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Francisco Bernaldo de Quirós y Benavides

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Francisco Bernaldo de Quirós y Benavides
Información personal
Nombre de nacimiento Francisco Antonio Bernaldo de Quirós y Benavides Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 1678 Ver y modificar los datos en Wikidata
Pola de Lena (Asturias, Corona de Castilla) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 1710 Ver y modificar los datos en Wikidata
Zaragoza (Reino de Aragón, Corona de Aragón) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Española
Información profesional
Ocupación Escritor y oficial militar Ver y modificar los datos en Wikidata

Francisco Antonio Bernaldo (o Bernardo) de Quirós y Benavides, señor de Zalamillas, (Pola de Lena, 1678-Zaragoza, 1710) fue un militar y poeta español. Combatió en la guerra de sucesión española, hallando la muerte en la batalla de Zaragoza, pero sobre todo destaca por ser —después de Antón de Mari Reguera— el segundo escritor más antiguo de quien se conserva obra literaria en lengua asturiana.

Desambiguación

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Pertenecía este autor al linaje de los Bernaldo de Quirós —de los más ilustres de Asturias—, en cuyas diversas ramas se repetía mucho el nombre de Francisco. Los frecuentes casos de homonimia han inducido a algunos investigadores a errar su filiación o a tenerla por dudosa.[1]​ Es importante distinguirle del comediógrafo Francisco Bernardo de Quirós (1580-1668), y de otro militar del mismo nombre (1650-1708), así como del diplomático Francisco Bernardo de Quirós y Valdés, señor de la casa de Figaredo (1644-1709), que durante la guerra de sucesión fue enviado extraordinario de S.M.C. ante los Estados Generales de las Provincias Unidas. Y tampoco se le ha de confundir con Francisco Bernaldo de Quirós y Cienfuegos, IV marqués de Campo Sagrado (1733-1790), ni con su hijo el general de igual nombre y título (1760-1835), que fue de la Junta Central y ministro de la Guerra.

Datos biográficos

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Nació Francisco en la torre familiar de la Pola de Lena, probablemente en el año 1678.[2]​ Era hijo primogénito de Sebastián Bernardo de Quirós Benavides y Miranda, a quien premurió, regidor perpetuo de Oviedo, señor de dicha torre y de la casa, torre y jurisdicción de Olloniego, todo en Asturias, y de la casa de Benavides de Molinaseca en el Bierzo, y de Antonia María de Villapadierna Ayala y Cerón, su mujer, sucesora en los señoríos de Zalamillas, Raneros, Comontes, Villeza y parte de Grazalejo, todos lugares del reino de León. Tuvo por abuelo paterno al historiador Felipe Bernardo de Quirós Benavides, que en su Solar de Olloniego expone la genealogía paterna y materna del poeta.[3]

Era aún niño o adolescente cuando murió su madre, a quien sucedió en las citadas jurisdicciones y en un grueso mayorazgo con asiento en la villa de Mayorga de Campos, fundado en 1617 por su antepasada María de Atienza.[2][4]

Estuvo muy unido a su hermano José Manuel Antonio, poco menor que él, quien le anduvo a la zaga como militar y poeta.[5]​ A él alude en su poema El caballu cuando describe a un bizarro comandante de Húsares.[6]

