Diferencia entre revisiones de «Historia republicana del Perú»

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La '''Guerra del Pacífico''' fue un conflicto armado que enfrentó a [[Chile]] contra [[Perú]] y [[Bolivia]] entre [[1879]] y [[1883]].
La '''Guerra del Pacífico''' fue un conflicto armado que enfrentó a [[Chile]] contra [[Perú]] y [[Bolivia]] entre [[1879]] y [[1883]].
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== La Reconstrucción Nacional ([[1883]] - [[1895]]) ==
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La historia republicana del Perú es una época de la Historia del Perú entre la Independencia del Perú y la actualidad, es decir, la historia peruana bajo gobierno republicano.

Primer periodo republicano (1821 - 1842)

El 25 de agosto de 1839, luego de la disolución de la Confederación Perú-Boliviana y consecuente restauración de la República Peruana, Agustín Gamarra asumió el gobierno de la república.

En 1841 ocurre la Guerra entre Perú y Bolivia.

Prosperidad falaz (1842–1866)

La economía del Perú entre 1821 y 1845 no logró recuperarse tras las batallas de la independencia y las luchas caudillescas que se dieron a lo largo de todos estos años.

El Perú no logró ningún crédito externo pues no era país elegible al no tener reservas y, lo más importante, estabilidad política que garantice la continuidad del pago. Internamente, no existían bancos, ni entidades financieras, los mejores prestamistas fueron los comerciantes, pero su fama de usureros restringía los posibles deudores a tan solo hombres de negocios o extranjeros solventes.

En medio de este panorama de incertidumbre económica apareció el guano de las islas del litoral como recurso de exportación hacia las potencias europeas y norteamericanas que ya atravesaban por un franco proceso de industrialización. En estos países la población aumentó de manera exponencial debido a las mejoras técnicas (máquinas más eficientes en la siembra y cosecha, cambios en la utilización del suelo agrícola). Sin embargo, la producción de alimentos ya no daba abasto. A ello se suma el paulatino abandono del campo y el aumento de la población en las ciudades, lo que restaba mano de obra en los grandes campos agrícolas. La hambruna generalizada en Europa y la poca calidad de sus alimentos hizo que los científicos busquen algún método para que sus campos agrícolas rindan más. Fue así que el francés Alejandro Cochet y el británico Thomas Way descubrieron las altas concentraciones de amoniaco, ácido úrico y subcarbonato de sodio en las deyecciones de las aves costeñas peruanas. En el Perú se conocían las propiedades del guano (nombre común de este estiércol), desde épocas prehispánicas. Tanto Bernabé Cobo como Agustín de Zárate y Pedro Cieza de León, mencionan cómo los indígenas costeños lo utilizaban en sus sembríos para mejorar la producción. En los años coloniales el guano fue utilizado en las haciendas, principalmente en los grandes campos agrícolas de la costa central. Sin embargo, no fue hasta el descubrimiento científico de sus propiedades que se pensó en el guano como un producto susceptible a ser exportado y comercializado. Inclusive, Thomas Way recomendó su uso en Inglaterra y fijó su precio: 30 libras por tonelada. El guano de las islas (Lobos de Afuera, San Gallán y principalmente las Islas Chincha) se había acumulado por muchos miles de años, eran verdaderas montañas de estiércol que de la noche a la mañana se convirtieron en patrimonio del erario peruano.

La Guerra del Pacífico

La Guerra del Pacífico fue un conflicto armado que enfrentó a Chile contra Perú y Bolivia entre 1879 y 1883.

