Ir al contenido

Equilibrio de solubilidad

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Solubilización de la sal común (NaCl) en agua

Equilibrio de solubilidad es el estado que alcanza una solución saturada en que la velocidad a la que el soluto retorna a su estado original (sólido, líquido o gas) iguala a la velocidad a la cual se disuelve, de forma que, una vez alcanzado este estado, la masa de soluto en el seno de la disolución permanece constante, es decir, la concentración de soluto de la disolución ya no cambia. Cada solución alcanza dicho equilibrio a una concentración determinada que depende de la naturaleza del soluto y del disolvente, de la temperatura ambiental y en el caso de la disolución de gases en líquidos, de la presión externa del gas.[1]​ Su tratamiento matemático es como el de cualquier equilibrio químico y como estos, se rige por una constante de equilibrio, denominada constante de solubilidad. Las sustancias sólidas que se disuelven pueden ser un sólido orgánico como el azúcar o un sólido iónico como la sal de mesa. La principal diferencia es que los sólidos iónicos se disocian en sus iones constituyentes, cuando se disuelven en agua. La mayor parte de las veces, el agua es el disolvente de interés, aunque los mismos principios básicos son aplicables a cualquier disolvente.

Compuestos sólidos no iónicos

[editar]

Si un soluto se disuelve en forma de moléculas neutras (disolución molecular), el equilibrio de una disolución saturada puede describirse como cualquier otro equilibrio químico, solo que en este caso solo habrá dos términos, la sustancia en exceso y la sustancia disuelta. Para, por ejemplo, un compuesto orgánico no ionizable como el azúcar común (sacarosa), sólido a temperatura y presión ambiente, el equilibrio tras la saturación se puede expresar como:

Una expresión del equilibrio para esta reacción puede ser escrita, como para cualquier reacción química (productos dividido por los reactivos):

donde K se denomina constante de equilibrio (o constante de solubilidad), que es función de la actividad de las especies involucradas en el equilibrio. La actividad de un sólido puro es, por definición, la unidad. Si la actividad de la sustancia en disolución es constante (es decir, no afectada por cualesquiera otros solutos que puedan estar presentes) se puede reemplazar por la concentración, aunque omitiendo las dimensiones de las medidas de concentración utilizadas. Las actividades son cantidades adimensionales que se obtienen dividiendo la medida de la concentración por un estándar de concentración distinta de cero.

Los corchetes significan la concentración molar, que se denominada molaridad y cuya unidad se suele indicar con M o bien mol/L.

Esta expresión señala que el agua en equilibrio con azúcar sólido contiene una concentración igual a K. Para el azúcar de mesa (sacarosa) a 25 °C, K = 1,971 cuando la concentración estándar se toma como 1 mol/L. (Esta solución es muy concentrada, la sacarosa es muy soluble en agua.). Esta es la máxima cantidad de azúcar que puede disolverse a 25 °C, la solución está "saturada". Si la concentración es inferior a la saturación, puede disolverse más cantidad de azúcar hasta que la solución alcanza la saturación, o hasta todo el sólido se haya consumido. Si hay más cantidad de azúcar presente que la permitida por la expresión de la constante de solubilidad, entonces la disolución está "sobresaturada" y sólido precipitará hasta que se alcance la concentración de saturación. Este proceso puede ser lento, la expresión de la constante de equilibrio describe las concentraciones cuando el sistema de alcance el equilibrio, no lo rápido que se llega al mismo.

De igual manera se procede para sustancias poco solubles. Sea, por ejemplo, el caso del cloruro de mercurio(II), HgCl2, una sustancia, que aunque iónica, apenas se disocia en el agua, por lo que el equilibrio de solubilidad puede expresarse como si de una disolución molecular se tratara:[2]

por lo que sus constante de solubilidad es, aproximadamente, su solubilidad molar. Esto, a 25 °C es:

Estas expresiones de la constante de solubilidad indican que una vez que se ha alcanzado la saturación y por consiguiente, el equilibrio, la concentración de soluto se mantiene constante en el seno de la disolución.

Compuestos sólidos iónicos disociables

[editar]

La mayoría de los compuestos iónicos, cuando se disuelven en agua, o en otros disolventes polares, pasan por un proceso de disociación, en el cual las sustancia iónica se separan en sus respectivos iones, los cuales pasan a formar parte del disolvente, por lo que este tipo de sustancias reciben el nombre de electrólitos.

