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Historia del ladrillo

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Esfinge alada del palacio de Darío en Susa (alrededor del año 510 a. C.). Museo del Louvre.

La Historia del ladrillo constituye quizá uno de los capítulos elementales de la historia de la arquitectura.[nota 1]

El humilde ladrillo de barro, pedazo de tierra amassado y cozido,[nota 2]​ ha sido relevado o complementado, con el paso de los siglos, por una larga serie de objetos así definidos:[1]

  1. el ladrillo a cara vista, también conocido como ladrillo klinker;
  2. el ladrillo azulejo;
  3. el ladrillo columnario;
  4. el ladrillo de mocheta (con un corte en uno de sus vértices y de origen romano);
  5. el ladrillo de muela y nuca de origen almohade usado en pocería;
  6. el artesón o ladrillo visigodo estampillado;
  7. el ladrillo fino de la alfarería popular andaluza;
  8. el ladrillo flotante citado por Plinio el Viejo en su Historia Natural;
  9. el ladrillo gafa, ligero, con dos orificios taladrados y paralelos, habitualmente usado para tabicar;
  10. el ladrillo holandés semivitrificado;
  11. el ladrillo hueco, doble o triple, con dos o tres hileras (acanaladuras) de perforaciones en la testa;
  12. el ladrillo mahón o ladrillo común catalán;
  13. el ladrillo nazarí de origen egipcio;
  14. el ladrillo mediano o levantino;
  15. el ladrillo moruno que sigue el módulo almohade (28 x 14 x 4);
  16. el ladrillo por tabla, similar a la rasilla, para techos y entresuelos;
  17. el ladrillo refractario de arcilla y chamota;
  18. el ladrillo tocho;
  19. el ladrillo tosco de pasta porosa sin alisar;
  20. el ladrillo visto, y
  21. el ladrillo vitrificado.[2]

Una vez más, la historia de un sencillo objeto corre pareja a la historia de la Humanidad.

Orígenes

La mampostería, el adobe y el cob noreuropeo, son los recursos arquitectónicos más primitivos en la historia de la albañilería humana. El empleo del adobe se data entre el 10.000 y el 8.000 a.C.[nota 3]​ Asimismo se ha calculado que los ladrillos, como elemento para la construcción, tienen una antigüedad de unos 11.000 años. Los primeros en utilizarlos fueron los agricultores del neolítico precerámico del Levante mediterráneo hacia 9500 a. C., ya que en las áreas donde levantaron sus ciudades apenas existía la madera y la piedra.[nota 4]

Mesopotamia, la India y Egipto

Las hiladas de ladrillo más antiguas que se conocen, anteriores a 7500 a.C., se descubrieron en diferentes yacimientos arqueológicos de Mesopotamia.[nota 5]​ Asimismo, ladrillos datados entre 7000 y 6395 a.C., son los hallados en 1952 en las excavaciones de Jericó, en las cercanías del río Jordán, y en Catal Huyuk.

En las ruinas de Jericó se encontraron dos tipos de ladrillos: los primeros datan del periodo comprendido entre 8300 a.C. y 7600 a.C. y tenían un tamaño de 260x100x100 mm (similar a un pan de molde). El otro tipo, más fino, es el llamado ladrillo de caña. El empleo de ladrillos demuestra que era más fácil transportarlos que acarrear el propio barro al lugar de la construcción.

Más hacia Oriente, en la mítica ciudad de Mehrgarh, se han fechado toscos ejemplares de barro hacia 7000 a.C. Material con consistencia cerámica se empleaba ya en la cultura del valle del Indo (3300 a. C. hasta 1300 a. C.) como se constata en las ruinas de Mohenjo-Daro y Harappa.

Esclavos semíticos fabricando ladrillos. Recreación a partir de una pintura del Templo tebano de Amón.[3]

Pasando al continente africano se encuentran materiales similares en Buhen (Nubia, Antiguo Egipto). El uso de moldes para hacer ladrillos regulares se atribuye al Antiguo Egipto. Los diferentes pasos que se seguían para su elaboración han quedado descritos en las pinturas murales de Rekh-mi-Re, visir de Egipto hacia el 1450 a.C. en Tebas (la actual Luxor).

Un importante avance en la albañilería primitiva fue el ladrillo cocido, que comenzó a usarse hacia 3500 a.C. La cocción le dio una resistencia similar a la piedra, con la ventaja de su moldeado previo. Moldear ladrillos era menos costoso que tallar piedras, lo que abarató los precios de la construcción.

Ladrillos chinos

En China, los ladrillos más primitivos fueron hallados en 2009 en el yacimiento de Xi'an, con una antigüedad estimada de unos 3800 años. Las primeras descripciones del proceso de producción cerámica de ladrillos aparecen en la dinastía Song, dentro del manual del carpintero Fashi Yingzao, publicado el año 1103 por el gobierno oficial de Jie Li, supervisor público de las obras para la construcción de edificios dependientes del gobierno central.

