Gloria in excelsis Deo

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Gloria in excelsis Deo
Gloria No. 5

Gloria in excelsis Deo, llamado también doxología mayor, es un himno litúrgico, habitualmente cantado en forma silábica o semi-silábica, que forma parte de las piezas obligatorias del ordinario de la misa, tanto en las liturgias católicas como ortodoxas.

El Gloria es un himno antiquísimo y venerable con el que la Iglesia, congregada en el Espíritu Santo, glorifica a Dios Padre y glorifica y le suplica al Cordero.[1]

Origen

El texto comienza con una pequeña variación de las palabras que los ángeles utilizaron para anunciar el nacimiento de Jesús a los pastores (Lc 2, 14). La Vulgata latina usa altissimis (que, generalmente, significa 'en lo más alto', pero con sentido físico) en lugar de excelsis ('superior', 'elevado' o 'lo más alto'). El himno continúa con versos añadidos para crear una doxología propia. Su texto original griego tiene un origen muy lejano en la historia del cristianismo. Otra forma del texto apareció en el siglo III, si no antes. La versión larga usada por la Iglesia ortodoxa griega está datado en el siglo IV, pero no es la forma habitual en que se canta en el resto de las liturgias cristianas, que usan formas devenidas de la forma latina, que añade las expresiones Tu solus altissimus y Cum sancto Spiritu. Los ortodoxos griegos lo concluyen con: "Todo el día le adoraré y glorificaré su nombre por siempre y para siempre" y continúa con 10 versos más, provenientes de los salmos, el Trisagio y el Gloria Patri.

Interpretación

En la Misa católica, el Gloria es iniciado después del Kyrie Eleison y antes de la oración colecta.

El texto de este himno no puede cambiarse por otro. Lo inicia el sacerdote o, según las circunstancias, el cantor o el coro, y en cambio, es cantado simultáneamente por todos, o por el pueblo alternando con los cantores, o por los mismos cantores. Si no se canta, lo dirán en voz alta todos simultáneamente, o en dos coros que se responden el uno al otro.[2]

Se canta o se dice en voz alta los domingos fuera de los tiempos de Adviento y de Cuaresma, en las solemnidades y en las fiestas, y en algunas celebraciones peculiares más solemnes.[3]

El primer papa que introduce este himno en la Liturgia fue el papa Telesforo (128139?) -quien la incluye en el Ordinario de la fiesta de Navidad- y, luego, Símaco (498–514) -que lo generalizó para todas las celebraciones dominicales-. Al inicio, su rezo estaba reservado solo a los sacerdotes en la Pascua, pero a fines del siglo XI los celebrantes comenzaron a obtener los permisos para cantar el Gloria en todas sus celebraciones festivas. Aun así, nunca se rezó en las fiestas durante del Adviento hasta la Misa de Navidad.

Durante la Edad Media fueron compuestos muchos Glorias ampliados con glosas y nuevos versos. La versión adaptada para la fiestas de la Santísima Virgen María, que aparece en el Misal Sarum, fue usado en toda Europa, y, aunque estas interpolaciones fueron prohibidas repetidamente, siguió interpretándose, al menos, hasta 1570.

Las estrofas están ordenadas en pareados, que tienen un ritmo muy marcado, mucho más claro en el original griego que en la versión latina, por ejemplo:

Kyrie basileu epouranie...
Señor Rey En el cielo...

El Gloria y el Te Deum son los únicos supervivientes en la Liturgia romana de los llamados psalmi idiotici (salmos compuestos por un particular tomando como ejemplo el Psalterio bíblico) que fueron muy populares en los siglos II y III. La belleza de estos dos himnos es una de las cumbres de la poesía lírica cristiana de tiempos de las persecuciones.

Particularidades litúrgicas

En el rito romano se establece que para la celebración de la Vigilia Pascual, el Gloria se entone justo al finalizar las lecciones del Antiguo Testamento con sus salmos y oraciones (las siete, o por lo menos tres), y antes de la Oración Colecta que precede a la lectura de la Epístola. En esta noche solemne el Gloria debe cantarse siempre que sea posible, y para esta ocasión, los coros suelen desplegar toda la belleza de la polifonía. También lo deben acompañar las campanas del templo sonando a repique, tanto las de la torre como las campanillas manuales empleadas para el uso interno del servicio litúrgico.

