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=== El Medievo: Reconquista y Repoblación ===
=== El Medievo: Reconquista y Repoblación ===


En el año 711 los musulmanes llegan a la Península Ibérica, construyendo muy pocos años después la fortaleza de [[Calatrava la Vieja]], años más tarde se construiría el [[Castillo de Daimiel]], (que abarcaba desde la plaza de la Paz, Subida al Castillo, calle de Jesús, calle Castillejos y calle Luchana) para así controlar mejor la línea defensiva del [[Guadiana]]. Éste será el originario asentamiento de Daimiel a cuyo alrededor se agruparía una escasa población hasta ese momento dispersa.
En el año 711 los musulmanes llegan a la Península Ibérica, construyendo muy pocos años después la fortaleza de [[Calatrava la Vieja]], años más tarde se construiría el [[Castillo de Daimiel]],(que abarcaba desde la plaza de la paz, subida al castillo , calle jesus , calle castillejos y calle luchana) para así controlar mejor la línea defensiva del [[Guadiana]]. Éste será el originario asentamiento de Daimiel a cuyo alrededor se agruparía una escasa población hasta ese momento dispersa.
Los moradores musulmanes poseían una mezquita donde dirigían sus plegarias, en el sitio que posteriormente ocupará la ermita de S. Juan, cercana al Castillo. La orientación de esta [[mezquita]] era hacia Oriente, existen restos de una posible cúpula y de dos hornacinas. De la existencia de esta mezquita dan fe las ''Relaciones de Felipe II'', donde se dice “...es una casa que tenían por mezquita antiguamente los moros...”
Los moradores musulmanes poseían una mezquita donde dirigían sus plegarias, en el sitio que posteriormente ocupará la Iglesia de S. Juan, cercana al Castillo.


La orientación de esta [[mezquita]] era hacia Oriente, existen restos de una posible cúpula y de dos hornacinas. De la existencia de esta mezquita dan fe las ''Relaciones de Felipe II'', donde se dice “...es una casa que tenían por mezquita antiguamente los moros...”
En el año 1212 los cristianos salieron triunfantes de la [[batalla de Las Navas de Tolosa]], pasando el territorio de la Mancha a manos de la [[Orden de Calatrava]], principalmente compartiendo el resto del territorio de lo que hoy conocemos como [[provincia de Ciudad Real]] con la [[Orden de San Juan]] y la [[Orden de Santiago]].

En el año 1212 los cristianos salieron triunfantes de la [[batalla de Las Navas de Tolosa]], pasando el territorio de la Mancha a manos de la [[Orden de Calatrava]], principalmente compartiendo el resto del territorio de lo que hoy conocemos como [[Ciudad Real]] con la Orden de San Juan y la de Santiago.
La actividad de estas [[órdenes militares]] se centraba en repoblar las tierras arrebatadas a los musulmanes durante el proceso de reconquista, fijando así el control de los territorios.
La actividad de estas órdenes militares se centraba en repoblar las tierras arrebatadas a los musulmanes durante el proceso de reconquista, fijando así el control de los territorios.


En la segunda mitad del siglo XIII [[Alfonso X el Sabio]] fundó la famosa Hermandad del Honrado Concejo de la [[Mesta]], cuyos ganados discurrían por las cañadas reales, cordeles y veredas. Uno de los puntos de la Orden de Calatrava para el cobro de derechos de montazgo y barcajes, estaba situado en Villadiego, un extremo del término de Daimiel, sobre la vía pecuaria llamada [[Cañada del Carrerón]].
En la segunda mitad del siglo XIII [[Alfonso X el Sabio]] fundó la famosa Hermandad del Honrado Concejo de la [[Mesta]], cuyos ganados discurrían por las cañadas reales, cordeles y veredas. Uno de los puntos de la Orden de Calatrava para el cobro de derechos de “montazgo” y “barcajes”, estaba situado en Villadiego, un extremo del término de Daimiel, sobre la vía pecuaria llamada “Cañada del Carrerón”.


En Daimiel es probable que hubiera judíos desde la dominación goda, agrupándose en la actuales calles de San Roque, Pacífico y Santa María. La ermita de San Roque sería su [[sinagoga]], cristianizada después de su expulsión.
En Daimiel es probable que hubiera judíos desde la dominación goda, agrupándose en la actuales calles de San Roque, Pacífico y Santa María. La ermita de San Roque sería su [[sinagoga]], cristianizada después de su expulsión.


La comunidad de [[moriscos]] daimieleña estaba asentada en el "Barrio Nuevo", al pie del castillo, alrededor de San Juan, su antigua [[mezquita]].
La comunidad morisca daimieleña estaba asentada en el "Barrio Nuevo", al pie del castillo, alrededor de San Juan, su antigua [[mezquita]].


===La Edad Moderna===
===La Edad Moderna===


Durante los siglos XVI y XVII (época de los [[AUSTRIAS]]) Daimiel continúa siendo cabeza de encomienda en la [[Orden de Calatrava]], cuyo Administrador Perpetuo es el Rey por concesión pontificia, bajo la jurisdicción del Gobernador del Campo de Calatrava, que reside en Almagro, y regida por un Alcalde Mayor de S.M.
Durante los siglos XVI y XVII (época de los [[AUSTRIAS]]) Daimiel continúa siendo cabeza de encomienda en la [[Orden de Calatrava,]] cuyo Administrador Perpetuo es el Rey por concesión pontificia, bajo la jurisdicción del Gobernador del Campo de Calatrava, que reside en Almagro, y regida por un Alcalde Mayor de S.M.


Según las ''Certificaciones'' de 1846 (fols. 105&106), del perdido libro de 1640 intitulado '''''Visita General de los Derechos de la Mesa Maestral en el Campo de Calatrava''''', Daimiel tiene más y la pertenece el Pedido de San Miguel (pagadero en fines de septiembre) que el Concejo de la dicha villa paga en cada un año 14.444 Mrs. en reconocimiento del universal señorío de los términos de la villa, la cual y reparte el Concejo en cada un año entre los vecinos de ella. Pertenécele más a la Mesa Maestral la mitad de los Mrs. porque el Concejo de dicha villa vende el aprovechamiento de sus terrenos y dehesas así a pasto como a labor, y si las dichas dehesas se labran, el diezmo del pan enteramente pertenece a la Mesa Maestral, y si la pastan serranos el medio diezmo del ganado que en ella se cría deben a la Mesa Maestral, y otras cualesquier de afuera de la Orden, el cual dicho hervaje se cobra por vía ejecutoria por la averiguación que en ella se hace; y el diezmo de la lana que desquilaren en la dicha villa por vecinos de afuera de la Orden, es de la Mesa Maestral.
Según las ''Certificaciones'' de 1846 (fols. 105&106), del perdido libro de 1640 intitulado '''''Visita General de los Derechos de la Mesa Maestral en el Campo de Calatrava''''', Daimiel tiene más y la pertenece el Pedido de San Miguel (pagadero en fines de septiembre) que el Concejo de la dicha villa paga en cada un año 14.444 Mrs. en reconocimiento del universal señorío de los términos de la villa, la cual y reparte el Concejo en cada un año entre los vecinos de ella. Pertenécele más a la Mesa Maestral la mitad de los Mrs. porque el Concejo de dicha villa vende el aprovechamiento de sus terrenos y dehesas así a pasto como a labor, y si las dichas dehesas se labran, el diezmo del pan enteramente pertenece a la Mesa Maestral, y si la pastan serranos el medio diezmo del ganado que en ella se cría deben a la Mesa Maestral, y otras cualesquier de afuera de la Orden, el cual dicho hervaje se cobra por vía ejecutoria por la averiguación que en ella se hace; y el diezmo de la lana que desquilaren en la dicha villa por vecinos de afuera de la Orden, es de la Mesa Maestral.
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El siglo de los [[BORBONES]] (s.XVIII) comienza con la [[Guerra de Sucesión]] que entronizará una nueva dinastía, de orígen francés, en la Corona de [[Castilla]].
El siglo de los [[BORBONES]] (s.XVIII) comienza con la [[Guerra de Sucesión]] que entronizará una nueva dinastía, de orígen francés, en la Corona de [[Castilla]].


En su '''''Discurso sobre el fomento de la industria popular''''' (M1774), el ilustrado y primer conde de [[Campomanes]] alude así a nuestro pueblo: ''VII. Se extiendan los cuidados, de los que pueden contribuir a tan importantes fines, a aprovechar muchos géneros o primeras materias que se hallan abandonados, y es otro de los grandes auxilios que las Sociedades Económicas pueden dar a la propagación de las artes e industria común en España. El [[esparto]] había sido tenido hasta ahora como una planta de la cual las lencerías no podían sacar un material provechoso a ellas. La experiencia ha acreditado lo contrario, habiéndose establecido en Daimiel fábricas de telas que resultan del esparto reducido a hilaza... Si se considera bien la variedad de manufacturas a que puede aplicarse el esparto y la solidez de este género en todas, debe llevar la primera atención su beneficio. El que ahora se hace en Daimiel con una fábrica exclusiva es muy lento. Sería justo recompensar el privilegio al dueño de él '''''[V. Famosos Daimieleños]''''' y propagar popularmente las manufacturas de esparto. La abundancia que hay de este género en el Reino de Toledo, Mancha, Murcia y Andalucía nos enseña a alabar la providencia del Criador, que en todas partes ofrece a los naturales primeras materias con que proveer a su felicidad e industria...''
En su '''''Discurso sobre el fomento de la industria popular''''' (M1774), el ilustrado y primer conde de [[Campomanes]] alude así a nuestro pueblo: ''VII. Se extiendan los cuidados, de los que pueden contribuir a tan importantes fines, a aprovechar muchos géneros o primeras materias que se hallan abandonados, y es otro de los grandes auxilios que las Sociedades Económicas pueden dar a la propagación de las artes e industria común en España. El [[esparto]] había sido tenido hasta ahora como una planta de la cual las lencerías no podían sacar un material provechoso a ellas. La experiencia ha acreditado lo contrario, habiéndose establecido en Daimiel fábricas de telas que resultan del esparto reducido a hilaza... Si se considera bien la variedad de manufacturas a que puede aplicarse el esparto y la solidez de este género en todas, debe llevar la primera atención su beneficio. El que ahora se hace en Daimiel con una fábrica exclusiva es muy lento. Sería justo recompensar el privilegio al dueño de él ''[V. FAMOSOS DAIMIELEÑOS]'' y propagar popularmente las manufacturas de esparto. La abundancia que hay de este género en el Reino de Toledo, Mancha, Murcia y Andalucía nos enseña a alabar la providencia del Criador, que en todas partes ofrece a los naturales primeras materias con que proveer a su felicidad e industria...''


===Siglo XIX===
===Siglo XIX===
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"Pero el Poder omnipotente, que lo había permitido, también tenía dispuesto que veinte minutos después, viva aún la natural consternación de cuantos lo presenciamos, llegase nuestra Reina al teatro de tan lúgubre escena para llevar la noble misión de mitigar, en cuanto es dable, tanto dolor, y enjugar tantas lágrimas, hasta donde es dado, a la generosidad humana. En medio del entusiasmo de que era objeto, supo por el sr. Dr. Gral. de Obras Públicas lo que acababa de ocurrir, y alli mismo pudimos ver todo su interés y maternal solicitud, y con lágrimas en sus ojos la hemos oído ofrecer socorros de importancia para tamaña desgracia. Desde la primera estación [Almagro] se pidieron de su orden por el telégrafo noticias del suceso, y mientras a las diez de la noche el Excmo. sr. ministro de Fomento preguntaba de R.O. desde Ciudad Real a este alcalde el número exacto de muertos y heridos, el de la Gobernación por su parte anunciaba al presidente de la corporación popular, que hacía salir desde esa corte en un tren especial médicos bastantes, ofreciendo todos los recursos necesarios y exigiendo detalles, al paso que los dignos párrocos de Daimiel, correspondiendo a su elevado ministerio y asociados de algunos mayores contribuyentes, conferenciaban en la capital de la provincia con el Excmo. Sr. de Rubianes para que S.M. conociese toda la intensidad de la desgracia. A las siete de la mañana de ayer, y antes que S.M. abandonara la capital de la provincia, había dispuesto se entregaran de su bolsillo particular 40.000 reales de vellón a la Junta creada para atender al socorro de los heridos y auxilio de las familias de los muertos, algunos de cuyos huérfanos parece acogerá bajo su real protección."
"Pero el Poder omnipotente, que lo había permitido, también tenía dispuesto que veinte minutos después, viva aún la natural consternación de cuantos lo presenciamos, llegase nuestra Reina al teatro de tan lúgubre escena para llevar la noble misión de mitigar, en cuanto es dable, tanto dolor, y enjugar tantas lágrimas, hasta donde es dado, a la generosidad humana. En medio del entusiasmo de que era objeto, supo por el sr. Dr. Gral. de Obras Públicas lo que acababa de ocurrir, y alli mismo pudimos ver todo su interés y maternal solicitud, y con lágrimas en sus ojos la hemos oído ofrecer socorros de importancia para tamaña desgracia. Desde la primera estación [Almagro] se pidieron de su orden por el telégrafo noticias del suceso, y mientras a las diez de la noche el Excmo. sr. ministro de Fomento preguntaba de R.O. desde Ciudad Real a este alcalde el número exacto de muertos y heridos, el de la Gobernación por su parte anunciaba al presidente de la corporación popular, que hacía salir desde esa corte en un tren especial médicos bastantes, ofreciendo todos los recursos necesarios y exigiendo detalles, al paso que los dignos párrocos de Daimiel, correspondiendo a su elevado ministerio y asociados de algunos mayores contribuyentes, conferenciaban en la capital de la provincia con el Excmo. Sr. de Rubianes para que S.M. conociese toda la intensidad de la desgracia. A las siete de la mañana de ayer, y antes que S.M. abandonara la capital de la provincia, había dispuesto se entregaran de su bolsillo particular 40.000 reales de vellón a la Junta creada para atender al socorro de los heridos y auxilio de las familias de los muertos, algunos de cuyos huérfanos parece acogerá bajo su real protección."


