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Diferencia entre revisiones de «Unificación alemana»

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Desde principios del siglo XIX, tras las [[guerras napoleónicas]], fue imponiéndose la idea de unificar las distintas organizaciones políticas herederas del [[Sacro Imperio Romano Germánico]] en un solo Estado alemán. Un paso importante en este proceso fue la formación de un mercado único en la región. A ello contribuyeron, tanto los ''[[Junker|junkers]]', es decir, la [[aristocracia]] terrateniente prusiana, como la [[burguesía]] industrial de la [[cuenca del Ruhr]].
Desde principios del siglo XIX, tras las [[guerras napoleónicas]], fue imponiéndose la idea de unificar las distintas organizaciones políticas herederas del [[Sacro Imperio Romano Germánico]] en un solo Estado alemán. Un paso importante en este proceso fue la formación de un mercado único en la región. A ello contribuyeron, tanto los ''[[Junker|junkers]]', es decir, la [[aristocracia]] terrateniente prusiana, como la [[burguesía]] industrial de la [[cuenca del Ruhr]].

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La Unificación de Alemania fue un proceso histórico que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XIX en Europa Central y que culminó con la creación del Imperio alemán el 18 de enero de 1871 reuniendo diversos estados hasta entonces independientes (Prusia, Baviera, Sajonia, etc.).

Antes de la formación de un Estado nacional unificado, el territorio de Alemania se encontraba dividido en un mosaico político de 37 Estados. Entre ellos destacaban, por su importancia económica y política, el Imperio Austríaco y el Reino de Prusia.

Antecedentes

La situación aritmetica de4 lara tras 2048

Revolución liberal de 1848 en Berlín, los rebeldes utilizan ya como colores alemanes al negro, rojo y amarillo

Desde principios del siglo XIX, tras las guerras napoleónicas, fue imponiéndose la idea de unificar las distintas organizaciones políticas herederas del Sacro Imperio Romano Germánico en un solo Estado alemán. Un paso importante en este proceso fue la formación de un mercado único en la región. A ello contribuyeron, tanto los junkers', es decir, la aristocracia terrateniente prusiana, como la burguesía industrial de la cuenca del Ruhr.

En 1834, se produjo la unificación aduanera que sumó Prusia a otros Estados alemanes previamente asociados en esta materia. Sin embargo, debido a las diferencias entre Austria y Prusia, el proceso de unificación política no pudo llevarse a cabo en la primera mitad del siglo XIX. Desde 1848 fue cada vez más intensa la actividad de grupos nacionalistas que alentaban la formación de un único Estado para todos los alemanes ante la crónica debilidad de los pequeños Estados germanos entonces existentes. Sin embargo, el liberalismo era una gran amenaza para las intenciones monárquicas de Austria y Prusia, por lo que en Europa se crearon alianzas para el control gubernamental de cada nación:

  • La Santa Alianza. El tratado fue firmado el 26 de septiembre de 1815 por el emperador Francisco I de Austria, el rey Federico Guillermo III de Prusia y el zar Alejandro I de Rusia, que fue su principal promotor. Aunque el acuerdo era un acto político para evitar que las ideas liberales se expandieran por Europa, la redacción del tratado contenía una declaración de carácter puramente religioso. Tras la caída de Napoleón, los tres monarcas declaraban su firme resolución de seguir como única guía para la futura administración interior y exterior de sus Estados los principios de la religión cristiana: justicia, caridad y paz.[1]​ A este acuerdo se unieron después otros reinos europeos.
  • La Cuádruple Alianza (1815). Formada por los miembros de la Santa Alianza más Inglaterra. Su principal promotor fue el primer ministro británico Castlereagh. Renovó el acuerdo de 1813 por el que las potencias se habían comprometido a derrotar a Napoleón y cambiaba su objetivo al mantenimiento, incluso por la fuerza, de las transformaciones operadas en Europa por el Congreso de Viena e impedir la implantación del liberalismo en cualquier Estado europeo.
  • La Quíntuple Alianza. Surgió en 1818 durante el Congreso de Aquisgrán, cuando Francia, que había recuperado su monarquía, fue admitida como potencia europea por las que formaban la Cuádruple Alianza. Su principal promotor fue Metternich y su principal objetivo era terminar con cualquier movimiento liberal que pudiera perjudicar al sistema monárquico, intentando que las ideas liberales herederas de la Revolución Francesa quedaran pronto olvidadas, incluso por la fuerza. Esto proporcionaba a los aliados la capacidad de intervenir en cualquier nación europea si se consideraba necesario.

