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Las colinas de Malvern en el Reino Unido, las cuales según Alfred Watkins tienen una línea ley que pasa a lo largo de sus crestas.

Las líneas ley son alineaciones rectas trazadas entre varias estructuras históricas y puntos de referencia destacados. El concepto fue desarrollado a principios del siglo XX en Europa, y sus proponentes argumentaban que estas alineaciones fueron descubiertas o reconocidas por las sociedades antiguas que erigieron dichas estructuras, y deliberadamente las colocaron a lo largo de ellas. Desde la década de 1960, los miembros del movimiento "Misterios de la Tierra" y otras tradiciones esotéricas han creído que tales líneas ley delimitan las "energías de la tierra" y sirven como guías para naves extraterrestres. Los arqueólogos y científicos, en cambio, consideran las líneas ley como un ejemplo de pseudoarqueología y pseudociencia.

La idea de "líneas ley" como caminos rectos a través del paisaje fue propuesta por el anticuario inglés Alfred Watkins en la década de 1920, particularmente en su libro The Old Straight Track. Él argumentaba que se podían trazar líneas rectas entre varias estructuras históricas y que estas representaban rutas comerciales creadas por las antiguas sociedades británicas. Aunque sus ideas llegaron a tener algunos seguidores, estas Watkins nunca fueron aceptadas por la academia arqueológica británica, hecho que lo frustró. Sus críticos notaron que sus ideas se basaban en el trazado de líneas entre sitios establecidos en diferentes períodos del pasado. También argumentaron que en la prehistoria, como en el presente, no era práctico viajar en línea recta a través de las áreas montañosas de Gran Bretaña, lo que hacía que sus líneas ley fueran poco probables como rutas comerciales. El término "ley", ahora generalmente denominado "línea ley",fue acuñado porque las líneas pasaban por lugares cuyos nombres contenían la sílaba "ley".[1]​ Independientemente a las ideas de Watkins, una noción similar, la de Heilige Linien ('líneas sagradas'): se planteó también en la década de 1920 en Alemania.

Historia[editar]

Antecedentes[editar]

La idea de que los antiguos sitios sagrados podrían haber sido construidos siendo alineados entre sí fue propuesta en 1846 por el reverendo Edward Duke, quien observó que algunos monumentos prehistóricos e iglesias medievales se alineaban entre sí. En 1909, esta idea fue de nuevo promovida en Alemania.[2]​ Allí, Wilhelm Teudt habría defendido la presencia de alineaciones lineales que conectaban varios sitios, pero sugirió que tenían una función religiosa y astronómica.[3]​ En Alemania, la idea se denominó Heilige Linien ('líneas sagradas'), una idea adoptada por algunos defensores del nazismo.[4]

Alfred Watkins y La vieja vía recta[editar]

Mapa de Alfred Watkins de dos supuestas líneas ley

La idea de las "líneas ley" como caminos que atravesaban el paisaje británico fue desarrollada por Alfred Watkins, un rico hombre de negocios y anticuario que vivía en Hereford.[5]​ Según su relato, conducía una vez por las colinas cerca de Blackwardine, Herefordshire, cuando miró a través del paisaje y observó la forma en que varias características se alineaban entre sí.[6]​Posteriormente, comenzó a dibujar líneas en sus mapas de Ordnance Survey, formándose la opinión de que los antiguos británicos tendían a viajar en línea recta, usando "puntos guía" a lo largo del paisaje para guiarse.[7]

Presentó su idea de las líneas ley en el libro de 1922 "Early British Trackways" y luego nuevamente, con mayor profundidad, en el libro de 1925 "The Old Straight Track".[8]​ En estas obras propuso la existencia de una red de caminos completamente rectos que intersectaban una variedad de estructuras prehistóricas, romanas y medievales.[2]​ En su opinión, estas vías rectas eran antiguas rutas comerciales.[9]​ Watkins también se basó en investigaciones anteriores para llegar a sus conclusiones; citó, por ejemplo, el trabajo del astrónomo inglés Norman Lockyer, quien había argumentado que las antiguas alineaciones podrían estar orientadas hacia la salida y la puesta del sol en los solsticios.[10]

Su trabajo refería al artículo de GH Piper presentado en el Woolhope Naturalists' Field Club en 1882, el cual señalaba que: "Una línea trazada desde la montaña Skirrid-fawr hacia el norte hasta Arthur's Stone pasaría sobre el campamento y el punto más al sur de Hatterall Hill, Oldcastle, el castillo de Longtown y los castillos de Urishay y Snodhill ".[11]

Watkins se refirió a estas líneas como "leys", aunque tenía reservas al respecto.[12]​ El término ley deriva del término en inglés antiguo para un espacio despejado, y Watkins lo adoptó para sus líneas porque descubrió que formaba parte de los nombres de lugares de varios asentamientos que estaban a lo largo de las líneas que trazó.[13]​ También observó la recurrencia de los vocablos "cole" y "dod" en los nombres de lugares en inglés, lo que sugiere que los individuos que establecieron estas líneas fueron conocidos como "coleman" o "dodman".[7]

Propuso también que el geoglifo de tiza hoy llamado Hombre Largo de Wilmington en Sussex era una representación de dichos individuos con su equipo de medición.[8]

Watkins creía que el Hombre Largo de Wilmington en Sussex representaba a un "dodman" prehistórico con su equipo para determinar una línea ley.

