Jardín de Floridablanca
El Jardín de Floridablanca es un jardín público de la ciudad de Murcia (Región de Murcia, España), creado a mediados del siglo XIX, siendo de esta forma el más antiguo de la ciudad. Se encuentra concretamente en el castizo barrio del Carmen, en la margen derecha del río Segura. Está dedicado al ilustre murciano Don José Moñino y Redondo, Conde de Floridablanca, ministro de Carlos III y Carlos IV y presidente de la Junta Suprema de Murcia y poco antes de su muerte, de la Junta Central Suprema.
Los antecedentes del jardín: las Alamedas
El jardín tuvo su origen en una antigua alameda situada en lo que entonces era el partido de San Benito, una zona de huertas en la margen derecha del Segura pero muy próximas al casco urbano de Murcia (que se encontraba en la margen izquierda), con la presencia así mismo de algunos conventos (de Carmelitas y Capuchinos).
Una nueva alameda más ambiciosa se creó en 1786, fecha en la que el Corregidor Don Juan Pablo De Salvador plantó nuevos árboles para ampliar la ya existente. De este modo extendió la alameda hasta la orilla de la carretera de Cartagena, formando una línea en ángulo con la iglesia del Convento del Carmen.
El siglo XVIII fue una época de extraordinario crecimiento poblacional para Murcia, generándose alrededor de los conventos descritos lo que hoy es el barrio del Carmen, el primer asentamiento de la ciudad en la margen derecha del río.
Pocos años después llegaron de Madrid las nuevas tendencias en paisajes y jardines e influido por este nuevo espíritu, Don Vicente Cano Altares mandó construir un largo emparrado, un cerramiento y además unos bellísimos macizos de flores, encargando la dirección de las nuevas reformas al Arquitecto Don Juan Bautista Lacorte.
La creación del Jardín de Floridablanca
Con la llegada , a mediados del siglo XIX, de José Marín Baldo a la alcaldía murciana (Baldo fue un polifacético arquitecto, pintor y escultor además de alcalde), éste realizó una inversión de 26.084 reales de vellón en la renovación de la alameda. Fue entonces cuando se transformó en el Jardín de Floridablanca que hoy conocemos. Estas últimas reformas se realizaron en 1849 introduciéndose variedades vegetales que hacían las delicias de los paseantes y causaban gran admiración en los viajeros que visitaban la ciudad, según se deja constancia en los escritos de Don Federico Atieza y Palacios.
El monumento al Conde de Floridablanca fue otra de las novedades que se instalaron durante la remodelación de 1849. La escultura fue realizada por Santiago Baglietto (1781-1853) enfrente de la portada de la Iglesia del Carmen, lugar que sigue ocupando hoy día. El pedestal del mismo es anterior, obra de Francisco Bolarín el Viejo (1768-1836), sobre el que iba a ir una estatua del monarca absolutista Fernando VII encargada en 1828, pero la posterior reacción en su contra impidió que se realizara, usándose para el homenaje a Floridablanca.
El desarrollo histórico del jardín
La Guía de Murcia de Belando Martínez describía en 1899 el Jardín de Floridablanca como
Rodeado de verjas de hierro con pilares de cantería: se encuentra muy bien cuidado, tiene numerosos asientos de madera unos, de granito otros, distribuidos en todo su ámbito y en el centro de una elipse que tiene su extremo de medio día existe un bonito pedestal con la estatua del ilustre murciano, Conde de Floridablanca. Es un magnífico paseo
.
Con el auge de las exposiciones universales en las ciudades más importantes, Murcia preparó su propia exposición siguiendo el modelo barcelonés. Así es como se realizó en el jardín y sus inmediaciones la Exposición Agrícola, Industrial y Minera en abril de 1900. Para ello fue necesario desmontar las verjas, dejando solo en la fachada de la Alameda de Colón la portada principal de la exposición. Luego se volvieron a instalar las pilastras de zingueria del vallado perimetral para instalar una verja metálica en sustitución de la empalizada de madera del siglo XIX. Las pilastras se mantuvieron hasta la instalación de la valla metálica actual, hacia 1918.
Tras la exposición, el auge de este tipo de acontecimientos terminó y el jardín quedó ligeramente abandonado lo cual dio lugar a la creación en 1914 de la Sociedad de amigos del árbol de Murcia, con la pretensión de proteger y embellecer los jardines de Floridablanca y otros parques murcianos. Se estima que fue entonces cuando se introdujeron los ernomes ficus actuales que complementan la alineación de magnolios centrales.
Las descripciones de 1930 hablan del jardín "cuidadosamente atendido en estos últimos años, con rosaledas, macizos de claveles y paseos centrales de magnolias".
En 1998 fue objeto de una remodealción que buscaba recuperar su aspecto romántico y las recreación de las antiguas alamedas.
Monumentos del jardín
A parte del mencionado monumento al Conde de Floridablanca; que dio y da nombre al histórico jardín, posteriormente se erigieron otros en honor a diversos prohombres murcianos, como los poetas José Selgas y Pedro Jara Carrillo (obra de José Planes de 1933).
También se erigió en la posguerra franquista un monumento en honor de la IV Brigada Navarra que entró en Murcia a finales de marzo de 1939 dando fin a la Guerra Civil. Monumento que hoy día se ha modificado transformándolo en uno por la paz.
El portal que se instaló en el lado del jardín que da a la calle Hernández del Águila no fue realizado originalmente para el jardín, sino que estaba emplazado en la calle Matadero y perteneció a la fachada del antiguo Matadero municipal del siglo XVIII; siendo trasladado al parque tras su demolición constituyendo hoy una de sus puertas de entrada.
El último monumento instalado en el parque es el dedicado al nazareno colorao, por ser la contigua Iglesia del Carmen la sede de la histórica y tradicional Cofradía de "Los Coloraos".
Bibliografía
- Consejería de Cultura, Educación y Turismo (1988). Murcia. Guía Artística. Murcia: I. G. Jiménez Godoy. ISBN 84-7564-068-0.