Siguió una brillante carrera militar, casi siempre junto a su citado hermano y a las órdenes del general Navia Osorio, marqués de Santa Cruz de Marcenado.[7]​ En 1700 era gentilhombre de la Artillería del Principado.[8]​ En 1703 pasó con su hermano a Flandes como capitán de Caballos Corazas, y de allí al socorro de Ceuta, sitiada por los ingleses, donde sirvió dos años a su costa.[8]​ Volvió a Asturias en 1705, nombrado sargento mayor de un nuevo tercio con que el Principado iba a servir al rey Felipe V en la guerra de sucesión. El coronel al mando era Navia Osorio, y Quirós le ayudó eficazmente a reclutar e instruir a la tropa,[9]​ convirtiéndose en seguida en su teniente coronel. Siempre con el Tercio de Asturias, combatió a los austracistas en Galicia, Navarra, Aragón y Cataluña. En ausencia de su superior, se distinguió mucho en la toma de Tortosa (julio de 1708),[10]​ donde fue herido y prisionero. Esta acción le valió el ascenso a coronel.[8]​ Y murió soltero con dicho empleo en la batalla de Zaragoza, donde se señaló mucho como «Teniente de Su Majestad en ordenar y escuadronar el ejército», según refiere su padre en su testamento. Su hermano José Manuel le había sucedido como teniente coronel del Regimiento de Asturias, pasando a Italia en 1709 con esta unidad, y murió de enfermedad en 1712 en Portolongo (hoy Porto Azzurro), en la isla de Elba. En la casa y jurisdicción de Zalamillas sucedió su hermana Leonarda Bernardo de Quirós, marquesa de Inicio.[4]

Obra poética

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Desde muy joven fue un poeta prolífico y renombrado por su numen e ingenio. Sus poemas —la mayoría romances en castellano— corrían copiados a mano o impresos precariamente sin intervención del autor (no en volumen, sino en hojas o pliegos). Así lo refiere el bibliógrafo González de Posada, nacido unos 70 años después que él:

«El año de 1762, estudiando yo Filosofía, he copiado de obras impresas y manuscritas de D. Francisco hasta cosa de un tomo en 4.º por favor que me hizo mi Catedrático el Lic. D. Ignacio Suárez Noriega, cura párroco de Sta. Eulalia de Turiellos, fino apreciador de las buenas obras y raras poesías. La Sra. Marquesa Vda. de Sta. Cruz de Marcenado también las tenía en Oviedo, y D. Fernando de Junco, Chantre Dignidad de aquella Sta. Iglesia. Este Junco, que estuvo en Italia y Francia mucho tiempo y alcanzó a estos sus parientes, publicó algunas obras de estos dos hermanos [Francisco y José] con la fecha de la impresión de Chipre, por ser amatorios supongo, pero se cree que fue en Génova. Todos son Romances, y entre ellos hay algunos que se publicaron por Gerardo Lobo, como el Oyes tú, cómo te llamas, El soliloquio amoroso y Ya que de marciales pompas, que aunque no lo he visto entre los de Benavides, el estilo y carácter de su numen lo distingue fácilmente.»[8]

Su poema El caballu

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Pese a que su obra alcanzó cierta difusión en los ambientes cultos de la sociedad asturiana, sólo ha llegado hasta nosotros —con certeza de su autoría— el poema El caballu. Escrito hacia 1707,[11]​ lo editó por primera vez José Caveda y Nava en su Colección de poesías en dialecto asturiano (1839),[12]​ y como el resto de los poemas de esta antología (la primera publicada en bable), se convirtió en modelo literario para los escritores en esta lengua del siglo XIX en adelante.

El caballu es un romance de 330 versos que adopta la forma epistolar. El poeta dirige una carta a Pedro de Solís Bernardo, su pariente, alférez mayor de Oviedo, intentando venderle un caballo para que lo monte en las funciones reales y lleve el pendón de la ciudad. A la manera de un tratante de feria, encarece las cualidades del animal, y de ahí toma pie para aludir a diversos personajes, lugares y sucesos de la pequeña historia regional. En el poema destacan el tono paródico y desenfadado y el recurso frecuente a la ironía, la hipérbole, el doble sentido y las imágenes forzadas. Todo ello hace de esta composición un curioso ejemplo —típico pero original— de la estética barroca.[11]

Juicios literarios

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El polígrafo Padre Feijoo dedica las mayores alabanzas al autor, a quien conoció personalmente:

«Añado, que en estos tiempos he conocido ingenios capaces de adquirir toda la erudición que hemos celebrado en los Españoles comprehendidos en el pasado Catálogo, exceptuando los dos primeros. Tal fue Don Francisco Bernardo de Quirós y Benavides, natural de este País y de la primera nobleza de él, Teniente Coronel del Regimiento de Asturias, que murió lastimosamente de edad temprana en la Batalla de Zaragoza. Era sugeto de exquisita vivacidad y penetración, de portentosa facilidad y elegancia en explicarse, de admirable facultad memorativa, insigne Poeta, Historiador, Humanista, Matemático, Filósofo. Sobre todo, la valentía de su numen poético, y la gracia y agudeza de su conversación, tanto en lo festivo como en lo serio, excedían a quanto yo puedo explicar. Certifico, que las pocas veces que logré oírle, me tenía absorto y sin aliento para hablar una palabra, tanto por no interrumpir la corriente de las preciosidades que derramaba, cuanto por conocer que todo lo que yo podría decir parecía cosa vil a vista de la variedad y hermosura de sus noticias, juntas con la facilidad, energía, y delicadeza de sus expresiones.»[13]

Le elogian también Fuertes Acevedo,[14]Francisco Gregorio de Salas,[15]​ y otros estudiosos de los siglos XVIII y XIX.

Y ya en tiempos actuales, el filólogo asturianista Sánchez Vicente valora así su romance El caballu:

«Este es el mejor poema, quizás, de la literatura asturiana. Es desde luego el más libre de influencias castellanas, no por los aspectos externos, sino fundamentalmente por razones de índole interna; porque el mundo referencial y conceptual de la lengua es esencialmente bable, aunque el tema sea netamente ciudadano.»[16]

