Catedral de Albacete

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Catedral de San Juan de Albacete
Bien de interés cultural RI-51-0004621 desde el 26 de marzo de 1982[1]
Localización
País España
División Albacete
Dirección Bandera de España Albacete, España
Coordenadas 38°59′45″N 1°51′22″O / 38.995728, -1.856202
Información religiosa
Culto Católico
Diócesis Albacete
Orden Clero secular
Advocación San Juan Bautista
Historia del edificio
Fundación 1949
Construcción 1515-1949
Arquitecto Hugo Vázquez Iglesias
Datos arquitectónicos
Tipo Catedral
Estilo Gótico, Renacimiento, neorrománico, neogótico
Identificador como monumento RI-51-0004621
Año de inscripción 26 de marzo de 1982

La Catedral de San Juan Bautista de Albacete, en España, se comenzó a construir en 1515 sobre un templo mudéjar anterior, si bien, no fue hasta 1959 cuando se concluyó con su aspecto actual, con su exterior de estilos neorrománico y neogótico.

Historia

En los primeros años del siglo XVI, la antigua parroquia mudéjar de época medieval comenzó a ser demolida desde la cabecera hacia los pies, y en su lugar se empezó a levantar la fábrica actual, en principio gótica con un gran ábside central y otros dos laterales; después, tres naves de igual altura (Hallenkirche) y dos tramos; unos muros perimetrales con sus correspondientes pilares adosados; unas capillas laterales y unos grandes pilares que sostenían unas bóvedas de crucería, todo en el más estilo gótico final. Aquí intervinieron artistas y canteros de nombre más o menos conocido, desde Enrique Egas, que vino de Toledo a tasar la obra, a otros artífices de procedencia vasca (Pedro de Echevarría y Ortín Pérez). Sin embargo, en 1538, ante el alarmante estado en que se encontraba la edificación por lo atrevido de sus bóvedas y la baja calidad de la piedra empleada, se acudió al "más grande maestro que había en Castilla de fama", Diego de Siloé, maestro de la Catedral de Granada, que aconsejó la sustitución de aquellos pilares por unos nuevos soportes (columnas) que serían dibujadas por Jerónimo Quijano, Maestro Mayor del Obispado de Cartagena. El proceso de sustitución de unos pilares góticos por estas columnas clásicas supuso el desplome de las bóvedas de crucería y la paralización de las obras. En estos años centrales del siglo XVI, aparecen otros artífices vascos trabajando en la construcción, como Juan de Aranguren, Pedro de Castañeda, Martín de Gazaga y Juan de Urquiaga. Hacia 1560, la obra quedaría interrumpida, pues todos los caudales se dedicarían a la construcción de la Sacristía. La cubierta estaba hecha; los arcos, cerrados, pero las bóvedas no se cerrarían hasta 1690, de la mano del arquitecto de la Trasmiera, Gregorio Díaz de Palacios. En 1597, el obispo de la Diócesis ordenó el levantamiento de un plano, hoy conservado en el Archivo Histórico Provincial de Albacete, donde se señalaba lo construido y lo que quedaba por hacer, es decir, dos columnas más y un cuarto tramo, más la fachada principal y la torre, que no llegaría a levantarse nunca. En la primera mitad del siglo XX, se demolieron los últimos restos mudéjares que quedaban a los pies del templo y comenzó a levantarse la actual fachada, así como el tercer tramo, con lo que las segundas columnas quedaban exentas.

Durante la Guerra Civil, mientras se estaba levantando la fachada principal, y el tercer tramo, el templo fue saqueado y se perdieron numerosas obras artísticas, como el Gran Retablo Mayor, barroco, de inicios del siglo XVIII; numerosas pinturas del siglo XVI y esculturas atribuidas a Salzillo (Dolorosa) o a sus seguidores (Jesús Nazareno, Beato Andrés Hibernón y otras).

En el año 1949, cuando se concluían las obras de la fachada, por la bula de Pío XII 'inter praecipua', se creaba la Diócesis de Albacete, erigiéndose en Catedral de la nueva diócesis la vieja parroquia de San Juan Bautista.

