Terremoto de Áncash de 1970

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Terremoto de Áncash en Yungay de 1970
7.9 en potencia de Magnitud de Momento (MW)
7.9 en escala de Richter (ML)
1970 Ancash earthquake intensity.jpg
Mapa de intensidades del terremoto en el departamento de Áncash
Pat Nixon in Peru Consuelo Velasco 1970.jpg
La entonces primera dama de los Estados Unidos, Pat Nixon (1912-1993), junto a la primera dama del Perú, Consuelo Gonzales Posada (1920-2012), sobre los restos de la iglesia de Huaraz.
Parámetros
Profundidad 45 km
Coordenadas del epicentro 9°28′S 78°19′O / -9.47, -78.31
Consecuencias
Zonas afectadas Bandera de Perú Áncash, La Libertad, Huánuco y Lima, Perú
Mercalli IX (Violento)[1]
Shindo AMJ 6+
Víctimas 67 348 a 70 000 muertos y 380 000 heridos
Iglesia del pueblo de Ocros
Cementerio de Yungay
Vista aérea del alud del Huascarán que sepultó Yungay y Ranrahirca. Desaparecieron más de diez mil habitantes.

El terremoto de Áncash de 1970, conocido localmente como el terremoto del 70, fue un sismo ocurrido el domingo 31 de mayo de 1970, a las 15:23, hora local.[2]​ Tuvo una magnitud de 7.9 en la escala de magnitud de momento y una intensidad de grado IX (violento) en la escala de Mercalli.[1]​ Fue sentido en toda la costa y sierra del departamento de Áncash y de las regiones limítrofes en el sur y norte. El sismo produjo el desprendimiento de un casquete de hielo y rocas del nevado Huascarán, lo que ocasionó un aluvión que sepultó la ciudad de Santo Domingo de Yungay y sus veinte mil habitantes.

Fue el sismo más destructor de la historia del Perú, no por la magnitud, sino por la cantidad de pérdidas humanas. Afectó a la región ancashina y a varias provincias de los departamentos de Huánuco, Lima y La Libertad, y dañó una extensa área de aproximadamente 450 km de longitud y 200 km de ancho de la costa y la sierra peruana.[2]

Debido a esta catástrofe, en 1972, el Gobierno del Perú fundó el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), el cual, además de preparar a la población para actuar durante un terremoto, conmemora el 31 de mayo con un simulacro de sismo a nivel nacional.

Características[editar]

Ubicación de las placas Sudamericana y de Nazca, sobre la costa peruana.

El terremoto se inició el 31 de mayo de 1970, a las 15:23:32. Su epicentro fue localizado a 20 km al oestesuroeste de la ciudad de Chimbote, en el océano Pacífico, a una profundidad de 45 km. Su magnitud fue de 7.9 en la escala sismológica de magnitud de momento, según el IGP y USGS y alcanzó una intensidad máxima de grado IX en la escala de Mercalli modificada en Casma. Produjo además un violento alud en las ciudades de Yungay y Ranrahirca. Las intensidades evaluadas en varias ciudades fueron:

Lugar Intensidad en Mercalli (MM)
Casma, Chimbote IX (Violento)
Huallanca, Aija, Caraz, Carhuaz, Yungay, Huaraz VIII (Severo)
Chacas, San Luis, Huari, Pomabamba, Piscobamba, Llamellín, Trujillo, Santiago de Chuco, Huarmey VII (Muy fuerte)
Huacho, Lima y Callao, Cerro de Pasco, Chavín VI (Fuerte)
Cajamarca, Chiclayo, Huánuco, Tingo María V (Moderado)
Ica, Chincha Alta, Juanjuí, Huancayo, Tarapoto, Yurimaguas IV (Ligero)
Iquitos, Tumbes, Guayaquil III (Débil)

Efectos en el territorio ancashino y el Perú[editar]

Ruinas de la catedral de Yungay.

La zona andina de Áncash y la pintoresca área del Callejón de Huaylas, fue el área más castigada por el terremoto. La ciudad de Huaraz fue destruida en un 97 % y perdió más de 10 000 habitantes (el 50 % de la población). Luego del sismo, la zona quedó oscurecida por un manto negro de polvo que permaneció durante días. El resto de ciudades y pueblos del Callejón de Huaylas también fueron destruidos casi por completo, desde Recuay, por el sur, hasta Huallanca, por el norte. La segunda ciudad en importancia, Yungay, terminó sepultada junto a Ranrahirca por un alud, desapareciendo veinticinco mil moradores. Los aludes y derrumbes obstaculizaron caminos y carreteras y embalsaron partes del río Santa. El ferrocarril que unía Chimbote con Huallanca desapareció.[2]

La zona andina siguiente al Callejón de Huaylas, conocida como Conchucos, quedó con daño moderado debido a la gran cantidad de energía sísmica que absorbió el macizo de la cordillera Blanca una barrera natural que divide al Callejón de Huaylas de la sierra oriental de Áncash, aun así, muchas de las construcciones quedaron inhabitables, y decenas de personas murieron mientras se encontraban laborando en áreas agrícolas debido a derrumbes en los cerros contiguos. La zona quedó aislada varios meses del resto del país.

