Mozárbez

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Mozárbez
municipio de España

Escudo


Ayuntamiento y carretera N-630.
Mozárbez ubicada en España
Mozárbez
Mozárbez
Ubicación de Mozárbez en España
Mozárbez ubicada en la provincia de Salamanca
Mozárbez
Mozárbez
Ubicación de Mozárbez en la provincia de Salamanca
País  España
• Com. autónoma  Castilla y León
• Provincia  Salamanca
• Comarca Campo de Salamanca
• Partido judicial Salamanca
• Mancomunidad Cuatro Caminos
Pantano de Sta. Teresa
Ubicación 40°51′28″N 5°39′05″O / 40.857777777778, -5.6513888888889
• Altitud 875 m
Superficie 44,85 km²
Núcleos de
población
Alizaces
Allende del camino
Ariseos
Cilleros el Hondo
La Dehesilla
Minas de Prado Viejo
Montellano
Mozárbez (capital)
San Cristóbal
Santo Tomé de Rozados
Torrecilla
Turra
Ventorro de la Paloma
Población 514 hab. (2023)
• Densidad 10,99 hab./km²
Código postal 37796
Alcalde (2015) Fermín Pérez (PSOE)
Patrón San Blas (3 de febrero)
Sitio web www.mozarbez.com

Mozárbez es un municipio y localidad española de la provincia de Salamanca, en la comunidad autónoma de Castilla y León. Se integra dentro de la comarca del Campo de Salamanca (Campo Charro). Pertenece al partido judicial de Salamanca.[1]

Su término municipal está formado por las localidades de Alizaces, Cilleros el Hondo, La Dehesilla, Montellano, Mozárbez, San Cristóbal de Monte Agudo, Santo Tomé de Rozados, Turra y Ventorro de la Paloma, además de por los despoblados de Allende del camino, Ariseos, Minas de Prado Viejo y Torrecilla, ocupa una superficie total de 44,85 km² y según el INE, en el año 2017 contaba con 493 habitantes.

Demografía

Gráfica de evolución demográfica de Mozárbez entre 1900 y 2017

Fuente: Instituto Nacional de Estadística de España - Elaboración gráfica por Wikipedia.

Núcleos de población

El municipio se divide en varios núcleos de población, que poseían la siguiente población en 2017 según el INE.[2]

Núcleo de Población Población
Mozárbez 420
Alizaces 28
Turra 12
Ventorro de la Paloma 10
Cilleros el Hondo 7
Santo Tomé de Rozados 6
Montellano 5
La Dehesilla 3
San Cristóbal de Monte Agudo 2
Allende del Camino 0
Ariseos 0
Minas de Prado Viejo 0
Torrecilla 0

Historia

Iglesia de Santo Tomás Apóstol.

La fundación de Mozárbez se encuadra dentro del proceso de repoblación emprendido en la Edad Media por los reyes de León, quedando integrado en el cuarto de Peña del Rey de la jurisdicción de Salamanca, dentro del Reino de León, denominándose entonces Moçaraves.[3]​ En cuanto a las pedanías del municipio en el siglo XIII ya existía Alizazes (Alizaces) y Sancto Thome de Roçados (Santo Tomé de Rozados).[4]​ En cuanto al nombre de Mozárbez se deriva de haber sido repoblado con mozárabes. Con la creación de las actuales provincias en 1833, Mozárbez quedó encuadrado en la provincia de Salamanca, dentro de la Región Leonesa.[5]

La información que proporciona el Madoz, en parte histórica –pues, como es sabido, data del año 1843-, es actual y aceptable en lo que respecta a los aspectos descriptivos del término municipal. Solamente cabe objetar a la descripción de Madoz la atribución del límite oeste de Mozárbez a Orejudos, que pertenece a Arapiles, y está evidentemente al norte; mientras que, en el momento de componerse el Madoz, habría que haber atribuido dicho límite a Cilleros el Hondo, que actualmente se encuentra integrado en el Municipio de Mozárbez. Además, a la descripción de Madoz cabría añadir la existencia en el término municipal, de cuatro elevaciones significativas del terreno, conocidas como el Modorro, el Jejo, el Zigunal y la Cuesta Utrera.