También pueden acompañar las campanas el canto del Gloria en la Misa de la Santa Cena, la noche del Jueves Santo, indicando así que no sonarán más hasta que el Gloria vuelva a entonarse en la Vigilia Pascual.

Asimismo, en algunos lugares, las campanas también acompañan el canto del Gloria en la Misa del Gallo a medianoche de Navidad, pero el Misal Romano no establece una norma al respecto.

Cuando la Misa se ha iniciado con una procesión (como en la fiesta de la Presentación del Señor), por tener esta un carácter penitencial, se omiten los ritos iniciales y el rito penitencial, y en cuanto el celebrante con los ministros suben al altar, se procede de inmediato al canto del Gloria.

Texto griego

Δόξα ἐν ὑψίστοις Θεῷ καὶ ἐπὶ γῆς εἰρήνη ἐν ἀνθρώποις εὐδοκία.
Ὑμνοῦμέν σε, εὐλογοῦμέν σε, προσκυνοῦμέν σε, δοξολογοῦμέν σε, εὐχαριστοῦμέν σοι, διὰ τὴν μεγάλην σου δόξαν.
Κύριε Βασιλεῦ, ἐπουράνιε Θεέ, Πάτερ παντοκράτορ, Κύριε Υἱὲ μονογενές, Ἰησοῦ Χριστέ, καὶ Ἅγιον Πνεῦμα.
Κύριε ὁ Θεός, ὁ ἀμνὸς τοῦ Θεοῦ, ὁ Υἱός τοῦ Πατρός, ὁ αἴρων τὴν ἁμαρτίαν τοῦ κόσμου, ἐλέησον ἡμᾶς, ὁ αἴρων τὰς ἁμαρτίας τοῦ κόσμου.
Πρόσδεξαι τὴν δέησιν ἡμῶν, ὁ καθήμενος ἐν δεξιᾷ τοῦ Πατρός, καὶ ἐλέησον ἡμᾶς.
Ὅτι σὺ εἶ μόνος Ἅγιος, σὺ εἶ μόνος Κύριος, Ἰησοῦς Χριστός, εἰς δόξαν Θεοῦ Πατρός. Ἀμήν.
Καθ' ἑκάστην ἡμέραν εὐλογήσω σε, καὶ αἰνέσω τὸ ὄνομά σου εἰς τὸν αἰῶνα καὶ εἰς τὸν αἰῶνα τοῦ αἰῶνος.

Texto en Latín

Gloria in excelsis Deo,
et in terra pax hominibus bonae voluntatis.
Laudamus te,
Benedicimus te,
Adoramus te,
Glorificamus te,
Gratias agimus tibi propter magnam gloriam tuam,
Domine Deus, Rex caelestis, Deus Pater omnipotens.
Domine fili unigenite, Iesu Christe,
Domine Deus, Agnus Dei, Filius patris,
Qui tollis peccata mundi, miserere nobis.
Qui tollis peccata mundi, suscipe deprecationem nostram.
Qui sedes ad dexteram Patris, miserere nobis.
Quoniam tu solus sanctus,
Tu solus Dominus,
Tu solus Altissimus, Iesu Christe,
Cum Sancto Spiritu in gloria Dei Patris. Amen.

Texto en español

Usado en la Liturgia en español de la Iglesia católica desde 1979.

Gloria a Dios en el Cielo,
y en la Tierra paz a los hombres de buena voluntad.
Por tu inmensa gloria,
Te alabamos,
Te bendecimos,
Te adoramos,
Te glorificamos,
Te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso.
Señor Hijo Único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre,
Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros,
Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestras súplicas,
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros,
porque solo Tú eres Santo,
solo Tú, Señor,
solo Tú, Altísimo Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la Gloria de Dios Padre. Amén.

Referencias

  1. INSTRUCCIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO (53)
  2. INSTRUCCIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO (53)
  3. INSTRUCCIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO (53)