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La historia de los indígenas de la Argentina ha estado marcada desde hace cinco siglos por el contacto con los pueblos no indígenas: en una primera etapa los españoles y, tras la independencia de la Argentina, los argentinos. Descendientes de una larga historia de poblamientos, migraciones y evoluciones culturales de más de 120 siglos, habían desarrollado culturas completamente autónomas y aisladas de cualquier contacto fuera de América, llegando en algunos casos a desarrollar un desarrollo cultural basado en la agricultura y la ganadería, mientras el resto vivían en un estado de desarrollo paleolítico, es decir de cazadores-recolectores.

Su desarrollo cultural autónomo se vio abruptamente alterado con la llegada de los españoles: los pueblos sedentarios fueron sometidos a la dominación española, mientras que las bandas de cazadores nómades debieron mantenerse alejados de las poblaciones «blancas» para no correr la misma suerte. A largo plazo, las poblaciones sedentarias fueron incorporadas cultural y materialmente a la población de la colonia española, mientras que los grupos nómades, cuya vida fue intensamente modificada por la incorporación del caballo y la difusión del ganado vacuno cimarrón, vieron caracterizadas sus relaciones con los españoles rioplatenses por una hostilidad permanente y una guerra intermitente a lo largo de la extensa «frontera» entre unos y otros. Los malones, pillajes y represalias fueron la forma más usual de relación entre «salvajes» y «civilizados» hasta que, ya a fines del siglo XIX, terminaron de ser incorporados a lo que ya se llamaba la Argentina.

A comienzos del siglo XX, los argentinos llegaron a convencerse de la casi completa extinción de las etnias indígenas. Sin embargo, a lo largo de ese siglo, el avance de los derechos sociales para las poblaciones urbanas facilitó que grupos culturales específicos, entre ellos los pueblos originarios, hiciesen sentir su voz y lograsen reivindicar sus derechos como comunidades con derechos propios; en primer lugar, el derecho a sus territorios ancestrales, pero también a la atención de sus necesidades culturales y sanitarias específicas. A principios del siglo XXI, con una Constitución Nacional que los reconoce como poseedores de derechos como comunidades, han alcanzado un alto grado de visibilidad, aunque esta se haya logrado principalmente a través de protestas, a veces violentas, y las consiguientes respuestas represivas.

En el censo realizado en el año 2010, 955 032 personas se autorreconocieron como indígenas o descendientes de pueblos indígenas en la Argentina, representando con ello el 2,4% de la población nacional.[1]

Situación inicial[editar]

La población del actual territorio argentino a principios del siglo XVI de nuestra era debió ser algo mayor a los 300 000 habitantes, con una densidad de entre 0,12 y 0,2 hab/km². La distribución espacial era muy desigual, debido principalmente a características ecológicas y a la forma de vida predominante en cada región: alrededor de los ⅔ del total vivían en el noroeste, donde la densidad de población superaba los 0,5 hab/km², mientras que en la Patagonia la densidad poblacional no superaba los 0,015 hab/km².[2]

Pueblos canoeros[editar]

La zona del canal de Beagle y el archipiélago que llega hasta el cabo de Hornos estaba habitado por los yaganes o yámanas, un pueblo de cultura primitiva, muy especializado en el aprovechamiento de la fauna marina: pescaban, cazaban aves marinas y lobos marinos, recogían moluscos bivalvos y cazaban animales terrestres, incluidos los guanacos. Desarrollaron una industria lítica elemental, junto con un avanzado uso de herramientas hechas con huesos y conchas marinas; desconocían la cerámica, pero habían desarrollado la cestería. Distribuían su vida entre largas expediciones marítimas a bordo de canoas monoxilas y la permanencia en toldos construidos con ramas en la playa.[3]

Pueblos cazadores-recolectores[editar]

En toda la región patagónica, la región pampeana y el norte de la isla Grande de Tierra del Fuego habitaban los pueblos del llamado «complejo chon» o «complejo tehuelche», racialmente muy uniformes, con un desarrollo cultural muy similar y que hablaban una sola familia de lenguas, las lenguas chon. Eran estos, de sur a norte, los haush, los selknam u onas, los tehuelches, los puelches o günunna kena, y los pueblos pampas, que hablaban las lenguas het. Eran cazadores nómades de guanacos, que en ciertas zonas lograban cierta clase de especialización, como la recolección de frutos del caldén o del algarrobo, o la caza de venados o coipos en algunas zonas específicas. Habían desarrollado una avanzada industria lítica, acompañada de una cerámica básica y una utilería muy elemental, necesaria para no excederse en la carga en sus frecuentes traslados.

