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Andrés Nin Pérez


Consejero de Justicia de la Generalidad de Cataluña
26 de septiembre-12 de diciembre de 1936
Predecesor Josep Quero
Sucesor Rafael Vidiella


Secretario General del POUM
1936-1937
Predecesor Joaquín Maurín
Sucesor Julián Gorkin


Secretario General de la CNT
Marzo de 1921-Mayo de 1921
Predecesor Evelio Boal
Sucesor Joaquín Maurín

Información personal
Nacimiento 12 de enero de 1892
Bandera de España Vendrell, España
Fallecimiento ¿22 de junio de 1937?
Bandera de España Alcalá de Henares, España
Información profesional
Ocupación Político, maestro y periodista
Partido político PSOE, PCUS, PCE, ICE, POUM

Andrés Nin Pérez (Vendrell, Tarragona, 4 de febrero de 1892-Alcalá de Henares, ¿22 de junio de 1937?), también conocido como Andreu Nin, fue un político y sindicalista español. Nin, que además trabajó como maestro y periodista, fue fundador del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) y se convirtió en uno de las figuras clave del marxismo revolucionario de la primera mitad del siglo XX en España. Desapareció durante el transcurso de la Guerra Civil Española, tras haber sido detenido por las autoridades republicanas.

Biografía

Primeros años

Nacido el 4 de febrero de 1892 en la localidad tarraconense de El Vendrell,[1]​ era hijo de un zapatero y una campesina,[2]​ pero a pesar de sus orígenes modestos consiguió, gracias al esfuerzo de sus padres y a su inteligencia, llegar a ser maestro y trasladarse a Barcelona poco antes de la Primera Guerra Mundial.[2]​ Aunque impartió clases durante un tiempo, en una escuela laica y libertaria, pronto se dedicó al periodismo y a la política.

En 1911 entró en las filas del movimiento federalista catalán,[3]​ pero la conflictividad social existente entonces le hizo evolucionar rápidamente hacia planteamientos de clase. El año 1917 fue clave para su vida: sucesos como la huelga general de agosto, la Revolución rusa o las luchas entre la patronal barcelonesa y los sindicatos, sobre todo la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), le marcaron profundamente. Si bien se integró primero en las filas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), pronto abrazó la causa del sindicalismo revolucionario e ingresó en la CNT, donde tras asistir al segundo congreso de 1919, defendió su ingreso en la Internacional Comunista y sustituyó como secretario del Comité Nacional a Evelio Boal, que había sido asesinado. En noviembre de 1920 el propio Nin sufriría un atentado a manos de los Sindicatos Libres que casi le cuesta la vida.[4]

Actividad política

En el pleno nacional de la CNT celebrado en Lérida el 28 de abril de 1921, fue elegido como uno de los delegados que serían enviados a Moscú al congreso de la Comintern y al congreso fundacional de la Internacional Sindical Roja (Profintern) junto a Joaquín Maurín, Hilario Arlandís y Jesús Ibáñez;[5][6]​ convirtiéndose en un personaje clave de ambas internacionales (la CNT había abandonado la Internacional Comunista en 1922). Sin embargo, durante su viaje a Moscú pasó a admirar la Revolución rusa,[7]​ tras lo cual abandonó el anarquismo y se hizo comunista.[8]​ Nin, que también asistiría al segundo congreso del Profintern,[9]​ vivió durante un tiempo en Moscú,[7]​ época en la que primero trabajó para Nikolái Bujarin,[10]​ y posteriormente se convirtió en el secretario de León Trotski, uno de los líderes bolcheviques durante la revolución.[11]​ Gracias a un puesto de trabajo en la Profintern, Nin pudo visitar Francia, Italia y Alemania.[12]​ A partir de 1926, perteneció a la llamada «Oposición de Izquierda» dirigida por Trotski, que se oponía al ascenso de Iósif Stalin dentro del Partido Comunista de la Unión Soviética,[13]​ por lo que Nin tuvo que abandonar la URSS en 1930.