"El sr. ministro de la Gobernación secundaba a su vez la regia caridad, disponiendo "
"El sr. ministro de la Gobernación secundaba a su vez la regia caridad, disponiendo que del fondo de calamidades públicas se pusieren a disposición de aquella 20.000 reales vellón, y el señor gobernador de la provincia, correspondiendo también a los deseos manifestados por S.M. y a cuanto de él esperaban sus paisanos, llegaba ayer mismo desde el otro confín de la provincia para hacer saber a este Ayuntamiento cuán vivísimo es el interés que se toman por Daimiel la Reina y su gobierno, iniciando por su parte una suscrición, a cuyo frente le vimos figurar, con agradecimiento sumo, y a cuyo respetable nombre unirán sin duda alguna el suyo cuantos se precien de buenos y generosos manchegos. La empresa del ferro-carril de Manzanares a Ciudad Real, mostrándose digna de si misma, ha mandado a ésta su médico y se dispone a auxiliar a los desgraciados, a quienes es seguro no olvidará tampoco la Diputación Provincial, tan solícita siempre del buen nombre de la provincia."

"Grande, inmensa ha sido la desgracia de Daimiel; pero si su triste recuerdo no se borra jamás de la memoria de sus habitantes, tampoco olvidarán el corresponder a la maternal solicitud de nuestra Reina, ni a la actitud y eficacia de su gobierno para amenguarla en lo posible. Toca ahora a su digno Ayuntamiento y a las respetables personas que componen la Junta de socorros corresponder a tanta y tanta caridad secundando, en cuanto les sea dable, la piadosa iniciativa de S.M. la Reina, cuyos resultados se tocan, pues ya se han puesto a su disposición los dos mil duros que ha dedicado al socorro de las familias de los muertos y auxilio de los heridos. Se asegura que S.M., a su regreso del vecino reino, se detendrá en ésta..."


'''18-XII-1866''': ''Según LA ESPAÑA, la visita de SS. MM. en Daimiel a los heridos fue en estremo conmovedora. Estos se hallaban colocados en una gran sala, especie de hospital provisional dispuesto al efecto. Los Reyes se enteraron detenidamente del estado de todos, de la situación y recursos de sus familias, dirigieron palabras de consuelo a casi todos y dejaron un considerable donativo.''
'''18-XII-1866''': ''Según LA ESPAÑA, la visita de SS. MM. en Daimiel a los heridos fue en estremo conmovedora. Estos se hallaban colocados en una gran sala, especie de hospital provisional dispuesto al efecto. Los Reyes se enteraron detenidamente del estado de todos, de la situación y recursos de sus familias, dirigieron palabras de consuelo a casi todos y dejaron un considerable donativo.''
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== Museo Comarcal de Daimiel ==
== Museo Comarcal de Daimiel ==
[[Archivo:Plato tricolor.jpg|Plato tricolor S.XVII|thumbnail|left]]
[[Archivo:Plato tricolor.jpg|Plato tricolor S.XVII|thumbnail|left]]
El [http://www.museocomarcaldaimiel.es Museo Comarcal de Daimiel] se ha convertido en un referente clave para entender la vida en Daimiel y su entorno, pues recoge la historia y las costumbres del territorio con el que comparte acontecimientos y vivencias, y es imprescindible para conocer su patrimonio cultural. A través de cuatro ejes temáticos (historia, tecnología, territorio e ideas y creencias) el recorrido por sus salas nos permite descubrir un legado de más de 4000 años de antigüedad: desde la Edad del Bronce, con el yacimiento arqueológico de la Motilla del Azuer, hasta nuestros días. [[Archivo:Galeria Casa de los Carrillo.jpg|Galeria Casa de los Carrillo S.XVI|250px|thumbnail]]
El [http://www.museocomarcaldaimiel.es Museo Comarcal de Daimiel] se ha convertido en un referente clave para entender la vida en Daimiel y su entorno y para conocer su patrimonio cultural. A través de cuatro ejes temáticos (historia, tecnología, territorio e ideas y creencias) el recorrido por sus salas nos permite descubrir un legado de más de 4000 años de antigüedad: desde la Edad del Bronce, con el yacimiento arqueológico de la Motilla del Azuer, hasta nuestros días. [[Archivo:Galeria Casa de los Carrillo.jpg|Galeria Casa de los Carrillo S.XVI|250px|thumbnail]]
Además, el Museo rinde homenaje a tres ilustres daimieleños que han destacado por su trabajo: el arquitecto [[Miguel Fisac]], genial inventor y creador de diversas soluciones constructivas que le han dado prestigio internacional, Vicente Carranza, a quien pertenece la colección de cerámica más importante de España con más de 5000 piezas, y el pintor y escultor [[Juan D'opazo]], figura entrañable entre sus paisanos.
Además, el Museo rinde homenaje a tres daimieleños que han destacado por su trabajo: el arquitecto [[Miguel Fisac]], genial inventor y creador de diversas soluciones constructivas que le han dado prestigio internacional, Vicente Carranza, a quien pertenece la colección de cerámica más importante de España con más de 5000 piezas, y el pintor Juan D'Opazo, figura entrañable entre sus paisanos.


Cuenta con un Departamento de Didáctica y de Actividades que intenta hacer del Museo un espacio vivo y abierto a través de visitas guiadas, talleres didácticos y actividades extras como cine, teatro, música, conferencias, espectáculos y juegos, entre otros. También en periodo de vacaciones. Tiene servicio de audioguías gratuito.
Cuenta con un Departamento de Didáctica y de Actividades que intenta hacer del Museo un espacio vivo y abierto a través de visitas guiadas, talleres didácticos y actividades extras como cine, teatro, música, conferencias, espectáculos y juegos, entre otros. También en periodo de vacaciones. Tiene servicio de audioguías gratuito.
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[[Archivo:StaMaria Daimiel.jpg|thumb|210px|Fuente de "La Manola" en el Parterre. Al fondo la Parroquia de Santa María.]]
[[Archivo:StaMaria Daimiel.jpg|thumb|210px|Fuente de "La Manola" en el Parterre. Al fondo la Parroquia de Santa María.]]


Daimiel ha sufrido una evolución, en su aspecto formal, similar a la que han vivido la inmensa mayoría de las ciudades y pueblos del país, en este caso transformando, sin una planificación especialmente definida, su aspecto manchego, que se conserva por lo tanto sólo a grandes rasgos, lo que ha terminado en la creación de un entorno apacible y acogedor con una gran zona peatonal en el centro, que invita al paseo.
Daimiel ha sufrido una evolución, en su aspecto formal, similar a la que han vivido la inmensa mayoría de las ciudades y pueblos del país, en este caso transformando, sin una planificación especialmente definida su aspecto manchego, se conserva por lo tanto sólo a grandes rasgos, lo que ha terminado en la creación de un entorno apacible y acogedor con una gran zona peatonal en el centro, que invita al paseo.
La '''[[Iglesia de Santa María la Mayor (Daimiel)|Iglesia de Santa María la Mayor]]''' está situada en el Parterre, su origen probablemente sea templario, debido a que se han encontrado multitud de huellas de esta orden. Reconstruida y ampliada en épocas posteriores por la Orden de Calatrava. En la fachada norte, se encuentra la Puerta de la Umbría, de arco ojival con dos arquivoltas, en la fachada de poniente, existe otra puerta, de arco gótico, tapiada, y en la fachada del mediodía está la Puerta del Sol, protegida por un pórtico de tres arcadas con arco acortinado de origen renacentista. La torre está dividida en tres cuerpos, reconstruida en 1818.
La '''[[Iglesia de Santa María la Mayor (Daimiel)|Iglesia de Santa María la Mayor]]''' está situada en el Parterre, su origen probablemente sea templario, debido a que se han encontrado multitud de huellas de esta orden. Reconstruida y ampliada en épocas posteriores por la Orden de Calatrava. En la fachada norte, se encuentra la Puerta de la Umbría, de arco ojival con dos arquivoltas, en la fachada de poniente, existe otra puerta, de arco gótico, tapiada, y en la fachada del mediodía está la Puerta del Sol, protegida por un pórtico de tres arcadas con arco acortinado de origen renacentista. La torre está dividida en tres cuerpos, reconstruida en 1818.


La '''[[Iglesia de San Pedro Apóstol (Daimiel)|Iglesia de San Pedro Apóstol]]''' nació como consecuencia del crecimiento de la población y la licencia del emperador Carlos V el 10 de febrero de 1542. Declarada Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento Nacional en 1989. Situada en la plaza del mismo nombre.
En la fachada de la cabecera se halla una placa de cerámica con la siguiente inscripción: ''Parroquial de Señora Santa María del Arzobispado de Toledo en Campo de Calatrava: 1536 - 1875, regida por priores freyres del Hábito de Calatrava como Fr. Vicente A. Centeno, Gobernador Espiritual y Juez (de todo el Campo) de Calatrava, y Fr. Manuel Carrillo, de la Real Academia Latina Matritense.- Después Parroquia de Santa María la Mayor, varias veces arciprestal del Obispado-Priorato de las cuatro Órdenes Militares; con ilustres párrocos como el Muy Reverendo Dr. J. R. Quesada, después Obispo de Segovia.''

La '''[[Iglesia de San Pedro Apóstol (Daimiel)|Iglesia de San Pedro Apóstol]]''' nació como consecuencia del crecimiento de la población y la licencia del emperador Carlos V el 10 de febrero de 1542. Situada en la plaza del mismo nombre.


De planta de cruz latina, orden dórico, bóvedas de ladrillo y arcos torales en piedra; en crucero y ábside las bóvedas son de crucería.Poseía un gran retablo barroco destruido por los republicanos en la Guerra Civil, el actual es obra del escultor [[Alfredo Lerga Victoria]], inaugurado en 1948.
De planta de cruz latina, orden dórico, bóvedas de ladrillo y arcos torales en piedra; en crucero y ábside las bóvedas son de crucería.Poseía un gran retablo barroco destruido por los republicanos en la Guerra Civil, el actual es obra del escultor [[Alfredo Lerga Victoria]], inaugurado en 1948.
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Tiene dos puertas, la puerta principal y otra a los pies de la nave de estilo renacentista recientemente restaurada. La torre es de planta cuadrada en final octogonal.
Tiene dos puertas, la puerta principal y otra a los pies de la nave de estilo renacentista recientemente restaurada. La torre es de planta cuadrada en final octogonal.


De mediados del siglo XVII, fundado en la antigua ermita de la Santísima Trinidad, con autorización del Rey Felipe IV. De origen renacentista son notables sus ejemplos de arquitectura civil y popular decimonónicos, de dos plantas, zócalos y bases de piedra, entablamento y cornisa de revoco y restos de ladrillo. Residen en él algunas monjas de clausura.Se puede visitar en plaza y calle del mismo nombre.
Ambas parroquias daimieleñas fueron declaradas Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento Nacional, en 1989.