Sus ideas fueron rechazadas por la mayoría de los expertos en prehistoria británica de su tiempo, incluido el pequeño número de entusiastas y eruditos arqueológicos reconocidos locales.[14]​ Sus críticos señalaron que las líneas rectas que propuso habrían sido medios muy poco prácticas para cruzar terreno montañoso, y que muchos de los sitios que seleccionó como evidencia de las líneas ley tenían orígenes históricos dispares.[14]​ Algunas de las otras ideas de Watkins, como su creencia de que la tala generalizada de bosques tuvo lugar en la prehistoria y no más tarde, sin embargo, serían reconocidas más tarde por los arqueólogos.[15]​ Parte de las objeciones de los arqueólogos era su creencia de que los británicos prehistóricos no habrían sido lo suficientemente sofisticados para producir mediciones tan precisas en todo el paisaje. Los arqueólogos británicos estaban entonces abrumadoramente comprometidos con las ideas del difusionismo cultural y, por lo tanto, no aceptaban las ideas sobre las líneas ley como un desarrollo británico independiente.[16]

En 1926, los defensores de las creencias de Watkins establecieron el "Straight Track Club" (Club de la línea recta).[8]​ Para ayudar a este creciente grupo de entusiastas que buscaban sus propias líneas ley en el paisaje, en 1927, Watkins publicó el libro "The Ley Hunter's Manual".[8]

Los defensores de las ideas de Watkins enviaron cartas al arqueólogo O.G.S. Crawford, entonces editor de la revista académica sobre arqueología Antiquity. Crawford archivó estas cartas en una sección de su archivo titulada "Crankeries" (embustes) y le molestó que la gente educada creyera tales ideas cuando se demostraba que eran incorrectas.[17]​ Se negó a publicar un anuncio de The Old Straight Track en Antiquity, por lo que Watkins, a su vez, se enfadó mucho con él.[18]

El último libro de Watkins, "Archaic Tracks Around Cambridge", se publicó en 1932.[19]​Watkins murió el 7 de abril de 1935.[19]​ El Club le sobrevivió, aunque se volvió en gran parte inactivo al estallar la Segunda Guerra Mundial en 1939 y se disolvió formalmente en 1948.[19]​ El arqueoastrónomo Clive Ruggles señaló que después de la década de 1920, "las líneas ley pronto se desvanecieron en la oscuridad".[20]​ El historiador Ronald Hutton señaló de manera similar que había habido una "desaparición virtual" de la idea en la década de 1950, en parte debido a "un cansancio natural con un entusiasmo desgastado".[2]

Movimiento Misterios de la Tierra[editar]

Archivo:John Michell by Richard Adams.jpg
En la década de 1960, el escritor John Michell (en foto de 2008) desempeñó un papel importante en resurgimiento de la creencia en las líneas ley.

Desde la década de 1940 hasta la de 1960, la academia arqueológica floreció en Gran Bretaña debido a la formación de varios cursos universitarios sobre el tema. Esto ayudó a profesionalizar la disciplina y significó también que ya no sería un campo de investigación dominado por aficionados. [14]​Fue en la última década de este período cuando los miembros de la contracultura adoptaron la creencia en las líneas ley,[14]​y donde, en palabras del arqueólogo Matthew Johnson, se les atribuía "un significado sagrado o energía mística".[21]​Ruggles señaló que en este período, las líneas ley llegaron a ser concebidas como "líneas de poder, los caminos de alguna forma de fuerza espiritual o energía accesible a nuestros antiguos ancestros, pero ahora perdida para el pensamiento científico del siglo XX".[20]

En su libro Skyways and Landmarks de 1961, Tony Wedd publicó su idea de que las líneas ley de Watkins eran reales y servían como antiguas señalizaciones para guiar a las naves extraterrestres que visitaban la Tierra.[22]​ Llegó a esta conclusión después de comparar las ideas de Watkins con las del ufólogo francés Aimé Michel, quien defendía la existencia de las "orthotenies": líneas a lo largo de las cuales viajaban las naves extraterrestres.[23]​Wedd sugirió que o las naves espaciales estaban siguiendo los hitos prehistóricos como guía o que tanto las líneas ley como las naves espaciales estaban siguiendo una "corriente magnética" que fluía a través de la Tierra.[23]

Las ideas de Wedd fueron retomadas por el escritor John Michell, quien las promovió a una audiencia más amplia en su libro de 1967 The Flying Saucer Vision.[24]​ En este libro, Michell promovió la hipótesis de los antiguos astronautas, según la cual los extraterrestres habían ayudado a la humanidad durante la prehistoria, cuando los humanos adoraban a estas entidades como dioses, pero que los extraterrestres se fueron cuando la humanidad se volvió demasiado materialista y centrada en la tecnología. También argumentó que el materialismo de la humanidad la estaba conduciendo a la autodestrucción, pero que esto podría evitarse reactivando los centros antiguos que facilitarían un contacto renovado con los extraterrestres.[24]

