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[[Archivo:Pieter Brueghel the Elder - The Dutch Proverbs - Google Art Project.jpg|thumb|350px|''[[Los proverbios flamencos]]'' (1559), [[Gemäldegalerie de Berlín]].]]
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El '''folclore''',<ref>{{cita DLE|folclore|fechaacceso=1 de mayo de 2017}}</ref><ref>{{cita DPD|folclore|fechaacceso=1 de mayo de 2017}}</ref> '''folclor'''<ref>{{cita DLE|folclor|fechaacceso=1 de mayo de 2017}}</ref> o '''folklore'''<ref>[[Real Academia Española]] y [[Asociación de Academias de la Lengua Española]] (2014): [http://dle.rae.es/?id=IAQExs5 «folklore.»] ''Diccionario de la lengua española''. Consultado el 25 de mayo de 2017.</ref> (del [[Idioma inglés|inglés]] ''folk'', «pueblo» y ''lore'', «acervo», «saber» o «conocimiento»)<ref>El término formal equivalente de [[etimología]] griega es «demosofía» (de δημος, [[romanización del griego|transliterado]] como ''demos'', «pueblo», y σοφία, ''sophía'', «sabiduría»).</ref> es el conjunto de [[artesanía]]s, [[baile]]s, [[chiste]]s, [[costumbre]]s, [[cuento folklórico|cuentos]], [[Tradición oral|historias orales]], [[leyenda]]s, [[música]], [[proverbio]]s y [[superstición|supersticiones]], común a una población concreta, incluyendo las [[tradición|tradiciones]] de dicha cultura, [[subcultura]] o [[grupo social]]. Además se suele llamar de la misma manera al estudio de estas materias. Sin embargo, hubo muchos desacuerdos referentes a qué contenía exactamente el folclore: algunos hablaban solo de cuentos, creencias y otros incluían también festividades y vida común.<ref>''Diccionario Folcklórico Argentino'', [[Félix Coluccio]], 1981, ediciones Plus Ultra</ref> Según el investigador argentino Augusto Raúl Cortazar, todo hecho para ser considerado folklórico, debe ser anónimo, tradicional, vigente, de transmisión oral, popular, colectivo, funcional, empírico y regional.
El '''folclore''',<ref>{{cita DLE|folklore|fechaacceso=1 de mayo de 2017}}</ref><ref>{{cita DPD|folclore|fechaacceso=1 de mayo de 2017}}</ref> '''folclor'''<ref>{{cita DLE|folclor|fechaacceso=1 de mayo de 2017}}</ref> o '''folklore'''<ref>[[Real Academia Española]] y [[Asociación de Academias de la Lengua Española]] (2014): [http://dle.rae.es/?id=IAQExs5 «folklore.»] ''Diccionario de la lengua española''. Consultado el 25 de mayo de 2017.</ref> (del [[Idioma inglés|inglés]] ''folk'', «pueblo» y ''lore'', «acervo», «saber» o «conocimiento»)<ref>El término formal equivalente de [[etimología]] griega es «demosofía» (de δημος, [[romanización del griego|transliterado]] como ''demos'', «pueblo», y σοφία, ''sophía'', «sabiduría»).</ref> es el conjunto de [[artesanía]]s, [[baile]]s, [[chiste]]s, [[costumbre]]s, [[cuento folklórico|cuentos]], [[Tradición oral|historias orales]], [[leyenda]]s, [[música]], [[proverbio]]s y [[superstición|supersticiones]], común a una población concreta, incluyendo las [[tradición|tradiciones]] de dicha cultura, [[subcultura]] o [[grupo social]]. Además se suele llamar de la misma manera al estudio de estas materias. Sin embargo, hubo muchos desacuerdos referentes a qué contenía exactamente el folclore: algunos hablaban solo de cuentos, creencias y otros incluían también festividades y vida común.<ref>''Diccionario Folcklórico Argentino'', [[Félix Coluccio]], 1981, ediciones Plus Ultra</ref> Según el investigador argentino Augusto Raúl Cortazar, todo hecho para ser considerado folklórico, debe ser anónimo, tradicional, vigente, de transmisión oral, popular, colectivo, funcional, empírico y regional.