Llegó a dominar el ruso y produjo después importantes traducciones al catalán, consideradas clásicas, de los novelistas rusos del siglo XIX. A su vuelta a España, Nin fue clave en la formación de un grupo de orientación trotskista (bolchevique-leninista), la Izquierda Comunista de España (ICE), en mayo de 1931. El ICE pronto se convirtió en un grupo afiliado a la Oposición de Izquierda Internacional y pasó a publicar el periódico El Soviet. Sin embargo, aunque disponía de algunos militantes muy destacados, la Izquierda Comunista era un grupo demasiado pequeño como para tener influencia real en la vida política española. A pesar de que fue considerado un partido trotskista opuesto a Stalin, desde su exilio en Noruega el mismo Trotski criticó duramente su línea política.[14]

Tras su regreso a España, Nin se encontró un país muy distinto al que había dejado, especialmente tras la proclamación de la Segunda República. Formó parte de la Alianza Obrera e intervino en las sucesos de octubre de 1934 en Cataluña. Tras las críticas recibidas anteriormente por su línea política, acabó rompiendo con Trotski después de no aceptar su pretensión de adoptar una táctica entrista en el PSOE. Al fusionarse su grupo con el Bloque Obrero y Campesino de Joaquín Maurín para fundar el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) en 1935,[15]​ Nin fue nombrado miembro del Comité Ejecutivo del nuevo partido y director de su publicación La Nueva Era; al año siguiente fue elegido secretario general del POUM. En mayo de 1936 también fue elegido secretario general de la Federación Obrera de Unidad Sindical (FOUS), que tuvo una fuerte implantación sindical en las provincias de Lérida, Gerona y también en Tarragona.[16]

Guerra Civil Española

Tras el estallido de la Guerra Civil Española, Nin se convirtió en el máximo dirigente del POUM. Hasta julio de 1936 el partido había tenido una presencia muy limitada en el ámbito político catalán, y aún menor en el resto de España. Sin embargo, a partir de ese momento Nin y otros líderes del POUM empezaron a hacerse conocidos fuera de sus feudos tradicionales, y solían hablar en público.[17]​ El 2 de agosto, en declaraciones al diario La Vanguardia, Nin declaró:

La clase obrera ha resuelto el problema de la Iglesia sencillamente, no dejando en pie ni una siquiera.[18]

Tras formar parte del Consell d'Economia de Catalunya entre agosto y septiembre de 1936, el 26 de septiembre Nin fue nombrado consejero de Justicia de la Generalidad.[19]​ El 14 de octubre de 1936 implantó por decreto los Tribunales Populares.[20]​ Sin embargo, la gestión de Nin como consejero de Justicia fue bastante discutida.[nota 1]​ Durante aquellos meses las ejecuciones extrajudiciales continuaron produciéndose sin que Nin tomara cartas en el asunto. Como el historiador Hugh Thomas recoge, «Nin no se había caracterizado por sus escrúpulos humanitarios respecto a la "burguesía"».[22]​ Las milicias del POUM también contribuyeron a la represión de los «fascistas» y «enemigos del pueblo».[17]​ En otoño, Nin había planteado al presidente de la Generalidad, Lluís Companys, la posibilidad de acoger refugiado a León Trotski, que en aquel momento había tenido que salir de Noruega por presiones soviéticas.[23]​ Esta idea no era del agrado de los comunistas del PSUC, que también participaban en el gobierno de la Generalidad. El 24 de noviembre el PSUC entregó a la CNT una propuesta sobre el establecimiento de un nuevo gobierno de la Generalidad, que incluía la salida de Nin como consejero de Justicia.[24]​ Muchos miembros y líderes anarquistas no tenían demasiado aprecio por Nin, al que consideraban un renegado de la CNT,[25]​ por lo que resolvieron que se trataba más bien de un conflicto entre marxistas.[26]​ Andrés Nin siguió ejerciendo el cargo hasta el 16 de diciembre, cuando fue apartado tras la remodelación del consejo.[25]​ Al explicarle las razones, según contó más tarde Nin en su interrogatorio, Josep Tarradellas le advirtió además del peligro que corrían tanto el POUM como sus líderes.[27]

