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Dentro de esta especie también podemos empezar a hablar sobre pequeños grupos con una cohesión social, ya que según estudios paleontológicos de diferentes restos se han hallado, por ejemplo, mandíbulas totalmente edentadas; esto indica que el anciano, tras perder su dentadura, siguió viviendo ayudado por sus congéneres. Esto se traduce en una conducta diferencial a la hora del tratamiento de sus cadáveres ([[Sima de los Huesos]]). El estudio de las dentaduras de los heidelbergensis también revela otro aspecto evolutivo de sumo interés: los [[molar]]es y la dentadura definitiva recién les aparecían entre los 5 y 6 años tras ser paridos (en un [[chimpancé]] actual esto ocurre hacia los 3 años), si se considera que un individuo ''no'' puede alimentarse por cuenta propia hasta tener bien desarrollada su dentición esto induce a pensar que los heidelbergensis estaban caracterizados por una prematuración que implicaba un prolongado cuidado de las crías con el posible establecimiento de fuertes [[relación afectiva|relaciones afectivas]] entre los individuos, la existencia de fuertes relaciones afectivas habría cohesionado a las "sociedades" heidelbergensis de un modo que les capacitaba para, por ejemplo, desarrollar eficaces estrategias de caza y de supervivencia en general.
Dentro de esta especie también podemos empezar a hablar sobre pequeños grupos con una cohesión social, ya que según estudios paleontológicos de diferentes restos se han hallado, por ejemplo, mandíbulas totalmente edentadas; esto indica que el anciano, tras perder su dentadura, siguió viviendo ayudado por sus congéneres. Esto se traduce en una conducta diferencial a la hora del tratamiento de sus cadáveres ([[Sima de los Huesos]]). El estudio de las dentaduras de los heidelbergensis también revela otro aspecto evolutivo de sumo interés: los [[molar]]es y la dentadura definitiva recién les aparecían entre los 5 y 6 años tras ser paridos (en un [[chimpancé]] actual esto ocurre hacia los 3 años), si se considera que un individuo ''no'' puede alimentarse por cuenta propia hasta tener bien desarrollada su dentición esto induce a pensar que los heidelbergensis estaban caracterizados por una prematuración que implicaba un prolongado cuidado de las crías con el posible establecimiento de fuertes [[relación afectiva|relaciones afectivas]] entre los individuos, la existencia de fuertes relaciones afectivas habría cohesionado a las "sociedades" heidelbergensis de un modo que les capacitaba para, por ejemplo, desarrollar eficaces estrategias de caza y de supervivencia en general.
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== Referencias ==
== Referencias ==

Revisión del 18:51 13 ene 2010

 
Homo heidelbergensis
Rango temporal: Pleistoceno medio
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase: Mammalia
Orden: Primates
Suborden: Haplorrhini
Infraorden: Simiiformes
Superfamilia: Hominoidea
Familia: Hominidae
Género: Homo
Especie: H. heidelbergensis
Schoetensack, 1908

El Homo heidelbergensis (apodado "Goliath") es una especie extinta del género Homo, que surgió hace más de 500.000 años y perduró al menos hasta hace 250.000 años (Pleistoceno medio). Eran individuos altos (1,75 m) y muy fuertes (llegarían a 100 kg), de grandes cráneos (1.350 cm³) muy aplanados con relación a los del hombre actual, con mandíbulas salientes y gran abertura nasal. Se le dio el nombre porque los primeros fósiles fueron descubiertos cerca de Heidelberg (Alemania).

Evolución

Es un antepasado directo del Hombre de Neandertal en Europa; aun cuando es muy similar a los Homo sapiens arcaicos encontrados en África (por ejemplo: Homo rhodesiensis y Homo sapiens idaltu); se sabe hoy que H. heidelbergensis no fue antepasado directo de los humanos modernos. Entre Homo antecessor, una especie poco conocida, basada en fósiles de las colinas de Atapuerca, en España, y los H. neanderthalensis, existió esta especie (H. heidelbergensis). Presenta en general caracteres intermedios entre H. erectus / Ergaster y el H. sapiens.

Presenta un thorus occipital hendido (en el Homo erectus tal thorus, o cresta, es continua) y una gran capacidad neurocraneal. Si en los Homo erectus la dieta probablemente fue basada en el cleptoparasitismo, el carroñeo (que aportaban proteínas y grasas de buena calidad) y un régimen de alimentos vegetales en el Homo heidelbergensis se hace patente un predominio de la dieta carnívora con evidencias de caza; la presión evolutiva para que entre los heidelbergensis se desarrollara la caza habría estado en las condiciones ecológicas del territorio que colonizaron: Europa era fría y durante seis meses existían muchos menos recursos alimenticios obtenibles de vegetales que en África, el carroñeo y el cleptoparasitismo (robar presas a los animales predadores) no aportaba suficientes nutrientes, esto habría inducido (por selección) a la aparición de conductas sociales dedicadas a la caza: bandas de heidelbergensis se organizaban para perseguir a otros animales y ultimarlos en trampas naturales (precipicios, pantanos) o arrojándoles grandes hachas líticas bifaces e, incluso, rústicos venablos de madera aguzada.

Fósiles

El más antiguo de los fósiles de la especie es una mandíbula inferior encontrada por el trabajador de una mina en Mauer, cerca de Heidelberg. Posteriormente, en una cueva llamada Caune de l'Arago, en Francia, se encontraron los restos fragmentarios de una docena de individuos. El más completo es la cara y parte de la caja craneana de un individuo conocido como Hombre de Tautavel, que tiene gran parecido al cráneo del Hombre de Petralona, encontrado en una cueva en Grecia.