Prusia y Austria eran muy distintas en los aspectos económicos, sociales y políticos. Austria estaba configurada como un imperio centralista y autoritario que gobernaba un territorio habitado por diferentes pueblos —eslavos, alemanes, húngaros, rumanos e italianos— con distintas lenguas, religiones y costumbres. Esta situación motivó frecuentes sublevaciones nacionalistas contra la monarquía austriaca. La población prusiana, sin embargo, era mucho más homogénea.

En lo económico, Austria no contaba con una burguesía poderosa capaz de lograr un desarrollo industrial propio. El mantenimiento de un ejército y una administración que garantizasen la unidad imperial le creó graves dificultades financieras. Prusia, en cambio, experimentó un desarrollo económico muy intenso en su parte occidental que la convirtió en el referente del crecimiento industrial de los territorios alemanes. El aumento de la producción de acero, carbón y hierro en la segunda mitad del siglo XIX así lo demostró.

Todo ello, unido a la revolución de los medios de transporte y de las comunicaciones —ferrocarriles, barcos de vapor, telégrafos— posibilitó la formación de un activo mercado económico y trajo consigo otras consecuencias: la consolidación de una burguesía industrial, aliada de los terratenientes junkers, y el predominio en su gobierno de las ideas liberales, que buscaban la formación definitiva de un Estado nacional.

La Confederación Germánica

Bandera de guerra de la Confederación.

Fue una unión establecida en 1815 por el Congreso de Viena que agrupó a 39 Estados alemanes en una confederación de Estados soberanos bajo la presidencia de la Casa de Austria, para reemplazar al extinto Sacro Imperio Romano Germánico destruido por Napoleón.

La Confederación no suponía ninguna concesión al creciente nacionalismo alemán, ya que estaba bajo el control de la nobleza y de las casas reales, ajenas al liberalismo nacionalista. Esto se reflejaba en su Dieta, que no era un parlamento de representantes elegidos por el pueblo, sino un congreso de delegados nombrados por los gobiernos de los estados. La Dieta tenía su sede en Fráncfort del Meno, y fue su única entidad central; aunque en 1834 se creó la Unión Aduanera de Alemania y, con ello, un mercado interno unitario para la mayoría de los Estados.

El estallido de la Revolución alemana de 1848-1849 y el entusiasmo popular producido por ella mostró que, tarde o temprano, los diversos Estados alemanes (39 en total) quedarían unificados en un solo Estado, pero estaba aún por definirse si tal proyecto sería dirigido por Prusia o por Austria, dando inicio al Dualismo Alemán.

La Confederación solo funcionó cuando coincidían las posiciones de Austria y Prusia, cuya confrontación condujo finalmente a la guerra de las Siete Semanas. Tras el triunfo prusiano, la Confederación Germánica quedó disuelta y fue sustituida en el año 1867 por la Confederación Alemana del Norte.

