Masacre de Sabra y Shatila

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Masacre de Sabra y Chatila

Lugar Beirut oeste, Líbano
Coordenadas 33°51′46″N 35°29′54″E / 33.8628, 35.4984
Blanco Refugiados palestinos
Fecha 16 de septiembre de 1982
Tipo de ataque Masacre
Muertos entre 350 y 3.500 (según versiones)
Perpetrador Falange Libanesa

La masacre de Sabra y Chatila fue una matanza de palestinos en los campos de refugiados situados en esos pueblos, en Beirut Oeste, durante la Guerra del Líbano de 1982, a manos de la Falange Libanesa, de origen cristiano, en su mayoría pertenecientes a la Iglesia maronita, en respuesta a la Masacre de Damour, en la cual, palestinos pertenecientes a la OLP habían asesinado a 582 personas y profanado el cementerio cristiano. Esta masacre mereció la calificación de acto de genocidio por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas a través de su resolución 37/123.[1]​ Según una comisión interna israelí, la Comisión Kahan, las Fuerzas de Defensa de Israel apostadas en el Líbano fueron indirectamente responsables de los hechos por no evitar las matanzas.[2]

Los hechos

El 14 de septiembre de 1982, el líder maronita y mandatario electo libanés Bashir Gemayel, fue asesinado junto a cuarenta personas más, en la destrucción con explosivos de la sede central de las Fuerzas Libanesas en Beirut, hecho cometido por facciones pro-sirias y pro-palestinas. El atentado terrorista fue atribuido al agente sirio Chartouni. Para preservar su estrategia en el Líbano, en peligro por el ataque, dos divisiones del Tsahal, al mando del Ministro de Defensa Ariel Sharón, ocupan el oeste de Beirut al día siguiente. Esta acción israelí viola su acuerdo con los Estados Unidos de no ocupar Beirut occidental.[3]

Para el mediodía del 15 de septiembre, las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) habían rodeado por completo el campamento de refugiados de Sabra y Chatila y controlaban todas las entradas y salidas del campo. Asimismo, las FDI ocuparon un buen número de edificios como puestos de observación.[4]

Ariel Sharón y el jefe de Estado Mayor, Rafael Eitan, se reunieron con las unidades de la milicia cristiano-falangista libanesa, para incitarlos a entrar en los campamentos de refugiados de Sabra y Chatila. En el marco del plan israelí, los soldados israelíes tenían que controlar el perímetro de los campamentos de refugiados y prestar apoyo logístico, mientras que los milicianos falangistas debían entrar a los campamentos, encontrar combatientes de la OLP y entregarlos a las fuerzas israelíes.[4]​ La reunión terminó las 3:00 de la tarde del 16 de septiembre.

Una hora más tarde, 1500 milicianos cristianos se reunieron en el Aeropuerto Internacional de Beirut, ocupado por Israel, bajo el mando de Elie Hobeika sucesor de Gemayel.

La primera unidad de 150 falangistas, armados con pistolas, cuchillos y hachas entraron a las 6:00 hs de la tarde en los campamentos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila, situados en las afueras de Beirut. Cometieron una masacre asesinando palestinos, la inmensa mayoría ancianos, mujeres y niños, todos ellos civiles indefensos, y que se prolongó durante más de 30 h.[5][6][4]​Aparte de las ejecuciones, también cometieron violaciones, torturas y mutilaciones.[7]

Durante la noche, las fuerzas israelíes dispararon bengalas iluminando los campamentos. Según una enfermera neerlandesa, el campamento estuvo tan brillante como «un estadio deportivo durante un partido de fútbol».[8]

A las 11:00, se envió un informe a la sede de las Fuerzas de Defensa Israelíes en el este de Beirut, informando del asesinato de 14 personas, incluidos civiles. El informe se remitió a la sede en Tel Aviv y Jerusalén, donde fue visto por más de 20 altos oficiales israelíes.[4]​ Nuevos informes de estos asesinatos fueron enviados durante toda la noche. Algunos de estos informes fueron transmitidas al Gobierno de Israel en Jerusalén y fueron vistos por una serie de altos funcionarios israelíes.

