San Vicente (El Salvador)

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San Vicente es la ciudad cabecera del municipio y departamento homónimos en El Salvador. Fue fundada en el año 1635 y llegó a ser capital de la república en el siglo XIX. Durante la colonización española, fue una de las localidades más importantes de la Intendencia de San Salvador.

Historia

Época de la colonización española

A mediados del siglo XVII, varias familias de españoles dedicadas al cultivo del añil residían en las poblaciones de Apastepeque, Tepetitán e Ixtepeque. Esta situación era prohibida por las Leyes de Indias, que dictaminaban el impedimento de convivir en pueblos de indios. Precisamente, el Presidente, Gobernador y Capitán General del Reino de Guatemala, don Álvaro de Quiñónez y Osorio, estipuló el 7 de julio de 1634 que los alcaldes mayores echasen "de dichos pueblos a los españoles, mestizos, negros y mulatos" de dichas localidades. Esto motivó a los vecinos desplazados a fundar una nueva colonia en 1635, decisión comunicada al Alcalde Mayor de San Salvador don Juan Sarmiento de Valderrama.

De esta manera, el 26 de diciembre de 1635,[1]​medio centenar de familias fundaron bajo un árbol de Tempisque y a orillas del río Acahuapa la aldea que tuvo por nombre San Vicente de Lorenzana, en honor de San Vicente abad o San Vicente de León, superior del monasterio de San Claudio en León y quien pertenecía a la Casa de Lorenzana, la misma del Capitán General del Reino. Gracias a una donación de 1.600 pesos al rey Felipe IV de España, la Real Audiencia de Guatemala otorgó al poblado el título de villa en 1658, y fue cambiado su nombre a San Vicente de Austria en honor a la casa que pertenecía el soberano, quien a su vez fue nombrado primer alcalde honorario. Asimismo, el Alcalde Mayor de San Salvador dispuso el establecimiento de la Provincia de San Vicente. También fue levantada una iglesia parroquial cuyo primer cura y Vicario fue don José Becerra Corral. Para 1662, don Alonso Vides de Alvarado, descendiente directo de los conquistadores don Gonzalo y don Jorge de Alvarado, hermanos del adelantado Pedro de Alvarado, fungió como alcalde de la localidad. Don Alonso también fue uno de los fundadores de San Vicente.[2]

Para 1740, de acuerdo a Pedro Cortés y Larraz, en San Vicente habitaban 1.741 personas que comprendían a 6 familias de españoles con 390 vecinos y 284 familias de ladinos, mulatos y negros con 1.081 individuos, siendo cabecera de la parroquia de igual nombre que abarcaba los pueblos de Ixtepeque y Apastepeque, y más de 31 haciendas. Una vez creada la Intendencia de San Salvador en 1786, fue uno de sus quince partidos, el cual incluía las poblaciones de Apastepeque, Ixtepeque, Saguayapa, San Sebastián, Tecoluca y Tepetitán. En la época de la colonización española, San Vicente era considerada —junto a San Salvador, Santa Ana, San Miguel y Sonsonate— uno de los principales núcleos urbanos donde residían la élite de criollos y españoles de la provincia salvadoreña.[3]​Además, fue uno de los principales centros de producción de añil, y uno de los lugares adonde se establecieron ferias para su comercialización.[4]

Independencia y época republicana

Durante los acontecimientos del primer movimiento independentista de San Salvador de 1811, los vecinos españoles, coadyuvados por el presbítero y canónigo doctor Manuel Antonio de Molina,[5]​ rechazaron el alzamiento. Molina llegó a tachar el movimiento como sacrílego y afirmó el juramento de fidelidad a la monarquía española representada en Fernando VII. Otros apoyaron la rebelión, entre quienes se encontraban Antonio José Cañas, Vicente Villacorta, Miguel Cerro, Nicolás Burgos, José L. Miranda y José M. Revelo. Por las muestras de fidelidad, el Capitán General José de Bustamante y Guerra presentó ante el Consejo de Regencia de España e Indias la petición de otorgar el título de ciudad a San Vicente, lo que fue concedido el 11 de julio de 1812.

