Flor de sal
La flor de sal es una capa delgada de sal que se forma en la superficie del agua de mar de las eras de cristalización de las salinas marítimas. Su valor gastronómico y organoléptico hacen de esta sal, la sal «gourmet» por excelencia. Es recolectada según técnicas muy tradicionales y de forma artesanal sobre todo en climas cálidos del suroeste de Europa, principalmente en el Atlántico y en el Mediterráneo. Su cosecha es muy delicada y se hace manualmente con ayuda de unas pértigas provistas de una fina malla, según el método tradicional de los marnotos portugueses o los paludiers franceses.
Históricamente la producción de flor de sal se recuperó hace aproximadamente entre 20 y 30 años en Francia, en la región bretona de Guérande. Actualmente se produce en Francia, España, Portugal y Colima (México). Desde las últimas décadas del siglo XX, la flor de sal se ha convertido en un producto de alto valor nutricional y con una demanda cada vez más creciente en el mercado de los productos artesanales, ecológicos y saludables.
Formación y cosecha
Su cristalización se produce a la caída del sol, por contraste térmico, debido al enfriamiento de la salmuera que reduce su solubilidad y propicia la precipitación (cristalización) masiva de pequeños cristales de sal rica en magnesio y flúor que, debido a la menor densidad que de la salmuera quedan en superficie formando una fina membrana de diminutos cristales de sal.
La flor de sal se recoge manualmente y no pasa por ningún proceso industrial. Recogerla es complicado porque el proceso de cristalización se produce en la superficie del agua. La recolección se lleva a cabo sólo los días que no sopla el viento para evitar que el grano de sal se vaya al fondo, y se hace manualmente con una pala especial. Se recoge rápidamente tras su cristalización para que el cristal formado sea inferior a 3 milímetros. Se deja secar al sol y al viento para obtener un producto puro, sin aditivos ni transformación, pero de producción muy limitada. Por mucho tiempo que pase, no se apelmaza y se mantiene con sus propiedades intactas. Sus cristales de sal, al observarlos atentamente se pueden distinguir.
Sus características organolépticas son:
- Color blanco puro o levemente grisáceo, a veces incluso levemente rosáceo
- Sabor menos salado que la sal común de cualquier tipo
- No se apelmaza
- Es suave al paladar y se disuelve con facilidad al sazonar los distintos alimentos.
- Sin olor
Esta sal se utiliza siempre vertiéndola en la última fase de emplatado, justo antes de servirse, debido a que suele fundirse fácilmente con los jugos de los alimentos. Puede emplearse en cualquier tipo de cocina.
Composición
Está compuesta principalmente de cloruro de sodio, cloruro de magnesio y cloruro de potasio, pero su proceso de formación le da una composición química diferente a todas las sales, incluida la sal marina que es de donde procede. Contiene la mayoría de los 118 oligoelementos de la tabla periódica. La flor de sal para que pueda ser considerada como tal no debe de pasar de los 92.9% de cloruro de sodio. Por su bajo contenido de sodio, 15%, el organismo no la detecta como sal; es hipotónica y no retiene líquidos por su bajo peso molecular.
A modo de ejemplo, composición flor de sal de Mallorca:[1]
- Calcio 0,07%
- Magnesio 1,86%
- Sodio 34,11 %
- Potasio 0,64 %
- Cloruros 52,3 %
Comparación con sal marina[¿dónde?]:[cita requerida]
- Calcio 1,2%
- Magnesio 3,7%
- Sodio 30,6%
- Potasio 1,1%
- Cloro 55%
- Sulfato 7,7 %
- Otros
La sal pura refinada, es puro cloruro sódico, la sal marina del mediterráneo es 98% sal pura (cloruro sódico), luego 2% de otros minerales, y la sal del Himalaya tiene 97% de sal pura, luego 3% de otros minerales (principalmente 10, y polihalita).[2]
Áreas de producción
En Francia
En España
Estas salinas comparten hábitat con especies de flora y fauna protegidas y mantienen intacta la tradición salinera más antigua. Entre las principales salinas recolectoras de flor de sal están:
- las salinas de la Trinidad, situadas en el corazón del Parque Natural del Delta del Ebro
- las salinas de Cabo de Gata en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, que por su clima subdesértico, tiene contrastes térmicos en la época estival de hasta 20 grados Celsius, que favorecen la formación de flor de sal. Su nombre en francés es "Fleur de Sel". Tiene una mezcla entre un sabor sutil a violetas y un delicado olor marino.
- las salinas de Mallorca (Islas Baleares)
- las salinas del Parque Natural Bahía de Cádiz (Chiclana de la Frontera y San Fernando)
- las salinas de Isla Cristina, en la provincia de Huelva
En México
El país ha incursionado exitosamente en el mercado internacional de la flor de sal, con apenas una década en su producción. Un grupo de productores de las Salinas de Cuyutlán en Colima, México, recolectan flor de sal mediante un proceso eminentemente artesanal, con una producción limitada a los meses más cálidos de mayo y junio. Su producción se localiza en la laguna de Cuyutlán (vaso lacustre de aguas marinas), que cuenta con un subsuelo rico en oligoelementos gracias a una acumulación de minerales depositada desde las montañas vecinas por el norte. Su cercanía al puerto del océano Pacífico, Manzanillo, le da una ventaja para su comercialización.