La idea de firmar los ladrillos con el nombre del alfarero, su fecha de nacimiento y el lugar de producción eran ya habituales en el periodo de la dinastía Ming.[nota 6]

Ladrillos romanos

A pesar de su proverbial pasión por la piedra como elemento arquitectónico, los romanos utilizaron con pareja vocación el ladrillo. Un ejemplo bien conservado son las Termas de Caracalla, en las que se empleó una mezcla de ladrillo y opera caementicia (hormigón romano).

Gótico de ladrillo

La cultura arquitectónica del ladrillo, conservada por Bizancio e introducida en el norte de Italia, llegarían así hasta el norte de Alemania donde, a partir del siglo XII, se desarrolló una tradición independiente que culminó en el llamado "gótico de ladrillo", extendido por todo el norte de Europa, especialmente en las regiones del Mar Báltico (sin recursos naturales de roca).[4]​ Ejemplos de ese periodo construidos casi exclusivamente en ladrillo, se conservan en Dinamarca, Alemania, Polonia y Rusia.

Torre del mudéjar aragonés en Utebo (Zaragoza).

El ladrillo en el arte mudéjar

El arte mudéjar, considerado el más representativo del medievo en España e inspirado por su carácter fronterizo entre el norte cristiano y los musulmanes, tiene en el ladrillo y el azulejo su elemento más identificador. Se han diferenciado varios tipos de mudejarismo:

  1. Románico de ladrillo, en León, Valladolid, Ávila y Segovia.
  2. Arte mudéjar occidental, desde el río Tajo hasta Portugal.
  3. Mudéjar aragonés. Con características propias, como la profusión de elementos ornamentales de cerámica vidriada, y un mayor desarrollo en los valles del Ebro, Jalón y Jiloca.
  4. Extremadura y Andalucía (especialmente Sevilla y Córdoba).

Plazas de toros, escuelas, saunas y palacetes

Desbordando el contexto de arquitectura religiosa del tradicional mudéjar español, el "neomudéjar", promovido a finales del siglo XIX por arquitectos como Emilio Rodríguez Ayuso o Agustín Ortiz de Villajos, desarrolló en la Península Ibérica y algunas capitales americanas una imaginativa pasión por el ladrillo y los elementos arquitectónicos de inspiración árabe. El nuevo estilo se asoció especialmente a construcciones de carácter festivo y de ocio, o bien administrativo o laboral: teatros, casinos, estaciones de tren, plazas de toros, ayuntamientos, oficinas de correos, balnearios, fábricas e incluso saunas.[5]

Ladrillismo

Por este nombre, o respetando el término alemán Expresionismo en Ladrillo (Backsteinexpressionismus),[6]​ se conoce la corriente o estilo arquitectónico practicado entre 1920 y 1930 en Alemania y Holanda. Fuera del contexto nacionalista de este expresionismo, pueden encontrarse ejemplos contemporáneos en gran parte de Europa y Norteamérica.

Véase también

Referencias

  1. Caro Bellido, Antonio (2008). Diccionario de términos cerámicos y de alfarería. Cádiz: Agrija Ediciones. ISBN 84-96191-07-9. 
  2. «Denominación de los ladrillos según su forma». Consultado el 23 de julio de 2012. 
  3. Ebers, Georg. "Egipto: Estudio descriptivo, histórico y pintoresco". Volumen 1. Cassell & Company, Limited: Nueva York, 1878. p 104.
  4. «Gótico en Escandinavia». Consultado el 23 de julio de 2012. 
  5. UNED (ed.). «Neomudéjar versus neomusulmán: definición y concepción del medievalismo islámico en España.». Consultado el 23 de julio de 2012. 
  6. Por utilizarse en la composición y recubrimiento de fachadas de ladrillo, especialmente del tipo klinker (ladrillo visto). No confundir con el término de inspiración político-económica, también conocido como "marxismo-ladrillismo".

Notas

  1. Los diccionarios de arquitectura, en general, definen el ladrillo como "paralelepípedo rectangular, fabricado con arcilla cocida por sus cualidades de consistencia, durabilidad y dureza".
  2. La definición completa del Diccionario de Autoridades dice: "...pedazo de tierra amassado y cozido, de un pie de largo y algo menos de ancho, de tres dedos de gruesso, que sirve para las fábricas de casas, murallas y otras cosas".
  3. El adobe moldeado se desarrolló en Mesopotamia en el 5000 a.C..
  4. Excavaciones hechas en la antigua ciudad de Ur, demuestran que en el 4000 a.C., sumerios y babilonios secaban sus ladrillos al sol; sin embargo, para reforzar sus muros y murallas, recubrían las partes externas con ladrillos cocidos, por ser estos más resistentes. En ocasiones también los esmaltaban para conseguir efectos decorativos. Las dimensiones de los ladrillos fueron cambiando en el tiempo y según la zona en la que se utilizaron.
  5. En Tell Aswad (cercano a Damasco), en el curso alto del río Tigris y en el sureste de Anatolia, cerca de Diyarbakir.
  6. Ya en la dinastía Qin (221-206 a.C.), el gobierno había obligado a herreros y fabricantes de armas a grabar sus nombres en las piezas como control de calidad.

Enlaces externos