Michell repitió sus creencias en su libro de 1969 The View Over Atlantis .[25]​Este fue descrito por Hutton como "casi el documento fundacional del movimiento moderno de misterios de la tierra".[2]​En él interpretó las líneas ley en referencia al concepto chino de líneas de energía de lung mei. Propuso que una sociedad antigua avanzada que una vez cubrió gran parte del mundo había establecido líneas ley a través del paisaje para aprovechar esta energía lung mei.[26]​ Al traducir el término lung mei como "sendas de dragón", reinterpretó cuentos de la mitología y el folclore ingleses en los que los héroes mataban dragones colocando a los cazadores de dragones en el papel de villanos.[27]​ Hutton señaló más tarde que las ideas de Michell "incorporaban un sentimiento religioso fervoroso, que aunque no era cristiano estaba fuertemente influenciado por modelos cristianos", adoptando un "tono evangélico y apocalíptico" que anunciaba la llegada de una "era de Acuario" en la que la sabiduría antigua sería restaurada.[24]​ Michell inventó varias afirmaciones sobre la evidencia arqueológica para adaptarlas a su propósito.[28]​ El veía a los arqueólogos como antagonistas, considerándolos la personificación del materialismo moderno contra el que estaba despotricando.[24]

A mediados de la década de 1970, Michell publicó un estudio de caso detallado sobre el distrito de West Penwith de Cornualles, en el que expuso lo que él creía que eran las líneas ley en el área.[29]​ Presentó esto como un desafío a los arqueólogos, instándolos a examinar sus ideas en detalle y afirmando que donaría una gran suma de dinero a la caridad si pudieran refutarlas.[30]​ Hutton señaló que el suyo era "el mejor trabajo topográfico" realizado entonces por pseudoarqueólogos en Gran Bretaña; [29]​ sin embargo, Michell había incluido afloramientos rocosos naturales así como cruces medievales en su lista de monumentos del Neolítico y la Edad del Bronce.[30]

La comunidad de cazadores de líneas ley[editar]

En 1962, un grupo de ufólogos estableció el Club de cazadores de líneas ley (Ley Hunter's Club).[23]​ La publicación de Michell fue seguida por un aumento en la búsqueda de líneas ley cuando los entusiastas viajaron por el paisaje británico buscando identificar lo que creían que eran líneas ley que conectaban varias estructuras históricas.[31]​ Las iglesias parroquiales fueron particularmente favorecidas por los cazadores de líneas ley, quienes a menudo asumían que tales iglesias casi siempre se habían construido sobre sitios sagrados precristianos.[31]​ Las décadas de 1970 y 1980 también vieron el aumento de publicaciones sobre el tema de las líneas ley.[31]​Un entusiasta de las líneas ley, Philip Heselton, fundó la revista Ley Hunter,[24]​ que se lanzó en 1965.[23]​Más tarde fue editada por Paul Screeton, quien también escribió el libro Quicksilver Heritage, en el que argumentaba que durante el período neolítico había existido una sociedad idílica dedicada a la espiritualidad, pero esto habría llegado a su fin con la introducción de las tecnologías del metal en la Edad del Bronce. Argumentaba que, sin embargo, esta edad de oro podría restaurarse.[31]​Otro libro clave producido entre la comunidad de cazadores ley fue Mysterious Britain, escrito por Janet y Colin Bord.[31]

En la década de 1960, Philip Heselton (fotografiado en 2005) fundó la revista Ley Hunter .

Parte de la popularidad de la "cacería de lineas ley" era que personas sin ningún tipo de formación profesional en arqueología podían participar y sentir que redescubrían "los paisajes mágicos del pasado".[32]​La caza de líneas ley dio la bienvenida a aquellos que tenían "un gran interés en el pasado pero se sentían excluidos de los estrechos confines de la academia ortodoxa".[33]​El movimiento de caza de líneas ley a menudo combinaba sus actividades con otras prácticas esotéricas o pseoudocientíficas, como la numerología y la radiestesia.[34]​El movimiento tenía una base diversa, compuesta por individuos de diferentes clases y de diferentes opiniones políticas: en el se encontraban miembros adherentes de ideologías tanto de izquierda radical como de derecha radical. [35]​ Los cazadores Ley a menudo diferían en cómo entendían las líneas Ley; algunos creían que estas solo marcaban una corriente de energía preexistente, mientras que otros pensaban que ayudaban a controlar y dirigir esta energía. [36]​ Sin embargo, en general estaban de acuerdo en que las líneas ley se establecieron entre el 5000 a. C. y el 2600 a. C., después de la introducción de la agricultura pero antes de la introducción del metal en Gran Bretaña. [37]​ Para muchos de ellos este período neolítico era visto como una edad de oro en la que los británicos vivían en armonía con el entorno natural. [36]

