Ir al contenido

Juventud Obrera Católica

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Juventud Obrera Católica
Acrónimo JOC
Fundación 1940
Fundador Enrique Rau, Agustín B. Elizalde y Emilio Di Pasquo
Disolución 1971
Área de operación Argentina
Página no enlazada a Wikidata y añade el enlace en español: Juventud Obrera Católica.

Juventud Obrera Católica fue un movimiento fundado en 1940 que buscaba la cristianización de trabajadores a partir del contacto diario de obreros católicos dentro de sus ámbitos de acción cotidiana. Oficialmente de disolvió en 1958.

Este movimiento constituyó un hecho fundamental en el proceso de renovación pastoral del catolicismo en Argentina y sirvió de antecedente para los cambios eclesiásticos ocurridos el Concilio Vaticano II.[1]

Historia

[editar]

Antecedentes

[editar]

El papa León XIII en su es la trigésimo octava encíclica, Rerum novarum, de 1891 trató las condiciones de las clases trabajadoras. El Papa dejó patente su apoyo al derecho laboral de «formar uniones o sindicatos», pero también se reafirmó en su apoyo al derecho de la propiedad privada. Además escribió sobre las relaciones entre el gobierno, las empresas, los trabajadores y la Iglesia, proponiendo una organización socioeconómica que más tarde se llamaría distributismo.[2]

La Juventud Obrera Cristiana fue creada por el sacerdote Joseph Cardijn en Bélgica en 1924. Sus enseñanzas se basaron en León XIII y Pío XI. Este último incluyó el movimiento dentro de Acción Católica.[3]​ La primera JOC en el continente americano fue fundada en Canadá siete años después y a finales de 1932 se creaba en Colombia la primera de Sudamérica.[4]

Círculos Católicos de Obreros, creados a finales del siglo XIX por el sacerdote redentorista Federico Grote y cuyo su propósito se fundaba en lo político, lo social y en el orden cultural para contrarrestar el avance de las agrupaciones socialistas y anarquistas de la época entre los obreros;[5]​ comenzaron a integrar a la JOC dentro de sus estructuras en 1933. Para 1938, elaboraron un reglamento para institucionalizarla. Sin embargo esté fue rechazado por el arzobispado por actuar en lo social, lo económico y lo cultural y no en lo espiritual. A esto se sumaba que en el reglamento no existía una sección femenina sino simplemente obreros.[6]

Inicios

[editar]

En un contexto laboral dominado por el Partido Comunista y donde los afiliados a los sindicatos eran pocos, tras la negativa del arzobispado Acción Católica comenzó con la labor de creación dentro de su movimiento. Los tres sacerdotes fundadores fueron Enrique Rau, Emilio Di Pasquo, y Agustín G. Bonney Elizalde. Rau se dedicó a la difusión de la teoría de la JOC Internacional mientras que Di Pascuo y Bonnie Elizalde impulsaron el crecimiento del movimiento.[7]​ La JOC constituyó la apuesta más comprometida de la Iglesia para acercarse a la clase obrera representando un apostolado plenamente ligado al ámbito laboral desde la experiencia misma de los trabajadores.[8]

Algunos sectores dentro de la Iglesia creyeron que la creación de la JOC podría no sólo acercar al mundo obrero la doctrina cristiana si no alejarlos de posturas mas radicalizadas como el socialismo, el comunismo o el anarquismo.[9]

Al contrario que Acción Católica y otras asociaciones católicas, usaron el método "Revisión de la vida" ("ver, juzgar y actuar") con el que el análisis partía de la realidad, sin directivas a priori. Lo que se traducía en una mayor autonomía. La finalidad de la JOC era la educación religiosa, el apostolado de los jóvenes trabajadores entre sus compañeros y la defensa de sus intereses específicos.[8]

La JOC estaba formada por miembros solteros, hombres y mujeres, cuya edad estaba comprendida entre los 14 y 25 años. Los casados y mayores de esa edad pasaban al sindicato que correspondiese por su profesión.[10][11]​ Sin embargo aunque se autorizaba a los asesores a prolongar la permanencia de los dirigentes si era necesario a una edad máxima de 30 años.[6]

Las mujeres integraban la JOCF(emenina) que tenía las mismas estructuras y funciones que la de los hombres. Ambos compartían realizaban algunas actividades de manera conjunta. Si bien a las mujeres no se les recomendaba el ambiente laboral como el ideal para ellas, éstas eran formadas para convertirse en personas influyentes dentro de estos ambientes. Los menores de catorce años, que trabajaban, integraban la PRE-JOC.[12]