Al norte de ellos, en la región chaqueña, los guaicurúes y los wichis eran también pueblos cazadores del mismo tipo racial patagónico, aunque la riqueza de la flora y fauna de las regiones boscosas donde habitaban les permitía variar su dieta, con mayores aportes de vegetales y pescado, construir chozas de madera y desplazarse a menores distancias, con la consiguiente mayor riqueza de su utilería. Junto a ellos, los vilelas también eran pueblos cazadores y pescadores, que en los últimos siglos antes de la llegada de los españoles parecen haberse especializado en el pillaje de las comunidades sedentarias.

En la mesopotamia, varios pueblos emparentados como los chanás, yaros y minuanes, vivían en el mismo estado de desarrollo ligado a la caza, pesca y recolección de miel y productos vegetales. Su cerámica era la más avanzada de entre todos los pueblos organizados en bandas de cazadores: aunque tosca y pesada, estaba ricamente adornada.

En el sur de la provincia de Mendoza y el norte de la provincia del Neuquén, un grupo de pueblos mutuamente relacionados, de los cuales los más conocidos son los pehuenches, los puelches algarroberos y los chiquillanes, se habían especializado en la recolección de frutos del pehuén y del algarrobo, lo que los forzaba a una vida relativamente sedentaria, sin abandonar por eso las largas expediciones de caza de guanacos y huemules.

Agricultores del litoral[editar]

Timbúes y otros pueblos arahuacos

Guaraníes

Pueblos agricultores periféricos[editar]

Pueblos agricultores andinos[editar]

el Collasuyo

Primeros contactos con los españoles[editar]

Intercambios pacíficos[editar]

adornos y hierro por comida y oro

Choques violentos[editar]

La encomienda[editar]

Mestizaje[editar]

Misiones[editar]

(antes de los jesuitas)

El establecimiento de los españoles[editar]

Pueblos de indios[editar]

[4]

Rebeliones masivas[editar]

Traslados forzados[editar]

Las misiones jesuíticas[editar]

Decadencia poblacional[editar]

Decadencia cultural[editar]

idioma, costumbres, agricultura, arquitectura

Uniformización cultural: los collas[editar]

El quichua en Santiago del Estero[editar]

Desaparición étnica y fin gradual de los pueblos de indios[editar]

Las misiones jesuíticas a mediados del siglo XVIII[editar]

Más allá de las fronteras[editar]

Adopción del caballo y caza de ganado vacuno[editar]

Araucanización[editar]

Guaycurización[editar]

Malones y comercio de ganado[editar]

Los indios del fin del mundo[editar]

tehuelches, onas, yaganes

En torno a la independencia argentina[editar]

Expulsión de los jesuitas y dispersión de los guaraníes[editar]

La "libertad de los indios"[editar]

Una guerra casi continua[editar]

Evolución cultural y poblacional del área araucana[editar]

Evolución cultural y poblacional del área chaqueña[editar]

Las campañas al desierto y la peste[editar]

La conquista definitiva[editar]

Conquista del desierto[editar]

que no estaba desierto

Conquista del Chaco[editar]

El destino de los vencidos[editar]

peones y obrajes

Conquista de la Patagonia[editar]

Tierra del Fuego[editar]

Las últimas violencias militares[editar]

Migraciones en el siglo XX[editar]

La autoconciencia[editar]

Ya no quedan indios[editar]

porque no son censados

Los blancos estudian a los indios desaparecidos[editar]

Los blancos estudian a los indios vivos[editar]

Organizaciones campesinas, derechos sociales[editar]

la Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró en el Fallo “Lorenzo Guari” de 1929, que los indígenas no tenían derecho a la posesión comunitaria, ni a ser sujetos de derecho colectivo como comunidad[5]

Los indios reclaman: los malones de la paz[editar]

Los indígenas se reconocen a sí mismos[editar]

Reclamos de tierra[editar]

Organizaciones indígenas[editar]

Territorios indígenas[editar]

Ayer nomás[editar]

Evolución poblacional y censos indígenas[editar]

Educación bilingüe[editar]

Desde la recuperación de la democracia[editar]

[6]

Conflictos interétnicos[editar]

Conflictos presentes[editar]

¿Resistencia Ancestral Mapuche?