La Reconstrucción Nacional (1883 - 1895)

Así, la Guerra del Pacífico concluyó el 20 de octubre de 1883, habiéndose firmado el Tratado de Ancón, mediante el cual la provincia de Tarapacá, pasó a manos chilenas permanentemente y, Arica y Tacna quedaban bajo administración chilena, por un lapso de 10 años, al cabo del cual un plebiscito decidiría si quedaban en manos de Chile definitivamente o volvían al Perú. El acordado plebiscito nunca se llevó a cabo, y no fue hasta 1929 que se firma el Tratado de Lima, que contó con la mediación de Estados Unidos y que decide que Tacna seria devuelto al Perú mientras que Arica quedaría definitivamente en manos de Chile. Lo anterior, dado que las autoridades chilenas en el lapso de tiempo en que ambas ciudades estuvieron bajo su administración, comenzaron un acoso sistemático contra las poblaciones peruanas de Arica y Tacna, en lo que se denominó la chilenización.

La paz entre Chile y Bolivia fue firmada en 1904. El tratado de paz entre ambas naciones, sin embargo, ha sido origen constante de tensiones diplomáticas entre ambos países durante el siglo XX y comienzos del siglo XXI, debido a que Bolivia perdió toda soberanía sobre el océano Pacífico. Así Chile tomó posesión no sólo de una importante extensión territorial, sino también de enormes depósitos salitreros, guaneros y de cobre. Éstos fueron entregados mayoritariamente a capitales británicos, señalados por alguna historiografía moderna como los verdaderos instigadores de la guerra. Quienes, soterradamente, habrían financiado y manipulado la política chilena para favorecer sus propios intereses. El salitre fue la principal fuente de riqueza de Chile hasta el descubrimiento del salitre sintético por los alemanes, durante la Primera Guerra Mundial. El editorial del diario británico "The Bullonist" de la ciudad de Londres aparecido en 1879, podría ser tomado por la historiografía para sustentar que en esta guerra, al margen de especulaciones, existió una potencia detrás del lado chileno. Véase (Editorial del diario "The Bullonist" sobre la Guerra del Pacífico).

La República Aristocrática (1895–1919)

La idea de Estado Para los civilistas el Estado debía ser modesto en recursos y ajeno al intervencionismo. Se pensaba que las funciones del Estado debían de ser limitadas y que su principal tarea era garantizar el orden.La existencia de un presupuesto equilibrado era síntoma evidente de un gobierno decente y civilizado; por el contrario, el déficit era sinónimo de caos e inmoralidad. El gasto publico debía ser muy reducido y la acción del Estado no debía interferir con la actividad privada, ya que esta generaba la riqueza. Por ello, los servicios o beneficios ofrecidos por el Estado eran muy pocos y se enfatizaba los relativos al orden (policía, ejército y justicia).Vida Política.El escenario político en estos años estuvo copado básicamente por las disputas entre el Partido Civil y la oposición, dominada por el Partido demócrata, de Pierola. El civismo era un grupo elitista, conformado por 24 hombres llamados “Los 24 amigos “, quienes controlaban el Poder Judicial, la junta electoral nacional e instituciones importantes como la Universidad de San Marcos. Estos amigos se reunían una vez por semana en el exclusivo Club Nacional para diseñar las políticas del gobierno.Más allá de que estas conductas de cuerpo de la impresión de una sólida cohesión, el civismo estaba en realidad socavado por una división. La primera ruptura interna se dio entre José Pardo y Augusto B. Leguia, un político joven pero con ansias de ascender rápidamente dentro del civismo. La segunda se daría años después, debido al primer gobierno personalista y dictatorial de Leguia. La sucesión presidencial Nicolás de Pierola fue elegido presidente para el periodo de 1895 a 1899. Su gobierno se caracterizo por inaugurar una etapa de prosperidad y tranquilidad. Este hombre que había sido un importante caudillo, convoco a los hombres más capaces, al margen de sus orientaciones políticas, para que ocuparan puestos en su gobierno. En sus cuatro años a cargo de la presidencia, fortaleció las instituciones publicas, fundo la Escuela Militar de Chorrillos y creo la Compañía Recaudadora de Impuestos, con la finalidad de que el manejo de los tributos fuera eficiente y transparente. También en su gobierno se creó el Ministerio de Fomento, destinado a mejorar e incrementar las vías de comunicación en todo el país.

