Pórfido

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Pórfido

Tipo de pórfido
Tipo Ígnea
Textura porfírica
Color rojo, marrón, púrpura, gris
Minerales
Minerales esenciales feldespato, cuarzo, piroxenos, anfíboles, biotita
Una pieza de pórfido.
Tipo de pórfido.

El pórfido es un tipo de roca ígnea, más concretamente una roca filoniana. Su nombre se deriva del latín (porphyra) y el griego antiguo πορφύρα (porphúra), que significan 'púrpura', debido a su color. El pórfido ha sido utilizado en la construcción desde la antigüedad por su dureza y aspecto decorativo.

Características

Es una roca formada a partir de la solidificación del magma, es decir una masa fluida de origen tectónico a temperaturas muy elevadas en el interior de la corteza terrestre normalmente rica en silicio. Su enfriamiento comienza muy lentamente a profundidad, iniciando la solidificación del magma y la formación de cristales de cuarzo y feldespato entre otros minerales que se van quedando incrustados a la base, con abundante silicio. El enfriamiento final es rápido, lo que produce una matriz vítrea o microcristalina.[1]

Usos

Apolo citaredo. Pórfido y mármol blanco. Obra romana del s. II d. C. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
Estatua romana de pórfido, simulando el tinte púrpura de Tiro de las ropas nobles y lujosas.

El uso del pórfido se remonta a la cuna de las civilizaciones asirio-babilónica, egipcia y romana. Muchos monumentos realizados en este material y hallazgos arqueológicos lo confirman. Este material era apreciado por su dureza y su resistencia, superiores a las del granito. Características que, prácticamente, la hacen eterna aun en condiciones de uso rigurosas, ya sean mecánicas o ambientales.[cita requerida] Ciertos autores afirman que era la piedra más dura conocida en la antigüedad.[cita requerida] Hasta la Edad Media el pórfido fue también valorado por su color, cuyo uso era exclusivo para emperadores, realeza y alta nobleza.

Silla de pórfido usada para el parto del s. II d. C. Museo Monte Cassino
Pila Bautismal en la Catedral de Magdeburg, Alemania. La fuente está hecha de pórfido rojo (porfido rosso) de una cantera cerca de Assuan, Egipto.

El sabio romano Plinio el Viejo (23 d. C.-79 d. C.) en su Naturalis Historia, afirma que el «pórfido imperial» fue descubierto en el año 18 d. C. por un legionario romano llamado Caius Cominius Leugas. Aunque los antiguos egipcios utilizaban rocas de pórfido de composición y apariencia muy similares, no parecieron advertir el pórfido encontrado por los romanos, que procedía únicamente de una sola cantera situada en el remoto desierto este del desierto Arábigo. Para transportar dicho pórfido, los romanos formaron una ruta llamada Via Porphyrites (de porphyrya= púrpura), descrita por el sabio griego Estrabón en su Geografía y más tarde por Claudio Ptolomeo en Geographia.

Sarcófago de pórfido atribuido a Dagoberto I (s. VII d. C.)

Dicha ruta llegaba a la localidad romana de Quena, a la orilla del río Nilo. Desde allí se transportaban los bloques de piedra por el río hasta el mar Mediterráneo, hasta su destino final por vía marítima.[cita requerida]

Sarcófago de Elena, madre del emperador Constantino I. Museo Pío Clementino. Vaticano

Durante el imperio romano, se empleó a menudo para la fabricación de sarcófagos para el emperador y sus parientes.[2]​ Esta costumbre pervivió. Buenos ejemplos son el sarcófago de Dagoberto I (s. VII d. C.) o el sarcófago de Santa Elena, madre de Constantino I.

Tumba del rey Pedro III en el monasterio de Santes Creus, en lo que fue la Corona de Aragón.

Este uso perduró en la Edad Media; un ejemplo es la tumba ubicada en el monasterio de Santes Creus de Pedro III el Grande, rey de la Corona de Aragón (1276-1285),[3]​ encargada por su hijo Jaime II, inspirado por el estilo romano de bañera mortuoria en pórfido, rojo púrpura imperial tras la conquista del Reino de Sicilia por su padre).[4]

El rojo distintivo del pórfido en el Hagia Sofía (Estambul)

En el arte bizantino el pórfido también fue de uso exclusivo imperial.[5][6]​ El templo Hagia Sofia de Estambul es un claro ejemplo de ello. El historiador bizantino Procopio de Cesarea describió la construcción del templo en su obra "los Edificios":

Se emplearon más de diez mil personas para la construcción, y el emperador hizo traer material procedente de todo el imperio, como las columnas helenísticas del Templo de Artemisa en Éfeso, grandes piedras de las canteras de pórfido de Egipto, mármol verde de Tesalia, piedra negra de la región del Bósforo y piedra amarilla de Siria.

Otro ejemplo en el arte bizantino es la sala pórfida del Gran Palacio de Constantinopla. Fue la sala oficialmente usada para los partos imperiales y está revestida de pórfido.[7]

Como ejemplo más contemporáneo, se puede citar el Templo Expiatorio de La Sagrada Familia situado en Barcelona, obra del arquitecto catalán Antoni Gaudí, donde se aprecian cuatro principales columnas internas y el altar hechos de rojo pórfido.[3]

En la actualidad se emplea para la decoración de columnas, frontones y adoquines y también se usa profusamente en la pavimentación de calles, en firmes de autovía y en áridos para hormigones.[8]

Explotación

En México, se explota en San Luis de la Paz (estado de Guanajuato) y en el municipio de Tierranueva (estado de San Luis Potosí).

Los países que son mayores productores de pórfido en la actualidad son Irán y Sudán.

Véase también

Referencias

  1. Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. «pórfido». Vocabulario Científico y Técnico. Acceso 10 de julio de 2020.
  2. Robinson, I. S. (19 de julio de 1990). The Papacy, 1073-1198: Continuity and Innovation (en inglés). Cambridge University Press. ISBN 9780521319225. Consultado el 4 de febrero de 2017. 
  3. a b «Entrevista hecha al arquitecto Jordi Bonet, 2002 -Omnium cultural». Archivado desde el original el 31 de marzo de 2016. Consultado el 9 de enero de 2017. 
  4. Vázquez, Sebastián; Aragón, Esther de (24 de marzo de 2015). Rutas sagradas. La Esfera de los Libros. ISBN 9788490603345. Consultado el 4 de febrero de 2017. 
  5. Arrese, Miguel Cortés (1 de enero de 2002). El descubrimiento del arte bizantino en España. Editorial CSIC - CSIC Press. ISBN 9788400080402. Consultado el 4 de febrero de 2017. 
  6. Peña, Pedro Bádenas de la; Martín, Inmaculada Pérez (1 de enero de 2003). Constantinopla 1453: mitos y realidades. Editorial CSIC - CSIC Press. ISBN 9788400082079. Consultado el 4 de febrero de 2017. 
  7. Paspates, A. G. (2004). The Great Palace of Constantinople. Kessinger Publishing. ISBN 9780766196179. 
  8. López M. Juan Manuel. (2006). Geología Aplicada a la Ingeniería Civil. Madrid, Dossat 2000

Enlaces externos