Diferencia entre revisiones de «Ocultismo nazi»

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* [http://www.gungeralv.org/dg/archives/000497.php Seed of Lamas and Nazis: The SS in Tibet -- 1938-39]
* [http://www.gungeralv.org/dg/archives/000497.php Seed of Lamas and Nazis: The SS in Tibet -- 1938-39]
* [http://www.newswatchmagazine.org/weekly_editor/9.22.00.htm Historic Results of Hitler's Thule Societies pursuit of the NWO]
* [http://www.newswatchmagazine.org/weekly_editor/9.22.00.htm Historic Results of Hitler's Thule Societies pursuit of the NWO]
* [http://www.mitosyverdadesecuador.com/2010/01/la-senora-de-la-esvastica.html] (en español)


[[Categoría:Esoterismo]]
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Revisión del 15:51 6 feb 2010

En términos generales, la expresión ocultismo nazi se refiere al conjunto de prácticas y creencias religiosas sostenidas real o presuntamente por los nazis. Sin embargo, en un sentido más estricto es usada también para referirse a la influencia directa que tuvieron diversas corrientes ocultistas en el desarrollo del nacionalsocialismo o, en todo caso, a las creencias e intereses espirituales de los líderes nazis.

Se sabe que altos mandos nazi como Heinrich Himmler, Richard Walther Darré, Rudolf Hess y Alfred Rosenberg, tenían un gran interés en el ocultismo. Las creencias religiosas de Adolf Hitler han sido objeto de un exhaustivo análisis y debate. Era aficionado a la astrología, a la mitología, el yoga, la mística medieval.[1]

Historia

El nacionalsocialismo era una ideología con gran contenido esotérico entre los círculos más elevados de sus seguidores. La Sociedad Thule fue una organización esotérica fundada por el alemán Rudolf von Sebottendorff. Era antisemita, anticomunista, anticristiana y racista[cita requerida]. Se considera como la madre espiritual del nazismo, y a dicha organización perteneció como miembro permanente Rudolf Hess, y como miembros visitantes, Dietrich Eckart, G. Feder, Adolf Hitler y Alfred Rosenberg.

Una vez en el poder, el Partido Nazi prohibió todos los grupos esotéricos que no fueran la Sociedad Thule, prohibiendo la masonería y enviando a muchos masones a campos de concentración, cerrando la Sociedad Teosófica de Alemania,[2]​ persiguió a los grupos neopaganos asatru cuando se negaron a jurar lealtad al nazismo en sus ritos religiosos y prohibió otras muchas organizaciones místicas.[3]

El nazismo respetó al budismo (no persiguió a los budistas alemanes e incluso permitió la realización de un congreso budista europeo), se cree que esto fue por el interés que despertaba el budismo entre los nazis, especialmente el tibetano, por ejemplo, la Ahnenerbe (o Herencia de los ancestros) organizó en 1938 una expedición a la región del entonces independiente Tíbet, bajo la dirección del biólogo Ernst Schäfer, por órdenes expresas de Himmler.

Al respecto de la situación religiosa en el Reich, se llegó a ver a la religión como una fuerza que podía contribuir a repeler al marxismo ateo, y se llegaba incluso al punto de considerarlas como un instrumento de una dictadura antimarxista. El propio Hitler expresamente veía en las Iglesias cristianas "los más importantes factores del mantenimiento de nuestro carácter nacional", y por ello mismo trataba de colocarlas al servicio de una ideología nacionalista del todo opuesta al mensaje cristiano ("El pueblo alemán no es heredero del pecado original, sino noble por naturaleza"). Esta ideología contenía, al menos en sus rasgos fundamentales, elementos de una religión sui generis en competencia con el cristianismo, los cuales se reflejaban con toda claridad en el movimiento iniciado por Mathilde Ludendorff "en pro de un conocimiento alemán de Dios acorde con la raza" y su correspondiente organización Ahnenerbe. La cuestión de la religión vista como una manera de interpretar el mundo estaba contemplada desde las ideas que relacionaban el código genético con el comportamiento espiritual de las razas y que sostenían la "adecuación racial" o grado de acomodación a la idiosincrasia de la raza que debía asumirla para la preservación de la identidad y la cultura nacionales. Así, bajo el régimen nacionalsocialista, el programa de una "religión conforme a la raza" tuvo como una de sus metas, despojar al cristianismo de todo rasgo judaico.[4]

Creencias centrales

El Sol negro (Schwarze Sonne), diseño empleado en el mosaico del Castillo de Wewelsburg. Es un símbolo que representa a un sol oculto de doce rayos el cual se creía que era la fuente de poder de los arios.