A medida que avanzaba la guerra, y a pesar de que los dirigentes del POUM eran conscientes de ello,[nota 2]​ la posición del partido se iba volviendo cada vez más precaria. Por una parte, las autoridades republicanas estaban decididas a priorizar el esfuerzo bélico, a poner orden en el sistema de milicias y a centralizar el control del orden interno, por delante del avance en conquistas revolucionarias, como las colectivizaciones, en las que insistían tanto el POUM como sobre todo la CNT. La tensión terminó estallando en Barcelona, donde la lejanía del frente exacerbó un enfrentamiento que en Madrid había quedado mitigado por la urgencia de la situación militar.[29]​ En Cataluña, los problemas en el suministro de productos básicos se vieron agravados por la masiva llegada de refugiados en un momento en que los organismos encargados del abastecimiento, además de importantes zonas fronterizas, estaban bajo control del la CNT. Los anarquistas controlaban también las comunicaciones telefónicas y la tensión llegó a su punto máximo a finales de abril con los atentados contra el jefe de Policía y el consejero de Trabajo y Obras Públicas, ambos miembros del PSUC.[30]​ Los esfuerzos de la Generalidad de Cataluña para ir recuperando progresivamente estas áreas de autoridad y desarmar a las milicias culminaron el 3 de mayo con la operación para ocupar la central telefónica de la plaza de Cataluña, a lo que respondieron el POUM, la CNT y los Amigos de Durruti levantando barricadas, lo que inició un enfrentamiento armado que solo pudieron sofocar refuerzos llegados de Valencia el 7 de mayo.[31]

Detención, interrogatorio y asesinato

Durante la primavera de 1937 la policía republicana localizó una supuesta carta escrita por Nin dirigida a Francisco Franco, en la que el líder trotskista respaldaría un plan de sublevación de la quinta columna madrileña; la carta, en realidad una falsificación realizada por el NKVD,[32]​ constituyó una de las principales pruebas de acusación contra Nin.[33]​ Después de los Sucesos de Mayo, la campaña comunista contraria al POUM se intensificó. Sus dirigentes fueron acusados abiertamente de ser fascistas y conspirar con Franco.[34]​ Ya el 28 de mayo las presiones comunistas consiguieron que las autoridades suspendieran la circulación del periódico del partido, La Batalla.[35]

El 14 de junio el director general de Seguridad, el coronel Antonio Ortega Gutiérrez, comunicó al ministro de Educación y Sanidad que el jefe del NKVD en España, Alexander Orlov, le había indicado que debía detenerse a todos los los dirigentes del POUM.[35][nota 3]​ El ministro, que era el comunista Jesús Hernández, fue a hablar directamente con Orlov sobre este asunto. El jefe del NKVD alegó que existían pruebas que relacionaban al partido trotskista con el espionaje franquista, y que era necesario que el gobierno no tuviera conocimiento de este plan porque el ministro de gobernación, Julián Zugazagoitia, era amigo de algunos de los líderes del POUM.[36]​ El 16 de junio las autoridades republicanas clausuraron la sede del POUM en el Hotel Falcón, y la cúpula del partido fue detenida por la policía. De acuerdo con el testimonio de Julián Gorkín, la policía republicana estuvo acompañada por dos extranjeros, los cuales sospechaba Gorkín que se trataban de agentes del servicio secreto soviético.[37]​ Andrés Nin fue separado del resto de la cúpula del partido, como Julián Gorkin y José Escuder, que fue recluida en prisiones de Madrid y Barcelona. Tras ser separado del resto, Nin desapareció.[37]