Durante las siguientes 36 a 48 horas, los falangistas libaneses masacraron a los habitantes de los campamentos de refugiados palestinos sin que las fuerzas israelíes lo impidieran.[7][9]​ El ex primer ministro del Estado de Israel (Menahem Begin) expresó:

En Chatila no judíos mataron a no judíos ¿qué tenemos que ver nosotros con eso?[9]

Lo anterior fue dicho por el jefe de Gobierno de Israel, al mismo tiempo que el periódico israelí Yedioth Ahronoth publicaba lo siguiente:

El jueves y el viernes por la mañana, los ministros y funcionarios [de Israel] ya sabían acerca de la matanza, y nada hicieron para detenerla. El gobierno lo sabía desde la noche del jueves y no movió un dedo ni hizo nada para impedirla.
Redacción por Eytan Haber.[9]

La cifra precisa de muertos ha sido siempre objeto de disputas y oscila entre «varios centenares» (12 a 14) a manos de libaneses en un conflicto interno según fuentes cristiano-libanesas, israelíes y árabes[cita requerida]; por su parte, la Cruz Roja maneja la cifra de por lo menos 2400 víctimas.[7]

Consecuencias para Israel

En Israel

El hecho produjo un gran escándalo internacional, como la lucha interna entre libaneses cristianos y musulmanes conmovió a la opinión pública israelí, produciendo una profunda crisis política. Una semana después de la tragedia, el 25 de septiembre, unas 400.000 personas se manifestaron en Tel Aviv –la manifestación más grande en la historia del país–, convocadas por el movimiento pacifista Shalom Ahshav y por la oposición israelí. Exigían responsabilidades, dimisiones y una investigación independiente que aclarase lo sucedido. Menahem Begin, totalmente desbordado, accedió, y tres días después encargó una comisión de investigación al presidente del Tribunal Supremo, Yitzhak Kahan. El informe final de la Comisión Kahan se hizo público en febrero de 1983. Señaló a los cristianos falangistas como autores materiales de las muertes, (como la de las autoridades rusas en los pogromos, dice el informe), critica duramente la indiferencia e imprudencia de algunos ministros y mandos militares, califica de «negligencia grave» la conducta del jefe del Estado Mayor, el general Rafael Eytan y, especialmente, considera que Ariel Sharón «faltó a sus obligaciones», por lo que recomienda su dimisión o cese como ministro de Defensa.

En el mundo

En Europa la noticia del enfrentamiento interno en los campamentos fue sucedida por diversas reacciones. En Italia protestas, en Francia, el 21 de septiembre, un grupo de maestros del Liceo Voltaire, una de las principales escuelas secundarias francesas, pararon todas las clases entre las 10 de la mañana y el mediodía. Se redactaron dos cartas, una para el presidente francés y para la (OLP) y la otra a la embajada israelí en París. Las cartas fueron leídas por los estudiantes de la escuela reunidos en el patio.[10]

Repercusión

Para muchos, el informe de la Comisión Kahan, el cese de Sharón y su abandono de la política no fue suficiente.[cita requerida] Sectores pro-palestinos[cita requerida] han seguido insistiendo durante años en acusar a Ariel Sharón de autor o instigador de la matanza, algo que arreció –en forma de procesos judiciales en Europa– cuando éste regresó a la política, al ser elegido primer ministro de Israel en 2001. Así, la justicia belga admitió a trámite una demanda contra Sharón en 2001 en aplicación de una ley de jurisdicción universal para casos de violaciones de los derechos humanos, usada en 1993 para procesar a los acusados del genocidio de Ruanda. Israel no lo tomó en consideración y adujo que se trataba de un proceso basado en motivaciones políticas. Esta ley fue luego invocada para iniciar causas contra George W. Bush, Tony Blair, Donald Rumsfeld, Colin Powell y Condoleezza Rice,[11]​ y sirvió asimismo como modelo para presentar querellas contra otros líderes por crímenes contra los derechos humanos, como Fidel Castro (en España,[12]​ acusación que fue finalmente desestimada[13]​) o el propio Yasser Arafat (en Francia).[14]

El Tribunal Supremo belga dictaminó el 12 de febrero de 2003 que Sharón (y otras personas involucradas, como el general israelí Yaron) podrían ser enjuiciados en virtud de esta acusación. No obstante, ante el cuestionamiento de la jurisdicción belga para este tipo de procesos sobre derechos humanos, que causó a Bélgica problemas diplomáticos, esta nación enmendó su ley para que se circunscribiera a casos donde las víctimas fuesen ciudadanos belgas.[15]​ El 24 de septiembre de 2003, el más alto tribunal belga archivó la causa contra el entonces primer ministro israelí porque no había base legal para el proceso.