Las actitudes hacia el establecimiento arqueológico variaron entre los cazadores de líneas ley, algunos de los cuales querían convertir a los arqueólogos a sus creencias y otros creían que esa era una tarea imposible. [35]​ Sin embargo, a menudo se interesaron por el trabajo de arqueoastrónomos como Alexander Thom y Euan Mackie, atraídos por sus argumentos sobre la existencia de astrónomos-sacerdotes sofisticados en la prehistoria británica. [29]​ Al sugerir que los británicos prehistóricos eran mucho más avanzados en matemáticas y astronomía de lo que los arqueólogos habían aceptado previamente, se consideró que el trabajo de Thom otorgaba credibilidad adicional a las creencias de los cazadores de líneas ley. [38]​ Thom prestó cierto apoyo a la idea de las líneas leys; en 1971 expresó la opinión de que los ingenieros británicos del Neolítico habrían sido capaces de medir una línea recta entre dos puntos que de otro modo no serían visibles entre sí. [39]

Paul Devereux sucedió a Screeton como editor de Ley Hunter. Él estaba más preocupado que muchos otros cazadores de líneas ley por encontrar pruebas objetivas de la idea de que se podían medir formas inusuales de energía en lugares donde las comunidades prehistóricas habían erigido estructuras. [35]​ Fue uno de los miembros fundadores del "Proyecto Dragón", lanzado en Londres en 1977 con el propósito de realizar pruebas de radioactividad y ultrasonidos en sitios prehistóricos, particularmente los círculos de piedra creados a finales del Neolítico y la Edad del Bronce Temprano. [35]​ El Proyecto Dragón continuó su investigación a lo largo de la década de 1980, encontrando que ciertos sitios prehistóricos mostraban índices de radiación más altos o más bajos que el promedio, pero otros no y que no había un patrón consistente. [35]​ Los arqueólogos profesionales, cuya visión de los cazadores de líneas ley era en gran medida negativa, mostraron poco interés en tal investigación. [35]

Fue solo en la década de 1980 que los arqueólogos profesionales en Gran Bretaña comenzaron a participar en el movimiento de caza líneas ley. [30]​ En 1983, se publicó Ley Lines in Question, un libro escrito por los arqueólogos Tom Williamson y Liz Bellamy. En este trabajo, Williamson y Bellamy consideraron y abordaron la evidencia que los defensores de las líneas ley habían acumulado en apoyo de sus creencias. [30]​Como parte de su libro, examinaron el ejemplo del distrito de West Penwith que Michell había propuesto como un desafío para los arqueólogos durante la década anterior. [30]​Destacaron que el paisaje británico estaba tan cubierto de monumentos históricos que era estadísticamente improbable que se pudiera trazar una línea recta a través del paisaje sin pasar por varios de esos sitios. [30]​También demostraron que los cazadores de líneas ley habían dicho a menudo que ciertos marcadores eran neolíticos y, por lo tanto, más o menos contemporáneos entre sí, cuando a menudo eran de fechas muy diferentes, como la Edad del Hierro o la Edad Media. [30]​El mensaje general del libro de Williamson y Bellamy era que la idea de las líneas ley, tal como la presentaban los defensores de los Misterios de la Tierra, no tenía base en la realidad empírica. [30]​ Mirando hacia atrás en la recepción del libro en 2000, Williamson señaló que "los arqueólogos no estaban particularmente interesados, y la gente de las líneas ley era hostil". [40]

Cisma en la comunidad[editar]

Desde una cierta perspectiva, la historia de la caza de líneas ley es la de un movimiento religioso moderno clásico, que surgió con un lenguaje apocalíptico y se apropió de algunos de los lugares comunes del cristianismo evangélico, floreció por un breve tiempo y luego se hundió en un conjunto de motivos y suposiciones. Siendo retenida por una subcultura particular de creyentes. Desde otro, es una historia frustrante de oportunidades perdidas. El descuido del paisaje y la experiencia sensorial por parte de la arqueología dominante a mediados del siglo XX fue de hecho una omisión grave, que los investigadores de los misterios de la tierra bien podrían haber remediado para el beneficio duradero del conocimiento [...] el conjunto dogmático de ideas, sin embargo, pasó esto por alto para centrarse en un intento de prueba de creencias que, en última instancia, se basaban solo en la fe.
—Historiador Ronald Hutton, 2013[41]

El libro de Williamson y Bellamy provocó dos tipos de respuestas diferentes por parte de la comunidad de cazadores de líneas ley: [42]​ Algunos sostuvieron que incluso si la presencia de energías terrestres atravesando líneas ley no pudiera demostrarse con evidencia empírica y argumentación racional, esto no importaba; para ellos, creer en las líneas ley era un acto de fe y, en su opinión, los arqueólogos eran demasiado estrechos de miras para comprender esta realidad. [42]​ El otro enfoque fue involucrar aún más a los arqueólogos mediante la búsqueda de nuevos datos y argumentos para reforzar sus creencias en las líneas ley. [42]​ Hutton señaló que esto provocó "una fisura potencial entre el racionalismo y el misticismo que siempre habían sido inherentes al movimiento". [42]