Situada al final de la calle Jesús, en una pequeña y coqueta plaza se encuentra la ermita de La Paz, antiguo Convento de religiosas Carmelitas descalzas desde 1615.
El '''convento de Ntra. Sra. de la Victoria''' es de mediados del siglo XVII, fundado en la antigua ermita de la Santísima Trinidad, con autorización del Rey Felipe IV. De origen renacentista son notables sus ejemplos de arquitectura civil y popular decimonónicos, de dos plantas, zócalos y bases de piedra, entablamento y cornisa de revoco y restos de ladrillo. Residen en él monjas de clausura de N.P. San Francisco de Paula ('''Mínimas'''). Se puede visitar en la plaza y calle del mismo nombre.


La '''Plaza de España''' es punto vital de paseo y encuentro de los daimieleños, auténtico corazón de la ciudad, es el lugar preferido para el paseo y el ocio y lugar de celebración de los actos más significativos e importantes.
Situada al final de la calle Jesús, en una pequeña plazuela se encuentra la antigua '''ermita de la Virgen de La Paz''' (primera Patrona de Daimiel), fue iglesia del convento de MM. Carmelitas Descalzas desde 1615 hasta mediados del siglo XX, cuando las monjas se trasladaron a las afueras de la ciudad.


La '''Plaza de España''' es punto vital de paseo y encuentro de los daimieleños, auténtico corazón de la ciudad, es el lugar preferido para el paseo y el ocio y lugar de celebración de los actos más significativos e importantes. Su origen se remonta al siglo XVI cuyos soportales estaban encalados y las columnas formadas de pies derechos de madera, denominada “Plaza de los portales blancos”. A partir de finales del siglo XIX, los pies derechos fueros reemplazados por columnas de hierro.
Su origen se remonta a otra cuyos soportales estaban encalados y las columnas formadas de pies derechos de madera, denominada “Plaza de los portales blancos”. A partir de finales del siglo XIX, los pies derechos fueros reemplazados por columnas de hierro.


En la misma Plaza de España se encuentra el Olivo Milenario, un extraordinario monumento natural plantado por los árabes en el siglo X. A finales de enero de cada año, se celebra una fiesta popular donde han ido a varearlo [[José Antonio Camacho]] (entrenador de fútbol), [[José Mota (humorista)|José Mota]], el [[Club Balonmano Ciudad Real]] y otros personajes de diferentes ámbitos.
En la misma Plaza de España, se encuentra el Olivo Milenario. A finales de enero de cada año, se celebra una fiesta popular donde han ido a varear [[José Antonio Camacho]] (entrenador de fútbol), [[José Mota (humorista)|José Mota]] (de Cruz y Raya), el [[Club Balonmano Ciudad Real]] y otras personas del mundo de la televisión y otros ámbitos.


[[Archivo:Olivo Daimiel.jpg|thumb|300px|Plaza de España. En primer plano el olivo milenario.]]
[[Archivo:Olivo Daimiel.jpg|thumb|300px|Plaza de España. En primer plano el olivo milenario.]]
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* [[Pedro López Villaseñor]]: Escultor tallista del s. XVIII.
* [[Pedro López Villaseñor]]: Escultor tallista del s. XVIII.
* [[Dres. Pedro & Gustavo Lozano]]: Médicos del siglo XX.
* [[Dres. Pedro & Gustavo Lozano]]: Médicos del siglo XX.
* [[Padre Cristóbal de Madrid, S. J.]]: Teólogo consultor del Sacro Colegio de Cardenales. Asistente del Gral. de los Jesuitas (+ Roma, 1573).
* [[Padre Cristóbal de Madrid, S. J.]]: Teólogo consultor del Sacro Colegio de Cardenales. Asistente del General de los Jesuitas (+ Roma, 1573).
* [[Madre María de Jesús, O.C.D.]]: Carmelita Descalza. Monja profesa en Malagón, compañera de Santa Teresa; ''su rara prudencia y virtud hizo que la destinaran a hacer varias fundaciones, entre ellas la de Madrid''.
* [[Madre María de Jesús, O.C.D.]]: Carmelita Descalza. Monja profesa en Malagón, compañera de Santa Teresa; ''su rara prudencia y virtud hizo que la destinaran a hacer varias fundaciones, entre ellas la de Madrid''.
* [[Luís Carlos Martín y Martín-Consuegra]]: Músico, y compositor, entre otras, "De Granada a Daimiel".
* [[Luís Carlos Martín y Martín-Consuegra]]: Músico, y compositor, entre otras, "De Granada a Daimiel".

Revisión del 11:20 18 ago 2010

Daimiel
municipio de España




Daimiel ubicada en España
Daimiel
Daimiel
País  España
• Com. autónoma  Castilla-La Mancha
• Provincia  Ciudad Real
• Comarca Campo de Calatrava
Ubicación 39°04′20″N 3°36′52″O / 39.072196, -3.6143611
• Altitud 627 m
Superficie 438,30 km²
Población 17 629 hab. (2023)
• Densidad 41,47 hab./km²
Gentilicio daimieleño, ña
Código postal 13250
Alcalde (2007) José Díaz del Campo Villanueva (PSOE)
Patrona Virgen de las Cruces
Sitio web www.daimiel.es

Daimiel es un municipio de la provincia de Ciudad Real, en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, del Reino de España.

Limita con los términos municipales siguientes: al norte con Villarrubia de los Ojos, al sur con Bolaños de Calatrava, al este con Manzanares, al oeste con Torralba de Calatrava,al suroeste con Almagro, al noroeste con Malagón y Fuente el Fresno y al noreste con Puerto Lápice, Arenas de San Juan y Las Labores. Se encuentra al NE de la capital provincial, y dista 168 km de Madrid.

Importante enclave vitivinícola e industrial del Campo de Calatrava, en la región de La Mancha. Daimiel es cabeza del partido judicial homónimo creado en 1842, formado por cinco municipios; sede de dos juzgados mixtos de primera instancia e instrucción. Cuenta con diez farmacias, y una notaría cabeza de distrito. Declarada ciudad en el año 1887 por la Regente de España Doña María Cristina de Habsburgo-Lorena, Archiduquesa de Austria, madre de Alfonso XIII.

Eclesiásticamente es arciprestazgo de la diócesis-priorato de Ciudad Real en el arzobispado de Toledo.

En su territorio se sitúa uno de los parques nacionales del Estado, el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, creado en 1973, con reclasificación en 1980.

Geografía

Historia

La etimología de Daimiel se desconoce, aunque la terminación -iel corresponde al dialecto mozárabe antiguo.

Según Rohlfs, los hidrónimos son más antiguos que los topónimos, y suelen influir en éstos. Para Plinio el río Ana nacería en las Tablas de Daimiel, y en el Itinerario de Antonino LAMINIVM (el río del pantano) está a seis millas caput fluminis Anae. Laminio es vocablo celtibérico-hispanolatino que viene de "lama", un prado húmedo cubierto de herbazales.

Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.

La Prehistoria. Edad de los Metales: Las Motillas

Se trata de una de las localidades más antiguas de la provincia de Ciudad Real, ya que las excavaciones arqueológicas han señalado que existía ya hace 5.000 años a.C. un poblado fortificado (MOTILLA), con un pozo de agua dulce, situado cabe el río Azuer.

Edad Antigua: La Hispania romana y visigoda

La frontera entre la Carpetania y la Oretania nos es muy dificil de precisar. Diversas vías romanas cruzaban el término de Daimiel, la Vía de Toledo-Andújar pasaría por la Venta de Borondo, (identificada posiblemente como la “Mansión Mariana” del Itinerario de Antonino) continuando por la Cañada del Carrerón proveniente del Puente de Villarta. Sobre el río Azuer se alza el “Puente Viejo”, compuesto de tres ojos y sin pretiles, continuación de la Senda de los Mártires (calzada secundaria).

El Medievo: Reconquista y Repoblación

En el año 711 los musulmanes llegan a la Península Ibérica, construyendo muy pocos años después la fortaleza de Calatrava la Vieja, años más tarde se construiría el Castillo de Daimiel,(que abarcaba desde la plaza de la paz, subida al castillo , calle jesus , calle castillejos y calle luchana) para así controlar mejor la línea defensiva del Guadiana. Éste será el originario asentamiento de Daimiel a cuyo alrededor se agruparía una escasa población hasta ese momento dispersa.

Los moradores musulmanes poseían una mezquita donde dirigían sus plegarias, en el sitio que posteriormente ocupará la Iglesia de S. Juan, cercana al Castillo.

La orientación de esta mezquita era hacia Oriente, existen restos de una posible cúpula y de dos hornacinas. De la existencia de esta mezquita dan fe las Relaciones de Felipe II, donde se dice “...es una casa que tenían por mezquita antiguamente los moros...”

En el año 1212 los cristianos salieron triunfantes de la batalla de Las Navas de Tolosa, pasando el territorio de la Mancha a manos de la Orden de Calatrava, principalmente compartiendo el resto del territorio de lo que hoy conocemos como Ciudad Real con la Orden de San Juan y la de Santiago.

La actividad de estas órdenes militares se centraba en repoblar las tierras arrebatadas a los musulmanes durante el proceso de reconquista, fijando así el control de los territorios.

En la segunda mitad del siglo XIII Alfonso X el Sabio fundó la famosa Hermandad del Honrado Concejo de la Mesta, cuyos ganados discurrían por las cañadas reales, cordeles y veredas. Uno de los puntos de la Orden de Calatrava para el cobro de derechos de “montazgo” y “barcajes”, estaba situado en Villadiego, un extremo del término de Daimiel, sobre la vía pecuaria llamada “Cañada del Carrerón”.

En Daimiel es probable que hubiera judíos desde la dominación goda, agrupándose en la actuales calles de San Roque, Pacífico y Santa María. La ermita de San Roque sería su sinagoga, cristianizada después de su expulsión.

La comunidad morisca daimieleña estaba asentada en el "Barrio Nuevo", al pie del castillo, alrededor de San Juan, su antigua mezquita.

La Edad Moderna

Durante los siglos XVI y XVII (época de los AUSTRIAS) Daimiel continúa siendo cabeza de encomienda en la Orden de Calatrava, cuyo Administrador Perpetuo es el Rey por concesión pontificia, bajo la jurisdicción del Gobernador del Campo de Calatrava, que reside en Almagro, y regida por un Alcalde Mayor de S.M.

Según las Certificaciones de 1846 (fols. 105&106), del perdido libro de 1640 intitulado Visita General de los Derechos de la Mesa Maestral en el Campo de Calatrava, Daimiel tiene más y la pertenece el Pedido de San Miguel (pagadero en fines de septiembre) que el Concejo de la dicha villa paga en cada un año 14.444 Mrs. en reconocimiento del universal señorío de los términos de la villa, la cual y reparte el Concejo en cada un año entre los vecinos de ella. Pertenécele más a la Mesa Maestral la mitad de los Mrs. porque el Concejo de dicha villa vende el aprovechamiento de sus terrenos y dehesas así a pasto como a labor, y si las dichas dehesas se labran, el diezmo del pan enteramente pertenece a la Mesa Maestral, y si la pastan serranos el medio diezmo del ganado que en ella se cría deben a la Mesa Maestral, y otras cualesquier de afuera de la Orden, el cual dicho hervaje se cobra por vía ejecutoria por la averiguación que en ella se hace; y el diezmo de la lana que desquilaren en la dicha villa por vecinos de afuera de la Orden, es de la Mesa Maestral.

Aumento de los procesos contra la hechicería y la brujería, tanto en España con la Inquisición como en la Europa protestante (los calvinistas de Ginebra mataron a Servet), así como también en las colonias inglesas de norteamérica.

El 1º de enero de 1563, en Daimiel, la Majestad Católica de Felipe II firmaba YO EL REY (con Francisco de Eraso como Secretario) en una Real Cédula dirigida al Prior del Convento de San Benito de la Orden de Alcántara, en cuyo Registro de 1561-65 se conserva al folio 124 recto.

Muy escasos son los documentos que se guardaban en el archivo del Sacro Convento de Calatrava referentes a la encomienda de Daimiel. El más antiguo es de 1509 y fue el mandamiento de los visitadores calatravos a los vecinos de dicha villa para que manifestasen, como manifestaron, los censos que tenía de la Orden. Los restantes se referían a la ermita de Santa María de la Sierra, a una capellanía fundada en Daimiel en 1534, y a las Descripciones de la encomienda desde 1527 a 1631.

El siglo de los BORBONES (s.XVIII) comienza con la Guerra de Sucesión que entronizará una nueva dinastía, de orígen francés, en la Corona de Castilla.

