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Los personajes de Boccaccio son seres comunes, defectuosos y desprovistos de cualquier valor noble, caballeresco o cortés; por el contrario se destacarán los ladrones, embusteros y adúlteros, y la astucia de los mismos para triunfar en las situaciones descritas; a diferencia de la antigua concepción medieval donde el protagonista o héroe de la historia poseía facultades inherentes a su ser, como la belleza o la fuerza, y asociadas siempre a la nobleza y la divinidad. Finalmente, el fuerte sentido anticlerical de las historias de Boccaccio hace pensar en las épocas que vendrán más adelante, donde los ideales feudales y cristianos serán atacados por las nuevas concepciones que sitúan al hombre como centro del mundo.
Los personajes de Boccaccio son seres comunes, defectuosos y desprovistos de cualquier valor noble, caballeresco o cortés; por el contrario se destacarán los ladrones, embusteros y adúlteros, y la astucia de los mismos para triunfar en las situaciones descritas; a diferencia de la antigua concepción medieval donde el protagonista o héroe de la historia poseía facultades inherentes a su ser, como la belleza o la fuerza, y asociadas siempre a la nobleza y la divinidad. Finalmente, el fuerte sentido anticlerical de las historias de Boccaccio hace pensar en las épocas que vendrán más adelante, donde los ideales feudales y cristianos serán atacados por las nuevas concepciones que sitúan al hombre como centro del mundo.



== [[Texto de titular]]
==Algunos aspectos significativos ==
==Algunos aspectos significativos ==
En esta obra el dios del amor, [[Eros]], rige el mundo. Los dos sexos, tanto el varón como la mujer, son criaturas destinadas al [[amor]], que se entiende de una manera definidamente sensual y que, por consiguiente, debe ser experimentado corporalmente. La [[moralidad]] en sentido amplio o las clases sociales no son vallas que interfieran en su ejecución.
En esta obra el dios del amor, [[Eros]], rige el mundo. Los dos sexos, tanto el varón como la mujer, son criaturas destinadas al [[amor]], que se entiende de una manera definidamente sensual y que, por consiguiente, debe ser experimentado corporalmente. La [[moralidad]] en sentido amplio o las clases sociales no son vallas que interfieran en su ejecución.


Por la peste, las siete mujeres y los tres hombres se congregan. La vida es paradisíaca en el paisaje idílico. En ocasiones es el calor del día lo q hace desagradables las excursiones o peregrinajes hasta las colinas próximas. Y es entonces cuando las jugosas historias los entretienen.
Por la peste, las siete mujeres y los tres hombres se congregan. La vida es paradisíaca en el paisaje idílico. En ocasiones es el calor del día lo que hace desagradables las excursiones o peregrinajes hasta las colinas próximas. Y es entonces cuando las jugosas historias los entretienen.


El ''Decamerón'' se escribió cuando la Edad Media llegaba a su fin. Así, mientras la peste arrasaba provocando estragos alrededor, en este jardín florece todo un mundo de historias vitales y de sobrecargada sensualidad.
El ''Decamerón'' se escribió cuando la Edad Media llegaba a su fin. Así, mientras la peste arrasaba provocando estragos alrededor, en este jardín florece todo un mundo de historias vitales y de sobrecargada sensualidad.

Revisión del 00:57 23 abr 2009

El Decamerón (Decamerone, en italiano) es un libro constituido por cien cuentos, algunos de ellos novelas cortas, terminado por Giovanni Boccaccio en 1351, alrededor de tres temas: el amor, la inteligencia humana y la fortuna.