En 1989, se publicó un libro que Devereux había escrito junto con Nigel Pennick, Lines on the Landscape.[43]​Este dejaba a un lado las ideas de líneas ley que representan canales para la energía terrestre, señalando que esto estaba más allá del ámbito de la verificación científica y, en cambio, se centró en tratar de construir un caso para las líneas ley con las que los arqueólogos pudieran involucrarse. [44]​ En particular, enfocaba la atención sobre las creencias registradas etnográficamente sobre la importancia de las líneas que atraviesan el paisaje en varias comunidades de todo el mundo, y las propuso como comparaciones etnográficas de lo que podría haber ocurrido en la Gran Bretaña prehistórica. [42]​ Hutton calificó el libro como "un avance importante", ya que era "con mucho el trabajo mejor investigado, inteligentemente escrito y bellamente producido hasta ahora publicado respecto a las líneas ley". [44]​ Devereux siguió con este enfoque en una serie de libros adicionales. [42]

Reflejando su movimiento hacia la arqueología, en 1991, Devereux publicó un artículo sobre las líneas de visión del sitio prehistórico de Silbury Hill, Wiltshire en Antiquity, una respetada revista de arqueología británica. [45]​ En la década de 1990, la arqueología británica se había vuelto más abierta a las ideas sobre el lenguaje y la cognición, temas en los que los entusiastas de los Misterios de la Tierra habían estado interesados durante mucho tiempo. [45]​ Un ejemplo destacado de esto fue el trabajo de Christopher Tilley, quien ideó la idea de la fenomenología, o el uso de los sentidos humanos para experimentar un paisaje como un medio para tratar de determinar cómo las sociedades pasadas habrían hecho lo mismo. [45]

La revista Ley Hunter dejó de publicarse en 1999. [45]​ Su último editor, Danny Sullivan, declaró que la idea de las líneas ley "estaba muerta". [45]​ Hutton sugirió que parte del entusiasmo que antes se dirigía hacia las líneas ley se dirigía ahora en cambio hacia la arqueoastronomía. [46]​ También señaló que la comunidad de caza líneas ley había "funcionado como un campo de entrenamiento indispensable para un grupo pequeño pero importante de eruditos no académicos que han realizado una contribución genuina al estudio del folclore y la mitología". [47]​ Pennick, por ejemplo, pasó a escribir una serie de libros cortos y folletos sobre el folclore europeo. [45]​ Otro prominente cazador de líneas ley, Bob Trubshaw, también escribió varios libros sobre estos temas y se desempeñó como editor para otros. [45]​Jeremy Harte, editor de Wessex Earth Mysteries, posteriormente produjo varios libros sobre folclore; su libro sobre la tradición británica de las hadas ganó más tarde el premio anual de la Sociedad de Folclore. [45]

Los paganos modernos en Gran Bretaña a menudo creen en líneas ley que atraviesan sitios antiguos, como Coldrum Long Barrow en Kent.

En 2005, Ruggles señaló que "en su mayor parte, las líneas ley representaban un episodio infeliz ahora consignado a la historia". [48]​ Sin embargo, la creencia en las líneas ley persiste entre varios grupos esotéricos, habiéndose convertido en una "característica perdurable de algunas formas de esoterismo". [42]​ Como observó Hutton, la creencia en "las energías de la tierra antigua ha llegado tan lejos en la experiencia religiosa de la contracultura de la 'Nueva Era' de Europa y América que es poco probable que cualquier prueba de evidencia pueda poner fin a la creencia en ellas". [49]​ Durante las décadas de 1970 y 1980, la creencia en las líneas ley alimentó a la comunidad pagana moderna. [50]​ La investigación que tuvo lugar en 2014, por ejemplo, encontró que varios druidas modernos y otros paganos creían que había líneas ley centradas en el sitio del Neolítico temprano de Coldrum Long Barrow en Kent, sureste de Inglaterra. [51]

En la ciudad estadounidense de Seattle, una organización de radiestesia llamada Geo Group trazó lo que creían que eran las líneas ley a través de la ciudad. Afirmaron que su "proyecto convirtió a Seattle en la primera ciudad de la Tierra en equilibrar y ajustar su sistema de líneas ley". La Comisión de Artes de Seattle contribuyó con $5,000 al proyecto, lo que generó críticas de miembros del público que lo consideraron una pérdida de dinero. [52]

Críticas[editar]

Alineaciones de líneas ley de ocho puntos de pizzerías en Londres

Las líneas son consideradas como una forma de pseudociencia. [53]​ En The Skeptic's Dictionary, el filósofo y escéptico estadounidense Robert Todd Carroll señala que ninguna de las afirmaciones sobre las fuerzas magnéticas que sustentan las supuestas líneas ley ha sido verificada científicamente. [52]

Williamson y Bellamy caracterizaron las líneas ley como "una de las pistas falsas más grandes en la historia del pensamiento popular". [33]

Una crítica a la teoría de la línea ley de Watkins afirma que dada la alta densidad de sitios históricos y prehistóricos en Gran Bretaña y otras partes de Europa, encontrar líneas rectas que "conectan" los sitios es trivial y facilmente atribuible a la coincidencia simplemente por cuestón de estadística. Johnson afirmó que "las líneas ley no existen". Citó el trabajo de Williamson y Bellamy para demostrar esto, y señaló que su investigación mostró cómo "la densidad de sitios arqueológicos en el paisaje británico es tan grande que una línea dibujada a través de prácticamente cualquier lugar intersectará varios de estos sitios". [21]

