Diferencia entre revisiones de «Viruela»

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Variola virus

Niña infectada de viruela en Bangladesh en 1973.
Taxonomía
Familia: Poxviridae
Género: Orthopoxvirus
Especie: Variola virus
Clasificación de Baltimore
Grupo: I (Virus ADN bicatenario)

La viruela es una enfermedad infecciosa grave, contagiosa, causada por el Variola virus, que en algunos casos puede causar la muerte. No hay tratamiento especial para la viruela y la única forma de prevención es la vacunación. El nombre viruela proviene de la palabra latina que significa “manchado” y se refiere a los abultamientos que aparecen en la cara y en el cuerpo de una persona infectada. Según la OMS la viruela es la única enfermedad que está totalmente erradicada de todo el planeta.

Historia

La viruela es causada por el virus variola que surgió en poblaciones humanas miles de años atrás. Posiblemente su origen sea de hace aproximadamente unos 3.000 años; algunos lo sitúan en la India, otros en Egipto. Durante varios siglos, sucesivas epidemias devastaron a la población. Era una enfermedad tan letal que en algunas culturas antiguas estaba prohibido dar nombre a los niños hasta que contraían la enfermedad y sobrevivían a ella. Su tasa de mortalidad llegó a ser hasta de un 30% de los pacientes infectados.

Los hindúes creían que la viruela se debía a la bendición de la diosa de la viruela Shitalá (la Fría), y cuando alguna persona se enfermaba acudían a adorarla (con lo que la epidemia se expandía con más velocidad). Aun hoy, a los bebés en la India se les llama genéricamente kumará (‘fácilmuere’, siendo ku: ‘fácil’ y mará: ‘muere’).

Durante miles de años han ocurrido ocasionalmente epidemias de viruela, sin embargo, después de un exitoso programa de vacunación mundial se logró erradicar la enfermedad. En los Estados Unidos, el último caso de viruela se registró en 1949, mientras que el último caso ocurrido en forma natural en el mundo fue en Somalia en 1977. Una vez que la enfermedad se erradicó en todo el mundo, se suspendió la vacunación habitual de toda la población porque ya no había necesidad de prevenirla.

Excepto por las reservas en algunos laboratorios, el virus variola está eliminado. Dichas muestras se mantienen en estado criogénico en Rusia y Estados Unidos. Grupos de biólogos han insistido con eliminar ese par de muestras previniendo que por un accidente no deseado alguna de ellas salga del estado de congelación en que se encuentran, pero esto no se ha llevado a cabo debido a que el virus como tal, nunca fue entendido por completo, muy poco se supo la forma en que mutaba, solo se logró dar con la vacuna pero su elaboración se hizo de manera empírica, sin conocer con detalle su estructura o forma de infección. Por esta razón se decidió conservar estas dos únicas muestras.

Aunque se cree que otros especímenes del virus variola se encuentra en manos de otros paises o en manos de terroristas, alguna nueva epidemia del virus sería fatal debido a que desde la última aparición en Somalia en 1977 las personas que han nacido desde entonces no se han vacunado.

Vacunación

Lady Montagu (1689-1762) jugó un papel notable en la historia de la ciencia. En un viaje a Turquía observó cómo las circasianas que se pinchaban con agujas impregnadas en pus de viruela de las vacas no contraían nunca la enfermedad. Entonces inoculó a sus hijos y, a su regreso a Inglaterra, repitió y divulgó los procedimientos entre otras personas, siendo éste uno de los mayores aportes a la introducción de la inoculación en Occidente.

El éxito obtenido no fue suficiente para evitarle la oposición de la Iglesia y de la clase médica que siguió desconfiando del método, hasta que el científico Edward Jenner (1749-1823), casi noventa años más tarde, desarrollara finalmente la vacuna.

En 1796 Edward Jenner inició lo que posteriormente daría lugar a la vacuna: un ensayo con muestras de pústula de la mano de una granjera infectada por el virus de la viruela a través de una vaca, y lo inoculó a un niño de 8 años. Tras un período de 7 días el muchacho presentó malestar. Pocos días después, Jenner volvió a realizar varios pinchazos superficiales de la temida viruela, que el muchacho no llegó a desarrollar.

En 1798 Jenner publicó su trabajo ("An Inquiry into the Causes and Effects of the Variolae Vaccinae, a Disease Known by the Name of Cow Pox" ), donde acuñó el término latino variolae vaccine (viruela de la vaca), de esta manera Jenner abrió las puertas a la vacunación.

Francisco Javier Balmis (1753-1819), fue pionero en el estudio de las aplicaciones de la vacuna, en particular de la viruela, dirigiendo la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna,[1]​ que es reconocida como un hito en la historia de la medicina, aplicando vacunas a lo largo del entonces Imperio Español.