La disociación del compuesto en sus iones será total mientras no se alcance la saturación. Una vez que esta se alcanza, o se sobrepasa, como en el caso de las disoluciones moleculares, se establece un equilibrio entre la fase sólida del soluto y la parte disuelta:

Y como todos los equilibrios químicos, también puede representarse matemáticamente como una relación entre las actividades de los productos y los reactivos:

Puesto que el compuesto no disociado, AB, se encuentra en estado sólido, su actividad o concentración efectiva se considera igual a 1, por lo que puede ser eliminado de la expresión.

Es decir, en los compuestos iónicos capaces de disociarse al disolverse, la constante de equilibrio es igual al producto de las actividades de las especies disociadas, por lo que comúnmente se conoce como producto de solubilidad, Kps.[2]

El valor de la constante de equilibrio es diferente para cada electrolito, pudiendo tomar valores relativamente grandes en algunos casos, mientras que en otros, su valor es muy pequeño, lo que indica que hay electrólitos muy solubles, que reciben el nombre de electrólitos fuertes (p. e. NaCl, CuSO4, HCl, etc.) y otros, que apenas se disuelven en cantidades milimolares o menoress, por lo que reciben el nombre de electrólitos débiles (p. e. AgCl, BaSO4, etc.). Dada la baja solubilidad de estos últimos, la concentración de iones que se encuentran en el disolvente es muy pequeña, por lo que en estos casos, la "concentración efectiva" (actividad) es prácticamente igual a la concentración real, con lo que la expresión matemática de la constante de equilibrio puede escribirse como:

Es importante notar que, de acuerdo con esta ecuación y la anterior expresada en actividades, una vez que se alcanza el equilibrio de saturación, la concentración de las especies iónicas se mantiene constante, independientemente de la cantidad de AB, mientras haya algo de sólido presente en la disolución. En otras palabras, no importa si la cantidad de sólido en exceso es de unos cuantos miligramos o de varios gramos.[3]

Gases en líquidos

[editar]

Igual que ocurre con las sustancias sólidas, los gases también pueden disolverse en los líquidos. Si un gas, a una presión determinada, se encuentra en contacto con un líquido, parte de este gas pasa a la disolución hasta que esta se satura de dicho gas. Una vez que se ha alcanzado la saturación se produce un equilibrio entre las dos fases, en que la concentración del gas en el disolvente se mantiene constante:

Como en los casos anteriores, al tratarse de un equilibrio químico, dicho equilibrio puede definirse matemáticamente, mediante una constante de equilibrio que relaciona la cantidad de moléculas que permanece en estado gaseoso y la cantidad de materia que ha pasado a la disolución. Como la cantidad de moléculas en estado gaseoso depende de la presión del gas, si esta se mantiene constante, la constante de equilibrio puede expresarse como:

donde PA es la presión a la que se encuentra A. Esta expresión de la constante de equilibrio indica que mientras se mantenga la temperatura constante y no se modifique PA , la concentración de A en la disolución también se mantendrá constante. Por el contrario, si aún manteniendo la temperatura constante, se aumenta la presión del gas A, la concentración de A en la disolución también aumentará y viceversa. Es decir, que a temperatura constante la solubilidad de un gas en un líquido es directamente proporcional a la presión del gas. Este principio fue enunciado en 1803, por el químico inglés William Henry y se conoce como Ley de Henry, [4]​por lo que habitualmente la constante se expresa como KH. Esta ley solo es válida cuando el gas no reacciona con el disolvente[1]​. Cuando esto último ocurre, la solubilidad es mayor y viene definida por una constante de equilibrio que es función de las reacciones implicadas.

Equilibrio de solubilidad de líquidos en otros líquidos

[editar]