En su Discurso sobre el fomento de la industria popular (M1774), el ilustrado y primer conde de Campomanes alude así a nuestro pueblo: VII. Se extiendan los cuidados, de los que pueden contribuir a tan importantes fines, a aprovechar muchos géneros o primeras materias que se hallan abandonados, y es otro de los grandes auxilios que las Sociedades Económicas pueden dar a la propagación de las artes e industria común en España. El esparto había sido tenido hasta ahora como una planta de la cual las lencerías no podían sacar un material provechoso a ellas. La experiencia ha acreditado lo contrario, habiéndose establecido en Daimiel fábricas de telas que resultan del esparto reducido a hilaza... Si se considera bien la variedad de manufacturas a que puede aplicarse el esparto y la solidez de este género en todas, debe llevar la primera atención su beneficio. El que ahora se hace en Daimiel con una fábrica exclusiva es muy lento. Sería justo recompensar el privilegio al dueño de él [V. FAMOSOS DAIMIELEÑOS] y propagar popularmente las manufacturas de esparto. La abundancia que hay de este género en el Reino de Toledo, Mancha, Murcia y Andalucía nos enseña a alabar la providencia del Criador, que en todas partes ofrece a los naturales primeras materias con que proveer a su felicidad e industria...

Siglo XIX

LA ESPAÑA CONTEMPORÁNEA:

Fin del Antiguo Régimen.

El Estado Liberal.

Reinado de CARLOS IV (1788-1808)

El inicio de la centuria decimonónica continúa con las humillantes relaciones de los ministerios de Carlos IV con la Francia revolucionaria del Directorio y el Consulado. Angustiosa situación nacional por un déficit lastimoso en las rentas públicas y el desconsolador estado de la Hacienda y el Tesoro. La política de amistad y condescendencia de Godoy con Napoleón nos trae el desastre del combate naval de Trafalgar (1805) y las desavenencias e intrigas en el seno de la propia familia real que llevarían, en el Motín de Aranjuez de 19 de marzo de 1808, a la forzada abdicación del rey en el Principe de Asturias.

Carlos IV morirá en Roma en 1819 considerándose como Rey de España en el exilio.

Reinado de FERNANDO VII (1808/1814-1833)

La proclamación de Fernando VII en Madrid, y en todas las ciudades españolas de aquende y allende los mares, coincide con la ocupación de la Península por las tropas francesas que se decían aliadas de España para la próxima invasión de Portugal.

La Guerra de la Independencia (1808-1814)

La Guerra de la Independencia contra el Imperio de Napoleón se inicia con la sublevación popular madrileña del día 2 de mayo contra las tropas de ocupación francesas y las inoperantes y complacientes instituciones gubernativas con sede en la capital del Reino.

Tras la victoria española en la batalla de Bailén, de resonancia europea pues fue la primera derrota campal del ejército imperial francés, y las sucesivas derrotas de Uclés y Consuegra para las armas patrias ...

El 12 de abril de 1809, desde su Cuartel Gral. de Daimiel, escribe el General Sebastiani, Jefe del 4º Cuerpo de Ejército francés, la famosa carta a Jovellanos exhortándole para que obedezca al "benéfico" poder intruso y se una al gobierno afrancesado, que el prócer asturiano contestará cumplida y patrióticamente el 24 del corriente.

Hay sentencia judicial contra Daimiel, por su rebeldía contra la Mesa Maestral, de 18 de noviembre de 1820.

Reinado de ISABEL II (1833/1843-1868/1870)

Gobierno de la Reina Mª. Cristina de Nápoles (1833-40)

Regencia del General Espartero (1841-43)

La creación del Partido Judicial de Daimiel fue llevada a cabo en virtud de una ley hecha en Cortes el 28 de abril de 1842. Comprendía los pueblos de Daimiel (como cabeza de partido) Arenas de San Juan, Fuente el Fresno y Villarrubia de los Ojos.

Isabel II fue declarada mayor de edad el 8 de noviembre de 1843. Casaría con su primo el Duque de Cádiz, Francisco de Asís de Borbón, nombrado rey consorte.

La Reina abdica la corona de España en su hijo el príncipe Alfonso, en una ceremonia solemne celebrada en el exilio de su residencia parisina del Palacio de Castilla, en 1870. Reinando ya su nieto en España, fallece en París el 9 de abril de 1904. Los restos de "la reina de los tristes destinos" reposan en el Regio Panteón del monasterio del Escorial.

Accidente ferroviario del 9 de diciembre de 1866

Una de las tragedias sufridas, y maravilla que no resultase aún peor, fue el terrible accidente ferroviario del 9 de diciembre de 1866, día en el que pasaba el Tren Real por Daimiel con ocasión del viaje oficial de Isabel II a Lisboa. El libro Viaje de SS. MM. y AA. a Portugal (M1867), crónica oficiosa del mismo, narra así tan luctuoso suceso: ... Entróse en la Mancha, y por momentos y grados aumentaban los espontáneos testimonios del sentimiento popular; todos los habitantes de las cercanías habían acudido a las estaciones, y todos a porfía se esforzaban en demostrar a la Reina su lealtad, su regocijo, su entusiasmo... Las demostraciones del pueblo inmediato hacían casi olvidar las del anterior... Hasta aquí el tren real había atravesado comarcas ya visitadas por S.M. en su excursión a Andalucía; entrábase en otras, cuyos habitantes iban a ver por primera vez a su soberana, y a quienes embriagaba el júbilo a la sola idea de contemplarla de cerca y ofrecerle el homenaje de su lealtad y de su filial amor. El primer pueblo, uno de los más opulentos de la Mancha, era Daimiel. Una triste nueva vino, cuando todavía no había salido de Manzanares el convoy real, a herir profunda y dolorosamente el corazón de todos; y más que el de todos el de S.M. la Reina; aunque con laudable discreción se había dispuesto no anunciar en el acto a la augusta Señora la triste realidad de lo ocurrido. Acababa de acontecer una desgracia; una de esas desgracias que casi siempre son el resultado de las grandes aglomeraciones... en que sin duda no hubo culpa por parte de nadie, pero a la que un celo poco feliz o un aturdimiento excesivamente prolongado llegó a dar proporciones, que después se han reducido a su verdadero punto de vista en el orden social y en el legal. Había en la estación y sus inmediaciones más de veinte mil personas esperando en tumultuosa agitación y con febril impaciencia la llegada del tren; la niebla era densísima, y apenas se divisaban los objetos a trescientos pasos de distancia; en tan críticos momentos llegó la máquina exploradora, que precedía al tren a unos treinta kilómetros; acortó su marcha mucho antes de entrar en la estación, y caminaba a una velocidad cuatro veces menor que la ordinaria. Venía desde lejos avisando su llegada, dejando oírse constantemente su silbido; encontró obstruída por completo la vía, como lo estaban todas las de la estación, y procuró refrenar; indudablemente habría evitado toda desgracia, si una funestísima equivocación no hubiese venido a hacerla tristemente inevitable. La niebla había impedido ver claro, y se tomó a la máquina exploradora por el tren real, creyéndose por el pueblo que pararía a una distancia determinada; entonces se abalanzó una considerable parte de los que esperaban, en la fatal dirección de la máquina; llegó ésta y arrollando aquella masa de gente, produjo el tristísimo desastre que privó de la vida a cinco infelices y dejó otros veinte y seis contusos de más o menos gravedad, víctimas todos de su propia equivocación o descuido, y de la imprudencia de quienes los empujaron irresistiblemente a su perdición. S.M. la Reina, que sólo tenía noticia de los heridos o contusos, pues se le había ocultado que hasta entonces hubiese sucumbido alguno, dolorosamente afectada, mandó que inmediatamente se les prodigasen todo linaje de auxilios, empezando por dar con su acostumbrada largueza los pecuniarios, sin perjuicio de ampliarlos, como lo hizo a su vuelta, ya enterada de todo lo ocurrido.

Hemos hecho expresa mención de tan triste suceso, refiriéndolo con sencillez y verdad, para que en su virtud se corroboren nuestras aseveraciones acerca del entusiasmo de aquellos pueblos por su Reina. Parecía que tal acontecimiento fuera parte para neutralizar, con la impresión del justo dolor, la impresión de inmenso júbilo que dominaba todos los corazones; y sin embargo, sin olvidar en el fondo del alma el reciente infortunio de sus hermanos, los habitantes de Daimiel dieron ardorosa expansión a sus sentimientos de amor hacia los reyes. Nada podía contenerlos en la manifestación de sus afectos; no había semblante en que no estuviese pintada la emoción; no había lengua muda ni frase de cariño que no resonara entre aquel prolongado estruendo de vivas y aclamaciones. Cayeron las vallas de la estación, y la muchedumbre inundó todo el espacio rodeando el tren y agolpándose sobre él... Transcurría el tiempo, y era inútil pretender salir; silbaba la locomotora, y hombres y mujeres en confuso tropel permanecían delante y se deslizaban a torrentes entre los espacios de coche a coche, sin cuidarse de que al menor movimiento, a la más leve contracción del tren, podían perecer triturados centuplicando el número de las víctimas. Allí no había reflexión; no había más que un sentimiento unánime, poderoso y decisivo. Fue preciso que las autoridades locales empleasen la fuerza para apartar de la vía a la multitud, y dejar franco el paso para el tren. La hermosa villa de Daimiel puede estar orgullosa de las pruebas de lealtad y entusiasmo que a dado a su Soberana...

Poco después de las siete de la mañana del domingo 16, se dió vista a la estación de Ciudad Real. SS.MM. habían formado el propósito de entrar aquella tarde en Madrid, y estaban expedidas las órdenes al efecto. En el camino era preciso hacer todavía una parada para un objeto generoso y santo, que fácilmente adivinarán los lectores, sabiendo que el tren había de pasar por Daimiel. No era, pues, posible detenerse en la capital de la Mancha... SS. MM. y AA. aceptaron bondadosamente el desayuno que les estaba preparado... y después de dirigir los Reyes cariñosas frases y de dar a besar sus reales manos... obedeciendo siempre al deseo de llegar pronto a Daimiel, y antes de la noche a Madrid, se hizo la señal de partir, y el tren fue despedido con una salve atronadora de vivas a la Reina... El triste acontecimiento del día 9, en la estación de Daimiel, permanecía fijo y vivo en la memoria de la Reina a pesar de la semana transcurrida y de las variadas y dulcísimas emociones del viaje y de la visita a Portugal; que es verdaderamente noble y grande el corazón de Doña Isabel II, y no hay infortunio público ni desdicha privada que llegando a su noticia no arranque lágrimas a sus ojos, y obtenga el posible alivio de su inagotable caridad. En la villa de Daimiel yacían los infelices atropellados el domingo anterior por la máquina exploradora; pobres jornaleros, gente honrada del pueblo, habían pagado caro su irreflexivo anhelo de esperar el tren real; sus familias gemían con amargura; otras, aunque pocas por fortuna, vestían ya luto por consecuencia de aquella catástrofe; había, pues, en Daimiel dolores que compartir, llanto que enjugar, necesidades que socorrer, y hacia Daimiel arrebataban a la Reina de España el generoso espíritu y la maternal ternura, con más vehemente impulso que el que daba el vapor al tren que la conducía...