En la zona costera, los efectos del sismo destruyeron grandes sectores de la carretera Panamericana entre Huarmey y Trujillo (departamento de La Libertad). Tanto la ciudad y el puerto de Chimbote quedaron con averías incuantificables, en la zonas de San Pedro y Lacramarca todas las construcciones se derrumbaron, al igual que las industrias pesqueras, y daño similar a las metalúrgicas, en algunas áreas el suelo se agrietó hasta expulsar chorros de agua de hasta un metro de altura, la ciudad perdió más de dos mil ochocientos habitantes.

En Casma, una vieja ciudad de adobes, murieron ochocientas personas, y más hacia el sur, en Huarmey, cien. La Provincia de Bolognesi, con mil ochocientas víctimas, refirió cuantiosos derrumbes que incomunicaron a pueblos completos, donde se dan referencias que algunas personas sepultaron a sus parientes sin notificar.

En total, las muertes se calcularon en ochenta mil y hubo aproximadamente veinte mil desaparecidos. Los heridos hospitalizados se contabilizaron en 143 331, si bien en lugares como Recuay, Aija, Casma, Huarmey, Carhuaz y Chimbote la destrucción de edificios osciló entre 80 % y 90 %. La carretera Panamericana sufrió graves grietas entre Trujillo y Huarmey, lo que dificultó aún más la entrega de ayuda. La central hidroeléctrica del Cañón del Pato quedó también afectada por el embate del río Santa y la línea férrea que comunicaba Chimbote con el valle del Santa y quedó inutilizable en un 60 % de su recorrido.

Con esta catástrofe el Gobierno peruano creó por decreto ley a la Brigada de Defensa Civil Peruana, posteriormente el Indeci, con el fin de prevenir y preparar a la población ante sucesos parecidos.[3]

El aluvión en Yungay[editar]

El aluvión se produjo en la actual pared de roca descubierta (izquierda) de la cima norte del Huascarán.

El fuerte y prolongado sismo de 45 segundos, provocó el desprendimiento del pico norte del nevado Huascarán, produciendo un alud estimado en 40 millones de metros cúbicos de hielo, lodo y rocas que medía 1,5 km de ancho y que avanzó los 13 km, a una velocidad promedio de 200 a 500 km/h. La avalancha tardó solo tres minutos en llegar a la ciudad. La población yungaína quedó desorientada debido al eco que producía el aluvión en los cerros de la cordillera Blanca. Cuando el aluvión chocó contra la pared de la quebrada del río Ranrahirca formó un embalse y desvió su curso violentamente unos treinta grados en dirección sur.[2]

...Observé una ola gigante de lodo gris claro en la parte alta de Yungay, muy semejante a una ola de mar rompiendo en una cresta, tenía una altura aproximada de veinticinco o treinta metros...
Relato de un sobreviviente en 2012.[4]

La tercera parte de la masa saltó la quebrada (que ya había salvado a Yungay de un aluvión en 1962) sepultando completamente a la segunda ciudad más importante del Callejón de Huaylas, mientras que la corriente mayor arrasó con el pueblo de Ranrahirca, matando en total a más de veinte mil personas.[2]

...Sentimos un tremendo ruido que se presentaba de ambos lados... el ruido se asemejaba al de muchos aviones... no sabíamos por donde venía ni que pasaba, en esos momentos no nos acordábamos del Huascarán... Finalmente, vimos el aluvión de lodo completamente negro con más de cuarenta metros de altura que avanzaba botando chispas de distintos colores...
Relato de una superviviente en 1970.[4]

En Yungay solo se salvaron aproximadamente trescientas personas separadas en tres grupos, noventa y dos personas que corrieron hacia el cementerio de la ciudad (una antigua fortaleza preinca elevada), veinticinco personas en un cerro contiguo a la ciudad y un numeroso grupo de niños que asistieron a un circo de pulgas llamado Verolina y que estaba ubicado en el estadio a setecientos metros de la plaza mayor.

Haciendo honor al apoyo brindado por diversos países, el escudo de Nueva Yungay posee el símbolo de la solidaridad en su campo inferior.