Eduardo López de Romaña, el primer ministro de Fomento, fue elegido para el periodo 1899 – 1903. Durante su administración, se tornaron tensas las delicadas relaciones con Chile debido principalmente al acoso de que eran objeto los peruanos que vivían en Tacna y Arica, en posesión de los chilenos. En 1903 llegó al gobierno Manuel Candamo, impulsado esta vez por la alianza de los civilistas con el Partido Constitucional de Cáceres. No pudo terminar su mandato debido a una grave enfermedad que trunco su vida y su carrera política. Luego de esta crisis coyuntural, y de una serie de disputas internas de tipo generacional, José Pardo y Barreda (hijo del fundador del partido) alcanzo la presidencia de la república (1904 – 1908).

José Pardo y Barreda

Su gobierno puso especial énfasis en la educación: convirtió las escuelas publicas, hasta entonces municipales, en escuelas estatales; creo el Instituto Histórico, que luego se convertiría en la Academia Nacional de Historia, y fundo la Escuela Normal de Varones, que hoy conocemos como Universidad Enrique Guzmán y Valle. Además, fundo el Politécnico José Pardo, entonces conocido como Escuela Nacional de Artes y Oficios. Inmediatamente después, Leguia tomo el poder, instaurando un gobierno de corte dictatorial y autoritario, rasgo que incluso lo llevo a pelear con su propio partido. En la oposición tuvo a intelectuales jóvenes de prestigio como Riva-Agüero y Víctor Andrés Belaunde, pero también a los seguidores de Pierola, quienes el 29 de mayo de 1909 lo llevaron a rastras al Congreso para obligarlo a dimitir, fracasando en la parte final en su intento. Leguia se aboco a resolver asuntos limítrofes y externos pendientes. Había gran indignación entre las gente por la situación de Tacna y Arica; sin embargo, sus esfuerzos no fueron fructíferos.

Archivo:Guillermo billinghurst.jpg
Guillermo Billinghurst

Guillermo Billinghurst, un empresario del salitre tarapaqueño y amigo personal de Pierola, llegó al poder en 1912 sobre la base de una propuesta populista y de captación del voto obrero.

Tuvo una gestión accidentada y corta, pues durante ella se dio un nuevo tipo de pugna: los civilistas convencieron a los militares para intervenir en la vida política, con el pretexto de que el gobierno quería desaparecer el orden partidario. El gobierno manipulo a los obreros para defender un régimen supuestamente afín a ellos. En poco tiempo, Billinghurst tenía en su contra a los militares, a los civilistas (que eran mayoría en el gobierno), a los demás partidos y a la opinión publica. Presionado por semejante situación, quiso disolver el Congreso y amenazo con convocar a nuevas elecciones. En una medida populista, amparo toda huelga que contara con la aprobación de las tres cuartas partes de los trabajadores en cuestión. Concedió por otro lado, las ocho horas de trabajo a los estibadores del Callao y promovió manifestaciones obreras para amedrentar a sus numerosos opositores.

En 1914, casi todo el Perú en contra de Billinghurst, El general Benavides dio un golpe de Estado azuzado por el Partido Civil. Inmediatamente después, los civilistas recompusieron su posición política y dominaron el escenario electoral, proponiendo al ex presidente Pardo como candidato presidencial.

Ocaso del civilismo

Para el Segundo gobierno de Pardo el proyecto de su partido se había agotado como opción política. Además, las repercusiones de la guerra europea ocasionaron un malestar económico y social por el derrumbe de los precios de nuestras exportaciones. Esos años estuvieron marcados por la violencia política y la presión del movimiento obrero apoyado por los estudiantes universitarios. Mientras el civismo se tambaleaba en el poder, Leguia se preparaba para darle la estocada final.