En la disolución de un líquido en otro líquido se pueden presentar varias posibilidades que hacen que el estudio de estos equilibrios de solubilidad sean relativamente complejos. Algunos líquidos como el agua y el alcohol, a temperatura y presión ambiental, se mezclan en todas las proporciones posibles, es decir, son líquidos completamente miscibles, de forma que nunca se alcanza el equilibrio. En otros casos, como el mercurio y el agua no se mezclan en absoluto, por lo que se consideran líquidos completamente inmiscibles. Por último, también se presentan casos en que los líquidos son parcialmente miscibles, en la que un líquido, que actúa como disolvente, admite cantidades crecientes de otro líquido, disolviéndolo hasta que llega a un estado de saturación, en el que el líquido que actúa como disolvente ya no admite más cantidad y a partir de ese punto, ambos líquidos se muestran en dos capas separadas, pero con la peculiaridad de que cada uno de los líquidos, por separado, actúa como disolvente del otro y contiene, en equilibrio, una determinada cantidad del otro líquido. [5]​ Un caso típico es la disolución de fenol en agua a una determinada temperatura. Al añadir fenol al agua, las primeras porciones se disuelven sin ningún problema, pero llega un momento en que el agua se satura de fenol y si se continúa añadiendo más fenol, aparecen dos capas líquidas, una de fenol con agua en disolución y otra de agua con fenol en disolución. Es decir, ambos hacen de soluto y de disolvente de forma simultánea.

Efectos de temperatura

[editar]

La solubilidad es sensible a los cambios en la temperatura. Por ejemplo, el azúcar es más soluble en agua caliente que en agua fría. Esto ocurre debido a que las constantes de solubilidad, como otros tipos de constante de equilibrio, son función de la temperatura. De acuerdo con el Principio de Le Châtelier, cuando el proceso de disolución es endotérmico (se absorbe calor), la solubilidad aumenta con la temperatura, pero cuando el proceso es exotérmico (se libera calor) solubilidad disminuye con la temperatura.[6]​ La mayor parte de los sólidos son más solubles cuando aumenta la temperatura, con independencia de que sean disoluciones moleculares o iónicas, aunque existen algunas excepciones, como el sulfato de sodio anhidro, Na2SO4, que tiene un comportamiento inverso. La influencia de la temperatura en la solubilidad de los líquidos en otros líquidos puede ser muy dispar. Aunque generalmente la solubilidad aumenta con la temperatura, existen casos, como la nicotina parcialmente soluble en agua templada o caliente, pero que es completamente miscible en esta a temperaturas por debajo de los 60 °C, por lo que no se alcanza el equilibrio de solubilidad. El caso contrario se da entre el fenol y el agua. Cuando ambas sustancias se encuentran en estado puro, a temperaturas próximas a los cero grados, apenas muestran solubilidad de uno de los líquidos en el otro, aumentado la solubilidad drásticamente al aumentar la temperatura, llegando a ser totalmente miscibles por encima de 66 °C. [1]​ Finalmente, en la disoluciones de gases en líquidos, la solubilidad siempre disminuye cuando aumenta la temperatura.

Constantes de solubilidad

[editar]

La constante de solubilidad se ha determinado experimentalmente para un gran número de compuestos y las tablas están disponibles fácilmente. Para un compuesto iónico la constante se denomina producto de solubilidad, y se representa como Kps. La unidad de concentración se asume que es la molaridad a menos que se indique lo contrario. La solubilidad suele aparecer en unidades de masa en gramos (disueltos) por cada litro de agua.

Algunos valores[7]​ a 25 °C:

Ver también:

Tabla

[editar]
Tabla de productos de solubilidad
Compuesto Fórmula Temperatura Ksol Fuente
(leyenda más abajo)
Hidróxido de aluminio anhidro Al(OH)3 20 °C 1.9×10–33 L
Hidróxido de aluminio anhidro Al(OH)3 25 °C 3×10–34 w1
Hidróxido de aluminio trihidrato Al(OH)3.3H2O 20 °C 4×10–13 C
Hidróxido de aluminio trihidrato Al(OH)3.3H2O 25 °C 3.7×10–13 C
Fosfato de aluminio AlPO4 25 °C 9.84×10–21 w1
Bromato de bario Ba(BrO3)2 25 °C 2.43×10–4 w1
Carbonato de bario BaCO3 16 °C 7×10–9 C, L
Carbonato de bario BaCO3 25 °C 8.1×10–9 C, L
Cromato de bario BaCrO4 28 °C 2.4×10–10 C, L
Fluoruro de bario BaF2 25.8 °C 1.73×10–6 C, L
Iodato de bario dihidrato Ba(IO3)2.2H2O 25 °C 6.5×10–10 C, L
Oxalato de bario dihidrato BaC2O4.2H2O 18 °C 1.2×10–7 C, L
Sulfato de bario BaSO4 18 °C 0.87×10–10 C, L
Sulfato de bario BaSO4 25 °C 1.08×10–10 C, L
Sulfato de bario BaSO4 50 °C 1.98×10–10 C, L
Hidróxido de berilio Be(OH)2 25 °C 6.92×10–22 w1
Carbonato de cadmio CdCO3 25 °C 1.0×10–12 w1
Hidróxido de cadmio Cd(OH)2 25 °C 7.2×10–15 w1
Oxalato de cadmio trihidrato C d. C.2O4.3H2O 18 °C 1.53×10–8 C, L
Fosfato de cadmio Cd3(PO4)2 25 °C 2.53×10–33 w1
Sulfuro de cadmio CdS 18 °C 3.6×10–29 C, L
Carbonato de calcio calcita CaCO3 15 °C 0.99×10–8 C, L
Carbonato de calcio calcita CaCO3 25 °C 0.87×10–8 C, L
Carbonato de calcio calcita CaCO3 18-25 °C 4.8×10–9 P
Cromato de calcio CaCrO4 18 °C 2.3×10–2 L
Fluoruro de calcio CaF2 18 °C 3.4×10–11 C, L
Fluoruro de calcio CaF2 25 °C 3.95×10–11 C, L
Hidróxido de calcio Ca(OH)2 18 °C-25 °C 8×10–6 P
Hidróxido de calcio Ca(OH)2 25 °C 5.02×10–6 w1
Iodato de calcio hexahidrato Ca(IO3)2.6H2O 18 °C 6.44×10–7 L
Oxalato de calcio monohidrato CaC2O4 18 °C 1.78×10–9 C, L
Oxalato de calcio monohidrato CaC2O4 25 °C 2.57×10–9 C, L
Fosfato de calcio Ca3(PO4)2 25 °C 2.07×10–33 w1
Sulfato de calcio CaSO4 10 °C 6.1×10–5 C, L
Sulfato de calcio CaSO4 25 °C 4.93×10–5 w1
Tartrato de calcio dihidrato CaC4H4O6.2H2O 18 °C 7.7×10–7 C, L
Hidróxido de cromo (II) Cr(OH)2 25 °C 2×10–16 w2
Hidróxido de cromo (III) Cr(OH)3 25 °C 6.3×10–31 w2
Hidróxido de cobalto (II) Co(OH)2 25 °C 1.6×10–15 w2
Sulfuro de cobalto (en la forma menos soluble) CoS 18 °C 3×10–26 C, L
Sulfuro de cobalto (en la forma más soluble) CoS 18 °C-25 °C 10–21 P
Carbonato de cobre CuCO3 25 °C 1×10–10 P
Hidróxido de cobre (II) Cu(OH)2 18 °C-25 °C 6×10–20 P
Hidróxido de cobre (II) Cu(OH)2 25 °C 4.8×10–20 w1
Iodato de cobre (II) Cu(IO3)2 25 °C 1.4×10–7 C, L
Oxalato de cobre (II) CuC2O4 25 °C 2.87×10–8 C, L
Sulfuro de cobre (II) CuS 18 °C 8.5×10–45 C, L
Bromuro de cobre (I) CuBr 18 °C-20 °C 4.15×10–8 C
Cloruro de cobre (I) CuCl 18 °C-20 °C 1.02×10–6 C
Hidróxido de cobre (I)
(en equilib. con Cu2O + H2O)
Cu(OH) 25 °C 2×10–15 w1
Ioduro de cobre (I) CuI 18 °C-20 °C 5.06×10–12 C
Sulfuro de cobre (I) Cu2S 16 °C-18 °C 2×10–47 C, L
Tiocianato de cobre (I) CuSCN 18 °C 1.64×10–11 C, L
Hidróxido de hierro (III) Fe(OH)3 18 °C 1.1×10–36 C, L
Carbonato de hierro (II) FeCO3 18 °C-25 °C 2×10–11 P
Hidróxido de hierro (II) Fe(OH)2 18 °C 1.64×10–14 C, L
Hidróxido de hierro (II) Fe(OH)2 25 °C 1×10–15; 8.0×10–16 P; w2
Oxalato de hierro (II) FeC2O4 25 °C 2.1×10–7 C, L
Sulfuro de hierro (II) FeS 18 °C 3.7×10–19 C, L
Bromuro de plomo (II) PbBr2 25 °C 6.3×10–6; 6.60×10–6 P; w1
Carbonato de plomo (II) PbCO3 18 °C 3.3×10–14 C, L
Cromato de plomo (II) PbCrO4 18 °C 1.77×10–14 C, L
Cloruro de plomo (II) PbCl2 25.2 °C 1.0×10–4 L
Cloruro de plomo (II) PbCl2 18 °C-25 °C 1.7×10–5 P
Fluoruro de plomo (II) PbF2 18 °C 3.2×10–8 C, L
Fluoruro de plomo (II) PbF2 26.6 °C 3.7×10–8 C, L
Hidróxido de plomo (II) Pb(OH)2 25 °C 1×10–16; 1.43×10–20 P; w1
Iodato de plomo (II) Pb(IO3)2 18 °C 1.2×10–13 C, L
Iodato de plomo (II) Pb(IO3)2 25.8 °C 2.6×10–13 C, L
Ioduro de plomo (II) PbI2 15 °C 7.47×10–9 C