Las torres de Almagro se perdían de vista, y a poco empezaban a descubrirse las de Daimiel. Muy pronto iban a realizarse los deseos de la Reina; a su semblante se asomaban los generosos afectos de su corazón. Los habitantes de Daimiel sabían que los Reyes se dignaban de honrar con su visita aquella hermosísima villa, quizá la más importante de la Mancha, y desde muy temprano la estación y sus avenidas estaban llenas de gente. Y debe consignarse aquí, porque revela el celo infatigable y nunca bien ponderado del Gobernador de la provincia, y la inteligente y activa cooperación de las autoridades locales y comisión de festejos, el hecho de que en dos días, o poco más, aprovechando todas las horas, sin perdonar las de la noche, multiplicando los carros y los braceros, haciendo verdaderos prodigios de presteza y de habilidad, se construyó en firme el camino de la estación al pueblo; se compusieron, enarenaron y adornaron las calles; se preparó, en fin, a los Reyes una recepción digna, solemne y por todos conceptos memorable. Se calcula que pasarían de veinte mil personas las que, como un torrente que inunda la llanura, se extendían por los alrededores de la estación, animadas por un mismo sentimiento, anhelantes de ofrecer a los Reyes el testimonio de su gratitud y de su amor. Los hombres prorrumpían en vivas atronadores, las mujeres, llorando de ternura, alzaban a sus pequeñuelos, enseñándoles a bendecir el nombre de la Reina. Sólo habían quedado en el pueblo los enfermos y los atribulados por la catástrofe reciente; a ellos se dirigía la Reina; al humilde lecho de los unos, al triste hogar de los otros, la empujaba su deseo. Serían las nueve de la mañana cuando las Reales Personas, aceptando los coches que les estaban preparados, emprendieron la marcha hacia la población. Su verdadera escolta eran los habitantes todos de Daimiel; el ansia de llegar al tiempo mismo que la comitiva Real hacía que las gentes corrieran en varias direcciones, buscando atajos y dando cortes para entrar por esta o aquella bocacalle, cogiendo todas las avenidas a punto de que al acercarse SS. MM. a las primeras casas de la villa, ésta se hallaba ya inundada por la multitud, y en calles y en plazas se hacía difícil el tránsito y era indescriptible la animación. Las Reales Personas, precedidas por una sección de guardias municipales a caballo, y de sus batidores, yendo al estribo el Comandante General de la Provincia, seguidas de una sección de coraceros, y como queda dicho, acompañadas de millares y millares de personas, que sin cesar las vitoreaban, hicieron su entrada en Daimiel por la calle del Mayo, plazuela y calle de San Pedro, calle de San Andrés, plaza de la Constitución, calle de la Trinidad y Mínimas, a la de Arenas. En esta calle, casa número 35, se detuvo la comitiva Real y se apearon SS. MM. El cuadro que entonces se ofreció era sin duda digno de que lo hubiese reproducido la fotografía... Era una casa de humilde apariencia y de sencillísima construcción, pero limpia, y perfumada con el doble aroma de mil yerbas olorosas y el del amor y la ternura que exhalaban los corazones de aquellos honrados labradores y hombres del pueblo, y de aquellas mujeres que solo con llanto sabían expresar su gratitud a la Reina; unos y otras llenaban el patio y el portal, y todos de rodillas al entrar los Reyes, daban al acto una gravedad verdaderamente conmovedora. Las Reales Personas pasaron al aposento donde se hallaban los heridos del día 9, y aquí faltan colores y recursos al humano lenguaje para describir y trazar cual fuera debido la escena de maternal cariño y de caridad cristiana que se desplegaba a la vista de los espectadores. La Reina de España, en medio de su brillantísima corte de Madrid en el día de mayor solemnidad... no resplandecía con tanta majestad ni ostentaba tan sublime aureola de gloria como el día 16 de diciembre último, en el humilde albergue de jornaleros manchegos, repitiendo frases de dulce resignación y de esperanza a los que padecían, socorriendo a los necesitados, consolando a los tristes, y apareciendo, en fin, cual ángel de ventura en aquella mansión de dolores y pobreza. SS. MM. recorrieron uno por uno los lechos, de donde salían voces de indecible ternura y de agradecimiento inmenso por tanta bondad. Al despedirse de aquel triste lugar, la Reina dirigió a los heridos palabras que de seguro nunca olvidarán y que recordarán diariamente en el oído de sus hijos, en el honrado seno del hogar; pues es de advertir que todos aquellos infelices han sanado y viven por favor de Dios y la esmeradísima asistencia de que fueron objeto. "Mi poder no alcanza, decía S.M., mas que a protegeros y a proporcionar cuanto necesiteis en vuestra desgracia; la salud Dios os la devolverá, como se lo pido con toda el alma." Y aquellas buenas gentes prorrumpían en vivas y aclamaciones, y las lágrimas rodaban por todas las mejillas, y voces espontáneas de bendición a la Reina y a la Real Familia brotaban de todos los corazones, reflejando con eco misterioso en el corazón magnánimo de Doña Isabel II. Verificada la visita, SS. MM. y la comitiva se dirigieron a la iglesia de Santa María, donde iba a celebrarse misa de Requiem por las almas de los que perecieron el día 9, en la estación del ferrocarril. Es la iglesia de Santa María una buena fábrica, de notable arquitectura; consta de tres naves; tiene regulares capillas y un magnífico altar mayor. El día 16 de diciembre, a que nos referimos, hallábase decorada con gusto y riqueza; de terciopelo y bayetas negras estaban cubiertos los muros y el pavimento; en medio se alzaba un sencillo catafalco; el gentío era inmenso; no cabía en el templo una sola persona más. La Real Familia, que había sido recibida en las puertas con el ceremonial debido por el clero de la villa y muchos otros sacerdotes del Campo de Calatrava, fue conducida bajo palio al presbiterio, donde se habían colocado dosel y reclinatorios; detras y en frente se situaron los Ministros y alta servidumbre; dijo la misa el Sr. Arzobispo Claret. Cumplióse, pues, el precepto del domingo y al mismo tiempo el piadoso deseo de la Reina de asistir al sufragio por los muertos, después de haber consolado a los heridos. Desde la iglesia de Santa María, Sus Majestades y Altezas se encaminaron a la estación, escoltadas por todo el pueblo, que quiso hasta el último instante reiterar los testimonios de su amor y de su agradecimiento... La despedida que Daimiel hizo a los Reyes fue ciertamente solemne; la generosidad de que los Reyes usaron en aquella importante villa de la Mancha tampoco es para olvidada. Además de los cuatro mil duros destinados, a su paso para Portugal, a obras de caridad en Ciudad Real y su provincia, la Reina mandó entregar dos mil duros con aplicación exclusiva a los heridos y a las familias de los fallecidos... Siguiendo el noble ejemplo de S.M., todos los señores Ministros de la Corona, el de Negocios Extranjeros de Portugal, el Plenipotenciario de aquella nación, los personajes de la servidumbre Real y altos empleados que formaban la comitiva, los Diputados a Cortes, el Consejo de las Órdenes, la Compañía del ferro-carril, el Gobernador de la Provincia y muchas otras personas distinguidas contribuyeron con respetables sumas al posible alivio de las familias a quienes alcanzó la desgracia. A los recursos allegados por la caridad individual agregáronse veinte mil reales que el Gobierno destinó del fondo de calamidades, viniendo a formarse en todo una cantidad de consideración, con la que se ha atendido equitativamente al socorro y bienestar de muchas personas, que mitigarán en parte el triste recuerdo de una desdicha con el sentimiento noble de la gratitud debida por un beneficio. Más de las once serían cuando el tren Real partía de la estación de Daimiel.

El diario LA ÉPOCA de Madrid nos da la inmediatez de la noticia, citando además de otros periódicos, desvelando datos reveladores y a veces contradictorios del siniestro. 11-XII-1866: No habíamos querido ser los primeros en dar cuenta de las desgracias involuntariamente causadas en la estación de Daimiel, al pasar la máquina esploradora que precedía al tren real; pero habiendo dado ya esta noticia nuestro colega EL ESPAÑOL, vamos ha decir lo que ha llegado a nuestro conocimiento. Cerca de la estación de Daimiel parece que hay grandes desmontes, que dan paso al ferrocarril; desmontes que estaban ocupados por una concurrencia inmensa, tanto de aquella populosa villa como de los puelos inmediatos de la Mancha. Al divisarse la máquina piloto hubo un movimiento entre aquella muchedumbre, y creyendo que era el tren real se acercó demasiado a la vía, empujando sobre ella a algunos de los que estaban en primera fila. Todas las medidas adoptadas por la autoridad y la fuerza pública fueron inútiles para contener aquel inmenso gentío y dejar completamente despejada la vía; de manera que cuando atravesó la máquina la estación en medio de una densa niebla, no pudo evitarse que causara algunas desgracias personales, a pesar de la poca velocidad con que marchaba. Según EL ESPAÑOL, inmediatamente que el Gobierno tuvo noticia de la sensible catástrofe ocurrida en Daimiel dispuso, por iniciativa del sr. ministro de la gobernación, que se librasen al gobernador de Ciudad Real mil duros del fondo de calamidades públicas para que se distribuyan entre las familias de los muertos y heridos, a fin de atenuar en lo posible su infortunio. Nuestro colega asegura que si fuese necesario enviar mayor cantidad, el Tesoro no tardaría en hacerlo inmediatamente. También anuncia que S.M. la Reina, en cuanto tuvo noticia del siniestro a su paso por Daimiel, mandó entregar a las autoridades otros mil duros, con el mismo laudable objeto. Tenemos entendido que ayer salieron de Madrid tres médicos para prestar los auxilios de la ciencia a los heridos, y un alto empleado de ferrocarriles para estudiar sobre el terreno la causa de la catástrofe y proceder a lo que haya lugar, en vista de lo que resulte. El gobernador de Ciudad Real, apenas se despidió de SS. MM. en el límite de la provincia, se trasladó a Daimiel para llevar de orden expresa de los augustos viajeros consuelo y recursos a los heridos. Se nos asegura que ha sido altamente digna de elogio la conducta del juez y fiscal del juzgado, el alcalde y el cura párroco del pueblo.

12-XII-1866: Sobre la catástrofe de Daimiel dice EL ESPAÑOL lo siguiente: A las siete de la mañana del día 10 llegó a Daimiel el gobernador de Ciudad Real, y en cumplimiento a las órdenes de S.M. la Reina visitó y suministró toda clase de consuelos y recursos a los heridos... Todas las personas que lo presenciaron, entre ellas el capitán de la Guardia Civil que estaba de servicio en la estación, han declarado que la máquina exploradora entró y cruzó por medio del gentío a gran velocidad. En su consecuencia se ha dictado orden de proceder inmediatamente a la prisión del maquinista para ponerle a disposición del sr. juez de primera instancia del partido. La población estaba aterrada; no obstante, se nos asegura que el gobernador de la provincia ha recibido inequívocas pruebas del reconocimiento que ha engendrado en todos los corazones la solicitud y generosidad con que S.M. la Reina a acudido al socorro de los heridos y de las familias de los muertos. El ayuntamiento de Daimiel, en nombre de las familias de los heridos, ha dado las gracias al Gobierno por el generoso donativo. Las autoridades de Ciudad Real y la Audiencia han abierto una suscrición en favor de los heridos de Daimiel.

13-XII-1866: El regente y fiscal de la Audiencia de Albacete, que permanecen en Daimiel cooperando al socorro y consuelo de los heridos, dan parte de la confirmación de las diligencias jurídicas sobre el siniestro; de haber sido ya examinados todos los heridos, a escepción de uno que no ha podido serlo por consideración a su estado; de hallarse todos perfectamente asistidos, y de prosperar la suscrición que se ha abierto para el socorro de las familias.

15-XII-1866: Sobre la catástrofe de Daimiel se publica en la GACETA de hoy el siguiente parte:

"Excmo. señor: Consta a V.E. por mi comunicación de anteanoche, que tan luego como tuve noticia telegráfica del siniestro ocurrido en la estación de Daimiel..., y tomadas las órdenes de V.E., dispuse que el inspector primero administrativo y mercantil de la Compañía de los ferro-carriles de Madrid a Zaragoza y Alicante saliese sin pérdida de tiempo en un tren especial para el punto indicado, dándole las órdenes e instrucciones más terminantes y detalladas, de que se atendiera con el más pronto y esquisito esmero al socorro y cuidado de los heridos, y que procediese a la averiguación de las causas que produjeron el triste suceso que nos ocupa, para aplicar en su día la corrección oportuna a quien corresponda, sin perjuicio de las actuaciones judiciales que se están instruyendo. Como acontece siempre que hay desgracias que socorrer y lágrimas que enjugar, S.M. la Reina (Q.D.G.), inmediatamente que tuvo noticia de tan lamentable ocurrencia, impulsada de sus nobles y caritativos sentimientos y amor a sus pueblos, se anticipó a dictar las disposiciones más adecuadas para el pronto y eficaz auxilio de las desgracias que era la primera en lamentar, decidiendo aliviarlas por todos los medios posibles, a cuyo efecto se dignó mandar que de su propio peculio se atendiera al socorro de los heridos, a fin de que nada les faltase. He aquí ahora, Excmo. señor, el parte detallado que acabo de recibir del inspector primero administrativo de la compañía sobre este siniestro:

Excmo. señor: Cumpliendo con lo preceptuado por V.E. en su comunicación de anteanoche, procedo a darle cuenta del resultado de la comisión que V.E. tuvo a bien confiarme con motivo de la catástrofe ocurrida en la estación de Daimiel... A las nueve de la noche de anteayer salí en un tren especial, compuesto de un piloto y un coche, y sin detención en punto alguno llegué a Daimiel a las cuatro y dos minutos de la madrugada. Apenas me hube apeado del coche, y cuando el jefe de estación comenzó a referirme lo ocurrido, lo primero que llegó a mi noticia, por este mismo empleado y por las personas con quienes conferencié, fue que S.M. la Reina se había anticipado a dictar las disposiciones necesarias y adoptado cuantas medidas reclamaba el pronto ...

