Teología mística cristiana
La Teología mística cristiana es una de las ramas de la Teología cristiana caracterizada por la búsqueda apofática de una experiencia personal, unitiva y amorosa con Dios. También comprende el conjunto de disciplinas ascéticas y meditativas encaminadas a tal fin. También se la conoce como Teología negativa.
La vía mística
En la explicación de la vía mística hay diferencias entre los distintos autores que pueden atribuirse a la dispersión geográfica y temporal de los místicos, la variedad personal de la experiencia mística y el grado de formación teólógico de los mismos. Para esta parte se sigue fundamentalmente a San Juan de la Cruz, por ofrecer una de las exposiciones más completas y claras.
Tradicionalmente, la mística es un camino de tres vías o etapas: la vía purgativa, la vía iluminativa y la vía unitiva.
Vía purgativa
La vía purgativa consiste en la purgación de la memoria, entendida como potencia del alma, para limpiarla de los apegos sensitivos que provienen del cuerpo. En palabras de San Juan de la Cruz:
Hay que perder el gusto por el apetito de las cosas.
El apetito como tal no tiene por qué ser malo pero sí lo es el apego o gusto que provoca en la memoria, porque la impide orientarse plenamente hacia Dios. La privación corporal y la oración son los principales medios purgativos. El estado en que se sume la memoria se llama esperanza.
Vía iluminativa
La vía iluminativa consiste en la elevación del entendimiento hacia Dios, entendido como potencia del alma. Una vez limpio el entendimiento de toda relación con las criaturas queda vacío para entregarse a la sabiduría oscura o sabiduría secreta que se sabe sin necesidad de entender, experiencia que en la mística se llama Fe.
Vía unitiva
La vía unitiva consiste en la purificación de la voluntad, entendida como potencia del alma. En ella el alma alcanza el grado más perfecto de la unión con Dios, ya que ha vaciado su propia voluntad, lo más suyo para entregarla a Dios. Es es el grado más perfecto de la caridad.
Antropología espiritual de la mística
La mística se basa en la idea de las tres potencias del alma: memoria, entendimiento y voluntad. Esta idea que ya se encuentra en Platón pasa al cristianismo donde es enriquecida, relacionándola con las tres personas de la Trinidad. San Buenaventura en el Itinerario de la mente hacia Dios considera la memoria como facultad imagen del Padre, el entendimiento como facultad imagen del Hijo y la voluntad como facultad imagen del Espíritu Santo.
Historia
Los primeros místicos
Los primeros místicos van en paralelo con el Neoplatonismo, influyendo y tirando unos de otros. Esta sinergia encuentra una primera cima en la obra del Pseudo Dionisio, cuyos tratados: De los nombres de Dios, Las jerarquías y Teología Mística establecen las diferencias entre la vía afirmativa o catafática y la vía negativa o apofática.
La mística centroeuropea
La mística española del siglo XVI
Grandes místicos
- Pablo de Tarso (siglo I)
- Juan el Apóstol (siglo I)
- Juan el Evangelista (siglo I)
- Padres del Desierto (siglo IV)
- Pseudo Dionisio (siglo V/VI)
- Hildegarda de Bingen (1098-1179)
- San Buenaventura (1218-1274)
- Ángela de Foligno (1248-1309)
- Maestro Eckhart (1260-1328)
- Gregorio Palamás (1296-1359)
- Juan Taulero (1300-1361)
- San Ignacio de Loyola (1491-1556)
- Santa Teresa de Jesús (1515-1582)
- San Juan de la Cruz (1542-1591)
- Angelus Silesius (1624–1677)
- Emanuel Swedenborg (1688–1772)
- Carlos de Foucauld (1858-1916)
- Concepción Cabrera de Armida (1862-1937)
- Teresa de Lisieux (1873-1897)
- Alejandrina de Balazar (1904-1955)
Prácticas
Herejías místicas
Bibliografía
- San Juan de la Cruz: Obras completas. (Ediciones de espiritualidad)