Otros sitios donde se han hallado fósiles de esta especie son Steiheim (Alemania), Swascombe (Inglaterra) y la Sima de los Huesos en la Sierra de Atapuerca (España), donde se encontraron 5.000 fósiles pertenecientes a unos 30 individuos, que datan de hace 400.000 años, considerados antepasados de los neandertales, restos estos que están muy bien conservados; entre ellos destacan el cráneo número 5 (llamado popularmente "Miguelón") que está completo, y del cual recientemente se realizaron estudios que dan cuenta de una lateralidad en el cerebro (era diestro),[1]​ y una pelvis muy bien conservada de un individuo conocido popularmente como "Elvis". En China se han encontrado fósiles que concuerdan con este grupo, en el sitio de Dali; un cráneo de hace 280.000 años, y un esqueleto en Jinniushan.

Hay que notar que en Terra Amata (Francia), se encontraron restos de refugios construidos durante la época de H. heidelbergensis. Estos refugios tenían una forma ovalada, con veinticinco pies de largo y veinte de ancho. Dentro del refugio se encontraron restos de ceniza.

Se han encontrado fósiles relacionados con esta especie en África en los sitios de Bodo, al noreste de Etiopía, con un ejemplar más robusto pero similar que data de hace 600.000 años, y en Kabwe (Zambia). También en Lago Ndutu (Tanzania). Los huesos postcraneales concuerdan con los de Arago, e indican que ésta era una forma robusta, pero moderna. Los científicos están divididos en su interpretación sobre estos fósiles africanos. Algunos los sitúan en la especie H. heidelbergensis. Otros piensan que los fósiles europeos y africanos pertenecen a dos especies diferentes, y sólo las poblaciones africanas, clasificadas como Homo rhodesiensis u H. sapiens arcaico, evolucionaron hasta el H. sapiens. Tampoco hay unanimidad sobre la interpretación del hombre de Petralona (Grecia), que podría ser un H. heidelbergensis tardío o más bien un H. rhodesiensis u otro H. sapiens arcaico que llegó a Europa desde África, por las costas del Mediterráneo.

Características

Hace aproximadamente medio millón de años se empezaron a gestar los rasgos morfológicos que en unos cientos de miles de años dieron origen al neandertal. Los pre-neandertales u Homo heidelbergensis mostraban una creciente corpulencia física, expresada en el aumento de la talla, 1,75 a 1,80 metros y cerca de 100 kg de peso (media masculina). Las mandíbulas también poseían una gran fuerza y robustez a causa del estrés al cual eran sometidas.

El conjunto de estos fósiles revelan un homínido con un cráneo más "inflado" que el de ningún H. erectus/H. ergaster, aunque todavía posee arcos supraciliares. La parte trasera del cráneo es más redondeada que en H. erectus/H. ergaster, y las mejillas son infladas, como en los neandertales, aunque la cara es más plana. Su capacidad neurocraneal no dista mucho de la del hombre moderno, rondaba los 1.350 cm³. Otro parecido con el Homo sapiens actual era su aparato fonador. Esto dio a pensar que el lenguaje, entendido de una manera quizás diferente a la actual, ya estaba presente en estos grupos.

Tecnología y organización

Los utensilios asociados con los fósiles consisten básicamente en "piedras de cortar" y algunas herramientas de lascas como puntas y raspadores de madera, hueso y asta, siendo los iniciadores de esta técnica. Dentro de su tecnología encontramos el bifaz, también llamado hacha de mano; es de grandes dimensiones y está tallado por ambas caras. Su utilidad es muy diversa. Según análisis de otras piedras muestran su empleo para curtir pieles o trabajar la madera, hace 400.000 años ya usaban rudimentarias lanzas de madera. También es muy probable que en esta época el fuego fuese utilizado y paulatinamente generalizado, ya que hay evidencias de fogatas.

Dentro de esta especie también podemos empezar a hablar sobre pequeños grupos con una cohesión social, ya que según estudios paleontológicos de diferentes restos se han hallado, por ejemplo, mandíbulas totalmente edentadas; esto indica que el anciano, tras perder su dentadura, siguió viviendo ayudado por sus congéneres. Esto se traduce en una conducta diferencial a la hora del tratamiento de sus cadáveres (Sima de los Huesos). El estudio de las dentaduras de los heidelbergensis también revela otro aspecto evolutivo de sumo interés: los molares y la dentadura definitiva recién les aparecían entre los 5 y 6 años tras ser paridos (en un chimpancé actual esto ocurre hacia los 3 años), si se considera que un individuo no puede alimentarse por cuenta propia hasta tener bien desarrollada su dentición esto induce a pensar que los heidelbergensis estaban caracterizados por una prematuración que implicaba un prolongado cuidado de las crías con el posible establecimiento de fuertes relaciones afectivas entre los individuos, la existencia de fuertes relaciones afectivas habría cohesionado a las "sociedades" heidelbergensis de un modo que les capacitaba para, por ejemplo, desarrollar eficaces estrategias de caza y de supervivencia en general.

Referencias

  • 2006, julio: Descubren cráneo completo en Atapuerca. El cráneo 15.
  • Arsuaga, Juan Luis; Martínez, I.; Carretero, J. M.; Gracia, A.; Lorenzo, C. y Bermúdez de Castro J. Mª. "Evolución humana en Europa: registro y debates". Revista Española de Paleontología 399: 255-258.
  • Cancio, Víctor 2002: El hombre de Heidelberg. Editorial Montflorit.
  • Schoetensack Otto 1908: Der Unterkiefer des Homo heidelbergensis aus den Sanden von Mauer, bei Heidelberg, Leipzig.
  • Homo heidelbergensis, en inglés

Véase también

Enlaces externos