Sin embargo, en la localidad hubo exaltación al momento de declararse la independencia centroamericana. El 15 de septiembre de 1821 firmaron el acta de independencia dos ilustres vicentinos: el presbítero y doctor José Mariano Calderón y San Martín y el presbítero y canónigo doctor Manuel Antonio de Molina y Cañas, quien para entonces simpatizaba con la causa de la independencia. También San Vicente se convirtió en aliada de San Salvador cuando se proclamó la anexión al Imperio Mexicano. Los vicentinos, con Juan José Villacorta a la cabeza, proclamaron en documento dirigido a los imperialistas:

...desengañémonos, hermanos guatemaltecos, mientras existan entre nosotros esas arpías venenosas esos émulos de nuestros triunfos que no agradecen la bondad generosa con que les hemos ofrecido la participación de nuestros bienes y felicidades; y que quisieran volver a sumergirnos en la espantosa lóbrega morada de la esclavitud, no hemos de vivir tranquilos, ni veremos asegurada nuestra libertad, San Vicente no se cansará de repetir que quiere ser libre e independiente absolutamente en unión de todo el pueblo de Guatemala...[6]

De hecho, los vicentinos apoyaron el ejército defensor de la emancipación en la Batalla de Llano El Espino y se mostraron en contra de los grupos promonarquistas que se desplazaban desde San Miguel.

Por otro lado, el 12 de junio de 1824 se creó el departamento de San Vicente con su cabecera en esta ciudad. Asimismo, en la época republicana San Vicente enfrentó el alzamiento de Anastasio Aquino en 1833, quien la llegó a ocupar el 15 de febrero. A pesar de todo, fue esta misma ciudad donde murió el alzado el 24 de julio.

En 1834, San Vicente fue declarada capital de la república por Decreto Legislativo de 4 de octubre de 1834. Esto se debió al traspaso de la capital de la República Federal de Centro América a San Salvador. En ese tiempo, la población era descrita como: "una Ciudad que ofrece un vecindario, cuya adhesión al sistema, amor al orden y a la libertad es incorruptible" ... "que tiene además edificios competentes, una temperatura sana y todas las comodidades apreciables".[7]​La capital volvió a San Salvador en 1849 en vista de la disolución de la federación. En 1844, un congreso fue realizado en este lugar para tratar de establecer la unión de Centroamérica, pero no tuvo éxito.

Para 1890, San Vicente tenía 8.570 habitantes. En ese tiempo, según descripción del geógrafo Guillermo Dawson, la ciudad se encontraba "dividida en siete barrios, llamados Santuario, San José, El Calvario, San Juan de Dios, San Francisco, Barrio Nuevo o Llano Verde y Callejón. Sus calles son la mayor parte rectas y empedradas. Tiene cinco iglesias, un cabildo amplio y elegante, diez o doce escuelas, un buen hospital y hermoso panteón. Sus alrededores son bellísimos y hay en la ciudad muy buenos baños públicos".[7]

A lo largo de su historia, San Vicente ha sufrido diversas calamidades públicas debido a enfermedades como el cólera, viruela, fiebre amarilla y escarlatina durante el siglo XIX, y también terremotos como los sucedidos en 1719, 1783, 1854, 1855, 1872, 1915, 1917 y 2001.[8]

Información general

Vista de San Vicente

El municipio de San Vicente cubre un área de 267,25 km y la cabecera tiene una altitud de 390 msnm. Según el censo oficial de 2007, tiene una población de 53.213 habitantes.[9]​Las fiestas patronales se celebran en el mes de diciembre en honor a San Vicente Abad y Mártir.[10]​ También son días festivos el 15 de enero en honor al Señor de Esquipulas, y del 25 de octubre al 3 de noviembre, por la "Feria de todos los Santos".[11]​La localidad está ubicada en la margen derecha del río Acahuapa.

Sitios de interés

Basílica de Nuestra Señora del Pilar

De acuerdo a una anécdota, a mediados del siglo XVIII vivía en la ciudad el matrimonio de José Merino y doña Manuela de Arce. Cierto día, y por un ataque de celos, la esposa trató de acuchillar a José Merino en tres ocasiones. Sin embargo, al mismo tiempo que ocurrían las agresiones, una imagen de la Señora del Pilar empezaba a menearse lo que impedía cometer el asesinato.