...te de siete personas y 27 heridos de mayor o menor gravedad. Apenas hubo desaparecido la huella de estas desgracias, se presentó a la vista el tren real, y el pueblo todo entusiasmado, en número de más de 10.000 personas, prorumpió en entusiastas vivas, que no cesaron un momento mientras S.M. permaneció en la estación. Estas manifestaciones de lealtad las he visto repetidas hasta por los mismos desgraciados heridos; los cuales en medio del dolor, mostraban su agradecimiento por los socorros que con tierna solicitud les prodigaba S.M. acudiendo a su esmerada asistencia. Inmediatamente que que constituí en la población me avisté con el juez de primera instancia interino, y juntos pasamos a conferenciar con el alcalde, a fin de cumplir las instrucciones de V.E. para atender a la inmediata curación de los heridos. Al llegar a las Casas Consistoriales nos encontramos al Ayuntamiento reunido, el que ya había acordado proporcionar 10.000 reales para auxilios pecuniarios a todos los heridos, sin perjuicio de facilitarles gratuitamente facultativos y medicamentos, siguiendo en esto el impulso dado ya por los elevados sentimientos de S.M. Debo llamar la atención de V.E. acerca de este importante acuerdo de la municipalidad de Daimiel, que demuestra el celo y solicitud que animan aquella corporación. Para llevarlo a efecto con la más esquisita puntualidad, procedimos a practicar una visita domiciliaria a los heridos, y dictamos las medidas convenientes al socorro de sus necesidades. Escuso decir a V.E. que el juzgado se halla instruyendo con toda actividad las actuaciones judiciales sobre este hecho, y que esta inspección se ocupa de reunir todos los datos necesarios para depurar la responsabilidad que quepa a la compañía de estos ferro-carriles por tan lamentable suceso. Lo que me apresuro a comunicar a V.E. continuando en la práctica de las diligencias necesarias para esclarecer la verdad de los hechos y esigir la responsabilidad que corresponda a la compañía por este siniestro, sin perjuicio de los procedimientos judiciales que se practican por el juzgado correspondiente. Dios guarde a V.E. muchos años. Madrid 11 de diciembre de 1866.- Excmo. señor.- Carlos Marfori.- Excelentísimo señor ministro de la Gobernación."

También publica la GACETA las siguientes disposiciones expedidas por el ministerio de la Gobernación:

"He recibido la comunicación de V.E., fecha 11 del actual, participándome que la compñía del ferro-carril de Madrid a Zaragoza y Alicante ha puesto a su disposición la cantidad de 10.000 reales para el socorro de las víctimas del accidente ocurrido el domingo último en la estación de Daimiel. De dicha comunicación he dado cuenta a S.M. y queda enterada. Lo digo a V.E. de Real Orden para los efectos correspondientes. Dios guarde a V.E. muchos años. Madrid 12 de diciembre de 1866.- González Bravo.- Señor gobernador de esta provincia."

El señor ministro de la Gobernación dice con esta fecha al gobernador de la provincia de Ciudad Real lo que sigue:

"La Reina (Q.D.G.) se ha dignado disponer que se forme una Junta compuesta del cura párroco, juez de primera instancia, alcalde, promotor fiscal del juzgado y el mayor contribuyente de Daimiel, presidida por V.S., para distribuir los socorros que se reúnan con objeto de aliviar las desgracias ocurridas en la estación del citado pueblo el día 9 del actual. De R.O. lo digo a V.S. para que constituya desde luego la mencionada Junta y se ocupe inmediatamente en la repartición de los recursos indicados, procurando acudir, como S.M. lo espera, con la mayor solicitud a atenuar en lo posible los efectos de tan sensible desgracia. De orden de S.M., comunicada por el espresado señor ministro, lo traslado a V.E. para que ponga a disposición de dicha Junta los 10.000 reales que ha ofrecido la compañía del ferro-carril... Dios guarde a V.E. muchos años. Madrid 13 de diciembre de 1866.- El subsecretario.- Señor gobernador de esta provincia."

Por último, y a propósito de tan lamentables sucesos, EL ESPAÑOL de hoy dice lo siguiente: Una correspondencia de Daimiel que recibimos ayer, elogia con sobrada razón la conducta del jóven D.Manuel Aranda y Mesa, de edad de doce años, alumno del Instituto de Ciudad Real, que se halló accidentalmente en el sitio de la catástrofe. Parece que estando ya muy cerca la máquina esploradora, y al ver a dos niños que se hallaban en medio de la vía, se arrojó valerosamente, y cogiendo a entrambos y tirando de ellos, cayeron los tres a tan corta distancia de la barra, que a uno de ellos le rozó un zapato la rueda de la misma máquina. Es verdaderamente digna de elogio la conducta del joven Aranda. La misma correspondencia dice que los muertos que quedaron sobre la vía son seis; uno que falleció después, y algunos que sucumbirán probablemente de los veinte y siete que existen de gravedad.

Al fín hoy podemos dar noticias directas y circunstanciadas de los sucesos de Daimiel, de donde hemos recibido de persona autorizada [¿el alcalde?] esta interesante carta:

"Daimiel, 12 de diciembre de 1866. Apenas restablecidos de la sensación que ha producido en nuestra alma la tristísima catástrofe que presenció este pueblo en la por tantos conceptos inolvidable tarde del 9 del corriente, vamos a describirla detalladamente, en cuanto nos sea dable, con el objeto de que su lectura en LA ÉPOCA pueda servir de provechosa lección al público, siempre impaciente en las grandes reuniones populares, y para que España entera sepa también hasta donde alcanza la inagotable y nunca bastante ensalzada munificencia de nuestra augusta Reina, tal como la rápida solicitud que en tan triste ocasión ha desplegado el gobierno de S.M., y que tanto agradecen los atribulados habitantes de la primera y más populosa población de esta provincia. En masa, y poseída de entusiasmo por saludar a la que estos laboriosos y sencillos habitantes llaman su madre en el lecho del dolor y de la muerte, acudía toda ella en tropel a la estación del ferro-carril para demostrar allí a la Segunda Isabel su inmensa gratitud por los grandes beneficios que han traído a esta localidad las importantes obras públicas realizadas en su reinado. Eran las dos y cuarto de la tarde cuando la estación y sus avenidas estaban ya cuajadas de seres vivientes, creciendo en impaciencia a medida que el jefe de ésta y la benemérita Guardia Civil procuraban con sus advertencias separar a muchos de ellos de un peligro visible. Una fatal equivocación produjo la catástrofe más sensible que se registra hasta hoy en la historia de nuestros ferro-carriles, pues creyendo algunos que el silbido con que anunciaba su paso por la vía la máquina esploradora que a gran velocidad (75 km por hora) precedía al tren real, era el de éste, que, según el programa publicado, debía detenerse diez minutos en la estación, no cuidaron de separarse de la sección de aquella, comprendida entre el estremo de ésta y sus plataformas. Una y más veces sonó el pito de tan triste recuerdo ya para Daimiel. El viento cedía su paso a la máquina, y cuando su director, que parece era la primera vez que corría por esta línea, vió la inmensa catástrofe que iba a tener lugar, pidió freno, acortó cuanto pudo el vapor, pero todo era ya inútil para impedir lo que la desgracia había dispuesto. La locomotora se echó encima de la apiñada muchedumbre con la rapidez del rayo, arrolló cuanto encontró a su paso, y el tristísimo ¡ay! de un pueblo entero demostró todo el horror de lo que en aquel momento pasaba ante sus ojos. Fue esta una escena indescriptible y lo hubiera sido mayor aún, si cabe, si el cenicero de las máquinas no hubiera sido el áncora de salvación de catorce o diez y seis personas que hoy deben a él su vida, y a quienes no cupo providencialmente la triste suerte que a los ocho muertos, cuatro heridos de suma gravedad, y veinte y tres con fracturas de piernas y contusiones de mayor o menor importancia. ¡Tal es la exacta historia de tan lamentable suceso!"

"Pero el Poder omnipotente, que lo había permitido, también tenía dispuesto que veinte minutos después, viva aún la natural consternación de cuantos lo presenciamos, llegase nuestra Reina al teatro de tan lúgubre escena para llevar la noble misión de mitigar, en cuanto es dable, tanto dolor, y enjugar tantas lágrimas, hasta donde es dado, a la generosidad humana. En medio del entusiasmo de que era objeto, supo por el sr. Dr. Gral. de Obras Públicas lo que acababa de ocurrir, y alli mismo pudimos ver todo su interés y maternal solicitud, y con lágrimas en sus ojos la hemos oído ofrecer socorros de importancia para tamaña desgracia. Desde la primera estación [Almagro] se pidieron de su orden por el telégrafo noticias del suceso, y mientras a las diez de la noche el Excmo. sr. ministro de Fomento preguntaba de R.O. desde Ciudad Real a este alcalde el número exacto de muertos y heridos, el de la Gobernación por su parte anunciaba al presidente de la corporación popular, que hacía salir desde esa corte en un tren especial médicos bastantes, ofreciendo todos los recursos necesarios y exigiendo detalles, al paso que los dignos párrocos de Daimiel, correspondiendo a su elevado ministerio y asociados de algunos mayores contribuyentes, conferenciaban en la capital de la provincia con el Excmo. Sr. de Rubianes para que S.M. conociese toda la intensidad de la desgracia. A las siete de la mañana de ayer, y antes que S.M. abandonara la capital de la provincia, había dispuesto se entregaran de su bolsillo particular 40.000 reales de vellón a la Junta creada para atender al socorro de los heridos y auxilio de las familias de los muertos, algunos de cuyos huérfanos parece acogerá bajo su real protección."

"El sr. ministro de la Gobernación secundaba a su vez la regia caridad, disponiendo "

18-XII-1866: Según LA ESPAÑA, la visita de SS. MM. en Daimiel a los heridos fue en estremo conmovedora. Estos se hallaban colocados en una gran sala, especie de hospital provisional dispuesto al efecto. Los Reyes se enteraron detenidamente del estado de todos, de la situación y recursos de sus familias, dirigieron palabras de consuelo a casi todos y dejaron un considerable donativo.

El Ayuntamiento de Daimiel acordó en pleno colocar una placa de mármol en la fachada del nº 35 de la calle Arenas, que conmemorase la regia visita del 16 de diciembre de 1866. Acuerdo municipal que aún espera llevarse a cabo.

Sexenio Revolucionario

Primer Gobierno Provisional del General Serrano (1868-1870)

Reinado de AMADEO DE SABOYA (1870-1873)

I República (1873)

Segundo Gobierno Provisional del General Serrano (1874)

Reinado de ALFONSO XII (1874-1885)

Según carta de 1881 del Secretario de Cámara del Obispado-Priorato a Marcelino Menéndez y Pelayo, se publicó en Daimiel un semanario de corta vida llamado El Criterio, afín a la secta espiritista.

Los días 12 y 13 de diciembre de 1884 estuvo Alfonso XII en Daimiel para una cacería de patos en las Tablas. Comba, director de La Ilustración Española y Americana, dibujó sendos grabados de la regia jornada, figurando en uno de ellos la carambola que realizó el rey al matar dos piezas de un solo tiro de escopeta.

Regencia de Mª. Cristina de Austria-Hungría

El 21 de agosto de 1887, la Reina Regente doña María Cristina concedió a la hasta entonces villa el título de ciudad. Daimiel en aquel momento tenía una población de 12000 habitantes.

En la tarde del martes 6 de mayo de 1890 ocurrió la desgracia de perecer ahogados, al atravesar en un bote la charca nombrada El Cachón de la Leona, el ingeniero agrónomo jefe de la Comisión Técnica Provincial para la extinción de la plaga de langosta, el teniente de alcalde Salvador Torres, el alguacil Vicente Madridejos, y el joven estudiante de 17 años Manuel Mauri, de nombrada familia daimieleña. El auxiliar del ingeniero Juan José Villegas, que se quedó esperando en la orilla, sólo pudo observar impotente cómo se hundían los infelices en lo más profundo de las caudalosas Tablas. Levantó los cadáveres, que se fueron encontrando durante la noche y la mañana siguiente, el juez Otón Peñuelas; actuando de forense el médico Gaspar Fisac. El Ayuntamiento costearía el funeral y entierros de las víctimas del accidente.

En varios de sus Episodios Nacionales el escritor Benito Pérez Galdós menciona a Daimiel.

Siglo XX

Crisis del Estado Liberal.

Radicalismos extremistas.

La España democrática actual.