Nin fue trasladado a la ciudad de Alcalá de Henares, próxima a Madrid; el lugar elegido se había convertido en una importante base de los soviéticos en la España republicana, por lo que ofrecía garantías de seguridad.[38][nota 4]​ Con posterioridad se ha sostenido que Andrés Nin fue sometido a interrogatorios y que sufrió torturas durante los siguientes días a su detención. Hugh Thomas apunta que Nin fue trasladado en coche desde Barcelona, y luego llevado a la Catedral de Alcalá de Henares, que funcionaba como una cárcel particular del NVKD soviético.[40]​ Algunos sostienen que murió en Alcalá de Henares. Sin embargo, varias circunstancias alrededor de su muerte, como si llegó a sufrir torturas o no antes de su ejecución, permanecen por esclarecer.[41]​ Según Paul Preston, posiblemente Nin fue asesinado el 22 de junio mediante desollamiento,[42]​ por orden de Orlov.[nota 5]

Polémica sobre su muerte

Existen pocas dudas de que la orden de ejecución de Nin provino de Moscú.[43]​ Por su parte, Thomas afirma que pudo haber sido asesinado en el parque de El Pardo,[44]​ cerca de Madrid, pero el destino final de sus restos continua siendo un misterio. El biógrafo de Nin, Francesc Bonamusa, comentaría al respecto:

Sin embargo, los aspectos fundamentales del secuestro y consiguiente asesinato de Andrés Nin son evidentes. Nin fue detenido por miembros de los servicios policiales de Madrid y Barcelona, y no por policías procedentes de Valencia, que era la sede del gobierno de la República. Fue transferido primero a Valencia y posteriormente a Madrid...una vez en Madrid, fue seguramente transferido a los servicios de contraespionaje del NKVD, y trasladado a uno de sus cuarteles en Alcalá de Henares o El Pardo. Por estas razones, y dado que Nin no era ningún funcionario del gobierno, fue imposible para los ministros de Justicia, Manuel de Irujo, y de Gobernación, Julián Zugazagoitia, obtener información sobre el paradero del antiguo consejero de Justicia de la Generalidad.[45]

A los pocos días de su detención, en la España republicana empezó a correr el rumor de que Andrés Nin había sido asesinado. Se extendió una campaña con el lema: «¿Dónde está Nin?».[40]​ La antigua ministra de Sanidad, la anarquista Federica Montseny, fue una de las primeras personalidades que planteó la cuestión en público.[46]​ En el propio gobierno republicano no estaba muy claro lo que había ocurrido: varios ministros socialistas preguntaron a los dos ministros comunistas, que aseguraron desconocer todo lo relacionado con este asunto. La versión semioficial que empezó a circular fue que Nin había sido liberado de la checa por "sus amigos de la Gestapo".[nota 6]​ Así lo sostuvo Juan Negrín, jefe del Gobierno de la República.[47]​ Desde los círculos comunistas se empezó a responder «En Salamanca o Berlín»[48]​ a la pregunta sobre el auténtico paradero del líder trotskista. De acuerdo con Ricardo Miralles y Hugh Thomas, Negrín habría sido consciente de la verdad sobre lo sucedido desde el principio a pesar de hacer de eco de la inverosímil versión de la Gestapo;[49][50]​ Thomas añade que el caso Nin en realidad se trataba de un "asunto sucio", pero que los líderes republicanos resolvieron que era mejor no importunar a los soviéticos para así poder seguir recibiendo la preciada ayuda militar.[50]​ Por otro lado, los líderes y ministros republicanos no sentían un especial aprecio por el líder de este pequeño partido, al que consideraban un mero "grupo de agitadores que estaba perjudicando el esfuerzo bélico".[22]​ Julián Zugazagoitia, sin embargo, comentó que esta acción se había realizado sin el conocimiento y/o el consentimiento del gobierno republicano.[48]

