtuvo un infantazgo anual de 120.000 florines. Ella se quedó en su sede de verano, el Castillo de Rohrbach, en Heidelberg, que le había sido donado por su yerno Maximiliano I de Baviera. Allí recibió las visitas del zar Alejandro I, que era otro de sus yernos, el emperador Francisco I de Austria y Johann Wolfgang von Goethe.

En 1807, Amalia envió a su hija, la reina Federica de Suecia, una carta de su segunda hija, la emperatriz de Rusia, en un intento de convencer a Federica a usar su influencia para persuadir a su esposo para hacer la paz entre Suecia y Napoleón, que no tuvo consecuencias.

En 1809, recibió su hija Federica y su familia tras la deposición de su yerno del trono sueco. En 1811, trató de persuadir a Gustavo Adolfo de no divorciarse de Federica, pero cuando se hizo evidente que se trataba de la única posibilidad, dispuso la independencia económica de su hija y la custodia de sus nietos. En 1815, su nieto Gustavo Gustavsson de Vasa se declaró como Príncipe de Suecia en un anuncio de la corte de Baden, lo que provocó protestas por parte de Jean Baptiste Bernadotte, quien creía que había sido instigado por Amalia, ya que tenía una reputación de intrigante, en un intento de asegurar un trono para su nieto. En el Congreso de Viena en 1815, Amalia, por su fuerte influencia sobre su yerno el zar Alejandro I, contribuyó al hecho de que Baden se les permitió permanecer como un Gran Ducado, sin pérdida de territorio, y de hecho manteniendo adquisiciones conseguidas durante la era napoleónica.

Referencias

Bibliografía

  • Anna Schiener, Markgräfin Amalie von Baden (1754-1832). Verlag Friedrich Pustet, Regensburg 2007.
  • Günther Schiwy: Eichendorff S. 242
  • Edelgard Spaude: Eigenwillige Frauen in Baden, Rombach, 1999.
  • Cecilia af Klercker (1936) (en sueco). Hedvig Elisabeth Charlottas dagbok VII 1800-1806 (The diaries of Hedvig Elizabeth Charlotte VIII 1800-1806). P.A. Norstedt & Söners förlag Stockholm. p. 140. ISBN 362103.

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