Tenía especial significación popular la Cuesta Utrera, donde, según el arqueólogo César Morán, existió con toda probabilidad un antiguo castro ibérico y posteriormente una ermita, de la que procedía una virgen, de estilo románico, que se guardaba, en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, en una especie de trastero, existente en la Iglesia Parroquial, según se entraba, a la derecha. Cabe afirmar también, respecto a las denominaciones antes apuntadas, que la palabra modorro, en el habla local, se utilizaba también para calificar las personalidades y las conductas de los vecinos que se empecinaban irreductiblemente en sus decisiones, comportamientos o caprichos.

También merece comentario adecuado la aseveración de Madoz –exactamente ajustada a la realidad-, de que el clima de Mozárbez

es sano, siendo los catarros y demás afecciones pectorales las enfermedades más comunes

. Por ello resulta acertada y oportunísima la designación de San Blas, protector de las gargantas humanas, como santo tutelar del municipio; la designación del día de San Blas –el 3 de febrero-, como fecha de las fiestas mayores del pueblo; y complementariamente la consagración de las gargantillas –unas cintas de varios colores y dimensiones-, una vez bendecidas, como amuletos protectores de las gargantas, a cuyo alrededor se anudaban ostensiblemente. Todo el mundo las adquiría, se las colocaba, presumía......y se consideraba –un poco humorísticamente- a salvo de peligrosas afecciones catarrales.

Del Diccionario Geográfico de España, Tomo 12, editado en 1960, quizá el dato más curioso sea el relativo a la red fluvial del término municipal de Mozárbez, constituido por un suave vallecillo, en su parte central, al que confluyen perpendicularmente los que con justicia no merecen otro apelativo que el de regatos. Así, añade el Diccionario Geográfico de España, bañan el término municipal cuatro arroyos temporales, que confluyen próximos al pueblo. El principal es el del Monte, que, a juzgar por otras descripciones y por los mapas de la zona, constituye el origen –o uno de los orígenes- del Zurguén, que tiene la consideración de subafluente del Tormes, frente a la ciudad de Salamanca.

Antropología

El melonar tenía además trascendencia cultural, porque de él surgían derivaciones lingüísticas que enriquecían el dialecto local: -Cuando las mujeres –las mozas- rechazaban las aspiraciones amorosas de sus pretendientes, se decía que les daban calabazas; -A las personas bobaliconas se las llamaba sandios o sandías; -Y a las gentes testarudas, que no daban su brazo a torcer, en sus discusiones o pretensiones, o que, como también se decía, no se apeaban del burro, se les llamaba melones o melonas.

Pero, en el elenco de insultos, también se contaba con el adjetivo despectivo de cazurros. Y se zahería con el vocablo Babieca, lógicamente a los que estaban en Babia o se chupaban el dedo; aunque no es muy seguro que los usuarios de tal piropo tuvieran ni remota idea de la existencia real de Babia en León, ni tampoco de que la palabra Babieca hubiera tenido el honor de dar nombre al caballo del Cid.

Lógicamente, el arraigo del ganado ovino en la cultura popular, aparecía, entre otras, en forma de refrán, aplicable a quienes resultaban frustrados en sus pretensiones –sobre todo si no eran muy correctas o adecuadas-, respecto a los cuales se decía que habían ido por lana y salido trasquilados.

Por cierto que, en la cultura y en el lenguaje popular, sobre todo en materias relacionadas con el sexo, se daba una tajante e insalvable separación entre lo relativo a la especie humana y lo referente a las especies animales. No tenían nada en común. Así, por ejemplo, las mujeres nunca parían y las ovejas o las vacas nunca daban a luz; y no existía denominación alguna para el acto sexual humano, que era culturalmente inexistente, mientras que había varias denominaciones para las cópulas de los demás mamíferos. Tal separación de estratos incomunicados parece ser la causa de que no se haya generalizado en el castellano la aplicación a los humanos de un verbo reflexivo tan certero y expresivo como el de amorecerse, que incorpora la palabra amor y que, en cambio, se utilizaba, para aludir a las ovejas en la época en que, generalizadamente, entraban en celo: Se amorecían