El término [[Idioma inglés|inglés]] ''folklore'' fue usado por primera vez el [[22 de agosto]] de [[1846]] por su creador, el [[arqueología|arqueólogo]] [[Reino Unido|británico]] [[William Thoms]], quien deseaba crear una palabra para denominar lo que entonces se llamaba «antigüedades populares».
El término [[Idioma inglés|inglés]] ''folklore'' fue usado por primera vez el [[22 de agosto]] de [[1846]] por su creador, el [[arqueología|arqueólogo]] [[Reino Unido|británico]] [[William Thoms]], quien deseaba crear una palabra para denominar lo que entonces se llamaba «antigüedades populares».
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* [http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/20708/1/articulo8.pdf Jáuregui, Ramón M.: ''Cultura, Ética y Folklore''. FERMENTUM. Mérida - Venezuela - ISSN 0798-3069 - Año 10 - Nº 29 - septiembre - diciembre - 2000 - 469-476]
* [http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/20708/1/articulo8.pdf Jáuregui, Ramón M.: ''Cultura, Ética y Folklore''. FERMENTUM. Mérida - Venezuela - ISSN 0798-3069 - Año 10 - Nº 29 - septiembre - diciembre - 2000 - 469-476]
* [http://digital.csic.es/bitstream/10261/44121/1/Antropolog%C3%ADa%20y%20Folklore.pdf Ortiz García, Carmen: ''Antropología y Folklore''. Revista de dialectología y tradiciones populares, 49:2 (1994) p. 49]
* [http://digital.csic.es/bitstream/10261/44121/1/Antropolog%C3%ADa%20y%20Folklore.pdf Ortiz García, Carmen: ''Antropología y Folklore''. Revista de dialectología y tradiciones populares, 49:2 (1994) p. 49]
* [http://www.filosofia.org/filomat/df276.htm García Sierra, Pelayo: ''Diccionario filosófico - Folklore como concepto ontológico /Folklore como concepto gnoseológico'']
* [http://www.filosofia.org/filomat/df276.htm García Sierra, Pelayo: ''Diccionario filosófico - Folklore como concepto ontológico /Folklore como concepto gnoseológico''] ademas del agua choca


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Los proverbios flamencos (1559), Gemäldegalerie de Berlín.

El folclore,[1][2]folclor[3]​ o folklore[4]​ (del inglés folk, «pueblo» y lore, «acervo», «saber» o «conocimiento»)[5]​ es el conjunto de artesanías, bailes, chistes, costumbres, cuentos, historias orales, leyendas, música, proverbios y supersticiones, común a una población concreta, incluyendo las tradiciones de dicha cultura, subcultura o grupo social. Además se suele llamar de la misma manera al estudio de estas materias. Sin embargo, hubo muchos desacuerdos referentes a qué contenía exactamente el folclore: algunos hablaban solo de cuentos, creencias y otros incluían también festividades y vida común.[6]​ Según el investigador argentino Augusto Raúl Cortazar, todo hecho para ser considerado folklórico, debe ser anónimo, tradicional, vigente, de transmisión oral, popular, colectivo, funcional, empírico y regional.

El término inglés folklore fue usado por primera vez el 22 de agosto de 1846 por su creador, el arqueólogo británico William Thoms, quien deseaba crear una palabra para denominar lo que entonces se llamaba «antigüedades populares».