Reinado de ALFONSO XIII (1886/1902-1931/1941)

Dictadura del General Primo de Rivera (1923-1930)

II República (1931-1939)

La Guerra Civil (1936-1939)

El 18 de julio de 1936, tras la sublevación el día anterior de la mayoría del ejército en Marruecos, comenzó la última Guerra Civil Española, quedando rápidamente la provincia de Ciudad Real fuera de los frentes de batalla. Durante los primeros días de octubre de 1937 se asentó el cuartel general del “XX Cuerpo de Ejército”. Además existe constancia de la presencia de un aeródromo y un hospital de sangre.

Daimiel al igual que el resto de la zona, jugó un papel importante como reserva económica de la República durante la Guerra Civil, localizándose tres importantes colectividades agrarias en su término, una de la UGT, otra de la CNT y otra del PCE. La más importante fue sin lugar a dudas la primera de ellas, contaba con 850 afiliados mientras la segunda de ellas acogía a 600 miembros. Ocupaban las fincas más importantes de Daimiel, como Zacatena, Ardales, Casablanca, Encinas, Madara, Nava, Navaseca, etc. Se producía gran cantidad de productos agrícolas y ganaderos que sirvieron para alimentar a sus integrantes y al ejército republicano.

El 5 de marzo de 1939 Daimiel fue tomada al asalto por unidades militares del PCE, acción fruto del suicida enfrentamiento entre las distintas facciones de "la España roja", ya en descomposición; tras unos días los comunistas se rindieron a las tropas gubernamentales republicanas de Ciudad Real. Daimiel fue "liberada" por el ejército franquista en la noche del 29 de marzo; las tropas nacionalistas entraron por El Cristo bajando la calle Magdalena entre el delirio entusiasta de los daimieleños que, enarbolando la bandera roja y gualda, gritaban vivas a España y al Caudillo. Aún quedan testigos presenciales que nos han narrado esta, por otra parte, lógica reacción popular.

Dictadura del General Franco (1936-1975)

Reinado de JUAN CARLOS I (1975/1977-...)

Museo Comarcal de Daimiel

Plato tricolor S.XVII

El Museo Comarcal de Daimiel se ha convertido en un referente clave para entender la vida en Daimiel y su entorno y para conocer su patrimonio cultural. A través de cuatro ejes temáticos (historia, tecnología, territorio e ideas y creencias) el recorrido por sus salas nos permite descubrir un legado de más de 4000 años de antigüedad: desde la Edad del Bronce, con el yacimiento arqueológico de la Motilla del Azuer, hasta nuestros días.

Galeria Casa de los Carrillo S.XVI

Además, el Museo rinde homenaje a tres daimieleños que han destacado por su trabajo: el arquitecto Miguel Fisac, genial inventor y creador de diversas soluciones constructivas que le han dado prestigio internacional, Vicente Carranza, a quien pertenece la colección de cerámica más importante de España con más de 5000 piezas, y el pintor Juan D'Opazo, figura entrañable entre sus paisanos.

Cuenta con un Departamento de Didáctica y de Actividades que intenta hacer del Museo un espacio vivo y abierto a través de visitas guiadas, talleres didácticos y actividades extras como cine, teatro, música, conferencias, espectáculos y juegos, entre otros. También en periodo de vacaciones. Tiene servicio de audioguías gratuito.

Patrimonio Artístico

Fuente de "La Manola" en el Parterre. Al fondo la Parroquia de Santa María.

Daimiel ha sufrido una evolución, en su aspecto formal, similar a la que han vivido la inmensa mayoría de las ciudades y pueblos del país, en este caso transformando, sin una planificación especialmente definida su aspecto manchego, se conserva por lo tanto sólo a grandes rasgos, lo que ha terminado en la creación de un entorno apacible y acogedor con una gran zona peatonal en el centro, que invita al paseo.

La Iglesia de Santa María la Mayor está situada en el Parterre, su origen probablemente sea templario, debido a que se han encontrado multitud de huellas de esta orden. Reconstruida y ampliada en épocas posteriores por la Orden de Calatrava. En la fachada norte, se encuentra la Puerta de la Umbría, de arco ojival con dos arquivoltas, en la fachada de poniente, existe otra puerta, de arco gótico, tapiada, y en la fachada del mediodía está la Puerta del Sol, protegida por un pórtico de tres arcadas con arco acortinado de origen renacentista. La torre está dividida en tres cuerpos, reconstruida en 1818.

La Iglesia de San Pedro Apóstol nació como consecuencia del crecimiento de la población y la licencia del emperador Carlos V el 10 de febrero de 1542. Declarada Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento Nacional en 1989. Situada en la plaza del mismo nombre.

De planta de cruz latina, orden dórico, bóvedas de ladrillo y arcos torales en piedra; en crucero y ábside las bóvedas son de crucería.Poseía un gran retablo barroco destruido por los republicanos en la Guerra Civil, el actual es obra del escultor Alfredo Lerga Victoria, inaugurado en 1948.

Parroquia de San Pedro Apóstol (nevada).

En el ábside hay algunas pinturas modernas realizadas por el daimieleño Juan D'opazo. Al altar mayor abren dos puertas, la de la derecha se dirige a la Capilla del Pilar, y la de la izquierda conduce a la sacristía. Durante el siglo XVIII se construyeron dos coros: uno alto, que se conserva en la actualidad y, otro bajo ya desaparecido. Tiene dos puertas, la puerta principal y otra a los pies de la nave de estilo renacentista recientemente restaurada. La torre es de planta cuadrada en final octogonal.

De mediados del siglo XVII, fundado en la antigua ermita de la Santísima Trinidad, con autorización del Rey Felipe IV. De origen renacentista son notables sus ejemplos de arquitectura civil y popular decimonónicos, de dos plantas, zócalos y bases de piedra, entablamento y cornisa de revoco y restos de ladrillo. Residen en él algunas monjas de clausura.Se puede visitar en plaza y calle del mismo nombre.

Situada al final de la calle Jesús, en una pequeña y coqueta plaza se encuentra la ermita de La Paz, antiguo Convento de religiosas Carmelitas descalzas desde 1615.

La Plaza de España es punto vital de paseo y encuentro de los daimieleños, auténtico corazón de la ciudad, es el lugar preferido para el paseo y el ocio y lugar de celebración de los actos más significativos e importantes.

Su origen se remonta a otra cuyos soportales estaban encalados y las columnas formadas de pies derechos de madera, denominada “Plaza de los portales blancos”. A partir de finales del siglo XIX, los pies derechos fueros reemplazados por columnas de hierro.

En la misma Plaza de España, se encuentra el Olivo Milenario. A finales de enero de cada año, se celebra una fiesta popular donde han ido a varear José Antonio Camacho (entrenador de fútbol), José Mota (de Cruz y Raya), el Club Balonmano Ciudad Real y otras personas del mundo de la televisión y otros ámbitos.

Plaza de España. En primer plano el olivo milenario.

El Teatro Ayala está situado en la calle Gregorio Molinero, junto al Parterre. Verdadero monumento civil, su construcción data del año 1884, de estilo constructivo próximo al clasicismo formal de la época. Se trata del difundido tipo de teatro en herradura, compuesto de un sistema de palcos. La fachada presentaba una serie de elementos decorativos: pilastras, capiteles, ménsulas y relieves geométricos, hoy totalmente inexistentes.

En 1943 sufre una reforma, pasando de teatro en herradura con palcos a cine con entresuelo. En fechas actuales se realizó una completa remodelación interior, dando lugar a un bello y coqueto espacio para múltiples usos.

Miguel Fisac es un gran arquitecto daimieleño de prestigio internacional padre y precursor de lo que se dio en llamar “Arquitectura Orgánica”. Son obras suyas el Mercado Municipal y el Antiguo Instituto Laboral. Pertenecientes a la segunda mitad de este siglo, ejemplos significativos y dignos de visitar, el Mercado Municipal está situado en la esquina de la calle Santa Teresa con Ruiz Valdepeñas. En el Parque de Nuestra Sra. del Carmen se encuentra el antiguo Instituto Laboral, otra gran muestra de su obra y que ahora ocupa el Centro del Agua.

El Centro de Interpretación del Agua y los Humedales Manchegos, antiguo Instituto Laboral, se encuentra en el parque Municipal, salida de la carretera de Daimiel a Madrid, la visita es obligatoria para conocer mejor los aspectos naturales, sociales, económicos e históricos relacionados con el agua en la región y, el P.N. de las Tablas de Daimiel.

Fiestas de interés

Stmo. Cristo de la Columna a su salida de la parroquia de San Pedro el Jueves Santo.
  • Carnavales: El desfile de carrozas se realiza el domingo anterior al de piñata, al cual asisten numerosas asociaciones culturales de la región. Cada año se otorga la "Máscara Guarrona", una distinción destinada a un ciudadano destacado por su participación en estas fiestas. El martes de carnaval, muy popular en Daimiel, es más conocido como "El día del Río", en el cual las máscaras Guarronas visitan el río Azuer a la salida del pueblo.
  • Semana Santa: La Semana Santa de Daimiel fue declara de interés turístico regional en el año 2002. Comienza el Domingo de Ramos con “La borriquilla”, donde los niños de las diferentes cofradías con sus respectivas túnicas desfilan acompañando a la imagen de Jesús a su entrada en Jerusalén. El Martes Santo por la noche, desde la ermita El Cristo de la Luz hace su desfile procesional a modo de Viacrucis la Archicofradía de la Pasión, que en el año 2007 cumple su primer centenario. El Miércoles Santo desde la Iglesia de San Pedro Apóstol hace su desfile procesional a modo de Viacrucis la Archicofradía de “El Cristo de Consuelo (que mantiene un acuerdo con la cofradía del Cristo del Sepulcro por el cual la imagen central de esta cofradía desfila el Viernes Santo). El Jueves Santo por la noche hace su desfile procesional desde la parroquia de San Pedro Apostol la Cofradía del Santísimo Cristo de la Columna y Nuestra Señora de la Amargura, conocida popularmente como “los Coloraos”. Esta es la cofradía pasionaria más antigua de la localidad, se desconoce la fecha exacta de su fundación pero ya era nombrada en las Relaciones topográficas de Felipe II, mandadas hacer en 1575. Posee una maravillosa talla de la Virgen de la Amargura, obra del imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci. El Viernes Santo, con el primer rayo de luz, sale desde la Iglesia de la Paz una de las cofradías más grandes de España, la de Nuestro Padre Jesús Nazareno con 5009 hermanos. Ese mismo día por la tarde, desde la Iglesia de Santa Maria sale la cofradía de El Cristo de la Expiración y Nuestra Señora de los Dolores, conocidos popularmente como los Blancos. Por la noche, desde la Iglesia de San Pedro Apóstol, salen las cofradías de El Cristo del Sepulcro (los Negros), que cuenta con una maravillosa talla de Antonio Castillo Lastrucci y con uno de los últimos tronos realizados por Guzmán Bejarano antes de su fallecimiento y la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad (los Corbatos), que vuelve a salir a hombros de sus cofrades (como en sus inicios). El Sábado Santo sale a las calles de Daimiel la última cofradía, la de Maria Desolada, Reina de los Mártires, conocida popularmente como los Capuchinos
  • Día de la Sartén: Se celebra la tercera semana de junio, y suele reunir a más de un millar de participantes. Se cocinan platos típicos de la zona como migas, gachas o pisto, y termina a altas horas de la madrugada con una chocolatada y al ritmo de una orquesta.
  • Festividades de barrio: En los distintos barrios de Daimiel también se celebran fiestas propias, en las que participan activamente vecinos y vecinas: San Antón: 16 de enero; La Paz: 24 de enero; El Alto: 1 de mayo; San Isidro: 15 de mayo; Don Quijote: Primera quincena de junio; San Juan: Noche del 23 de junio; San Cristóbal: Primera quincena de julio; La Albuera: Primera quincena de julio; El Carmen: 16 de julio; San Roque: Mediados de agosto; Los Cubos: Noche del 13 a 14 de septiembre.
  • Feria y fiestas: Tiene lugar entre el 31 de agosto y el 5 de septiembre. Hay distintas atracciones, puestos comerciales, y además en el auditorio tiene lugar los conciertos. El día 1 de septiembre es la fiesta mayor de la patrona, Nuestra Señora de las Cruces, y en cuyo honor se celebran las fiestas.
  • Romerías en honor a La Patrona: Se celebran en honor a la Virgen de las Cruces, en su santuario. Se celebran el domingo de Pentecostés (finales de mayo, primeros de junio) y el segundo domingo de septiembre. Tradicionalmente la gente pasa todo el día bien en familia, bien entre amigos, bebiendo y comiendo lo más típico de nuestra gastronomía.
  • Fiesta del Olivo Milenario: Se celebra en el mes de noviembre, cuando en torno al Olivo Milenario se celebran diversos actos culturales y festivos que culminan con la Varea, que ha contado con personajes como José Antonio Camacho, José Mota o el equipo del Club Balonmano Ciudad Real.
  • Día de Juan D'opazo: Los jóvenes salen a pintar a los parques o las plazas de Daimiel para recordar a este pintor daimieleño. Se celebra a finales de mayo o a principios de junio.

