Ir al contenido

Pedarra

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 17:14 9 sep 2014 por Latemplanza (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.
Cántaro pirenaico: kantarue, pedarra o pearra, péga, pegaro o hérado, pegas o pegarra, pedar, peas o pegar, durno gascón, cagnotte aquitana, cántaro de muchos nombres y diseñado para llevarlo sobre la cabeza.

En el País Vasco, se llama pedarra, pegarra, cántaro vizcaíno o kantarue a un curioso modelo de cántaro usado para acarrear el agua.,[nota 1][1]

Humboldt, durante su estancia en la España de 1801, anota el uso en San Juan de Luz de una vasija grande en forma de tetera. Sin duda se refería al "cántaro vizcaíno" por antonomasia, de silueta distinta a la de cualquier otro cántaro de la Península Ibérica aunque similar a la cruche francesa.

En el ámbio vasco-navarro español y francés se ha rastreado su fabricación en alfares de Iparralde, Biarritz, St-Jean-le-Vieux (Donazaharre, Navarra Baja), Amorebieta, Sola y Santesteban.[2]

Descripción

Vasija de barro, chata, con capacidad hasta de quince litros; de unos ocho centímetros de ancho de boca por dieciséis en la base y unos 25 cm en la barriga o panza.[3]​ Como muchos cántaros, dispone de un asa (gider) lateral, ancha y en forma de cinta ligeramente alzada, y de un largo pitorro (tutu) en el lado opuesto.

Pensado para la cabeza

A pesar de que en uno de los dibujos aparece un hombre con la pedarra sobre la cabeza, los etnógrafos coinciden en que este tipo de labor estaba reservada a las mujeres.

Quizá la clave de la originalidad morfológica del cántaro vizcaíno esté en el hecho de haber sido diseñado para llevar sobre la cabeza (uso común no sólo en España sino en todo el mundo) en una zona geográfica donde la orografía exige un despliegue de equilibrio rayando en el virtuosismo. Más ancho que alto igual a más estable. Otro ejemplo de cántaro bajo y rechoncho, aunque sin aspecto de tetera, es el cántaro de Navarrete, en La Rioja, también llamado de novia y hecho para facilitar su aprendizaje a las "mocitas casaderas" en su ir y venir a la fuente.

Terminología

La raíz de la voz castellana cántaro originó el término kantarue, común a toda Bizkaia. Pero el habla rural vasca y sus vecinos navarros, y gascones han alumbrado innumerables endemismos dialectales:

  • «Pedarra», en el curso alto del río Bidasoa: Doneztebe y Bera de Bidasoa.
  • «Pegas», en Biarritz.
  • «Pedarra», «pegarra» o «pearra», en Sare (Sara), el norte de Navarra, Iparralde y zonas colindantes.[nota 2]
  • En las Landas, más al norte de la zona donde aparece la denominación «poega», lo llaman «banoe».
  • «Ourse», al este de Iparralde. Así, en Poyastruc y Lahitte-Toupière, importantes centros alfareros donde las vasijas no eran torneadas, sino urdidas.[nota 3]
  • En la Gascuña, además de «durno» se le conoce con la voz gascona «terras», información en la que coinciden Jean Robert, conservador del Museo Pirenaico de Lourdes y el Atlas Ligüístico de Seguy.
  • Otras voces recogidas son «pedar, pear o pegar».

En cuanto a posibles etimologías, Julio Caro Baroja escribió en una de sus primeras monografías: "Para llevar agua se usa además de la «subilla», la «pedarra» de barro, que generalmente se trae de Francia. Este nombre de «pedarra» debe venir del latín «ferrata» como el castellano herrada. Sabido es que los vascos tienden a convertir la efe (F) en una pé (P)".[4]

Área de uso histórico

Grabado de Georgio Housnaglio en 1567 (tipos vizcaínos)

El área de uso de este modelo de cántaro pirenaico es muy extensa. El arqueólogo Roland Coquerel lo emparentó con los cántaros de Ordizan, piezas rudimentarias elaboradas sin torno, y propuso su origen carolingio.[nota 4]​ Los etnógrafos José López y Enrike Ibabe citan piezas similares vistas en el Museo Bearnés de Pau, datadas en el siglo III, que pudieran ser su antecedente.[nota 5]​ En varios estudios se menciona un grabado flamenco de 1603, publicado en «Theatrum Orbis Terrarum», obra de Abraham Ortelius, Amberes,[5]​ en cuyo pie se lee «Donsellas Biscainas y Gasconas...» y puede verse a una de ellas con un cántaro a la cabeza que tiene semejanzas con el cántaro pirenaico (aunque por el tipo de asa abatible parece tratarse de una vasija metálica).[6]​ El mismo grabado aparece en un estudio del caserío vasco, firmado por Alberto Santana y Xabi Otero, atribuido al grabador Georgio Housnaglio en 1567.[7]