La industria y la banca: En los años 17 y 19 del siglo XX, las exportaciones peruanas alcanzaron cifras muy altas, debido fundamentalmente al boom del caucho. En realidad desde años antes había habido un notable desarrollo de la economía urbana, pues las exportaciones dirigieron sus ganancias a la reinversión local. Los servicios públicos (agua, luz, desagüe, teléfono) y la banca nacional experimentaron un crecimiento expansivo sin precedentes. Una prueba es que Lima era entonces la única capital latinoamericana cuyos servicios eran íntegramente nacionales. Para que este proceso se dé tuvieron que conjugarse algunos factores. Se formaron grupos económicos de inversión que asimilaron técnicas empresaliares foráneas y las aplicaron en el país. En este proceso sobresalieron importantes familias ricas, así cono inmigrantes, especialmente los numerosos italianos que llegaron desde finales del siglo XIX. También muchos peruanos provenientes de las clases privilegiadas pudieron realizar estudios empresariales en el extranjero y emplearse en importantes compañías extranjeras que operaban en el Perú. Es así como el fomento del desarrollo económico estuvo en manos de la clase alta.

Como resultado de este crecimiento tanto cualitativo como cuantitativo, hacia 1896 se formaron la sociedad Nacional de Industrias y el Instituto Técnico e Industrial del Perú, con el doble propósito de servir como órgano consultivo para el gobierno, y portador de nuevas técnicas e información para las personas. La manufactura algodonera, y en general la industria textil, fue la más beneficiada con este auge.

Por la misma época, en 1899, se inician las operaciones del que seria el banco más importante del país: el Banco Italiano (hoy Banco de Crédito). Años después se formaría el Banco del Perú y Londres, como una fusión del Banco del Callao, el de México, el de Sudamérica y el de la Capital de Inglaterra. Este banco estuvo especializado en financiar exportaciones agro azucareras provenientes del norte del país y de Lima. En 1899 fe inaugurado el Banco Popular, de la familia Prado, como un, mecanismo de financiamiento de los negocios familiares de los fundadores.esto es falso

El gamonalismo Andino

Gamonalismo es la explotación – conservando rasgos feudales- de campesinos que trabajaban en las haciendas, sobre todo ubicadas en zonas andinas del sur del país. Estas haciendas se caracterizaban por su baja productividad y rentabilidad, y por un derroche de la fuerza de trabajo, por lo general extremadamente barata. La relación que establecía el gamonal con sus peones era muy autoritaria (subordinación y servidumbre) pero a la vez paternalista. En muchas ocasiones los gamonales mestizos e incluso los blancos hablaban quechua y compartian algunas costumbres ancestrales.

Algunos de ellos llegaban a ocupar cargos públicos como diputaciones, senadurías, alcaldías. El gamonalismo utilizaba además fuerzas seudo militares para garantizar el dominio sobre los campesinos explotados y por otro lado eran taimadamente piadosos con la iglesia local, para legitimarse. Constituyeron durante años una oposición real al centralismo limeño e incluso en ocasiones apoyaron el federalismo. Se trató de un fenómeno criollo y republicano que se desarrolló con amplitud a lo largo del siglo XIX e inicios del XX

Oncenio de Leguía

Años antes de que José Pardo y Barreda terminara su mandato, su régimen fue víctima de acciones desestabilizadoras. Las cuales provenían del Partido Constitucional de Cáceres, del recinto universitario de San Marcos y su espíritu reformista y de los sectores proletarios capitalinos. Esto como consecuencia de la depresión económica y el malestar social reinante causado, a su vez, por el accionar de los sucesivos gobiernos civilistas.

En este ambiente se realizaron las elecciones generales de 1919. Antero Aspíllaga fue lanzado como candidato presidencial por el Partido Civil. Leguía, por su parte, candidato opositor y ex civilista, tuvo el respaldo del Partido Constitucional, de la juventud sanmarquina y sobre todo de la clase media.