Nueve de los jóvenes protagonistas del Decamerón representados por John William Waterhouse en A Tale from Decameron, 1916, Lady Lever Art Gallery, Liverpool

Para engarzar estas cien historias, Boccaccio estableció un marco de referencia narrativo o cornice narrativa. Se inicia así con una descripción de la peste bubónica (la epidemia que golpeó Florencia en 1348, véase: Peste negra), lo que da motivo a que un grupo de siete jóvenes mujeres y tres hombres que huyen de la plaga se refugien en una villa en las afueras de Florencia. Para pasar el tiempo, cada miembro del grupo cuenta una historia por cada una de las diez noches que ellos pasan en la villa, lo que da nombre en griego al libro: δἐκα déka 'diez' y ἡμέρα hēméra 'días'. De esta manera se relatan las cien historias en total. Además, cada uno de los diez personajes se nombra jefe del grupo por cada uno de los diez días alternadamente. Este liderato se extiende a dictar el contenido de las historias para ese día, de modo que haya una organización muy floja de los cuentos (aunque la adherencia a este concepto no es muy estricta).

Los temas son casi siempre profanos, a tono con la mentalidad burguesa que empezaba a fraguarse en Florencia: la inteligencia humana, la fortuna y el amor. Van desde «historias de mala suerte que inesperadamente cambian hacia felicidad» (el día dos, bajo el liderazgo de Filomena) hasta historias considerablemente más interesantes de «mujeres que juegan engaños con sus maridos» (día siete, bajo el mandato de Dioneo). Cada día también incluye una breve introducción y una conclusión que continúan con la base de cuentos que describen otras actividades diarias además del relato de historias. Estos interludios del cuento incluyen con frecuencia las transcripciones de canciones populares italianas en verso.

Análisis

Ilustración de una edición veneciana del Decameron (c. 1492).
Ilustración de una edición flamenca, (1432. París, Biblioteca Nacional).
Ilustración de Jean Fouquet

La importancia del Decamerón estriba en gran parte en su muy cuidada y elegante prosa, que estableció un modelo a imitar para los futuros escritores del Renacimiento, pero también en haber constituido el molde genérico de la futura novela cortesana, no sólo en Italia a través de los llamados novellieri (Franco Sachetti, Mateo Bandello, Gerardi Cinthio, etc.) sino en toda Europa (El Patrañuelo de Juan de Timoneda, las Novelas Ejemplares de Cervantes, etc.). Incluso la leyenda de Los amantes de Teruel está inspirada en el cuento VIII de la cuarta jornada.

Por otra parte, las circunstancias descritas en el Decamerón están altamente influidas con un sentido medieval de numerología y mística. Por ejemplo, se cree extensamente que las siete jóvenes mujeres representan las cuatro Virtudes cardinales y las tres Virtudes teológicas (Prudencia, Justicia, Templanza, y Fortaleza; Fé, Esperanza, y Caridad). Y se supone que los tres hombres representan la división tripartita griega tradicional del alma (Razón, Apetito Irascible, y Apetito Concupiscible). El mismo Boccaccio indica que los nombres que él dio para estos diez personajes son de hecho seudónimos «elegidos apropiadamente de acuerdo a las cualidades de cada uno». Los nombres italianos de las siete mujeres, en el mismo orden significativo según el texto original son: Pampinea, Fiammetta, Filomena, Emilia, Laureta, Neifile, y Elissa. Los nombres de los varones son: Panfilo, Filostrato, y Dioneo.

El Decamerón es un trabajo distintivo, que describe detalladamente los efectos físicos, psicológicos y sociales que la peste bubónica ejerció en esa parte de Europa. Los argumentos básicos de las historias no deben ser tomadas como invenciones de Boccaccio; de hecho, se basan en fuentes italianas más antiguas, o en algunas ocasiones en fuentes francesas o latinas. Cabe mencionar que un número de las historias contenidas dentro del Decamerón aparecen más adelante en los Cuentos de Canterbury de Chaucer. Sin embargo, Chaucer probablemente no estaba familiarizado directamente con el Decamerón. Probablemente él utilizó otras fuentes españolas y latinas comunes, como material que también fue una fuente de inspiración para los trabajos de Boccaccio. Las escenas del Decamerón fueron temas populares para los pintores renacentistas tales como Tiziano. En 1970, Pier Paolo Pasolini realizó un filme basado en algunas de las historias de este libro.