La definición más ampliamente aceptada por los investigadores actuales de la especialidad es «la comunicación artística en grupos pequeños», propuesta por el investigador de la Universidad de Pensilvania Dan Ben Amos.[7]

En 1960, la UNESCO designó el 22 de agosto de cada año como "Día Mundial del Folclore" como reconocimiento a Thoms.[8]

Historia

Johann Gottfried Herder se dedica por primera vez a registrar y preservar deliberadamente el folclore para documentar el auténtico espíritu, tradición e identidad del pueblo germano. La creencia de que tal autenticidad pueda existir es uno de los principios del nacionalismo romántico que Herder desarrolló. Para Herder, las clases campesinas son al mismo tiempo depositarias, vehículo y guardianes del «genio popular», que se modeló mediante el contacto de los hombres con la tierra y el clima y se transmitió de generación en generación, tanto oralmente como en las epopeyas, cuentos y leyendas. En una visión universalista, Herder mantuvo que cada pueblo posee su «genio» único y singular, que aparece como fundamento por excelencia del renacimiento cultural que debía permitir reunificar a los pueblos germánicos. Se practica en países como Panamá, Colombia, Bolivia, Perú, etcétera. El "hecho folclórico" representado en la proyección, sea "genuino auténtico", es decir, fiel espejo de la cultura en que se nutre y conserva y conforme lo ejecuta la comunidad imitada.

Sobre los incentivos de Herder, los hermanos Grimm se comprometieron como pioneros con la enorme empresa de recopilar cuentos orales alemanes, para recuperar el carácter auténtico de una cultura nacional perdida por las élites. Así, en 1812 publicaron la primera serie de cuentos tradicionales como Kinder- und Hausmärchen (‘Historias infantiles y familiares’).

Rápidamente, la iniciativa de los hermanos Grimm fue imitada en toda Europa (del Este y el Oeste) y en los países escandinavos. A partir del siglo XIX se emprende la labor de educar al pueblo en su propio folclore, que aparece amenazado de desaparición bajo los efectos de la modernidad y la urbanización. Las campañas de difusión del folclore toman la forma de verdadera propaganda nacionalista, procurando esencialmente hacer resaltar la originalidad y singularidad propia del folclore de cada pueblo, permitiendo distinguirlo de los vecinos y vincularlo a los que, en el contexto de instauración de las identidades nacionales, se designa como sus antepasados.

En primera instancia el folclore se limitó a la tradición oral. Hacia la mitad del siglo XIX se amplía el ámbito del folclore, comenzando los recopiladores a interesarse también por distintas producciones que emanan de las culturas populares (creencias, medicina tradicional, trajes, artes, técnicas, etcétera).

No fue hasta el siglo XX cuando los etnógrafos empezaron a intentar registrar el folclore sin manifestar metas políticas.

Estudio del folclore

Aunque el folclore puede contener elementos religiosos y mitológicos, se preocupa también con tradiciones a veces mundanas de la vida cotidiana.Se relaciona con frecuencia lo práctico y lo esotérico en un mismo bloque narrativo. Ha sido a menudo confundido con la mitología, y viceversa, porque se ha asumido que cualquier historia figurativa que no pertenezca a las creencias dominantes de la época no tiene el mismo estatus que dichas creencias dominantes. Así, la religión romana es calificada de «mitología» por los cristianos. De esa forma, tanto la mitología como el folclore se han convertido en términos clasificatorios para todos los relatos figurativos que no se corresponden con la estructura de creencias dominante.

A veces el folclore es de naturaleza religiosa, como las historias del Mabinogion galés o las de la poesía escáldica islandesa. Muchos de los relatos de La leyenda dorada de Santiago de la Vorágine también plasman elementos folclóricos en un contexto cristiano: ejemplos de dicha mitología cristiana son los temas desarrollados en torno a San Jorge o San Cristóbal. En este caso, el término «folclore» se usa en un sentido peyorativo, es decir, mientras las historias del trotamundos Odín tienen un valor religioso para los nórdicos que compusieron las historias, debido a que no encajan en las creencias cristianas no son consideradas «religiosas» sino «folclóricas» por los cristianos.

Los cuentos populares son un término general para diversas variedades de la narrativa tradicional. La narración de historias parece ser un elemento universal cultural, común por igual a las sociedades básicas y las complejas. Incluso las formas que adoptan las historias populares son ciertamente parecidas de una cultura a otra, y los estudios comparativos de temas y formas narrativas han tenido éxito al demostrar estas relaciones.