Dos potencias contrapuestas: Prusia y Austria

Bandera del Imperio Austríaco
    • La situación geográfica de Austria es el sur de la Europa Central, ocupando la zona de los Alpes y gobernando en aquélla época varios territorios no germanos (norte de Italia, Eslovenia, Hungría, extremo sur de Polonia), su único acceso marítimo era al Adriático (de escasa relevancia económica) y de ahí de modo indirecto al Mediterráneo.
    • La familia que ocupaba el trono era la de los Habsburgo, que había transformado Austria en "imperio" en 1806 tras la disolución del Sacro Imperio Romano Germánico, lo cual confirmaba además la notable expansión territorial austriaca desde 1683.
    • Francisco José I de Habsburgo-Lorena era el emperador de Austria en ese tiempo y el primer ministro era el destacado diplomático Klemens von Metternich, sincero conservador, partidario aún del Antiguo Régimen y horrorizado por toda posibilidad que las ideas de la Revolución Francesa se expandieran de nuevo por Europa.
    • Austria estaba gobernada por una monarquía centralista y autoritaria, a pesar de las notables diferencias entre los pueblos sujetos al Imperio.
    • En economía, Austria no contaba con recursos ni con una burguesía poderosa capaz de lograr un desarrollo industrial a gran escala. Esto se debía al gobierno de tipo autoritario austriaco donde la aristocracia eclipsaba por completo a la naciente burguesía, al predominio de la agricultura como actividad económica, y al hecho que la Revolución Industrial ocurrió en Austria con retraso, además de concentrarse en zonas no germanas del Imperio: Bohemia y Moravia.
Bandera del Reino de Prusia
    • La posición geográfica de Prusia era el noreste de Alemania, teniendo su base en las regiones de Prusia propiamente dicha, Brandemburgo, Pomerania, y Silesia, controlando casi toda la orilla sur del mar Báltico, su expansión territorial hacia el oeste tras el Congreso de Viena le daba además acceso al mar del Norte y al lucrativo comercio internacional de dicho espacio marítimo.
    • La familia que ocupaba el trono en Prusia era la de los Hohenzollern, que había elevado Prusia a la categoría de reino en 1701.
    • Guillermo I de Alemania era el rey de Prusia y desde 1862 el primer ministro era Otto von Bismarck, llamado el Canciller de Hierro. Precisamente Bismarck había ya admitido la necesidad de unificar a los diversos Estados alemanes en un solo país con instituciones sólidas, eliminando particularismos locales, y con una economía lo bastante fuerte para subsistir y tornarse en gran potencia europea. Para ello, Bismarck concebía que la unidad de Alemania debía ocurrir sólo bajo la guía del Reino de Prusia, el estado más poderoso y avanzado.
    • El sistema de gobierno prusiano era la monarquía parlamentaria, aunque por sufragio censitario, y evitando el otorgamiento de mayores libertades a los súbditos, por lo cual distaba de ser una democracia.
    • Prusia, a diferencia de Austria, experimentó un desarrollo económico considerable desde el inicio de la Revolución Industrial, convirtiéndose en el centro industrial más poderoso de la región. Prusia impulsó la industria del acero, carbón y hierro. Sus comunicaciones por ferrocarril crecieron, por lo que pudieron formar un mercado económico activo con el resto de estados alemanes.

Hubo dos propuestas para unificar los Estados y estas fueron:

  • La Pequeña Alemania, la cual estaría formada por Prusia y mantendría un sistema de gobierno igual al de Prusia.
  • La Gran Alemania, la cual estaría formada también por Austria.

Antecedentes económicos

Unión aduanera alemana (Zollverein).

Las principales causas económicas fueron:

  • La Revolución Industrial, que hace que se extiendan la industria y el comercio, por lo que las economías de los Estados que la experimentan se desarrollan mejor que las de los que no la llevan a cabo. La influencia del desarrollo industrial favorece el comercio internacional a estados que disponen de manufacturas y controlan al mismo tiempo fuentes de materia prima. Gracias a la Cuenca del Ruhr, rica en carbón y hierro, Prusia mantiene un activo desarrollo industrial y logra exportar sus manufacturas existosamente por el Mar del Norte. Sin mayores industrias propias, Austria aún depende de la agricultura (basada en las tierras de Hungría y Transilvania) y posee un mediano desarrollo industrial, además ocurrido en tierras no germanas bajo su dominio: Bohemia y Moravia. La escasez de materias primas como hierro y carbón lastran el desarrollo de la industria austriaca.
  • Liberalismo económico: el liberalismo económico de origen británico se expande por Europa y trae como consecuencia la consolidación del capitalismo y la burguesía. Esto resulta muy marcado en Prusia, donde la vieja aristocracia de los junkers debe usar toda su influencia para no ser desplazada por ricos burgueses de reciente riqueza (comerciantes e industriales) que exigen voz y voto en los asuntos públicos. Tal conflicto es muy pequeño en Austria, pero el liberalismo económico impone una competencia comercial que perjudica a los productos agrícolas que son base de la economía austriaca. Prusia impone su influencia gracias a las exportaciones de manufacturas a bajo costo, y dispone de una base agraria suficiente, que le permite prescindir de las importaciones agrícolas de Austria.
  • Surge el Zollverein: Sistema de unificación aduanera que se organizó en 1828 y entró en vigor el 1 de enero de 1834. El Zollverein se inició en Prusia, Estado al que se adhirieron Hesse-Darmstadt, Baviera y Wurtemberg para crear una zona de aranceles unificados: el desarrollo industrial de Prusia atrae a otros estados que ven más rentable liberar sus aranceles con Prusia (que exporta manufacturas muy demandadas) que con Austria (cuyas exportaciones agrícolas compiten con la producción interna de otros Estados como Baviera y Sajonia).

La burguesía prusiana empieza a dominar la economía del Estado y empieza a acceder a una nueva forma de poder; tras el fracaso de las Revoluciones de 1848 en Alemania, esta burguesía impone el liberalismo en el terreno económico pero rehúsa implantar una democracia masiva que incluya a la clase obrera. Comienza a surgir en paralelo un clase obrera en Prusia o la transformación de los antiguos campesinos siervos en obreros urbanos: la creciente industrialización hace que los capitales se dirijan a la industria y ya no busquen la simple acumulación de tierras.