Entre los años 2007 a 2009, el edificio de la Catedral se benefició de una adecuada restauración que ha consolidado la obra y recuperado en su belleza tanto las columnas como sus bóvedas. En el año 2015, la actual fábrica de San Juan Bautista celebrará el quinto centenario de su construcción.

Características

Exterior

Fachada principal.

La catedral tiene dos fachadas. La de la cara sur tiene una portada de estilo neorrománico, la cual presenta tres arquivoltas de arco de medio punto sostenidas por tres columnas simples, con capiteles con motivos vegetales. La fachada principal es de estilo neogótico y en ella se sitúa la torre del campanario, de planta cuadrada, y la portada de arco apuntado, sobre la cual se sitúa un rosetón. En el tímpano de esta portada hay un relieve con el tema del Bautismo.

Interior

En la actualidad, el templo presenta tres naves y tres tramos separados por cuatro elegantísimas columnas jónicas de 13,65 m. de altura, quizá las más hermosas del Renacimiento español, no en valde, técnicamente fueron diseñadas por Diego de Siloé y artísticamente por Jerónimo Quijano. Los muros perimetrales son góticos con pilares adosados y capillas cubiertas con bóvedas de crucería. Las bóvedas de las naves son de una gran exuberancia barroca,

Vista nocturna junto Casa Consistorial.

realizadas en 1690. La capilla mayor, de cinco paños, se cubre con bóveda de crucería gótica del siglo XVI. En esta capilla mayor y en el lugar que ocupaba el desaparecido retablo, se construyeron tres grandes vidrieras que representan: la del centro a san Juan Bautista, y las de los laterales, la Visitación y el Bautismo de Jesús. En los paños de acceso hay dos grandes cuadros originales de José María García fechados en 1862, aunque tenían un gran marco cuando se construyeron las vidrieras, se les dio un remate ojival. La capilla absidal del lado del Evangelio -de la Virgen de los Llanos- tiene una curiosa bóveda de crucería con linterna superior. La primera capilla del lado de la Epístola tiene columnas helicoidales del gótico final. Aquí está el enterramiento del siglo XVI del obispo don Bernardo de Andújar, que fue auxiliar del de Cartagena mientras el titular (don Mateo Lang) acompañaba al emperador Carlos V. Otras capillas presentan variadas bóvedas estrelladas. Lamentablemente, durante la Guerra Civil, desaparecieron numerosas obras artísticas, entre ellas el gran retablo barroco mayor.

En el año 1958, el presbítero de Ayora, Casimiro Escribá, recibió el encargo de realizar la que aún es la mayor obra pictórica de un solo autor en todo el mundo: una seie de óleos sobre soporte de tela de lienzo imprimado, formando así once paramentos y lunetos con una superficie total de unos 1000 metros cuadrados, que posteriormente fueron adheridos a los muros.

La Capilla de la Virgen de los Llanos guarda un bello retablo renacentista con tablas del Maestro de Albacete, pintor en la órbita de Hernando Yáñez de la Almedina y Hernando de los Llanos, que son La Anunciación, La Adoración de los Pastores, La Oración en el Huerto y la Resurrección, más las representaciones de Isaías y Salomón en la predella. La imagen titular de la Virgen de los Llanos, patrona de Albacete, ofrece un aspecto barroco, aunque en su espalda guarda las cabezas de la Virgen y el Niño de la primitiva imagen gótica, del siglo XV, colocadas en ese lugar en el año 1631. En esta capilla hay una gran tabla del Juicio de San Miguel y el Juicio de Almas, del siglo XVI, y un monumento con el busto del primer obispo de Albacete, el cardenal Tabera y Araoz, del escultor Pérez Comendador.

Vista general del interior.