Un estudio de David George Kendall usó técnicas de análisis de formas para examinar los triángulos formados por piedras verticales para deducir si a menudo estaban dispuestas en líneas rectas. La forma de un triángulo se puede representar como un punto en la esfera, y la distribución de todas las formas se puede considerar como una distribución sobre la esfera. La distribución de la muestra de los menhires se comparó con la distribución teórica para mostrar que la aparición de líneas rectas no superaba el promedio. [54]

El arqueólogo Richard Atkinson demostró esto una vez tomando las posiciones de las cabinas telefónicas y señalando la existencia de "líneas ley de cabinas telefónicas". Esto, argumentó, demostraba que la mera existencia de tales líneas en un conjunto de puntos no prueba que las líneas sean artefactos deliberados, especialmente porque se sabe que las cabinas telefónicas no se dispusieron de tal manera ni con tal intención. [20]

En 2004, John Bruno Hare escribió:

Watkins nunca atribuyó ningún significado sobrenatural a las líneas ley; creía que se trataba simplemente de caminos que habían sido utilizados con fines comerciales o ceremoniales, de origen muy antiguo, posiblemente del Neolítico, ciertamente prerromano. Su obsesión por las líneas ley fue una consecuencia natural de su interés por la fotografía de paisajes y su amor por la campiña británica. Era una persona intensamente racional con un intelecto activo, y creo que estaría un poco decepcionado con algunos de los aspectos marginales de las líneas ley de hoy.
John Bruno Hare, Early British Trackways Index[55]

Ver también[editar]

  • Cursus — tipo de estructura neolítica
  • Feng shui — sistema filosófico chino de origen taoísta
  • Huaca — término quechua para designar a sacralidades incaicas como: santuarios, ídolos, templos, tumbas, momias, lugares sagrados
  • Mandala — representación simbólica espiritual del cosmos
  • Pareidolia — fenómeno psicológico

Referencias[editar]

notas al pie[editar]

  1. Clive L. N. Ruggles, Ancient Astronomy: An Encyclopaedia Of Cosmologies and Myth, p. 224 (ABC-CLIO, Inc., 2005). ISBN 1-85109-477-6
  2. a b c d Hutton, 1991, p. 121.
  3. Williamson y Bellamy, 1983, p. 16.
  4. Ruggles, 2005, p. 225; Regal, 2009, p. 103.
  5. Hutton, 1991, p. 121; Hutton, 2013, p. 134.
  6. Williamson y Bellamy, 1983, pp. 11, 12.
  7. a b Williamson y Bellamy, 1983, p. 12.
  8. a b c d Williamson y Bellamy, 1983, p. 13.
  9. Hutton, 1991, p. 121; Hutton, 2013, p. 135.
  10. Williamson y Bellamy, 1983, p. 15; Ruggles, 2005, p. 224.
  11. Piper, G.H. (1888). Arthur's Stone, Dorstone. Transactions of the Woolhope Naturalists' Field Club 1881–82: 175–80.
  12. Hutton, 1991, p. 128.
  13. Williamson y Bellamy, 1983, p. 12; Hutton, 1991, p. 128.
  14. a b c d Hutton, 2013, p. 135.
  15. Williamson y Bellamy, 1983, p. 27.
  16. Williamson y Bellamy, 1983, pp. 16–17.
  17. Hauser, 2008, pp. 111–112; Stout, 2008, pp. 183–184.
  18. Williamson, 1983; Stout, 2008.
  19. a b c Williamson y Bellamy, 1983, p. 14.
  20. a b c Ruggles, 2005, p. 225.
  21. a b Johnson, 2010, p. 5.
  22. Williamson y Bellamy, 1983, pp. 14–15; Hutton, 2013, p. 135.
  23. a b c d Williamson y Bellamy, 1983, p. 15.
  24. a b c d e Hutton, 2013, p. 136.
  25. Williamson y Bellamy, 1983, p. 15; Hutton, 2013, p. 136.
  26. Hutton, 1991, p. 122; Hutton, 2013, p. 136.
  27. Hutton, 1991, p. 126.
  28. Hutton, 1991, pp. 126–127.
  29. a b c Hutton, 1991, p. 122.
  30. a b c d e f g h Hutton, 2013, p. 139.
  31. a b c d e Hutton, 2013, p. 137.
  32. Ruggles, 2005, pp. 225–226.
  33. a b Williamson y Bellamy, 1983, p. 11.
  34. Regal, 2009, p. 103; Hutton, 2013, p. 137.
  35. a b c d e f Hutton, 2013, p. 138.
  36. a b Williamson y Bellamy, 1983, p. 23.
  37. Williamson y Bellamy, 1983, p. 25.
  38. Williamson y Bellamy, 1983, pp. 18, 20.
  39. Hutton, 2013, p. 146.
  40. Anon, 2000.
  41. Hutton, 2013, pp. 141–142.
  42. a b c d e f g Hutton, 2013, p. 140.
  43. Hutton, 1991, p. 123; Hutton, 2013, p. 140.
  44. a b Hutton, 1991, p. 123.
  45. a b c d e f g h Hutton, 2013, p. 141.
  46. Hutton, 2013, p. 151.
  47. Hutton, 2013, p. 142.
  48. Ruggles, 2005, p. 226.
  49. Hutton, 1991, p. 129.
  50. Hutton, 1991, p. 337.
  51. Doyle White, 2016, p. 356.
  52. a b Carroll, 2015.
  53. Regal, 2009, p. 103.
  54. Kendall, David G. (May 1989). «A Survey of the Statistical Theory of Shape». Statistical Science 4 (2): 87-99. doi:10.1214/ss/1177012582. 
  55. «Early British Trackways Index». Sacred-texts.com. 17 June 2004. 