Empieza a surgir el nacionalismo centrípeto (consecuencia del periodo en que Alemania fue conquistada por Napoleón), el objetivo es unificar los Estados para eliminar la amenaza de todo ataque externo. Precisamente los rebeldes alemanes de 1848-1849 utilizaban el recuerdo de la "Guerra de Liberación alemana" contra la Francia napoleónica como muestra de la urgencia de unificar los diversos Estados alemanes y como señal de que el pueblo alemán, más allá de las diferencias políticas, tenía un "objetivo común". Específicamente, en 1862 fue designado canciller prusiano el aristócrata Otto von Bismarck, quien concibió la unificación de Alemania bajo la dirección del Reino de Prusia dentro de un molde autoritario y centralista, pero asegurando para la nueva "Alemania unificada" no sólo la solidez política sino la prosperidad económica y el poderío militar, aspectos que Bismarck consideraba interdependientes. Dueño de una gran energía para el trabajo, con sangre fría para la intriga política, y hábil diplomático para calcular los temores y ansias de las potencias extranjeras, Bismarck se convirtió en el líder político del proyecto de unificación.

Guerras de Unificación

Guerra de los Ducados

La Guerra de los Ducados fue un conflicto militar que enfrentó a Austria y Prusia contra Dinamarca en 1864, por el control de los ducados de Schleswig y de Holstein, de población mayormente alemana pero bajo soberanía danesa. Dinamarca salió derrotada, por lo que debió ceder Schleswig-Holstein, que fue anexionado por las otras dos potencias. No obstante, Bismarck aprovechó el atractivo de la Zollverein para imponer la influencia de Prusia en tales ducados, geográficamente muy alejados de Austria propiamente dicha, alegando el "derecho de la determinación de los pueblos", por lo cual debía respetarse el deseo de los habitantes de los ducados para unirse económicamente (más tarde políticamente) a Prusia. Austria, sin fuerzas para oponerse a la penetración prusiana en los ducados, abandonó sus derechos sobre ellos. Indirectamente, Bismarck también logró marcar la primacía prusiana sobre los austriacos entre los otros estados germanos (Sajonia, Baviera, o Württemberg), aumentando el prestigio de Prusia y debilitando las posibles alianzas de Austria.

Guerra austro-prusiana

El objetivo de la Guerra austro-prusiana de 1866 para los prusianos fue expulsar a los austriacos de la Confederación Germánica y descartar toda posible "unificación" en torno a la corona de Austria. Para ello, Bismarck se sirvió de las tensiones políticas que hace décadas germinaban entre ambos poderosos estados, siendo que para esas fechas Bismarck había impulsado el desarrollo industrial de Prusia para tornarla en un enemigo temible ante Austria.

Mientras este conflicto estaba en desarrollo, se aplicó la tesis del Zollverein: aranceles preferenciales para los aliados de Prusia. En paralelo, la guerra estallaba el 23 de junio.

  • Además de la expulsión de los austriacos del proyecto unificador, Prusia también tenía otro objetivo: anexionar definitivamente Holstein y Schleswig a la Alemania del Norte, además de destruir la influencia de Austria sobre otros estados alemanes (Hamburgo y Hesse) y atraerlos a la órbita prusiana.
  • Prusia promete a Italia devolverle Venecia a cambio de ir a la guerra contra Austria; tal acuerdo genera que Italia declare la guerra a Austria y la obligue a luchar en dos frentes y distraiga sus esfuerzos bélicos. Aunque Austria derrota a Italia en tierra y mar, las derrotas ante Prusia le fuerzan a capitular.
  • Prusia gana la guerra, por lo que logra todos sus objetivos, y ello se consagra en la firma del tratado de Praga.

Guerra franco-prusiana

El Imperio alemán de 1871. Al excluir a Austria, Bismarck optó por una «pequeña Alemania» (Kleindeutschland ).
  • El interés de Prusia en esta guerra, que tuvo lugar en 1870-1871, era acorralar a Francia territorialmente, buscar un motivo de unidad entre los estados alemanes aun renuentes a unirse a Prusia, y con ello expandirse y unificar Alemania.