Referencias[editar]

  1. «Resultados definitivos del Censo del Bicentenario. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010» (web). Instituto Nacional de Estadística y Censos. 2012. Archivado desde el original el 23 de septiembre de 2015. Consultado el 11 de mayo de 2013. 
  2. Suriano, Juan, y Lobato, Mirta Zaida (2013). «Comunidades indígenas que ocupaban el territorio en el siglo XVI». Nueva Historia Argentina. Atlas Histórico. Sudamericana. 
  3. Canclini, Arnoldo (2007). Tierra del Fuego, de la Prehistoria a la Provincia. Monte Olivia / Dunken. pp. 18-25. 
  4. [1]
  5. [2]
  6. [3]

Bibliografía[editar]

  • Aschero, Carlos A. (2000). «El poblamiento del territorio». En Tarragó, Myriam N., ed. Los pueblos originarios y la conquista. Nueva Historia Argentina. Sudamericana. .....
  • Bonnin, Mirta; Laguens, Andrés (2000). «Esteros y algarrobales: las sociedades de las Sierras Centrales y la llanura santiagueña». En Tarragó, Myriam N., ed. Los pueblos originarios y la conquista. Nueva Historia Argentina. Sudamericana. .....
  • Assadourian, Alberto (2017). Pasado indígena de Córdoba. Detodoslosmares. 
  • Canals Frau, Salvador (1986) [1953]. Las poblaciones indígenas de la Argentina. Hyspamérica. 
  • Carrasco, Morita (2000). Los derechos de los pueblos indígenas en Argentina. IWGIA. 
  • Ceruti, Carlos N. (2000). «Ríos y praderas: los pueblos de litoral». En Tarragó, Myriam N., ed. Los pueblos originarios y la conquista. Nueva Historia Argentina. Sudamericana. 
  • González, Alberto Rex; Pérez, José A. (2000) [1972]. Argentina indígena; vísperas de la conquista. Paidós. 
  • Mandrini, Raúl (2008). La Argentina aborigen. De los primeros pobladores a 1910. Siglo XXI. 
  • Martínez Sarasola, Carlos (2013). Nuestros paisanos los indios. Del Nuevo Extremo. 
  • Palermo, Miguel Ángel (2000). «A través de la frontera: economía y sociedad indígenas desde el tiempo colonial hasta el siglo XIX». En Tarragó, Myriam N., ed. Nueva Historia Argentina. Sudamericana. 
  • Politis, Gustavo G. (2000). «Los cazadores de la llanura». En Tarragó, Myriam N., ed. Los pueblos originarios y la conquista. Nueva Historia Argentina. Sudamericana. 
  • Politis, Gustavo G. (2010). El poblamiento de América. Eudeba. .....
  • Raffino, Rodolfo A. (2007). Poblaciones indígenas en Argentina. Emecé. .....
  • Ras, Norberto (2006). La guerra por las vacas. Galerna. 

Bibliografía adicional[editar]

  • Bandieri, Susana (2005). Historia de la Patagonia. Sudamericana. 
  • Bazán, Armando R. (1986). Historia del noroeste argentino. Plus Ultra. 
  • Bazán, Armando R. (1996). Historia de Catamarca. Plus Ultra. 
  • Bazán, Armando R. (1991). Historia de La Rioja. Plus Ultra. 
  • Bidondo, Emilio A. (1980). Historia de Jujuy. 
  • Bischoff, Efraín (1989). Historia de Córdoba. Plus Ultra. 
  • Casamiquela, Rodolfo (2006). Los pueblos (etnias) indígenas del ámbito pampeano-patagónico. Fundación Peter Walas. 
  • Casamiquela, Rodolfo (2003). «Poblamiento indígena de la Patagonia». Cuadernos de historia patagónica (CEHyS) (1): 17-46. 
  • Castello, Antonio Emilio (1991). Historia de Corrientes. Plus Ultra. 
  • Colombres, Adolfo (1976). La colonización cultural de la América indígena. Ediciones del Sol. 
  • Colombres, Adolfo (1975). Por la liberación del indígena. Ediciones del Sol. 
  • Curruhuinca, Curapil; Roux, Luis (1993). Las matanzas del Neuquén. Plus Ultra. 
  • Gianello, Leoncio (1986). Historia de Santa Fe. Plus Ultra. 
  • Hux, Meinrado (2003). Caciques Pampa-Ranqueles. El Elefante Blanco. 
  • Lapido, Graciela; Spota, Beatriz (1985). «El último malón: Fortín Yunka, 1919». Todo es Historia (215). 
  • Peyró, Miguel (2005). «La desaparición de las lenguas de la Patagonia». En Mameli, L. y Muntañola, E., ed. América Latina: Realidades diversas. Universitat Autònoma de Barcelona / Casa Amèrica-Catalunya. pp. 317-327. 
  • Núñez, Urbano J. (1980). Historia de San Luis. Plus Ultra. 
  • Ramírez Juárez, Evaristo (1968) [1946]. La estupenda conquista. Plus Ultra. 
  • Scenna, Miguel Ángel (1972). «San Carlos: la última batalla de Calfucurá». Todo es Historia (59). 
  • Terrera, Guillermo A. (1986). Caciques y capitanejos en la historia argentina. Plus Ultra. 
  • Ubertalli, Jorge Luis (1987). Guaycurú, tierra rebelde: tres sublevaciones indígenas. Antarca. 
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