Los conceptos clave incluyen el conocimiento sobre los orígenes de la raza aria (y su “pureza” ligada a los teutónicos o a las tribus germanas), y la superioridad de los arios por encima de todas las demás razas.

En el misticismo nazi, son importantes varios lugares como la Atlántida, Thule, Hiperbórea, Shambhala, Agartha y la estrella de Aldebarán los cuales se consideran como los hogares originales de la raza aria y el superhombre.

Otra creencia habla sobre la raza maestra (Herrenrasse) la cual fue corrompida y debilitada por medio de la mezcla con otras razas consideradas inferiores.

Asimismo, uno de los datos centrales que ilustra este conjunto de creencias, y uno de los que más popularidad ha cobrado, fue la búsqueda del Santo Grial por parte de los Nazis. Otto Rahn, investigador, miembro de las SS y autor del libro La corte de Lucifer lo buscó en Montsegur, y el propio Heinrich Himmler acudió a Montserrat el 23 de octubre de 1940, supuestamente en su búsqueda, acompañado de Karl Wolf, su jefe de estado mayor y mentor de Rahn, a quien introdujo en las SS. Himmler llevaba consigo la obra de Rahn (que había fallecido el año anterior), La corte de Lucifer, la cual ordenó distribuir gratuitamente entre los oficiales de alta graduación del cuerpo.[5]

Himmler concedía a ciertos elegidos un anillo (Totenkopfring) [1] que, según algunos autores, indicaba un rango de iniciación en las creencias de tinte esotérico que caracterizaban a la alta cúpula de las SS, creencias que se traducían en rituales mágico-paganos que se practicaban durante los solsticios o equinoccios y propugnaban la exaltación de la raza aria.

Otras de las prácticas que atraían el interés de los Nazis eran el Espiritismo, el Mesmerismo-magnetismo, el significado de las runas y la astrología. Si bien el gobierno no exigía pertenecer a algún culto específico, es cierto que dentro de ciertos círculos de líderes influidos por las creencias paganas de Alfred Rosenberg, se propugnara un Neopaganismo como una contraposición al judeocristianismo, con Himmler como uno de sus principales adeptos. Himmler creía ser la reencarnación de Heinrich “el Cazador”, fundador de la estirpe real de Sajonia, en el siglo X, y entregado al paganismo, se proclamó adorador del dios Wotan.

El interés por el Catarismo fue, sin embargo, otra nota dominante; Otto Rahn tenía a los Cátaros por legítimos guardianes del Grial y consideraba el Catarismo como una religión ecuménica y capaz de unificar Europa.[6]​ Rahn falleció el 13 de marzo de 1939, y una de las teorías, a la que en general se le ha concedido bastante verosimilitud, apunta a que habría muerto de frío en el Wilden Kaiser, practicando el Endura Cátaro, una especie de suicidio ritual.[7]

Referencias

  1. Telegrama de Adolf Hitler al Dr. Korsch, Presidente del Congreso Astrológico International. Imagen obtenida por la revista Life
  2. Esoterismo en Alemania y Austria
  3. Asatru
  4. Eliade, Mircea, Historia de las creencias y de las ideas religiosas (Tomo IV), Ed. Herder, pgs. 553-554.
  5. Los Nazis buscaron el Grial en España, Prof. Sebastián D´Arbó(Extracto del dossier publicado por la revista Nuevos Horizontes nº 7), septiembre de 2000
  6. "Esto es la clave misma de la civilización occidental. El mensaje aquí transmitido tendría que unificar Europa para siempre, en la igualdad política de todos los particularismos y bajo el reino de una sola religión, tolerante ecuménica que abrace a todas las demás: la religión cátara, es decir, el cristianismo de los orígenes" Otto Rahn, La Corte de Lucifer.
  7. Otto Rahn, por el escritor Chileno Miguel Serrano

Véase también

Enlaces externos