Luego de efectuadas las elecciones, a pesar de los enfrentamientos violentos, se supo que en la capital y en el Callao el triunfo era de Leguía pero en provincias los resultados eran desconocidos.

Como consecuencia, Leguía acuso al Parlamento, en poder del Civilismo, de voluntad de fraude, pues éste definiría, en última instancia, los resultados electorales.

Seis semanas después de las elecciones, las fuerzas de Leguía tomaron violentamente la Casa de Gobierno, Pardo y sus ministros fueron hechos prisioneros. A continuación, clausuraron el Congreso.

En esta segunda administración, Leguía además de tener como eslogan “Patria Nueva” que significaba “presencia de nuevos hombres, nuevos métodos y nuevas metas”, prolongó el periodo presidencial a cinco años, innovó el poder legislativo abandonando la renovación parlamentaria por tercios, amplió el número de electores, etc.

Además, convocó a una Asamblea Constituyente, la cual reconoció a Leguía como Presidente Constitucional de la República y promulgó, el 18 de enero de 1920, una nueva Constitución.

Como el deseo de Leguía era el de gobernar sin ningún tipo de oposición, se inició un plan de exterminio de toda expresión partidaria, persiguiendo, deportando, encarcelando dirigentes, allanando domicilios, clausurando diarios opositores.

Para 1924, Leguía fue reelecto, primera vez en la historia republicana que sucedía algo parecido. Esto provocó la ruptura definitiva entre Leguía y la Universidad de San Marcos.

Por otro lado, Leguía instauró en Palacio una camarilla que alimentó su egocentrismo, se le comparó con Bolívar, Alejandro, Napoleón, César, etc. este llamado cesarismo palaciego iba acompañado de la omnipotencia política. Fue nombrado por el Parlamento como Prócer de la República, doctor honoris causa de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNMSM y miembro de la Real Academia de la Lengua.

Para 1929, alcanzar la segunda reelección para Leguía fue considerablemente más fácil. Sin embargo, las situaciones coyunturales externas como la crisis de la bolsa de Nueva York, y la forma en la que se llevó ese gobierno, influyeron en el afloramiento de un malestar generalizado, que, finalmente, condujo a una esperada revolución.

Se puede decir que el ímpetu de crecimiento material obedecía a la intuición moderna y futurista de Leguía, mejoramiento de la legislación social en amparo del indio y la tendencia a la delimitación de las fronteras.

1930 - 1948

La incertidumbre nacional (1930-1933)

Para el 22 de agosto de 1930, desde la ciudad de Arequipa, el comandante Luis Miguel Sánchez Cerro y su guarnición militar levantaron su voz de protesta, a través de un memorable manifiesto, contra un gobierno que por más de once años se caracterizó por su corrupción, tiranía, miseria moral, atropellos, etc.

Como consecuencia, Leguía al verse perdido, entregó el mando a la Junta Militar del general María Ponce.

Es más, el país entero avaló el levantamiento en Arequipa. Sánchez Cerro llegó glorioso a Lima. Sin embargo, el futuro de Leguía no era mejor que el de terminar sus día en una cárcel. Con la caída de Leguía y el surgimiento de Sánchez Cerro, se reinició un etapa ya conocida, pero en su tercera versión, el militarismo.

Con la aparición del caudillismo militar de 1930 no sólo se cobraron venganzas y odios acumulados durante 11 años de arbitrariedades, sino que surgieron nuevas fuerzas y tendencias radicales.

Desorientación política, efervescencia social y crisis económica fueron las notas dominantes en los agitados días que siguieron a la caída de Leguía.

La junta presidida por Sánchez Cerro convocó a una Asamblea Constituyente, con la finalidad de elegir un presidente provisorio y dictar una nueva Constitución que reemplace a la de 1920.

Sánchez Cerro renunció públicamente al alto cargo de la presidencia de la República debido a la agitación popular que produjeron sus ambiciones políticas a todas luces contrarias al espíritu del Manifiesto de Arequipa.