Notas y referencias

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  1. El gran bibliógrafo asturianista Constantino Suárez, Españolito, deslinda claramente el perfil de este autor señalando su exacta naturaleza y filiación, su carrera militar y gloriosa muerte en Zaragoza, etc., y distinguiéndole a la vez de otros homónimos, pero no deja de expresar las dificultades: «Lo abundante en cada época del nombre de Francisco en la familia Bernardo de Quirós ha obligado a los autores que a ella se refieren a caminar entre conjeturas sembrando confusiones. Hasta cuatro personalidades diferentes se han hecho de ésta que ahora reseñamos como poeta en bable que vivió en los siglos XVII y XVIII. Nuestras averiguaciones entre dificultades no vencidas nos han llevado a la suposición de que se trata de diversidad de aspectos de un mismo individuo...» Escritores y artistas asturianos: índice bio-bibliográfico, t. II (Madrid, 1936), pp. 94-95.
  2. a b Fermín Canella Secades (en su ed. 1887 de las Poesías selectas en dialecto asturiano, cit. infra, p. 103) dice que Francisco «era patrono declarado desde 1703 en las casas maternas y en las de su padre de Olloniego, torre de Benavides, etc., según apuntes genealógicos del muy competente autor asturiano D. Ciriaco M. Vigil.» En realidad no alcanzó a poseer las casas de su padre —que le sobrevivió más de veinte años— pero sí sucedió en las de su madre, fallecida antes de 1693. En todo caso, es verosímil que el dato de Miguel Vigil —quizá mal citado por Canella— se refiera a que en 1703 el primogénito entrara a ejercer algunos oficios de regimiento de las casas paterna y materna, con motivo de haber cumplido la edad mínima requerida para ello de 25 años. Esto fijaría su nacimiento en el año 1678, lo que casa bien con sus datos biográficos: mejor incluso que la fecha estimada de 1675 que ofrecen varias fuentes, si se considera que en 1710, cuando murió, el poeta era soltero y «de edad temprana».
  3. Felipe Bernardo de Quirós. Solar de la Casa de Olloniego: diferentes varonías que entraron en ella y descendencia sucessiva de dozientos años, comprobada con instrumentos y papeles auténticos (Madrid, s.a. [c. 1689], visible en la Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico), ed. facsim. en Biblioteca de Autores Asturianos, 16 (Gijón: Auseva, 1992). La genealogía de la madre de Francisco ocupa las pp. 157-166.
  4. a b El mayorazgo de Mayorga o de Zalamillas, que poseyó nuestro poeta, fue fundado por María de Atienza, su tatarabuela, viuda de Bernardino de Villapadierna, señor de Zalamillas. Dicha señora lo instituyó por escritura otorgada en Valladolid el 27 de septiembre de 1600, modificándolo por su testamento hecho en Jaén el 14 de abril de 1617. Como se indica en el texto, poco después que Francisco murió también su hermano José, que era su inmediato sucesor en este mayorazgo y en las jurisdicciones de su madre. Sobrevivió a ambos un hermano varón, fray Diego, que por ser religioso dominico estaba excluido de la sucesión, y murió en 1733 siendo prior del convento y Colegio de la Madre de Dios de Alcalá de Henares. En 1712 por tanto sucedió en la casa su hermana María Leonarda, que estaba casada con Francisco Antonio de Quijada Rojas y Quiñones, I marqués de Inicio y II conde de Rebolledo, de quien no tuvo prole. Y en 1734 murió el padre de todos ellos, Sebastián Bernardo de Quirós, dejando por única descendiente supérstite a dicha señora, que le sucedió en los mayorazgos regulares, pero no en el de la Pola de Lena, que por ser de masculinidad pasó de Sebastián a su hermano Álvaro Bernardo de Quirós Benavides, oidor en Lima. La marquesa de Inicio murió sin descendencia en 1751 o 52, y en las casas de Olloniego y Molinaseca le sucedió su sobrino segundo Tomás Bernardo de Quirós Benavides y Medrano, nieto del oidor. A la muerte de esta señora quedaba extinguida toda la descendencia de María de Atienza, la fundadora, la cual en su citado testamento de 1617 disponía que faltando descendientes suyos, el último de ellos destinase los bienes del mayorazgo a obras pías por ella y por los difuntos de su familia. Leonarda obedeció esta disposición fundando una gruesa obra pía en favor del Hospital de San Lázaro y una capellanía laical de una misa rezada todos los días del año, y dieciséis días cantada, que se había de cumplir en el convento dominico de San Pedro Mártir, señalando por estipendio y limosna las rentas de dicho mayorazgo, y nombrando por capellán perpetuo al cabildo eclesiástico de Nuestra Señora de la Encarnación, todo en la villa de Mayorga. Cándido Ániz Iriarte O.P. y Rufino Callejo de Paz O.P. Real Monasterio de San Pedro Mártir de Mayorga (Salamanca: San Esteban, 1994), pp. 192-197. La descendencia total y extinta de los padres del poeta está expuesta por Javier Gómez de Olea y Bustinza y Pedro Moreno Meyerhoff, «Los Señores y Marqueses de Fuentehoyuelo», en Anales de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, vol. VI (aa. 2000-2001, Madrid, 2003, pp. 87-154), pp. 120-121.