Bibliografía[editar]

 

  • Anon (13 de mayo de 2000). «The Ley of the Land». The Guardian. Consultado el 16 September 2019. 
  • Carroll, Robert Todd (3 December 2015). «Ley Lines». The Skeptic's Dictionary. Consultado el 16 September 2019. 
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  • Doyle White, Ethan (2016). «Old Stones, New Rites: Contemporary Pagan Interactions with the Medway Megaliths». Material Religion 12 (3): 346-372. S2CID 218836456. doi:10.1080/17432200.2016.1192152. 
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  • Williamson, Tom; Bellamy, Liz (1983). Ley Lines in Question. Tadworth: World's Work. ISBN 978-0-43719-205-9. 

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enlaces externos[editar]

Fuentes de datos

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Retiro de apoyo gubernamental[editar]

A partir de 2005 se han empezado a dar casos de gobiernos que tras evaluar la eficacia de la homeopatía deciden retirar el apoyo gubernamental a esta ya sea en anulando cobertura por el sistema de salud pública u otras medidas oficiales. Ente ellos se destacan los siguientes casos:


España


Reino unido


Suiza


Francia



Referencias[editar]



La genómica nutricional, también conocida como nutrigenómica, es una ciencia que estudia la relación entre el genoma humano, la nutrición humana y la salud. Las personas en el campo trabajan para desarrollar una comprensión de cómo el cuerpo responde a un alimento a través de la biología de sistemas, así como las relaciones entre genes y alimentos específicos.[1][2]

El término genómica nutricional o nutrigenómica entendido como la relación entre los alimentos y los genes heredados, se usó por primera vez en 2001.[3]

Introducción[editar]

El término "genómica nutricional" es un concepto general que incluye varias subcategorías, como nutrigenética, nutrigenómica y epigenética nutricional. Cada una de estas subcategorías explica algún aspecto de cómo los genes reaccionan a los nutrientes y expresan fenotipos específicos, como por ejemplo riesgos de enfermedad. Por ello se considera que existen múltiples campos de aplicación para la genómica nutricional. Como en intervenciones, terapia, prevención y tratamiento de envermedades.[4]

Antecedentes y salud preventiva[editar]

La ciencia de la nutrición surgió originalmente como un campo que estudiaba a los individuos que carecían de ciertos nutrientes y los efectos posteriores de esta carencia, como por ejemplo el escorbuto, enfermedad que resulta de la falta de vitamina C. La ciencia nutricional eventualmente fue expandiendo su area de atención a otras otras enfermedades estrechamente relacionadas con la dieta (aunque no fuese necesariamente por deficiencias en ella), como la obesidad.[1]

La nutrigenómica se enfoca en las alteraciones genéticas relacionadas a los nutrientes o la alimentación. Por ejemplo, el síndrome de Prader-Willi, una enfermedad cuyo factor más distintivo es el apetito insaciable, se ha relacionado específicamente con un patrón epigenético en el que la copia paterna en la región cromosómica se elimina por error y los loci maternos se desactivan por sobremetilación.[5][6]

Aplicaciones[editar]

Existen múltiples campos de aplicación para la genómica nutricional: Con una evaluación personalizada es posible identificar algunos trastornos específicos como la diabetes. La nutrigenómica puede también ayudar a planificar una ingesta y nutrición personalizada para mejorar la salud al evaluar a las personas y establecer requisitos nutricionales específicos.[7]

El foco se coloca en la prevención y corrección de trastornos genéticos específicos. Ejemplos de trastornos relacionados con la genética que mejoran con la corrección nutricional son la obesidad, la enfermedad coronaria (CHD), la hipertensión y la diabetes mellitus[8]

Existen ciertos trastornos genéticos que a menudo pueden prevenirse mediante la ingesta nutricional adecuada de los padres como por ejemplo la espina bífida[9]​ Y otros congénitos cuyo tratamiento puede ser dietario como la fenilcetouria.[10]

Enfermedad coronaria[editar]

Ciertos genes relacionados con la nutrición se manifiestan a través de la sensibilidad del cuerpo a los alimentos. En estudios sobre enfermedad coronaria se ha encontrado una relación entre la enfermedad y la presencia de dos alelos encontrados en los loci de apolipoproteínas E y B.[11]​ Estas diferencias de loci dan como resultado reacciones individualizadas al consumo de lípidos. Algunas personas experimentan un mayor aumento de peso y un mayor riesgo de cardiopatía coronaria, mientras que otras con diferentes loci no. La investigación ha demostrado una correlación directa entre la disminución del riesgo de cardiopatía coronaria y la disminución del consumo de lípidos en todas las poblaciones.[12]