Sintomatología

Las formas clínicas de la viruela son dos: viruela mayor es la forma grave y más común de la viruela, que ocasiona una erupción más extendida y fiebre más alta. Hay cuatro tipos de viruela mayor: la común (es la más frecuente y se observa en 90% o más de los casos); la modificada (leve, y se observa en personas que se habían vacunado); la lisa; y, por último, la hemorrágica (éstos dos últimos tipos son raros y muy graves). Históricamente, la viruela mayor ha tenido una tasa general de mortalidad de aproximadamente 30%; sin embargo, la viruela lisa y la hemorrágica suelen ser mortales. La viruela menor es un tipo menos común de la viruela y una enfermedad mucho menos grave, cuyas tasas de mortalidad han sido históricamente de 1% o menores.

Transmisión

Para que la viruela se contagie de una persona a otra, hará falta que estén en contacto directo y prolongado, cara a cara. La viruela también puede transmitirse por medio del contacto directo con fluidos corporales infectados o con objetos contaminados, tales como sábanas, fundas o ropa. Rara vez la viruela se ha propagado por el virus transportado por el aire en sitios cerrados como edificios, autobuses y trenes. Los seres humanos son los únicos portadores naturales del virus de la viruela. No se conocen casos de viruela transmitidos por insectos o animales.

Una persona con viruela a veces es contagiosa cuando empieza la fiebre (fase pródromo), pero alcanza su máxima capacidad para contagiar cuando empieza a salir la erupción. Por lo general, en esta etapa la persona infectada está muy enferma y no puede desplazarse en su comunidad. La persona infectada es contagiosa hasta que se le haya caído la última costra de viruela.

Fases de la enfermedad

Historia Natural De La Enfermedad

Período de incubación
(Duración 7 a 17 días)
No contagioso

Después de la exposición al virus hay un período de incubación durante el cual las personas no presentan ningún síntoma y quizás se sientan bien. Este período de incubación dura en promedio de 12 a 14 días, pero puede oscilar entre 7 y 17 días. Durante este lapso, las personas no son contagiosas.

Síntomas iniciales
(Duración: 2 a 4 días)

(Pródromo)

Algunas veces contagioso¹

Entre los primeros síntomas de la viruela se encuentran fiebre, malestar, dolor de cabeza y en el cuerpo y, algunas veces, vómitos. La fiebre, por lo general, es alta y puede subir hasta los 38-40ºC. En ese momento, las personas suelen sentirse demasiado enfermas para seguir con sus actividades habituales. Esto se conoce como la fase pródromo y puede durar de 2 a 4 días.

Primera erupción
(Duración: unos 4 días)
Período más contagioso

Distribución de la erupción:

La erupción se manifiesta primero en la lengua y en la boca en forma de manchitas rojas.

Estas manchas se convierten en llagas que se abren y esparcen grandes cantidades del virus en la boca y la garganta.

Más o menos al mismo tiempo en que las llagas en la boca se abren, aparece una erupción en la piel que comienza en la cara y se extiende por los brazos y las piernas, y luego por los pies y las manos. Generalmente la erupción se extiende a todo el cuerpo en un lapso de 24 horas. Cuando aparece la erupción, la fiebre usualmente baja y es posible que la persona empiece a sentirse mejor.

El tercer día, la erupción se convierte en abultamientos.

El cuarto día, los abultamientos se llenan de un líquido espeso y opaco, y a menudo presentan un hundimiento en el centro que parece un ombligo. (Ésta es una carácterística importante para distinguir a la viruela de otras enfermedades).

En ese momento, la fiebre suele subir otra vez y se mantiene alta hasta que se forman las costras sobre los abultamientos.

Erupción con pústulas
(Duración: unos 5 días)

Contagioso
Los abultamientos se convierten en pústulas—muy altas, generalmente redondas y firmes al tacto, como si hubiese un objeto pequeño y redondo debajo de la piel. Las personas dicen a menudo que sienten como si tuvieran balines incrustados en la piel.
Pústulas y costras
(Duración: unos 5 días)
Contagioso
Las pústulas comienzan a formar una cascarilla y luego una costra. Al final de la segunda semana después de aparecer la erupción, la mayor parte de las llagas han formado costras.
Las costras empiezan a caerse
(Duración: unos 6 días)
Contagioso
Las costras comienzan a caerse y dejan marcas en la piel que por último se convierten en cicatrices en forma de hoyos. La mayoría de las costras se caerán a las 3 semanas de haber aparecido la erupción. La persona sigue siendo contagiosa hasta que todas las costras se hayan caído.

Las costras se han caído
No contagioso

Las costras se han caído. La persona ya no es contagiosa, aunque no es muy seguro.
¹ La viruela puede ser contagiosa durante la fase de pródromo, pero alcanza su máxima capacidad infecciosa durante los primeros 7 a 10 días después del comienzo de la erupción.

Véase también

Referencias

Enlaces externos