  5. Carlos González de Posada tiene también a José por «gran poeta, según indican algunas obras suyas, especialmente el Romance a Luis XIV de Francia, que anda impreso y es una maravilla» (op. cit. infra, § 147, p. 68).
  6. Se debe a José Ramón Tolivar Faes la identificación de este personaje y de algunos otros aludidos en el poema. Como por ejemplo, Martín Bernardo de Quirós, regidor de Oviedo y señor de la casa de Villa en Riaño, a quien el poeta llama «mi primu Don Martín». Dicho erudito asturianista ha completado así un elenco iniciado por Caveda un siglo y medio antes. Véanse su artículo «El Caballo, poema en bable de D. Francisco Bernaldo de Quirós», en el Boletín del Instituto de Estudios Asturianos n.º 96-97 (1979), y su obra «coral» Oviedo, 1705: Discurso de recepción como miembro de número del Instituto de Estudios Asturianos, pronunciado en sesión de 19 de diciembre de 1975 (Oviedo: Diputación Provincial, 1981), pp. 46 y 104 (y para otras identificaciones, las pp. 110, 131, 149, 153 , 176, 189, 200 y 229).
  7. Este eminente militar apreciaba mucho el buen sentido de su segundo, de quien refiere anécdotas como esta: «Acuérdome de haver oído muchas veces á mi Theniente Coronel Don Francisco Bernardo de Quiros (hombre de singular entendimiento) que à cierto Coronel de España, tan conocido por su valor como por su ignorancia, era menester por cada una de sus acciones añadirle el sueldo del superior inmediato grado, asta que llegasse à la paga de Capitán General, pero dejarle siempre en el empleo de Sargento.» Álvaro Navia Osorio, Marqués de Santa Cruz de Marcenado, Reflexiones Militares, t. II (Turín, 1724), lib. IV, cap. XXVIII, p. 121)
  8. a b c d Carlos González de Posada, Biblioteca asturiana o Noticia de los autores asturianos (Ed. de Marino Busto, Gijón: Auseva, 1989, en Monumenta Historica Asturiensia, VIII), s.v. «Francisco Bernardo de Quirós Benavides», § 104, pp. 46-47.
  9. Llegó a Oviedo el 23 de agosto de 1705 para preparar el hospedaje de los demás oficiales y cabos que debían reclutar trescientos hombres para el tercio. Pese a la inicial resistencia de las autoridades locales, la misión se cumplió pronto gracias a los buenos oficios de Bernardo de Quirós. En dicho año figura empadronado como vecino de Oviedo en la calle de la Platería, junto con su padre y su hermano José Manuel, regidores ambos de la ciudad. J.R. Tolivar Faes, op. cit., p. 104.
  10. En una acción conjunta del teniente de rey, señor de Longcamp, y los granaderos del marqués de Ordoño, en la que expulsaron a los alemanes del arrabal de la ciudad. Vicente Bacallar y Sanna, Marqués de San Felipe, Comentarios de la Guerra de España e historia de su Rey Felipe V el Animoso, t. I (Génova, 1756), año de 1708, p. 305.
  11. a b Miguel Ramos Corrada (coord.), Historia de la Lliteratura Asturiana (Oviedo: Academia de la Llingua Asturiana, 2002), pp. 84-85.
  12. Una nueva edición de esta obra, ampliada y anotada por Fermín Canella Secades, se imprimió en Oviedo en 1887 bajo el título Poesías selectas en dialecto asturiano. Y de esta hay una edición facsimilar (publicada en 1987 por la Academia de la Lengua Asturiana y reimpresa en 2003). El estudio sobre nuestro autor y el texto de su poema ocupan las pp. 103-113.
  13. Benito Jerónimo Feijoo: Teatro crítico universal, tomo IV (Madrid, 1773), discurso XIV, § 23, p. 451.
  14. Máximo Fuertes Acevedo, Bosquejo acerca del estado que alcanzó en todas épocas la literatura en Asturias, seguido de una extensa bibliografía de los escritores asturianos (Badajoz, 1885, y facsim. en Gijón: Biblioteca Antigua Asturiana, 1985), p. 207. En las pp. 180-181 reseña a Felipe Bernardo de Quirós Benavides, su abuelo, y en las 181-182 al dramaturgo Francisco Bernardo de Quirós, alguacil de corte, a quien supone también de la casa de Olloniego).
  15. Francisco Gregorio de Salas, Continuación de las nuevas poesías [...], que contiene los elogios de los escritores y facultativos españoles difuntos en el presente siglo (Madrid, 1776), t. IV, ápud González de Posada, loc. cit.
  16. Xuan Xosé Sánchez Vicente, prólogo a su ed. de la Esvilla de poesíes na llingua asturiana de Caveda y Nava (Oviedo: Biblioteca Popular Asturiana, 1979).

Bibliografía

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Enlaces externos

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