Gastronomía

La comida que podemos degustar en Daimiel es la típica cocina manchega basada en productos de la tierra, carnes y caza, además de los buenos quesos curados y de los productos de matanza. Las gachas, las migas con panceta y uvas y, como no, el famoso pisto manchego son los platos más representativos de la localidad, pero sin olvidar los postres, muy variados: flores, rosquillas y torrijas. Los vinos de la región son de gran calidad y tienen Denominación de Origen La Mancha.

Economía de Daimiel

La agricultura es el sector económico más importante de esta localidad. El viñedo puede considerarse el cultivo básico en la zona.

Dentro de la variedad de viñedo cultivado destaca: la Airén, ocupando el 95% de la superficie total, seguida en menor proporción por la Cencibel y Chelva.Se produce como cultivo único o como cultivo asociado, generalmente con el olivo.

55% de la superficie total, mientras el 25% pertenece a grandes propietarios de carácter latifundista. Los ganaderos daimieleños destinan a la venta el 80% de la producción láctea, el resto es para la elaboración de quesos acogidos a la Denominación de Origen Queso Manchego. Un buen ejemplo es la llamada finca de Zacatena antigua dehesa con ganado propio que elabora un buen queso bajo la marca “Dehesa de Zacatena”. El ganado vacuno casi ha desaparecido, el ganado equino prácticamente no existe; la causa, la mecanización de las tareas agrarias. El resto de ganaderías son prácticamente anecdóticas en esta localidad.

Destaca la actividad textil, madera, agroalimentarios e industrias tradicionales. El sector servicios con el comercio y la hostelería son dos piezas claves en la economía daimieleña. En el comercio, son las tiendas de ropa, se puede decir queencontrar cualquier marca no sólo es posible, sino que, además los precios, ofertas y rebajas en temporada, son los de cualquier gran ciudad. Por lo que sirve de centro comercial para los pueblos de la comarca.

La actividad textil durante los años noventa contaba con una gran importancia en el sector industrial daimieleño, contabilizados numerosos talleres de confección, que daban empleo mayoritariamente a mujeres. La facturación textil, según fuentes del propio sector, superaba los tres mil millones de pesetas anuales en estos años. Hoy en día practicamente ha desaparecido, de hecho el estandarte de la actividad "Contusa" ya ha pasado a la historia, siendo una de las últimas en cerrar sus instalaciones.

La construcción, es el sector más dinámico de la economía daimieleña, son multitud las pequeñas empresas constructoras dedicadas principalmente a la subcontratación de sus servicios con grandes corporaciones, que dan empleo a unas dos mil personas entre fijos y eventuales. La mayor parte de estos albañiles trabajan en Madrid. El desarrollo de la construcción ha producido, indirectamente el impulso de las empresas de transporte de toda la provincia. Desde marzo de 1998 (fecha en que fue inaugurado) cuenta Daimiel con su primer Polígono Industrial situado en un lugar privilegiado. Con excelentes infraestructuras y comunicaciones; la estación del AVE en Ciudad Real, la autovía Madrid-Sevilla, el enlace con el ferrocarríl Norte-Sur, la futura autovía Lisboa-Valencia, el Gasoducto.. En el año 2006 se inaugura el segundo Polígono Industrial de Daimiel, denominado Polígono Industrial Daimiel Sur. Y este mismo año es aprobado el tercero, denominado Complejo Industrial Alto Guadiana. Infraestructuras que permiten dotarlo de unos servícios punteros a nivel tecnológico, que hacen que Daimiel tenga un potencial de crecimiento extraordinario.

Famosos daimieleños y daimieleñas

  • Monseñor don Antonio Astillero Bastante: Protonotario Apostólico de Su Santidad en España. Deán-Presidente del Cabildo metropolitano de la Catedral de Sta. María la Real de la Almudena. Capellán del Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid. Capellán, Asesor y Presidente Honorario de la Hermandad-Asociación de Ntra. Sra. de las Cruces de daimieleños residentes en Madrid.
  • M.I. don Jorge Borondo Romero: Dr. en Teología, catedrático del seminario de Madrid, Canónigo de la Primada y profesor del seminario toledano (ss. XIX-XX).
  • Vicente Carranza Escudero: Ceramista, e importante coleccionista de cerámica antigua.
  • Maestro Pedro Carrasco: Músico, y gran tenor del siglo XVII. Se fue a las Indias, donde murió.
  • Lope Carrillo de Figueroa (1619-1668): Hidalgo y regidor perpetuo de la villa, hijo de Melchor Carrillo de Mora y Lerma & doña Jerónima Pinel de Figueroa, a quien mencionaba la daimieleña calle de don Lope (actual calle Méndez Núñez); casado con doña María Treviño.
  • Carrillo de Lerma / Mora / Figueroa / Treviño: Linaje de origen burgalés y ciudarrealeño afincado en Daimiel demediado el siglo XVI, y con sucesión agnaticia hasta el siglo XIX. Parece ser que la calle de Lerma ha de aludir a alguno de los hidalgos de la villa con ese apellido; probablemente por tener allí sus casas principales [Véase Museo Comarcal & Bibliografía].
  • Frey don Manuel Carrillo y Poveda: Del hábito de Calatrava, Prior de Sta. María la Mayor. Académico de la Real de la Historia. Capellán de Honor de S.M. (+ 1881).
  • Beato Álvaro Santos Cejudo Moreno: (1880 - 1936) Esposo de María Rubio Márquez (+ 1931), fue padre de siete hijos; de los que dos fueron monjas. Trabajaba de maquinista en la RENFE, dando siempre testimonio de su fe cristiana. Recibió la corona de mártir (es el primer santo seglar de toda la diócesis) por el amor de Dios la noche del 17 de septiembre en el cementerio de Alcázar de San Juan, donde lo fusilaron, tras pasar muchas penalidades en la cheka. La Santidad de Benedicto XVI aprobó el martirio de Monseñor Narciso de Esténaga, Obispo de Ciudad Real, y sus compañeros diocesanos en 2006. La solemne ceremonia de Beatificación de los Mártires Castellano-Manchegos de la última Guerra Civil se celebró en la Plaza de San Pedro de Roma el 28 de octubre de 2007, con multitudinaria asistencia de fieles españoles y estando representados los gobiernos nacional, autonómico y municipales.
  • Francisco Córdova y López: Abogado. Gobernador de provincia, del partido progresista (s. XIX).
  • Juan & Manuel Chacón:
  • Juan D'opazo: Pintor y escultor, maestro de muchos otros (1910-1998).
  • Pedro Estala: Escolapio. Famoso literato afrancesado (1757 - Auch, 1815).
  • Dr. Gaspar Fisac y Orovio: Médico del s. XIX. Poeta.
  • Miguel Fisac: Arquitecto de renombre mundial (1913 - Madrid, 2006). Es suya la calle Arquitecto Miguel Fisac en Daimiel.
  • Dr. Juan Alonso y de los Ruizes Fontecha: Catedrático de vísperas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Alcalá. Lexicógrafo, autor de tres apreciados libros de su ciencia (1598 / 1606 & 1611). La calle de Fontecha le está dedicada.
  • Dr. Pedro Gómez de Medina: Colegial de S. Ildefonso (Alcalá) en 1508. Fundó, con las rentas de los beneficios de sus prebendas, tres becas para que sus parientes y los daimieleños pobres pudieran asistir a la Universidad.
  • Dom Antonio de Heredia, O. S. B.: Benedictino. Abad de varios monasterios, Definidor mayor y General de la Congregación de España e Inglaterra. Autor de una provechosa Vidas de Santos... de N.P.S. Benito, en 4 tomos in folio (1683).
  • Fernando de Ibarra y Padilla: Hidalgo daimieleño. En 1770, con el beneplácito regio, levantó dos fábricas textiles en Madrid y Daimiel; ésta última funcionaría hasta 1775 [V. Edad Moderna].
  • Madre Isabel de San Pablo, O.C.D.: Carmelita Descalza. Priora del convento de Sta. María de la Paz; nos dice Hervás que fue de gran virtud y estuvo adornada del don de la profecía.
  • Pedro López Villaseñor: Escultor tallista del s. XVIII.
  • Dres. Pedro & Gustavo Lozano: Médicos del siglo XX.
  • Padre Cristóbal de Madrid, S. J.: Teólogo consultor del Sacro Colegio de Cardenales. Asistente del General de los Jesuitas (+ Roma, 1573).
  • Madre María de Jesús, O.C.D.: Carmelita Descalza. Monja profesa en Malagón, compañera de Santa Teresa; su rara prudencia y virtud hizo que la destinaran a hacer varias fundaciones, entre ellas la de Madrid.
  • Luís Carlos Martín y Martín-Consuegra: Músico, y compositor, entre otras, "De Granada a Daimiel".
  • Daniel Moreno Cervera: Notario del Reino. Delegado muchos años del Partido Liberal en Daimiel, y su distrito (1868 - Las Rozas de Madrid, 1936).
  • Don Manuel Muñoz de Morales y Sánchez-Valdepeñas: Profesor del Seminario Central (ss. XIX/XX).
  • Manuel Naranjo: Abogado de fama en la región, Consejero Provincial y Diputado a Cortes por el partido republicano (Villarrubia de los Ojos - Daimiel, 1º/X/1906).
  • Emilio Nieto: Abogado. Político liberal, forjador de un largo cacicazgo en Daimiel y su partido, desde fines del siglo XIX hasta 1907.
  • Javier Noval: Poeta incluído en Mar Interior, Antología de Poetas Castellano-Manchegos, nacidos tras de la Guerra Civil. Su obra más destacada es "Escenografía de Urgentes", de 1988.
  • Frey don Manuel de Oviedo y Treviño: Del hábito de Calatrava, Prior de Sta. María la Mayor. Autor del Novenario a Ntra. Señora de las Cruces.
  • José Antonio Pecharromán: Ciclista profesional (Cáceres, 1978).
  • Federico Pinilla:
  • Anselmo Ramírez de Arellano y Díez de Belmonte: Oficial del Cuerpo Armado del Resguardo en la Corte. Héroe del 3 de Mayo de 1808 fusilado en la Montaña del Príncipe Pío de Madrid por los franceses y enterrado en el cementerio de la Florida. Figura en el famoso cuadro Los fusilamientos... de Goya.
  • Carlos Redondo: Cantante de copla y canción española.
  • Prof. Dr. Carlos Risueño: Catedrático de Patología en la Escuela de Veterinaria de Madrid (1827-36).
  • Ramiro Romo: Profesor de música. Excelente pianista y prolífico compositor (1868-1938).
  • José Ruiz de la Hermosa: Joven daimieleño, militante de Acción Popular Agraria Manchega, asesinado en un mitin socialista celebrado en el Teatro Ayala de Daimiel, durante la Segunda República (+ 2-XI-1933).
  • Don Tiburcio Ruiz de la Hermosa: Cura párroco de San Pedro Apóstol (s.XX). La calle de don Tiburcio, y la Travesía, le están dedicadas.
  • Luis Ruiz-Valdepeñas Utrilla: Diputado a Cortes por la CEDA e Independientes de Derechas (+ 1936).
  • Eugenio Sánchez Bermejo: Pintor y escultor.
  • Prof. Dr. Jesus Simal Lozano: (1938) Catedrático de Farmacia en la Universidad de Santiago de Compostela, en 1975. Académico de número de la Academia de Farmacia de Galicia, en 2002.
  • Dr. Francisco Tomás Alegre: Médico del s. XVIII.
  • Sor Consuelo Utrilla Lozano: (1925-1956) Monja de las MM. Mínimas Recoletas de San Francisco de Paula (convento de Sta. María de la Victoria), declarada Venerable por la Iglesia. En proceso de beatificación.
  • Luis Miguel Vázquez: Matador de toros (1980).
  • Doña Guiomar de Zambrana y Godoy: Hidalga de Daimiel, por quien se nomina la calle de doña Guiomar en la villa desde el s.XVIII.

Bibliografía

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Hermanamientos

La ciudad de Daimiel está hermanada con:

Véase también

Enlaces externos