Desarrollo

[editar]

Se hizo un reclutamiento ambicioso con el fin de acercarlos al Catolicismo integral[14]​ buscando mejoras para la clase obrera dentro de la idea, contraria al Comunismo, de "armonia de las clases".[15]​ Se hizó sobre todo entre los mas jóvenes pues los obreros más adultos se encontraban fuertemente influenciados por el marxismo.[16]

En Buenos Aires, Córdoba y Rosario se reclutaron jóvenes obreros industriales cuya metodología acabó siendo distinta a la clásica que practicaba el jocismo. Ésta se centró más en el análisis de la realidad socio-política y con una orientación ideológica cercana al peronismo revolucionario. En el interior del país se reclutó a jóvenes trabajadores de los ingenios, inclusive del servicio doméstico. Su metodología fue más tradicional, con elementos más rurales y con una impronta más eclesial.[17]

Se creó una escuela, cuya formación eclesial corría en un principio en la Compañia de Jesús,[18]​ con un intenso ritmo de estudio para dirigentes donde se les formaba espiritualmente y en doctrina social. En ella se les enseñaba a reflexionar sobre su pertenencia laboral y confesional, sobre los problemas del mundo del trabajo para intentar arreglarlos en concordancia con la doctrina social de la Iglesia. Para ello serían asesorados eclesiásticamente por un sacerdote.[6]

La revolución que se inició en 1943 demostró un interés político en impulsar el desarrollo industrial, en el mercado interno y en focalizar sus políticas sociales a favor de los sectores que estaban vinculados al mundo laboral. Perón apeló al pensamiento social del catolicismo resaltando la lucha por los derechos sociales de los trabajadores realizada por la Iglesia y él mismo se reconoció como un continuador de esa lucha.[19]

Hasta principios de 1954, la JOC se sintió identificada con el gobierno peronista y sus políticas del que afirmaban que había puesto en marcha muchos de los principios contenidos en las Encíclicas Papales y declararon que sus declaraciones eran de una rotunda fe católica.[20]​ Sin embargo a finales de 1954 Perón incluyó a Acción Católica y a parte de la Iglesia como opositora al gobierno. Así el gobierno dictó una serie de leyes contrarias a los intereses eclesiásticos[21]​ y que culminaron con la Quema de iglesias del 16 de junio de 1955 por parte de peronistas como respuesta al bombardeo de la Plaza de Mayo.[22][23]​ Una de las dos revistas propias de la JOC para los asesores eclesiásticos, Notas de Pastoral Jocista (NPJ), así lo recogió.[24]

Tras el golpe militar golpe de Estado de 1955, con los consecuentes problemas para los sindicatos peronistas, la JOC comenzó a intervenir más directamente en los problemas de los obreros. Se dedicó entonces a intervenir en las comisiones paritarias, apoyar a los estudiantes y a las huelgas, a movilizarse en favor de la enseñanza libre y universal, etc.[25]

La JOC a través del NPJ reconoció su responsabilidad en el golpe de Estado y con éste su posicionamiento fue cauteloso hasta que suspendieron su apoyo al gobierno militar. Anteriormente miembros del movimiento fueron detenidos por distribuir volantes considerados injuriosos contra las autoridades nacionales.[24]

Decadencia

[editar]

Entre 1956 y 1958 la JOC comenzó a sufrir una decadencia debido entre otros motivos a su ideología lo que llevó a una gran dificultad para el reclutamiento de nuevos miembros y al alejamiento de los que tenía. La situación llevó hacía disputas teológicas y pastorales entre los asesores que acabaron recogidas en Notas de Pastoral Jocista.[25]

En julio de 1958 se celebró la última Semana Nacional de Asesores, en un contexto político y social bastante más conflictivo. En ella se creó un documento dirigido al Congreso de la Nación, solicitando la normalización de la Confederación General del Trabajo y la "vigencia de una auténtica unidad y libertad obreras".[25]

Estos hechos provocaron que una parte de la Iglesia encabezados por Antonio Caggiano, cardenal de San Lorenzo en Panisperna, pidierá el cierre de la revista y que varios dirigentes renunciaran a su cargo. Tras estos hechos la organización cayo en el desaliento que provocaron el fin de las reuniones de asesores y la falta de un medio de comunicación entre ellos.[25]

En una reunión nacional celebrada en 1968 los dos bloques existentes (jóvenes obreros de corte peronista de zonas industriales y los jóvenes de las zonas rurales) chocaron llevando a la JOC a la escisión haciendo que una parte de ellos se unieran al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo.[17]