Como consecuencia, además de que el mando pasara por tres manos en un día (Sánchez Cerro, Holguín, Elías), aparecen Samanez Ocampo y el comandante Jiménez. Ambos convinieron en la formación de un Junta Nacional de Gobierno mediante la cual se convocarían elecciones democráticas para presidente de la República y la instalación de una Asamblea Constituyente.

Víctor Raúl Haya de la Torre (APRA), Luis M. Sánchez Cerro (Unión Revolucionaria), fueron los dos principales candidatos a las elecciones programadas para el 11 de octubre de 1931.

Mientras que el APRA con el PAP formuló su “programa mínimo” coherente a la realidad sociopolítica del país y Haya de la Torre pronunciaba vibrantes y enérgicos discursos por el interior del país, por su parte, la Unión Revolucionaria de Sánchez Cerro seguía una tendencia nacionalista con su lema: “El Perú ante todo”.

Las elecciones se realizaron en un ambiente de sosiego y asombroso orden, propio de una madurez cívica.

Sánchez Cerro obtuvo la mayoría de votos, ganando largamente a Haya de la Torre, quien por sus partidarios fue nombrado, por razones obvias, “el presidente moral del Perú”.

Luego de establecido Sánchez Cerro en el poder, promulgó la Ley de Emergencia destinada a restablecer el orden interno y controlar los desmanes que el APRA promovía tanto en el Parlamento como en las calles. Se apresaron y deportaron apristas, se clausuraron sus locales y el periódico la Tribuna. Esta violencia generó más violencia, llegándose incluso al asesinato de Sánchez Cerro, luego de 16 meses de gobierno, por parte de un joven aprista.

Las democracias endebles (1933-1948)

En medio de este casi vacío de poder político, el Consejo de Ministros con Manzanilla a la cabeza, asumió el ejercicio del Poder Ejecutivo. En colaboración con la Asamblea Constituyente, se designó al general Oscar R. Benavides como presidente constitucional para completar el periodo del difunto general.

Esta designación fue cuestionada y rechazada por el sector socialista, pues sostenía que era anticonstitucional elegir como Presidente de la República a un miembro de la Fuerza Armada en servicio. Pero dadas las circunstancias, el conflicto interno APRA-UR y el conflicto fronterizo con Colombia era sensato elegir a Benavides.

Bajo el, momentáneamente, sugestivo y aparente lema de “Orden, Progreso y Trabajo”, Benavides busco la “paz y la concordia” con la finalidad de robustecer el sentimiento patrio ante el conflicto externo declarado. Es más, se procedió a amnistiar a presos políticos y se permitió cierto grado de libertad en el ejercicio del derecho político, haciendo viable el accionar del APRA, aunque por un corto periodo ya que solucionado el problema fronterizo el APRA tuvo que entrar en una nueva fase de clandestinidad.

Para octubre de 1936, Benavides convoca a elecciones. El Partido Socialista y el APRA fueron excluidos por ser consideradas “agrupaciones políticas internacionales”.

Realizadas las elecciones, Luis A. Eguiguren, primero en el conteo, no pudo llegar a ocupar la presidencia puesto que sus votos no eran válidos por provenir de un partido proscrito.

Por consiguiente se anularon las elecciones y se prorrogó el mandato de Benavides por tres años más.Benavides emprendió su segunda y más dura fase como gobernante. Sus más grandes pilares fueron el ejército y la oligarquía financiera, a través de la familia Prado. Lo primero que hizo fue deportar a su tenaz opositor Luís A. Flores y a otros prominentes líderes de la UR. Los apristas y los comunistas fueron, igualmente, hostilizados.

Cansados de esta situación, civiles y militares complotaron para poner fin a lo que llamaban la “dictadura del dinero” y exigir la inmediata convocatoria a elecciones.