Ioduro de plomo (II) PbI2 25 °C 1.39×10–8 C
Oxalato de plomo (II) PbC2O4 18 °C 2.74×10–11 C, L
Sulfato de plomo (II) PbSO4 18 °C 1.6×10–8 C, L
Sulfuro de plomo (II) PbS 18 °C 3.4×10–28 C, L
Carbonato de litio Li2CO3 25 °C 1.7×10–3 C, L
Fluoruro de litio LiF 25 °C 1.84×10–3 w1
Fosfato de litio Li3PO4 25° 2.37×10–4 w1
Fosfato de amonio y magnesio MgNH4PO4 25 °C 2.5×10–13 C, L
Carbonato de magnesio MgCO3 12 °C 2.6×10–5 C, L
Fluoruro de magnesio MgF2 18 °C 7.1×10–9 C, L
Fluoruro de magnesio MgF2 25 °C 6.4×10–9 C, L
Hidróxido de magnesio Mg(OH)2 18 °C 1.2×10–11 C, L
Oxalato de magnesio MgC2O4 18 °C 8.57×10–5 C, L
Carbonato de manganeso (II) MnCO3 18 °C-25 °C 9×10–11 P
Hidróxido de manganeso (II) Mn(OH)2 18 °C 4×10–14 C, L
Sulfuro de manganeso (rosa) MnS 18 °C 1.4×10–15 C, L
Sulfuro de manganeso (verde) MnS 25 °C 10–22 P
Bromuro de mercurio (II) HgBr2 25 °C 8×10–20 L
Cloruro de mercurio (II) HgCl2 25 °C 2.6×10–15 L
Hidróxido de mercurio (II)
(en equilib. con HgO + H2O)
Hg(OH)2 25 °C 3.6×10–26 w1
Ioduro de mercurio (II) HgI2 25 °C 3.2×10–29 L
Sulfuro de mercurio (II) HgS 18 °C 4×10–53 to 2×10–49 C, L
Bromuro de mercurio (I) HgBr 25 °C 1.3×10–21 C, L
Cloruro de mercurio (I) Hg2Cl2 25 °C 2×10–18 C, L
Ioduro de mercurio (I) HgI 25 °C 1.2×10–28 C, L
Sulfato de mercurio (I) Hg2SO4 25 °C 6×10–7; 6.5×10–7 P; w1
Hidróxido de níquel (II) Ni(OH)2 25 °C 5.48×10–16 w1
Sulfuro de níquel (II) NiS 18 °C 1.4×10–24 C, L
Sulfuro de níquel (II) (en la forma menos soluble) NiS 18 °C-25 °C 10–27 P
Sulfuro de níquel (II) (en la forma más soluble) NiS 18 °C-25 °C 10–21 P
tartrato ácido de potasio KHC4H4O6 18 °C 3.8×10–4 C, L
Perclorato de potasio KClO4 25 °C 1.05×10–2 w1
Peryodato de potasio KIO4 25° 3.71×10–4 w1
Acetato de plata AgC2H3O2 16 °C 1.82×10–3 L
Bromato de plata AgBrO3 20 °C 3.97×10–5 C, L
Bromato de plata AgBrO3 25 °C 5.77×10–5 C, L
Bromuro de plata AgBr 18 °C 4.1×10–13 C, L
Bromuro de plata AgBr 25 °C 7.7×10–13 C, L
Carbonato de plata Ag2CO3 25 °C 6.15×10–12 C, L
Cloruro de plata AgCl 4.7 °C 0.21×10–10 C, L
Cloruro de plata AgCl 9.7 °C 0.37×10–10 L
Cloruro de plata AgCl 25 °C 1.56×10–10 C, L
Cloruro de plata AgCl 50 °C 13.2×10–10 C, L
Cloruro de plata AgCl 100 °C 21.5×10–10 C, L
Cromato de plata Ag2CrO4 14.8 °C 1.2×10–12 C, L
Cromato de plata Ag2CrO4 25 °C 9×10–12 C, L
Cianuro de plata Ag2(CN)2 20 °C 2.2×10–12 C, L
Dicromato de plata Ag2Cr2O7 25 °C 2×10–7 L
Hidróxido de plata AgOH 20 °C 1.52×10–8 C, L
Iodato de plata AgIO3 9.4 °C 0.92×10–8 C, L
Ioduro de plata AgI 13 °C 0.32×10–16 C, L
Ioduro de plata AgI 25 °C 1.5×10–16 C, L
Nitrito de plata AgNO2 25 °C 5.86×10–4 L
Oxalato de plata Ag2C2O4 25 °C 1.3×10–11 L
Sulfato de plata Ag2SO4 18 °C-25 °C 1.2×10–5 P
Sulfuro de plata Ag2S 18 °C 1.6×10–49 C, L
Tiocianato de plata AgSCN 18 °C 0.49×10–12 C, L
Tiocianato de plata AgSCN 25 °C 1.16×10–12 C, L
Carbonato de estroncio SrCO3 25 °C 1.6×10–9 C, L
Cromato de estroncio SrCrO4 18 °C-25 °C 3.6×10–5 P
Fluoruro de estroncio SrF2 18 °C 2.8×10–9 C, L
Oxalato de estroncio SrC2O4 18 °C 5.61×10–8 C, L
Sulfato de estroncio SrSO4 2.9 °C 2.77×10–7 C, L
Sulfato de estroncio SrSO4 17.4 °C 2.81×10–7 C, L
Bromuro de talio (I) TlBr 25 °C 4×10–6 L
Cloruro de talio (I) TlCl 25 °C 2.65×10–4 L
Sulfato de talio (I) Tl2SO4 25 °C 3.6×10–4 L
Tiocianato de talio (I) TlSCN 25 °C; 2.25×10–4 L
Hidróxido de estaño (II) Sn(OH)2 18 °C-25 °C 1×10–26 P
Hidróxido de estaño (II) Sn(OH)2 25 °C 5.45×10–27; 1.4×10–28 w1; w2
Sulfuro de estaño (II) SnS 25 °C 10–28 P
Hidróxido de zinc Zn(OH)2 18 °C-20 °C 1.8×10–14 C, L
Oxalato de zinc dihidrato ZnC2O4.2H2O 18 °C 1.35×10–9 C, L
Sulfuro de zinc ZnS 18 °C 1.2×10–23 C, L
Fuente legenda: L=Lange's 10th ed.; C=CRC 44th ed.; P=General Chemistry by Pauling, 1970 ed.; w1=Web source 1; w2=Web source 2