El término municipal criaba alacranes –sinónimo de escorpiones-, que en el habla local llamábamos arranclanes, cuya existencia daba lugar a una pequeña peculiaridad cultural, que consistía en la técnica relativa a la necesidad de levantar cuidadosamente las pequeñas piedras del suelo, debajo de las cuales podría cobijarse alguno de dichos artrópodos. La técnica consistía en levantar las piedras sin introducir los dedos de la mano por debajo de las mismas, que era la manera de evitar la desagradable sorpresa de poner los dedos a merced del aguijón, a través del cual el alacrán, en una especie de automatismo, descargaba su esférico recipiente de terrible veneno, con desagradables y posiblemente trágicas consecuencias. Debía existir mucha experiencia colectiva tradicional sobre tales eventos, porque la técnica preventiva se enseñaba y se advertía reiterativa e insistentemente a los niños de Mozárbez

Como consecuencia de la exigüidad de las aguas –que daba lugar a la escasez de árboles ya apuntada y a la pobreza de las producciones hortícolas-, en primavera, cuando andábamos por el campo, a veces comíamos hojas de acederas, las cuales –como expresivamente indica el nombre de la planta- eran jugosamente ácidas; pues, aunque vivíamos en el campo, eran años de posguerra y racionamiento, y estábamos escasos y ansiosos de frutas y verduras. Sin embargo, la ingesta de acederas debía tener sus peligros, por lo que había que tomarlas con mucha prudencia, pues deberían haberse producido, a lo largo del tiempo, incidentes gástricos desagradables, como demuestra el hecho de que habían dejado, como recuerdo y advertencia, dos refranes avisadores, refundidos en uno: Acederas en abril, calenturas pa morir; y Acederas en mayo, calenturas pa to el año.

Aparte de refranes o vocablos castizos, de utilización cotidiana, algunos usos y costumbres, con salsa y sabor especiales, mantenían cierta vigencia, aunque, en la medida en que eran expresivos del buen humor local, estaban amortiguados por el peso –o pesadumbre- de la Guerra y la posguerra civil. Ya eran poco frecuentes las cencerradas, malos tratos y bromas estilo Miguel Gila, con que se festejaba a los viudos que tenían el atrevimiento de volver a cometer matrimonio. Pero estaba vigente la inclinación a sacar cantares a las personas que cometían equivocaciones o actos desviados de los usos o normas habituales en el contexto local, aunque no constituyeran infracciones graves.

Economía

Algarrobas

El pueblo era principalmente agricultor y ganadero, aunque también tenía bastante significación económica y relieve exterior el gremio de lecheros; que tradicionalmente recogían la leche de las cabriadas estantes en las dehesas periféricas; que luego crearon importantes vaquerías de suizas estabuladas; y que iban a vender la leche, casa por casa, a Salamanca. Entre los productos agrícolas, destacaban el trigo y la cebada, aunque también tenían su importancia las algarrobas –destinadas a la alimentación del ganado bovino- y el centeno. Complementariamente, cada agricultor sembraba y recolectaba patatas y garbanzos –la base principal de la alimentación humana-, para el consumo propio; existiendo, además, en las inmediaciones del pueblo, algunos huertos familiares, en los que se obtenían productos alimenticios, también de carácter complementario, para consumo familiar. Como se ve, el carácter de autarquía y autosuficiencia de las producciones agrícolas –también de las ganaderas- era una nota característica preponderante de la economía local.

El Melonar

No podemos olvidar, en el mismo orden de cosas, la existencia de un cultivo de primavera-verano tan interesante como los melonares, en los que se cosechaban, no sólo melones como parece sugerir su nombre, sino también sandías y calabazas, éstas importantes como ingrediente fundamental de los farinatos que se hacían en las matanzas familiares. En los meses de calor, era muy agradecido el disfrute de las refrescantes sandías, -a media mañana- y de los sabrosos melones, aunque la cosecha de éstos, convenientemente conservados, podía abastecer de fruta hasta bien entrado el invierno. Por ello, la siembra del melonar había exigido la implantación, como mecanismo de recordación, de una especie de refrán, por medio el cual se advertía que por San Gregorio –cuya onomástica parece que coincidía con el 8 o el 9 de mayo-, la pipa en el hoyo.

Ganadería

En el ámbito de la ganadería, una institución popular era el Corral de Concejo, situados a las afueras, en la parte más alta del pueblo; y adonde cada mañana llevaban los vecinos sus cabras y sus cerdos, que, desde allí, recorrían los barbechos o rastrojos, apacentados, respectivamente, por el cabrero y el porquero comunales.