Fue en el último intento que Manuela recobró el juicio.[12]

Debido al suceso, don José mandó construir una capilla en honor de la virgen, pero no llegó a ver la obra culminada por su fallecimiento. Sería su esposa quien continuaría la construcción. Por último la ermita pasó a manos de don Francisco Quintanilla quien levantó un templo más suntuoso que fue comenzado en 1762 y estrenado en 1769. Sin embargo, Quintanilla falleció dos años antes de su terminación.

El 4 de marzo de 1838 fueron sepultados en el interior del templo los restos del prócer salvadoreño José Simeón Cañas.[13]​ La iglesia fue declarada Monumento Nacional en febrero de 1953. En la primera década del siglo XXI, fue sometida a reparaciones en su estructura debido a los daños ocasionados por el paso del tiempo y los terremotos de 2001.[14]

Torre de San Vicente.

Torre de San Vicente

En el año 1923, la Sociedad Ideal de Obreros propició la construcción de un kiosco en la plaza central de la ciudad que serviría como escenario para eventos artísticos. Una vez presentado el proyecto, las autoridades y otras organizaciones ampliaron el diseño y el resultado fue el mejoramiento de la Plazuela Cañas, inaugurada en 1924.[15]

En cuanto al kiosco, su diseño comenzó entre los años 1925 y 1926, y le sería incluido un reloj, el cual fue encargado desde Berlín, Alemania.[15]​Sin embargo, no fue iniciado por falta de fondos. Gracias al aporte de presidente Pío Romero Bosque, se ordenó la construcción de una torre con el reloj incluido. La construcción —de 40 m de altura y sobre la cual existió cierta polémica acerca de su ubicación— inició el 1 de febrero de 1928 con diseño de Roberto Miranda, siendo sus constructores Eugenio Crepiat y Luis Esterman, y finalizada por el ingeniero Lucio Capelar en 1930. La torre soportó el terremoto del año 1936, pero no el 13 de febrero de 2001, en el que sufrió severos daños,[15]​ después de varios años en búsqueda de apoyo para la reconstrucción, ahora se encuentra totalmente funcional y abierta al público.

Turicentro de Amapulapa

Este balneario es uno de los más populares del país.[16]​De acuerdo a la tradición popular, el lugar se formó debido a un deslave del volcán de San Vicente en 1774. Pero no seria hasta 1954 que seria abierto como parque acuático al público.[17][18]

Árbol de tempisque

Árbol de Tempisque, San Vicente.

Este árbol juega uno de los papeles protagónicos en la historia de la ciudad de San Vicente, pues fue el único albergué de las familias Españolas que fueron desalojadas de San Cayetano Istepeque, Tepetitán, Santo Domingo, Apastepeque y Tecoluca en el siglo XVII. Estos se refugiaron bajo las ramas de este árbol y el relato señala que los grupos familiares solicitaron al entonces Gobernador de la provincias, Don Álvaro Quiñones de Osorio, le concediera fundar un nuevo pueblo alrededor del Árbol de Tempisque. Y les fue concedido. En 1635 nació lo que posteriormente sería la ciudad de San Vicente de Austria y Lorenzana. El 26 de diciembre de 1984, La Asamblea Legislativa declaro a este árbol patrimonio histórico nacional. La sombra de este árbol, que ha sido testigo silencioso de todos los hechos de relevancia para la ciudad de San Vicente, sigue en pie hasta el día de hoy, lo que le da un valor cultural de gran importancia la albergar todavía en buen estado el árbol que vio el nacimiento de la ciudad, que ha visto las generaciones que han pasado por la ciudad de San Vicente, incluso a los uno de los próceres que firmaron la independencia de nuestro país, que en 2021 celebra su bicentenario. PATRIMONIO HISTORICO NACIONAL

DECRETO # 83 Considerando este árbol de tempisque es el sitio oficial donde se fundó la ciudad de San Vicente el 26 de diciembre de 1635 ubicado en el oriente de la dicha ciudad constituye un vivo testimonio histórico y cultural de su fundación y por ende integrado al patrimonio histórico de la República POR TANTO En uso de sus facultades constitucionales y a iniciativa del Diputación José Armando Pino Molina DECRETA Art.1 Declárese Monumento Histórico Nacional el Árbol de Tempisque y el Sitio donde fue fundado la ciudad de San Vicente el 26 de diciembre de 1635.

Véase también

Referencias

Bibliografía