Véase también

[editar]

Referencias

[editar]
  1. a b c Morcillo, J. (1980). «Cap. 10. Disoluciones». Temas básicos de Química. Madrid: Alhambra. ISBN 84-205-0382-7. 
  2. a b Gray, Harry B.; Haight, Gilbert P. Jr. (1972). «Cap. 18-1. Solubilidad». Principios básicos de química. Barcelona: Reverté. 
  3. Douglas A. Skoog, Donald M. West, F. James Holler and Stanley R. Crouch. (2015). «Cap. 9B.5. Uso de las constantes del producto de solubilidad». Fundamentos de química analítica. Cengage Learning. ISBN 978-607-519-937-6. 
  4. Quiroz, Dr Israel Valencia. «Ley de solubilidad de Henry». Unidades de Apoyo para el Aprendizaje - CUAIEED - UNAM. Consultado el 20 de noviembre de 2024. 
  5. Díaz Peña, M.; Roig Muntaner, A. (1975). «Cap. 21-2. Equilibrio líquido-líquido». Química física. Madrid: Alhambra. ISBN 84-205-0569-2. 
  6. Pauling, Linus: General Chemistry, Dover Publishing, 1970, p 450
  7. H.P.R. Frederikse, David R. Lide (ed.). CRC Handbook of Chemistry and Physics. ISBN 0-8493-0478-4. 

Enlaces externos

[editar]