Obras

Notas

  1. Durante su época como consejero de Justicia, Nin nombró como fiscal a un antiguo pseudopistolero que durante los juicios llegó a comportarse como un matón.[21]
  2. Ya en otoño de 1936 un aviso adicional le había llegado a la mujer de Juan Andrade, el principal ideólogo del partido, a quien el periodista Louis Fischer recomendó máxima precaución ante las intenciones de los soviéticos de incluso llegar a liquidar al partido.[28]
  3. Sin embargo, cuando se enteró el secretario general del PCE, José Díaz Ramos, mostró un profundo malestar. Criticó duramente esta idea y llegó a enfrentarse con el representante de la Komintern en España, Victorio Codovilla. Díaz criticó que los soviéticos actuaran en España como agentes extranjeros.[11]
  4. En marzo de 2008 fue hallada casualmente una fosa común con restos de cinco cuerpos humanos de la época de la guerra civil. En su momento se señaló la posibilidad de que uno de los cuerpos fuera el de Andreu Nin, desaparecido desde el verano de 1937.[39]
  5. Muchos años después Orlov, tras exiliarse en los Estados Unidos, intentó eludir su responsabilidad en la muerte de Nin y culpó de la misma a un supuesto agente soviético, llamado "Bolodin", que habría venido expresamente desde la URSS.[40]​ Sin embargo, no hay constancia de su existencia.
  6. Según Hugh Thomas, los soviéticos organizaron una farsa en la que usaron a miembros alemanes de las Brigadas Internacionales que aparentaban ser agentes de la Gestapo nazi.[22]

Referencias

Pie de página

  1. Solano, 1999, p. 127.
  2. a b Martins, 2014, p. 159.
  3. Gutiérrez Álvarez,, pp. 270-271.
  4. Meaker, 1974, p. 390.
  5. Payne, 2004.
  6. Ruipérez, 1979.
  7. a b Thomas, 1976, pp. 140-141.
  8. Thomas, 1976, p. 88.
  9. Meaker, 1974, p. 452.
  10. Alba, 1983, p. 97.
  11. a b Thomas, 1976, p. 759.
  12. Alba, 1983, p. 74n.
  13. Thomas, 1976, p. 143.
  14. Thomas, 1976, p. 144.
  15. Alexander, 2007, p. 755.
  16. Alexander, 2007, p. 776.
  17. a b Thomas, 1976, p. 330.
  18. Redondo, 1993, p. 28.
  19. Thomas, 1976, p. 463.
  20. Gallego, 2008, p. 594.
  21. Benavides, 1946, p. 226.
  22. a b c Thomas, 1976, p. 762.
  23. Alexander, 2007, p. 774.
  24. Alexander, 2007, pp. 774-775.
  25. a b Thomas, 1976, p. 576.
  26. Alexander, 2007, p. 775.
  27. Preston, 2011, p. 529.
  28. Preston, 2011, p. 528.
  29. Preston, 2011, pp. 527-528.
  30. Preston, 2011, pp. 530-532.
  31. Preston, 2011, pp. 532-534.
  32. Viñas, 2007.
  33. Thomas, 1976, pp. 757-758.
  34. Thomas, 1976, p. 756.
  35. a b Thomas, 1976, p. 758.
  36. Thomas, 1976, pp. 758-759.
  37. a b Alexander, 2007, p. 981.
  38. Saleta, Fermín (8 de marzo de 2008). «Andreu Nin, un esqueleto incómodo». ABC. 
  39. Investigan si los restos de de Andreu Nin están en una fosa de Alcalá, El País, 7 de marzo de 2008.
  40. a b c Thomas, 1976, p. 760.
  41. Sennett, 2014, p. 263.
  42. Preston, 2004, p. 182.
  43. Sennett, 2014, p. 264.
  44. Thomas, 1976, p. 761.
  45. Alexander, 2007, p. 982.
  46. Alexander, 2007, p. 987.
  47. Thomas, 1976, pp. 761-762.
  48. a b Alexander, 2007, p. 985.
  49. Miralles, 2003.
  50. a b Thomas, 1976, pp. 759-762.

Bibliografía

Enlaces externos

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Predecesor:
Evelio Boal

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1921
Sucesor:
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1936 - 1937
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1936
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