Por su parte, y a diferencia de Sharón, el falangista libanés Elie Hobeika, considerado el responsable material de la matanza, nunca fue acusado en un tribunal, ni en su país ni en Europa, ni se le siguió asociando a Sabra y Chatila, lo cual le permitió ocupar el puesto de ministro en el gobierno libanés en la década de 1990, hasta que un atentado con coche bomba en Beirut, del que se desconocen sus autores y motivaciones, le costó la vida en enero de 2002. Algunos sostuvieron que se preparaba para testificar en el tribunal belga de crímenes de guerra.[16][17][6]​ Michael Nassar, ex-falangista que se hizo millonario con la venta de armas propiedad de las Fuerzas Libanesas, fue asesinado junto con su esposa en São Paulo, Brasil, donde había estado viviendo desde que huyeron del Líbano en 1996.

Ariel Sharón continuó su carrera política pese a su renuncia tras el informe de la Comisión Kahan.

Referencias

  1. A/RES/37/123 ONU, 16-12-1982 : "La Asamblea General [...]] Resuelve que la masacre fue un acto de genocidio"
  2. Report of the Commission of Inquiry into the events at the refugee camps in Beirut, Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, 8 de febrero de 1983.
  3. Transcripción del programa Panorama: "The Accused", emitido por la BBC, el 17 de junio de 2001. Se trata de una transcripción del audio del programa, por lo que dicha transcripción incluye el siguiente aviso: "Esta transcripción fue realizada a partir de la grabación de una unidad de transcripción y no copiada del guion original: debido a la posibilidad de escuchar mal y la dificultad para identificar, en algunos casos, a los narradores, la BBC no puede dar fe de su exactitud."
  4. a b c d Shahid, Leila. The Sabra and Shatila Massacres: Eye-Witness Reports. Journal of Palestine Studies, Vol. 32, No. 1. (Autumn, 2002), pp. 36-58.
  5. Misión de la Liga de los Estados Arabes (ed.). «Masacre de Sabra y Chatila». Palestinalibre.org. Consultado el 25 de septiembre de 2010. 
  6. a b La Verdadera Historia De Sabra Y Chatila
  7. a b c SAHAGÚN, FELIPE (18 de septiembre de 2007). Internacional, ed. «Sabra y Shatila, 25 años de impunidad». España: ElMundo.es. Consultado el 25 de septiembre de 2010. 
  8. New York Times, 26 de septiembre de 1982. in Claremont Research pg. 76
  9. a b c Abu-eid, Xavier (23 de septiembre de 2004). Ahmed Hijazi, ed. «Sabra y Chatila, la historia que carga la masacre». España: Mundo Árabe. Consultado el 25 de septiembre de 2010. 
  10. Lewis (1999), pp. 11–12
  11. Bélgica modificará ley de genocidio - BBC Mundo, 13 de julio de 2003
  12. La Audiencia decide este jueves si procesa a Fidel Castro por genocidio - El País, 9 de diciembre de 2007
  13. La Audiencia no procesará a Fidel Castro por considerar que sigue siendo jefe de Estado - El País, 13 de diciembre de 2007
  14. Demandan a Arafat por genocidio - BBC Mundo, 3 de marzo de 2003
  15. Bélgica: cambios en la ley de genocidio - BBC Mundo, 14 de julio de 2003
  16. Joel Campagna, The Usual Suspects, World Press Review, April 2002. Accessed 24 Feb 2006.
  17. Elie Hobeika's Assassination: Covering Up the Secrets of Sabra and Shatilla, Jerusalem Issue Brief, Vol. 1, No. 17, 30 January 2002.

Bibliografía

  • Joan B. Culla. La tierra más disputada. El sionismo, Israel y el conflicto de Palestina. Madrid: Alianza, 2005.
  • Robert Fisk. La gran guerra por la civilización. Madrid: Destino, 2006.
  • Jean Genet. Cuatro horas en Chatila.

Cine

Enlaces relacionados

Enlaces externos