Antiguas escuelas.
Las Ovejas

También existía en el pueblo una piara, más importante y numerosa, de ovejas, pertenecientes a los agricultores en número proporcional a la extensión total de las parcelas que cada uno cultivaba, y que pacían, durante todo el año, por el término municipal, cuidadas por un pastor, igualmente comunal. El ovino era un ganado muy bien adaptado a la topografía y a la climatología del municipio, y era muy productivo, porque las ovejas daban buenos corderos y abundante y -en aquellos tiempos- valiosa lana.

Las Pizarras

En tiempos históricos, debieron tener cierta importancia las canteras de pizarra gris verdosa de Mozárbez, de las que quedaban, en numerosos hoyos contiguos, abundantes restos de pizarras menudas en dos áreas bastante extensas a las afueras del pueblo, una entre los caminos de Calvarrasa de Arriba y de Arapiles; y la otra a la derecha del camino de Miranda de Azán. Se creía saber -y se presumía- de que algunos espacios de la Plaza Mayor y de la Catedral nueva de Salamanca estaban pavimentados con pizarras de las canteras de Mozárbez. Y que el laboreo de la piedra tenía tradición en el municipio lo demuestra el hecho de que todavía en los años treinta-cincuenta del siglo XX vivía en el pueblo un anciano apodado el cantero. Es curioso que, tiempos después de la explotación de las canteras sitas a la vera del camino de Miranda de Azán, pero todavía en tiempos históricos, dichas canteras fueron convertidas en una viña, en la que, en aquellos años, solamente algunas vides reverdecían en primavera y verano; y espontáneamente producían, aunque escuálidos, algunos racimillos de uvas.

Y no menos curioso es el hecho de que en dichas canteras, por aquellos años, quedaban en pie solamente tres o cuatro encinas, seguramente como testigos de la ancestral y primitiva ocupación de aquel terreno; y, desde entonces, al cabo de sesenta o setenta años. la naturaleza, volviendo por sus fueros, ha realizado el milagro de convertir el espacio en un espléndido y bien poblado encinar. En realidad, todo el pueblo se asienta sobre un pizarral; y, alrededor del cincuenta por ciento del término municipal exhibe, o apenas oculta, la pizarra a flor de tierra. Y una especie de plaza existente en el centro del pueblo, que era llamada El Toral, exhibía peñas de pizarra, sin tapujo alguno. Obviamente, tanto las casas del pueblo y las tapias de los corrales, así como las cercas de los prados, están construidas a base de pizarra; todo lo cual justifica por sí mismo el hecho de la existencia y explotación de las canteras de pizarra, sin que pueda tener base la hipótesis de que Mozárbez, históricamente, pudo ser simplemente un pueblo de picapedreros.

Casa consistorial.
Las Aguas

El término municipal, seguramente como consecuencia de su altitud y de su basamento pizarrero, es bastante escaso de agua. Y el abastecimiento tradicional de agua potable se obtenía, precariamente, de un pozo, llamado popularmente la fuente, situado a la salida del pueblo por el camino que dirige a Torrecilla, Aldeanueva y el Vallegrande. La zona en que se encontraba la fuente era escasamente limpia –pues era paso de ganados- y se supone que tradicionalmente debieron producirse contaminaciones del agua de “la fuente”, que darían lugar a epidemias de fiebres tifoideas o similares de efectos mórbiles e incluso letales. Por ello, la gente de Mozárbez era asombrosamente reacia a beber agua; e incluso en pleno verano había personas que ni siquiera la probaban; sustituyéndola por la ingesta abundante de vino, aunque no se tratara de personas realmente alcoholizadas. Es este un fenómeno que a veces nos hemos sentido inclinados a calificar como hidrofobia cultural.

Administración y política

Elecciones municipales

Resultados de las elecciones municipales en Mozárbez[6][7]
Partido político 2019 2015 2011 2007 2003
% Votos Concejales % Votos Concejales % Votos Concejales % Votos Concejales % Votos Concejales
Partido Socialista Obrero Español (PSOE) 83,86 265 6 80,94 242 6 65,83 210 5 34,25 100 2 70,17 207 5
Partido Popular (PP) 13,92 44 1 16,72 50 1 31,35 100 2 37,72 110 3 28,47 84 2
Unión del Pueblo Salmantino (UPSa) - - - - - - - - - 27,74 81 2 - - -