En distintas capillas se veneran algunas obras escultóricas del imaginero valenciano José Díes López (Jesús Nazareno, Cristo de la Agonía, La Dolorosa, Descendimiento, Virgen de Cortes, Inmaculada Concepción, , San José, Virgen de Loreto y San Juan Bautista). Un grupo escultórico importante es el Santo Entierro, del murciano Juan González Moreno. Tan solo hay dos esculturas antiguas, la de la Virgen de la Estrella, depósito del Ayuntamiento de Albacete, que fue la titular de las antiguas Casas Consistoriales, y que es una bella talla barroca, napolitana, de mediados del siglo XVIII; y La Virgen de la Piedad, neoclásica, de inicios del siglo XIX, atribuida al catalán Adrián Ferrán, y que es una réplica de la conservada en el Monasterio de Valldemosa, de Mallorca.

La Capilla de Jesús Nazareno, que en el siglo XVI fue del regidor don Juan de Molina, se cierra con una hermosa reja fechada en 1581 y realizada por el herrero Agustín López. La de Santa Rita tiene una reja del siglo XX, del artífice albaceteño Tejados.

La sacristía, situada en el ángulo noreste del edificio, se construyó en el siglo XVI, y ofrece un armónico espacio interno realizado por el cantero Juan Cubero, con artesonado plano de madera y cinco grandes grisallas murales que representan el Calvario, la Predicación del Bautista, la Magdalena ungiendo los pies a Cristo, la Consigna de las Llaves y la Conversión de San Pablo. Este conjunto pictórico es de un acentuado manierismo fechable en el último cuarto del siglo XVI; son de autor anónimo.

Aunque no accesible al público, el templo guarda una importante custodia para el Corpus Christi, realizada en 1581-1583 por el platero murciano Bernardo Muñoz; así como una bella cruz procesional y un ostensorio con el Lignum Crucis, ambas piezas también del siglo XVI. Asimismo, hay algunos cálices del siglo XVII y un hermoso juego de altar de 1861 del platero madrileño Juan Sellán. De las mismas fechas es la corona de la Virgen de los Llanos, también madrileña, donada por la Condesa de Villaleal y obra de Francisco Moratilla.

Los murales de Casimiro Escribá

En 1958, tras constituirse la diócesis de Albacete y recibir el templo la consideración de catedral, su obispo, monseñor Arturo Tabera y Araoz, encarga a Casimiro Escribá, sacerdote valenciano y por aquel entonces presbítero de Ayora, como encargado de la decoración de los muros. Escribá tardó casi cinco años en tener terminadas las pinturas, comenzando el 2 de enero de 1958 y finalizándolas el 14 de octubre de 1962. Todo el trabajo lo realizó en su estudio situado en el ático de su casa, en Ayora, mientras continuaba con su labor como adjutor de la parroquia de dicha localidad. El resultado fue la mayor obra pictórica realizada por un único autor en todo el mundo y su coste, según publicaron los periódicos del momento, ascendió a tres millones de pesetas de la época. [2]

Se trata de una seie de óleos sobre soporte de tela de lienzo imprimado, formando así once murales con una superficie total de unos 1000 metros cuadrados, que posteriormente fueron adheridos en los paramentos y lunetos.

La temática gira alrededor de once episodios la Biblia, interpretados de tal modo muy que las descripciones literales de algunos textos sagrados (la Asunción, la Anunciación y la Creación del Mundo) dejan paso a otras en las que Escribá traspasa los límites del contexto de los hechos narrados, incluyendo numerosas representaciones muy idealizadas e incluso intencionadamente anacrónicas (El Reinado del sagrado Corazón, la Redención, Refugio de Pecadores, La Eucaristía, La Reina de la Paz y Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis). Asimismo, para la representación de las figuras humanas, tomó como modelos a amigos y vecinos de la localidad Ayora, a los cuales pintó al natural.

Véase también

Referencias

Bibliografía

  • Luis G. García-Saúco Beléndez. La Catedral de San Juan Bautista de Albacete. Artes Gráficas Flores, Albacete, 1979. I.S.B.N. 8460014029 [1]
  • Luis G. García-Saúco Beléndez. Apuntes para una historia del Arte de Albacete. Tomos I y II. La Siesta del Lobo. Albacete, 2006 y 2007.
  • Rafael Mateos y Sotos. El templo parroquial de San Juan Bautista. Apuntes relativos a su construcción. Seminario de Arte y Arqueología de Albacete. 1951.

Enlaces externos