Obesidad[editar]

La obesidad es uno de los temas más estudiados en genómica nutricional. Debido a las variaciones genéticas entre los individuos, cada persona podría responder a la dieta de manera diferente. Al explorar la interacción entre el patrón dietético y los factores genéticos, el objetivo de la nutrigenómica sería sugerir cambios en la dieta que podrían prevenir o reducir la obesidad teniendo en cuenta elperfil genético individual.[13]

Como ejemplo de estas relaciones se puede mencionar que las investigaciones han encontrado que parece haber algunos SNP que hacen que sea más probable que una persona aumente de peso con una dieta alta en grasas; personas con genotipo AA en el gen FTO mostraron un IMC más alto en comparación con aquellos con genotipo TT cuando tenían una ingesta dietética alta en grasas o baja en carbohidratos.[13]​ El APO B SNP rs512535 es otra variación relacionada con la dieta; Se encontró que el genotipo heterocigoto A / G tiene asociación con la obesidad (en términos de IMC y circunferencia de la cintura) y para individuos con una dieta habitual alta en grasas (> 35% de la ingesta energética), mientras que los individuos con genotipo homocigoto GG probablemente tengan un IMC más alto en comparación con los portadores del alelo AA. Sin embargo, esta diferencia no se encuentra en el grupo de bajo consumo de grasas (<35% de la ingesta energética).[13]

Fenilcetonuria[editar]

La fenilcetonuria, también conocida como PKU, es un trastorno metabólico autosómico recesivo poco común que tiene efecto en el posparto, pero los síntomas debilitantes pueden revertirse con una intervención nutricional.[4][10]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. a b Neeha, V. S.; Kinth, P. (2013). «Nutrigenomics research: a review». Journal of Food Science and Technology 50 (3): 415-428. PMC 3602567. PMID 24425937. doi:10.1007/s13197-012-0775-z. 
  2. Fenech, Michael; El-Sohemy, Ahmed; Cahill, Leah; Ferguson, Lynnette R.; French, Tapaeru-Ariki C.; Tai, E. Shyong; Milner, John; Koh, Woon-Puay et al. (2011). «Nutrigenetics and Nutrigenomics: Viewpoints on the Current Status and Applications in Nutrition Research and Practice». Journal of Nutrigenetics and Nutrigenomics 4 (2): 69-89. ISSN 1661-6758. PMC 3121546. PMID 21625170. doi:10.1159/000327772. 
  3. Peregrin, Tony (2001). «The new frontier of nutrition science: Nutrigenomics». Journal of the American Dietetic Association 101 (11): 1306. PMID 11716306. doi:10.1016/S0002-8223(01)00309-1. 
  4. a b Camp, Kathryn M.; Trujillo, Elaine (February 2014). «Position of the Academy of Nutrition and Dietetics: Nutritional Genomics». Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics 114 (2): 299-312. ISSN 2212-2672. PMID 24439821. doi:10.1016/j.jand.2013.12.001.  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «:0» está definido varias veces con contenidos diferentes
  5. Xia, Q; Grant, SF (2013). «The genetics of human obesity». Ann N Y Acad Sci 1281: 178-90. PMC 3717174. PMID 23360386. doi:10.1111/nyas.12020. 
  6. Bisen, Prakash A.; Debnath, Mousumi; Prasad, Godavarthi B.K.S. (2010). Molecular Dianostics: Promises and Possibilities. Springer Science & Business Media. p. 26.ISBN 9048132614.
  7. Cameron, Louise (9 November 2016). «Nutrigenomics - looking at the individual within their nutritional environment». 
  8. Information (US), National Center for Biotechnology (1998). Nutritional and Metabolic Diseases (en inglés). National Center for Biotechnology Information (US). 
  9. CDC (6 de enero de 2020). «El ácido fólico ayuda a prevenir algunos defectos de nacimiento». Centers for Disease Control and Prevention. Consultado el 24 de agosto de 2021. 
  10. a b Hansen, Joyanna; Hollander, Suzanne; Drilias, Nicoletta; Calcar, Sandra Van; Rohr, Fran; Bernstein, Laurie (2020). «Simplified Diet for nutrition management of phenylketonuria: A survey of U.S. metabolic dietitians». JIMD Reports (en inglés) 53 (1): 83-89. ISSN 2192-8312. PMC 7203646. PMID 32395413. doi:10.1002/jmd2.12106. Consultado el 9 de mayo de 2021. 
  11. Health, National Research Council (US) Committee on Diet and (1989). Genetics and Nutrition (en inglés). National Academies Press (US). 
  12. DeBruyne, Linda K. (8 January 2015). Nutrition & diet therapy. Pinna, Kathryn,, Whitney, Ellie (Ninth edición). Australia. ISBN 978-1-305-11040-3. OCLC 910704712. 
  13. a b c Doo, Miae; Kim, Yangha (1 de marzo de 2015). «Obesity: interactions of genome and nutrients intake». Preventive Nutrition and Food Science 20 (1): 1-7. ISSN 2287-1098. PMC 4391534. PMID 25866743. doi:10.3746/pnf.2015.20.1.1.  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «Doo2015» está definido varias veces con contenidos diferentes