Véase también

Referencias

  1. Llorente Maldonado, Antonio (1976). Centro de Estudios Salmantinos, ed. Las comarcas históricas y actuales de la provincia de Salamanca. p. 157. «Forman parte del Campo Charro casi toda la antigua Tierra de Alba, toda la Tierra de Ledesma (menos La Ribera), toda la Tierra de Ciudad Rodrigo (menos El Rebollar y La Sierra de Gata, o Campo de Agadones), la comarca de Salvatierra y, naturalmente, todo El Campo de Salamanca (página 108) El Campo Charro es el todo, El Campo de Salamanca una de sus partes (página 108) como vemos, la confusión ha llegado hasta nuestros pueblos, que tienen una idea confusa de lo que antes tenían bien claro. De todas formas, la contestación de Robliza de Cojos, muy sintomática del actual estado de cosas, no es equivocada; porque, efectivamente, Robliza está en El Campo Charro, aunque también esté en El Campo de Salamanca, como en El Campo Charro está Villavieja, sin que por eso forme parte del Campo de Salamanca (página 108) el gentilicio charro, y debió de nacer más bien en la mitad occidental de la provincia, quizá en El Campo de Yeltes y en El Abadengo, es decir en la antigua Tierra de Ciudad Rodrigo; de allí se iría extendiendo, pasando a la Tierra de Salamanca y a la Tierra de Ledesma, e incluso a la de Alba, más allá del río, pero sin afectar a la zona serrana ni a la riberana, de características muy diferentes (página 108) Con el tiempo, y una vez creada la provincia de Salamanca, charro, se confundiría con salmantino, llegándose casi a una identificación total (página 108) La identificación de Campo de Salamanca y de Campo Charro, y el predominio de la segunda denominación son, a mi parecer, fenómenos recientes. A ello han contribuido las circunstancias administrativas, y también los cronistas taurinos, los técnicos en agronomía y montes, los geólogos, edafólogos y geógrafos, los periodistas, las agencias de viajes, los escritores y funcionarios de turismo (página 108) Voy ahora a intentar establecer con mayor precisión los límites del Campo de Salamanca. Por el este el límite va desde Machacón hasta Monterrubio de la Sierra, quedando los términos de estos municipios, como los de Villagonzalo y Morille, dentro del Campo. Desde Monterrubio el límite atraviesa Salvatierra (…) Por el sur el límite es bastante impreciso, como ya sabemos, pero aproximadamente sigue una línea que va desde Endrinal hasta Aldeanueva de la Sierra y Altejos, pasando por Monleón, Sandomingo, Escurial, Navarredonda y La Rinconada. El límite occidental es también impreciso, pues sabemos que El Campo de Salamanca se ha ensanchado hacia el oeste, a costa de la antigua Tierra de Ciudad Rodrigo, entre el Huebra y el Yeltes. Aproximadamente discurre desde Altejos hasta Buenamadre y el Huebra, frente a Pelarrodríguez (...) El límite noroeste es también impreciso, pero más o menos sigue una línea que va desde la orilla derecha del Huebra, aguas arriba de Pelarrodríguez hasta el Tormes, frente a Almenara, pasando por Ardonsillero, La Cabeza de Diego Gómez, Porqueriza, Pozos de Mondar, La Valmuza, San Pedro del Valle y Zarapicos, dejando fuera del Campo de Salamanca y dentro de la Tierra de Ledesma, a Garcirrey, Sando, La Mata de Ledesma y Golpejas. El límite norte y nordeste es el más preciso: lo constituye el curso del Tormes, desde Carpio Bernardo hasta la altura de Zarapicos y Almenara (página 133)». 
  2. Instituto Nacional de Estadística. «Nomenclátor: Población del Padrón Continuo por Unidad Poblacional». Consultado el 17 de diciembre de 2018. 
  3. Mínguez, José María (Coord.) (1997). Historia de Salamanca. II Edad Media. Salamanca: Centro de Estudios Salmantinos. Pág. 322
  4. Mínguez, José María (Coord.) (1997). Historia de Salamanca. II Edad Media. Salamanca: Centro de Estudios Salmantinos. Pág. 267
  5. «Real Decreto de 30 de noviembre de 1833 sobre la división civil de territorio español en la Península e islas adyacentes en 49 provincias». Gaceta de Madrid. 1833. 
  6. «Resultado Elecciones Municipales en Mozárbez». El País. 2011. 
  7. «Resultado Elecciones Municipales en Mozárbez». El Mundo. 2003. 

Enlaces externos