Las labores de rescate y evacuación que puso en marcha el Gobierno central solo procedieron mediante vía aérea luego de dos días de la tragedia debido a la densa nube de polvo que se levantaba a dos mil setecientos metros sobre el nivel de la zona de la tragedia, esta nube permaneció una semana ocasionando que los bloques de hielo tardaran dos semanas en descongelarse debido a la poca incidencia del sol. La masa de lodo tardó un mes en secarse y ocasionó que varias personas quedaran atrapadas cuando intentaron cruzarla.

Así es que la provincia de Yungay alcanzó las cifras más altas en cuanto a mortalidad: veinticinco mil personas. El aporte internacional tuvo gran importancia en el momento de la emergencia, diversas organizaciones mundiales brindaron su apoyo. La magnitud de su cooperación no solo fue en el momento de la emergencia sino también en la rehabilitación de la zona afectada y en el futuro desarrollo de la región. Sin embargo, la destrucción de las vías de comunicación de la zona y la falta de planeamiento le dieron una cuota de ineficiencia. Por ello es que el 28 de marzo de 1972 se crea el Indeci para que se encargue de coordinar la prevención y la ayuda en caso de posteriores desastres.

A raíz del terremoto de 1970 que asoló varias ciudades del Callejón de Huaylas y que motivó la solidaridad de diversos países, Yungay recibió el nombre de Capital de la Solidaridad Internacional.


Santo Domingo de Yungay (2500 m.), visto desde la colina del cementerio. El área resaltada muestra la ubicación y dirección del alud. Yungay Nuevo está detrás de la zona resaltada en el centro.

Muertes[editar]

  • Huaraz y alrededores: 25 000.
  • Yungay, Ranrahírca, Mancos y alrededores: 11 000.[5][6][nota 1]

Véase también[editar]

Notas[editar]

  1. Aunque en un primer momento, se hablaban de 70, 000 víctimas, indican que, en las ciudades de Yungay y Ranrahirca vivían entre 4 mil a 7 mil personas, ya que el resto de población estaba dispersa en los otros 6 distritos, siendo el más poblado la capital Yungay. Este error se debió a que la ciudad y la provincia tienen el mismo nombre, Yungay, siendo de la provincia de donde se tomó la cifra del censo de 1961.[5]

Referencias[editar]

  1. a b Casaverde Río. «EL TERREMOTO DE ANCASH Y EL ALUD ALUVIÓN DEL NEVADO HUASCARAN». INDECI. Consultado el 1 de mayo de 2022. 
  2. a b c d e «La mayor tragedia del alpinismo checo sucedió hace 45 años en Perú». Radio Praga. 30 de mayo de 2015. 
  3. Contreras, Carlos; Cueto, Marcos (2016). Tomo 9: La Revolución Peruana. La reforma agraria y el populismo (1968-199). Historia del Perú republicano. Lima: Editorial Septiembre. p. 13. ISBN 978-612-308-177-5. 
  4. a b «Terremoto en Áncash (documental) (1970).». Consultado el 28 de septiembre de 2013. 
  5. a b Evans, Stephen G.; Bishop, Nicholas F.; Fidel Smoll, Lionel; Valderrama Murillo, Patricio; Delaney, Keith B.; Oliver-Smith, Anthony (14 de septiembre de 2009). «A re-examination of the mechanism and human impact of catastrophic mass flows originating on Nevado Huascarán, Cordillera Blanca, Peru in 1962 and 1970». Engineering Geology 108 (1): 96-118. ISSN 0013-7952. doi:10.1016/j.enggeo.2009.06.020. Consultado el 1 de junio de 2019. 
  6. Carey, Mark (22 de marzo de 2018). «Desglaciación, avalanchas y deslizamiento de tierras – dimensiones sociales». Ciencia y Sociedad: “Desastres naturales”; Investigación Científica y Marco Institucional de Acción (Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica): 8. Consultado el 2 de junio de 2019. 

Bibliografía[editar]

  • Wegner, Steven (2014), Nota Técnica 7 Sobre el Cambio Climático - Lo que el Agua se Llevó, Lima: Ministerio del Ambiente, p. 88, consultado el 19 de enero de 2017 .
  • Carey, Mark (2014) [2010], Glaciares, cambio climático y desastres naturales - Ciencia y sociedad en el Perú [In the Shadow of Melting Glaciers: Climate Change and the Andean Society], Lima: Instituto Francés de Estudios Andinos - IFEA, Instituto de Estudios Peruanos - IEP, p. 344, ISBN 978-9972-623-88-2 .

Enlaces externos[editar]