A finales de 1969 la sede central en Buenos Aires de la JOC fue tomada por la policía al tener la sospecha de que ésta se utilizaba como lugar de reunión de Montoneros,organización guerrillera peronista. Finalmente en 1971, la JOC se disolvió como organización a nivel nacional y quedando a criterio de cada Obispo el reconocerla en el ámbito diocesano.[17]

Intentos de reorganización

[editar]

En 1992 se realizó un seminario para sacerdotes, seminaristas y dirigentes laicos, en un intento de relanzar oficialmente la JOC y en la década del 2000 fue Acción Católica la que hizo un llamado a antiguos jocistas para proponerles refundar el movimiento dentro de sus estructuras para dedicarse a la pastoral de los trabajadores. Sin embargo, la respuesta de los ex-jocistas fue negativa.[26]

Pensamiento

[editar]

Prensa de la JOC

[editar]
  • Notas de Pastoral Jocista: Dedicada a los asesores y militantes del Movimiento, se tenía un carácter pastoral. Su objetivo era el de difundir las ideas de los asesores y unificar criterios entre ellos por toda Argentina. Fue publicada entre 1944 y 1958 cada dos meses. Estaba financiada por los suscriptores y los aportes que dieran de los militantes.
  • Juventud Obrera: Escrita por los propios obreros y vendida por militantes de la JOC. Su temática abordaba el ámbito laboral, las experiencias cotidianas y opiniones sobre las políticas sociales llevadas a cabo por los gobiernos. Fue publicada desde 1943 y 1959 de manera irregular. Era financiada por los jocistas y la aportación de algunos empresarios.

Véase también

[editar]

Bibliografía

[editar]

Referencias

[editar]
  1. Cervetto (2019), 29.
  2. Rerum Novarum (15 Maii 1891)|LEO XIII
  3. Adriányi, Gabriel (1981). The Church in the Modern Age (en inglés). Crossroad Publishing Company. p. 309. 
  4. a b Soneira, 317.
  5. «LA PROPUESTA CULTURAL DE LOS CÍRCULOS CATÓLICOS DE OBREROS EN LA ARGENTINA DURANTE LAS PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX». scielo.cl. Consultado el 29 de julio de 2024. 
  6. a b c Cervetto (2019), 32.
  7. Cervetto, 32.
  8. a b Blanco(2008), 85.
  9. VV., AA. La JOC. El retorno de Cristo Obrero en Religión e Imaginario Social de Fortunato Mallimaci. Manantial. p. 74. ISBN 9789875000612. 
  10. Blanco(2008), 85-86.
  11. Desde sus orígenes, la JOC planteó la colaboración con el sindicalismo, a través de lo que se denominaba "servicio sindical". A pesar de que dicha colaboración solo podía ser con sindicatos cristianos, la JOC actuó con el sindicalismo peronista como si del cristiano se tratará[4]
  12. Cervetto (2019), 34-35.
  13. Mallimaci, Fortunato (1988). «El catolicismo integral en la Argentina». Buenos Aires: Biblos. p. 7. ISBN 9789509316393. 
  14. Fortunato Mallimaci sostiene que frente a esa nueva realidad hubo católicos integrales que acentuaron el trabajo societal a largo plazo y otros que insistieron en la eficacia inmediata mediante una alianza con los grupos de poder, especialmente con el Ejército, como forma de acercarse al Estado, a estos se los llamará integristas[13]
  15. Rau, Enrique (1941). Espigas jocistas. Buenos Aires: Ediciones Jocistas. pp. 157-158. 
  16. Cervetto (2017), 12.
  17. a b c Soneira, 321.
  18. Soneira, 331.
  19. Cervetto (2019), 38.
  20. Notas de Pastoral Jocista, año V, mayo – junio 1948, pag.25
  21. Frigerio, José Oscar (1984). Perón y la Iglesia. Historia de un conflicto inútil en Todo es Historia' Nº 210. p. 35. 
  22. Ciappina, Carlos. «Los bombardeos del '55: Cuando el odio quedó impune». Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP. Archivado desde el original el 8 de septiembre de 2017. Consultado el 28 de julio de 2018. 
  23. Gambini, Hugo (2001). Historia del peronismo Vol. II. Buenos Aires: Editorial Planeta. p. 290. ISBN 9789504902263. 
  24. a b «NOTAS DE PASTORAL JOCISTA». Diccionario del Peronismo. Consultado el 28 de julio de 2024. 
  25. a b c d Soneira, 320.
  26. Soneira, 321-322.