Síndrome de interrupción del tallo hipofisario

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Síndrome de interrupción del tallo pituitario (PSIS)

La ubicación de la hipófisis dentro del cráneo (indicada en naranja)
Especialidad Endocrinología, neurología, neonatología, pediatría
Síntomas Hipoglucemia, ictericia, micropene, criptorquidia, etc.
Complicaciones Convulsiones, retraso en el desarrollo físico e intelectual, pubertad retrasada, muerte, etc.
Tipos Congénita
Diagnóstico MRI scan
Tratamiento Reemplazo hormonal
Frecuencia Poco claro, ~1000 casos informados
Sinónimos
Neurohipófisis ectópica

El síndrome de interrupción del tallo pituitario (PSIS) es un trastorno congénito caracterizado por la tríada de un tallo pituitario ausente o excesivamente delgado, una pituitaria posterior ectópica o ausente y/o pituitaria anterior ausente o hipoplásica.[1][2]

Presentación[editar]

Los individuos afectados pueden presentar hipoglucemia durante el período neonatal o retraso del crecimiento durante la infancia (aquellos diagnosticados en el período neonatal parecen estar afectados por una forma particularmente grave del trastorno). El PSIS es una causa común de hipopituitarismo congénito y provoca un déficit permanente de la hormona del crecimiento. Algunas personas afectadas por PSIS también pueden presentar hipoplasia suprarrenal (5-29 %), diabetes insípida (5-29 %), amenorrea primaria (5-29 %), hipotiroidismo (30-79 %), retraso en el desarrollo (80-99 %), displasia septoóptica (5-29 %) y anemia de Fanconi. El PSIS puede ser aislado o, comúnmente, presentarse con malformaciones extrahipofisarias.[1][2][3]

Las características de PSIS en recién nacidos (pueden) incluyen:[1][2][3]

Las características del PSIS en la niñez tardía (pueden) incluyen:[1][2][3]

El PSIS se asocia con una mayor frecuencia de embarazo de nalgas, cesárea y/o puntuación de Apgar baja, aunque estas son probablemente consecuencias más que causas.[3]

Causa[editar]

La causa de la condición es aún desconocida. Las mutaciones genéticas raras pueden causar casos familiares, sin embargo, representan menos del 5% de los casos.[2]

Diagnóstico[editar]

El diagnóstico se confirma mediante resonancia magnética.[2]

Tratamiento[editar]

El tratamiento debe comenzar tan pronto como se establezca el diagnóstico para evitar complicaciones y consiste en reemplazo hormonal, particularmente con hormona de crecimiento.[1]

Pronóstico[editar]

El pronóstico es generalmente bueno en los casos de diagnóstico y manejo oportunos. Los retrasos pueden provocar convulsiones (debido a la hipoglucemia), hipotensión (debido a la deficiencia de cortisol) y/o discapacidad intelectual (debido a déficits endocrinos tiroideos). Debido a los factores antes mencionados, la mortalidad y morbilidad es mayor que la de la población general, particularmente durante los primeros 2 años de vida.[3]

Epidemiología[editar]

Se desconoce la prevalencia de PSIS, sin embargo, se han informado unos 1000 casos con o sin la tríada completa.[3]

Referencias[editar]

  1. a b c d e «Pituitary stalk interruption syndrome». Genetic and Rare Diseases Information Center (GARD) – an NCATS Program. U.S. National Institutes of Health. Consultado el 11 de agosto de 2018. 
  2. a b c d e f Bar C, Zadro C, Diene G, Oliver I, Pienkowski C, Jouret B, Cartault A, Ajaltouni Z, Salles JP, Sevely A, Tauber M, Edouard T (November 2015). «Pituitary Stalk Interruption Syndrome from Infancy to Adulthood: Clinical, Hormonal, and Radiological Assessment According to the Initial Presentation». PLOS ONE 10 (11): e0142354. Bibcode:2015PLoSO..1042354B. PMC 4643020. PMID 26562670. doi:10.1371/journal.pone.0142354. 
  3. a b c d e f Brauner, Raja. «Pituitary stalk interruption syndrome». Orphanet. Consultado el 11 de agosto de 2018.