Tipos

En función de la zona de producción, la pedarra se presenta como una pieza más de la popular loza blanca del Norte o sin baño alguno. Los de Vizcaya, Guipúzcoa y zonas de Álava solían estar esmaltados por dentro y por fuera con el tradicional baño estannífero, o bien con medio baño exterior (babero). Cuando escaseó el estaño y se disparó su precio, comenzaron a vidriarlos dejando transparentar el color del barro.

Cinco modelos de "pedarra" (cántaro vizcaíno) de alfarería, bien sin vidriar o esmaltada en blanco estannífero. Y un "pegar" occitano de metal.

En Iparralde y el resto de las áreas citadas, los cántaros no llevaban baño. Hubo modelos decorados en el valle del Ariège y en Lahitte-Toupière (apenas unos trazos de engobe).

Carreras de cántaros

En el capítulo de las tradiciones folclóricas españolas se ha registrado la costumbre, en fiestas, de hacer carreras con el cántaro en la cabeza. También en este ámbito geográfico, conservándose documentación gráfica de ellas en Amorebieta (Zornotza),[8]​ en Ibarra (Orozco) y en Orereta. Del lado francés, Roland Coquerel recoge esta costumbre en Pouyastruc.

Véase también

Referencias

  1. José Pérez Vidal La cerámica popular española, p. 36-37.
  2. Kultura, Gazteria eta Kirol Departamentua (ed.). «La pedarra». Consultado el 29 de junio de 2012. 
  3. José Miguel de Barandiarán, en «Bosquejo Etnográfico de Sara» Anuario de Eusko Folklore, tomo XXI, (1965-66), página 110. También en: José Miguel de Barandiarán, Bosquejo etnográfico de Sara (volumen 3 de la colección Sara); (2000). "Fundación José Miguel de Barandiarán" ISBN 978-84-931523-0-7
  4. Julio Caro De la vida rural vasca, p. 91.
  5. José Pérez Vidal La cerámica popular española, p. 36-37.
  6. El grabador Georg Braun en la Enciclopedia Auñamendi. Consultado el 2 de julio de 2012.
  7. El caserío vasco Consultado el 2 de julio de 2012.
  8. Carrera de cántaros en Amorebieta, en 1931. Foto-crónica del diario ABC de Sevilla.

Notas

  1. Etnólogos como Aranzadi o Caro Baroja relatan que en el País Vasco, para transportar y conservar el agua, el recipiente más utilizado ha sido la herrada (suguilla, subilla o sulak), balde de madera con aros de latón o cobre.
  2. Como al sur de las Landas, según el Atlas Lingüistique de la Gascogne, de Jean Seguy. Más al este aún, y siguiendo este atlas, se le da el nombre de «durno».
  3. Roland Coquerel estudió un cántaro algo más pequeño que el «ourse», pero encuadrable dentro de esta familia y que llamaban «péaderates», aunque con el asa sobre la boca. Se hacía en Lahitte-Toupière, donde la última cocción de vasijas se realizó en 1926 (Bulletín de la Société Ramond Bagnères de Bigorre, 1969).
  4. "Por su forma, textura, las vasijas de Ordizan son comparables a las de época carolingia. Nosotros hemos encontrado en Saint Lézer un gran cántaro de esta época que, con algunas ventajas de elegancia en la forma, muestra más de una identidad con los cántaros de Ordizan. Técnica de la alta edad media conservada hasta el fin del XIX."
  5. En concreto mencionan una vasija que, junto al asa, muestra la marca del ollero: "...tres rayas incisas atravesadas por otra diagonalmente. Esta costumbre de poner la marca de los olleros en las vasijas en esta zona del Bearne ha llegado prácticamente hasta nuestros días."

Bibliografía

  • Seseña, Natacha (1997). Cacharrería popular. La alfarería de basto en España. Madrid, Alianza Editorial. ISBN 84-206-4255-X. 
  • Caro Baroja, Julio (1944/1974). De la vida rural vasca. Txertoa. ISBN 84-7148-016-6. 
  • Pérez Vidal, José (1983). La cerámica popular española. Zona Norte. Cadernos de Olaria, Barcelos.