Se puede considerar la obra de Boccaccio como un adelanto considerable de la literatura de su época, pues las características del Decamerón son un anticipo de la concepción profana del hombre a que llegó el Renacimiento. La ausencia de rasgos fantásticos o míticos, así como la burla hecha a los ideales medievales, son, entre otros, los rasgos que definen al Decamerón como un texto profundamente antropocéntrico y humanista.

Los personajes de Boccaccio son seres comunes, defectuosos y desprovistos de cualquier valor noble, caballeresco o cortés; por el contrario se destacarán los ladrones, embusteros y adúlteros, y la astucia de los mismos para triunfar en las situaciones descritas; a diferencia de la antigua concepción medieval donde el protagonista o héroe de la historia poseía facultades inherentes a su ser, como la belleza o la fuerza, y asociadas siempre a la nobleza y la divinidad. Finalmente, el fuerte sentido anticlerical de las historias de Boccaccio hace pensar en las épocas que vendrán más adelante, donde los ideales feudales y cristianos serán atacados por las nuevas concepciones que sitúan al hombre como centro del mundo.

Algunos aspectos significativos

En esta obra el dios del amor, Eros, rige el mundo. Los dos sexos, tanto el varón como la mujer, son criaturas destinadas al amor, que se entiende de una manera definidamente sensual y que, por consiguiente, debe ser experimentado corporalmente. La moralidad en sentido amplio o las clases sociales no son vallas que interfieran en su ejecución.

Por la peste, las siete mujeres y los tres hombres se congregan. La vida es paradisíaca en el paisaje idílico. En ocasiones es el calor del día lo que hace desagradables las excursiones o peregrinajes hasta las colinas próximas. Y es entonces cuando las jugosas historias los entretienen.

El Decamerón se escribió cuando la Edad Media llegaba a su fin. Así, mientras la peste arrasaba provocando estragos alrededor, en este jardín florece todo un mundo de historias vitales y de sobrecargada sensualidad.

Vemos desfilar, por ejemplo, a un marido algo enclenque que, con dificultades puede pasar la noche de bodas; su mujer se ha de considerar agraciada cuando un pirata de marcada virilidad, la rapta.

Massetto es un hombre joven y robusto que cuida el jardín de un convento; allí con gran alegría de las monjas y de las abadesas, no insemina solamente la tierra.

Un mozalbete de un castillo se disfraza de rey y logra meterse en el lecho de la reina y cuando es descubierto puede escapar con ardides astutos que lo salvan del castigo.

Un joven monje impone a su anfitrión una penitencia, en tanto él aprovecha para hacer disfrutar a la esposa.

Boticelli pintó una serie de cuatro cuadros sobre el episodio de Nastagio degli Onesti. He aquí el primero (1487, Museo del Prado).

Una campesina se acerca a un prelado, un abad, que la convence de que la diversión erótica ha de contribuir a la salvación de su alma.

Un marido se niega a cumplimentar sus deberes maritales y la esposa se las ingenia para engañarlo, metiéndose en la cama, haciéndose pasar por una tentadora e irrecusable muchacha.

Todas las historias eróticas de Bocaccio se corresponden con la imagen medieval de la mujer, más proclive a caer en las tentaciones de la carne. Se la considera como a una hija de la seductora Eva, como muy difícil de saciar. La imagen circulante entonces era la de que la mujer se procuraba el placer que su compañero no atendía suficientemente.

El Decamerón pasa de modo decidido de la nouvelle al libro extenso escrito en lengua italiana. De hecho es la primera obra en prosa escrita en este idioma romance. La iglesia católica, a través de la Inquisición, incluyó este libro entre los prohibidos. A pesar de esta inclusión en la nómina del Index librorum prohibitorum, Bocaccio constituyó una de las lecturas preferidas por los clérigos.

En el cine

El Decamerón fue adaptado al cine por el director italiano Pier Paolo Pasolini en 1971.

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