Desarrollo:

  • La reina Isabel II de España es destituida del trono en 1868 por rebeliones internas. A fines de 1869 los regentes españoles reciben la propuesta de un primo del rey prusiano Guillermo I, el príncipe Leopoldo de Höhenzollern, para acceder al trono español. Tal oferta es recibida con enojo por Napoleón III de Francia, quien interpreta esto como una intromisión prusiana en España y un "cerco dinástico" que amenazaría Francia.
  • El emperador francés lanza a sus diplomáticos a una ofensiva para evitar la coronación de un rey prusiano en Madrid, y Prusia acepta retirar la candidatura tras unos supuestos aravos al embajador francés, en esfuerzo calculado para provocar una reacción iracunda de Napoleón III. El canciller prusiano Otto von Bismarck calcula que la furia del monarca francés causará que Francia inicie una guerra imprudente contra Prusia, mucho mejor preparada bélicamente.
  • Napoleón III de Francia, acompañado por el príncipe imperial de 14 años, llega a Metz para tomar el mando del ejército y efectivamente declara la guerra a Prusia a fines de julio de 1870, lanzando sus tropas contra el Rin. Los cálculos de Bismarck se hacen ciertos y en Berlín puede alegarse que Prusia no provoca la guerra, lo cual une a varios estados alemanes a la causa prusiana.
  • Tras seis semanas de lucha, las tropas prusianas vencen a las francesas, peor equipadas y mal preparadas para una guerra en tales momentos. Las fuerzas prusianas derrotan a las divisiones francesas mandadas por el mismo Napoleón III en Sedán y obligan al monarca francés a capitular allí el 2 de setiembre. Semanas después, los soldados prusianos cercan París e imponen a Francia el Tratado de Fráncfort en marzo de 1871.

Consecuencias:

  • Alemania despoja a Francia de las regiones de Alsacia y Lorena que serán "territorios imperiales" alemanes hasta 1919.

Consolidación y fraccionamiento

Bandera del Imperio Alemán.
"Proclamación del II Imperio alemán, 18 de enero de 1871", por Anton von Werner, en el Palacio de Versalles, 1877.

El Imperio alemán fue fundado el 18 de enero de 1871 tras la victoria de Prusia en la Guerra franco-prusiana y supuso la unificación de los diferentes Estados alemanes en torno a Prusia, excluyendo a Austria, bajo el liderazgo del canciller Otto von Bismarck. Se inició un período de gran desarrollo de la nación alemana en todos los campos: económico, geográfico, político y militar.

Sin embargo, como los alemanes descubrieron, grandes discursos, banderas, y multitudes entusiastas, una constitución, una reorganización política y la provisión de un superestructura imperial; y la Unión Aduanera revisada de 1867 a 68, todavía no hacían una nación.

Un elemento clave del Estado-nación es la creación de una cultura nacional, con frecuencia aunque no necesariamente. A través de la política nacional la Kulturkampf (1872 a 78) que siguió un modelo político, económico, y de unificación administrativa trató de ir en esa dirección, con una notable falta de éxito, con algunas contradicciones en la sociedad alemana. En concreto, se trataba de una lucha por el lenguaje, la educación y la religión. Una política de germanización de las personas no alemanas de la población del imperio, incluyendo los polacos y daneses, comenzó con el lenguaje, en particular, la lengua alemana, la escolaridad obligatoria (germanización), y el intento de creación de planes de estudio estandarizado para esas escuelas para promover y celebrar la idea de un pasado compartido. Otro elemento importante en la construcción de la nación, la historia del pasado heroico, cayó a esos historiadores alemanes nacionalistas como el constitucionalista liberal Friedrich Dahlmann (1785-1860), su alumno conservador Heinrich von Treitschke (1.834 a 1896), y otros menos conservadores, tales como Theodor Mommsen (1817-1903) y Heinrich von Sybel (1817-1895), por nombrar a dos.

El Imperio Alemán se mantendría hasta la Revolución de Noviembre de 1918 que llevó, hacia el final de la Primera Guerra Mundial, al cambio desde la monarquía del Imperio a una república pluralista, parlamentaria y democrática.

La revolución comenzó como un alzamiento de marinos en Kiel; en pocos días se propagó por toda Alemania y forzó la abdicación del Káiser Guillermo II el 9 de noviembre de 1918. Los objetivos de los revolucionarios fracasaron en enero de 1919 ante la oposición de los líderes del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD).

El desenlace formal de la revolución ocurrió el 11 de agosto de 1919 con la rúbrica de la nueva Constitución de la República de Weimar.

Véase también

Bibliografía

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Enlaces externos

  1. Holy Alliance, Catholic Encyclopedia