Por otra parte, el folclore puede usarse para describir precisamente una narrativa figurada, que no tiene contenido sagrado o religioso alguno. Desde el punto de vista jungiano, que no es más que un método de análisis, puede en su lugar corresponder a patrones psicológicos inconscientes, instintos o arquetipos de la mente. Este saber puede o no tener componentes fantásticos (tales como magia, seres etéreos o personificaciones de objetos inanimados). Estas historias populares pueden surgir de una tradición religiosa, pero habla de asuntos psicológicos profundos. El folclore familiar, como Hansel y Gretel, es un ejemplo de esta sutil línea.

El propósito manifiesto del cuento puede ser primordialmente una enseñanza mundana sobre la seguridad en el bosque o secundariamente un cuento cautelar sobre los peligros del hambre en las familias grandes, pero su significado latente puede evocar una fuerte respuesta emocional debido a los ampliamente comprendidos temas y motivos, tales como «la madre terrible», «la muerte» y «la expiación con el padre». Puede haber un alcance tanto moral como psicológico en la obra, así como un valor lúdico, dependiendo de la naturaleza del narrador, el estilo de la historia, la edad media de la audiencia y el contexto general de la actuación. Los folcloristas se suelen resistir a las interpretaciones universales de los relatos y, donde sea posible, analizan las versiones orales de historias en contextos específicos, más que en fuentes impresas, que a menudo muestran el efecto del sesgo del escritor o editor.

Los relatos contemporáneos comunes en Occidente incluyen la leyenda urbana. Hay muchas formas de folclore que son tan comunes pero que, sin embargo, la mayoría de la gente no advierte que son folclore, tales como acertijos, rimas infantiles y cuentos de fantasmas, rumores (incluyendo teorías conspirativas), chismes, estereotipos étnicos, costumbres festivas y ritos del ciclo vital (bautizos, funerales, etcétera). Los relatos de abducciones por ovnis pueden ser consideradas, en un cierto sentido, como actualizaciones de los cuentos de la Europa precristiana o incluso de historias de la Biblia tales como la ascensión al cielo de Elías. Adrienne Mayor, al presentar una bibliografía sobre este tema, señaló que la mayoría de los folcloristas modernos desconocen en gran medida los paralelos y precedentes clásicos, en materiales que están solo parcialmente representados por la familiar etiqueta de "esópicos":

«La literatura clásica grecorromana contiene ricos tesoros ocultos de folclore y creencias populares, muchas de ellas con equivalentes en las leyendas contemporáneas modernas».

Teorías del folclore

Todo hecho cultural es un hecho social, por tanto si estudiamos el grupo humano necesariamente debemos conocer el medio social que nos rodea y las características que posee cada sociedad en cada época por lo tanto la cultura en lo resultante del trabajo humano con el conocimiento de la actividad laboral y de la fabricación de los primeros instrumentos musicales, se inició la sociedad humana.

Referencias

  1. Real Academia Española. «folklore». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Consultado el 1 de mayo de 2017. 
  2. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2023). «folclore». Diccionario panhispánico de dudas (2.ª edición, versión provisional). Consultado el 1 de mayo de 2017. 
  3. Real Academia Española. «folclor». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Consultado el 1 de mayo de 2017. 
  4. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2014): «folklore.» Diccionario de la lengua española. Consultado el 25 de mayo de 2017.
  5. El término formal equivalente de etimología griega es «demosofía» (de δημος, transliterado como demos, «pueblo», y σοφία, sophía, «sabiduría»).
  6. Diccionario Folcklórico Argentino, Félix Coluccio, 1981, ediciones Plus Ultra
  7. Palacios, Francisco. Depresión siglo XXI (EPUB). p. 269. ISBN 9781463353803. 
  8. Ministerio de Educación de Chile (4 de agosto de 2007), «Decreto 207: Instituye día nacional del folclor», Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, consultado el 29 de octubre de 2011 .

Enlaces externos