Ante este comportamiento, Benavides opto por convocar a elecciones para el segundo semestre de 1939. EL triunfador resultó siendo el candidato oficialista Manuel Prado y Ugarteche, quien a parte de contar con el apoyo de Palacio de Gobierno y de los círculos bancarios y financieros, tuvo la simpatía del Partido Comunista.

Ya en el gobierno, se alejó de su patrocinador Benavides consiguiendo el apoyo del parlamento y de los militares. Mantuvo al APRA en su calidad de proscrito. Algunos dirigentes comunistas ocuparon cargos públicos. Se formó el Frente Democrático Arequipeño. Se lograron entender Benavides y Haya de la Torre. Se le permitió al APRA postular sólo candidatos para el Congreso.

Para las elecciones de 1945, Bustamante y Rivero obtuvo la presidencia apoyado por los apristas, quienes, a su vez, lograron una mayoría parlamentaria. Lamentablemente esta unión se deterioró hasta tal punto que el APRA fuera considerado ilegal. El APRA atrincherado en el Parlamente se confrontó al poder Ejecutivo censurando sus ministros.

La violencia reinaba en nuestro país, asesinatos por aquí y protestas por allá. Así que Bustamante buscó ayuda en los radicales sectores castrenses antiapristas. Además creo su partido de centro, el Movimiento Popular Democrático.

Dictadura de Manuel Odría

EL OCHENIO DE ODRÍA (1948-1956)

El 27 de octubre de 1948, el general Manuel A. Odría (ex ministro de gobierno) y el comandante Alejandro Yzaguirre Valverde acordaron retirar del poder al presidente Bustamante, el acuerdo fue que el comandante Yzaguirre obligaría al presidente a dimitir y el general Odría tomaría el poder. Como consecuencia de este pronunciamiento revolucionario Bustamante fue exiliado en Buenos Aires, entrando de nuevo en la ya conocida dictadura.

El éxito de Movimiento Restaurador Arequipeño, aunque demostraba una tendencia antiaprista, estuvo respaldado, ocultamente, por los más poderosos sectores económicos; el agro exportador y el financiero.

Presidiendo la Junta de Gobierno, Odría, definió su ideología como nacionalista, orientada a mejorar la situación de las clases laborales. A su vez, designó en diversos cargos públicos a reconocidos integrantes del grupo que lo encumbró en el poder (Pedro Beltrán, Julio de la Piedra, Juan Manuel Peña Prado).

La violación de domicilios, la detención y la expulsión de dirigentes políticos fue constante. Haya de la Torre mantuvo asilo político por más de 63 meses en la embajada de Colombia en Lima, hasta que fue deportado y despojado de su ciudadanía peruana.

El decreto ley denominado “Seguridad Interior de la República” entró en vigencia a mediados de 1949, sólo para establecer penas de destierro, cárcel e incluso muerte a aquellos que ejercieran el “terrorismo”, es decir a aquellos que combatieran el gobierno y tuvieran algún arma. Las autoridades policiales estuvieron por encima de los jueces, trasgrediendo la base jurídica a su libre albedrío.

Para 1950, se convocaron a elecciones, Odría deja la Junta de Gobierno para postular a la presidencia. El general Montagne, único candidato opositor, fue tomado preso y deportado. Por ende, Odría fue elegido presidente de la República.

Para esta segunda fase, las relaciones entre Odría y la oligarquía económica fueron resquebrajándose. Al mismo tiempo, aparecieron un conjunto de nuevas agrupaciones políticas con nuevos y distintos enfoques de la realidad; la Coalición Nacional, el Partido Demócrata Cristiano del Perú, el Frente Nacional de Juventudes Democráticas (germen de AP), el Movimiento Democrático Pradista, el Movimiento Social Progresista. Los cuales demostraban el anhelo ciudadano de renovación, democracia.

1956 - 1968

Gobierno de las Fuerzas Armadas (1968-1980)

1980 hasta la actualidad (2009)