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Plantilla:Infobox gobernador Baltasar Hidalgo de Cisneros (Cartagena, 1755 - id, 9 de junio de 1829[1]​) fue un marino y administrador colonial español. Llegó al grado de Almirante y fue el último virrey del Río de la Plata con poder efectivo en todo el virreinato: Francisco Javier de Elío, designado como su sucesor por el Consejo de Regencia, gobernó solamente la ciudad de Montevideo, durante el año 1811.

Biografía

En 1770 ingresó en la carrera naval y en 1805 combatió contra los ingleses en la Batalla de Trafalgar, resultando ser uno de los marinos españoles más destacados que participaron en ella. En dicha batalla desarrolló cierto grado de sordera por haber estado junto a un cañón en el momento de disparar. Ostentaba además el rango de general y jefe de escuadra y enarboló su insignia en el navío Santísima Trinidad, que era el barco mayor de todos los que tomaron parte en la batalla y que protagonizó uno de los episodios más intensos. Participó en la resistencia contra la invasión napoleónica a su país, y fue miembro de la Junta de Cartagena.

Virreinato

La Junta Suprema de Sevilla lo nombró virrey del Río de la Plata en 1809, en reemplazo de Santiago de Liniers. Arribó en junio de 1809 a Montevideo, donde se encontró con que la autoridad de Liniers era cuestionado por el gobernador de la ciudad, Francisco Javier de Elío, que había creado una Junta de Gobierno local. No obstante, éste aceptó la autoridad del nuevo virrey y disolvió la Junta, siendo nombrado inspector de armas del Virreinato.

En Buenos Aires había dos partidos opositores: el carlotismo intentaba establecer la regencia de Carlota Joaquina de Borbón en el Río de la Plata, y cuestionaba la autoridad de la Junta Suprema. Por su parte, los juntistas locales, dirigidos por Martín de Álzaga, estaban en decadencia tras la derrota de la asonada del 1ro de enero de ese año. Se congració con éstos al no desautorizar a Elío e indultar a los responsables de la asonada, y evitó los ataques carlotistas exigiendo y logrando el traspaso del mando fuera de la capital, en Colonia.

Ocupó finalmente su cargo en Buenos Aires, donde intentó aplacar las conspiraciones y fortalecer su poder: se vio obligado a enviar a Elío a España, pero rearmó las milicias españolas disueltas tras la asonada de Álzaga. Momentáneamente, la crisis política estaba resuelta.

Pero Cisneros asumió su cargo en un momento que era también de crisis económica: con la derrota de la flota española ante la Marina Real Británica, el comercio con las colonias se paralizó al no poder enviar barcos a las mismas. Aunque España posteriormente estableció una alianza con Gran Bretaña, no podía comerciar con ella debido al secular monopolio español del comercio con sus colonias.

Cisneros autorizó entonces el libre comercio con Gran Bretaña, pero esto generó quejas de los comerciantes más poderosos que obtenían grandes ganancias con el contrabando. Para no perder su apoyo, anuló el decreto de libre comercio que había dictado. Esto generó, a su vez, quejas de los comerciantes ingleses, que reclamaban que — en tanto que aliados de España contra Napoleón — no deberían ser perjudicados. Para quedar en buenos términos con ambos, dio una prórroga de 4 meses al libre comercio para que los ingleses pudieran finalizar sus asuntos.

Durante 1809 hubo intentos de revoluciones en la actual Bolivia, en Chuquisaca (25 de mayo) y La Paz (16 de julio), en las cuales se formaron juntas de gobierno por la ausencia del rey español. Dichos movimientos libertarios fueron aplastados sangrientamente por un ejército enviado por Cisneros, posteriormente fueron anuladas y sus autores condenados a muerte. Esta medida, sin embargo, aumentó el resentimiento de los revolucionarios porteños: French y Beruti criticaban que dichos alzamientos fueran condenados con la muerte, y los alzamientos contra Liniers acabaran en indultos, considerando que estos últimos fueron hechos por españoles y los de La Paz y Chuquisaca por criollos.

Al llegar el 13 de mayo de 1810 un barco con noticias de España, que incluían el sometimiento de la corona española y la Junta de Sevilla a las fuerzas de Napoleón Bonaparte, Cisneros intentó incautar los periódicos traídos para que la noticia no se supiera. Sin embargo, uno de esos periódicos llegó a manos de Manuel Belgrano y Juan José Castelli, que difundieron la noticia. Cisneros se vio obligado a proclamarla oficialmente el 18 de mayo siguiente.

Revolución de Mayo

La Revolución de Mayo o también conocida como los eventos de la Semana de Mayo es la semana que transcurre entre el 18 y el 25 de mayo de 1810, que se inicia con la confirmación de la caída de la Junta de Sevilla y desemboca en la destitución de Cisneros y la asunción de la Primera Junta.

Castelli y Martín Rodríguez se presentaron el 20 de mayo y le demandaron la celebración de un Cabildo Abierto para decidir el destino del gobierno de la colonia. El mismo se realizó dos días después, el 22 de mayo. En éste decidió la formación de una Junta de Gobierno, y Cisneros intentó nombrarse presidente de ella. Sin embargo, la gente rechazaba la permanencia de Cisneros en el cargo, Cornelio Saavedra sostuvo que esa maniobra no se sostendría: la gente se rebelaría de todas formas, y los soldados desertarían de sus funciones. En consecuencia, se convocó un nuevo cabildo abierto.

Durante la mañana del 25 de mayo una gran multitud comenzó a reunirse en la Plaza Mayor, actual Plaza de Mayo, liderados por los milicianos de Domingo French y Antonio Beruti. Se reclamaba la anulación de la resolución del día anterior, la renuncia definitiva del Virrey Cisneros y la formación de una Junta de gobierno. Ante las demoras en emitirse una resolución, la gente comenzó a agitarse, reclamando que "El pueblo quiere saber de qué se trata".

Cisneros seguía resistiéndose a renunciar, y tras mucho esfuerzo los capitulares lograron que ratifique y formalice los términos de su renuncia, abandonando pretensiones de mantenerse en el gobierno. Esto, sin embargo, resulta insuficiente, y representantes de la multitud reunida en la plaza reclaman que el pueblo resolvió reasumir la autoridad delegada en el Cabildo Abierto del día 22, exigiendo la formación de una Junta. Además, se disponía el envío de una expedición de 500 hombres para auxiliar a las provincias interiores.

Pronto llegó a la sala capitular la renuncia de Cisneros, luego de ello se procedió a designar a la Primera Junta. El mismo 25 de mayo Cisneros despachó a José Melchor Lavín rumbo a Córdoba, para advertir a Santiago de Liniers y reclamarle acciones militares contra la Junta.

Demanda ante el virrey Cisneros por la realización de un Cabildo Abierto. Bajorrelieve de Gustavo Eberlein.

El 15 de junio los miembros de la Real Audiencia juraron fidelidad en secreto al Consejo de Regencia y enviaron circulares a las ciudades del interior, llamando a desoír al nuevo gobierno. Para detener sus maniobras la Primera Junta convocó a todos los miembros de la audiencia, al obispo Lué y Riega y al antiguo virrey Cisneros, y con el argumento de que sus vidas corrían peligro fueron embarcados en el buque británico HMS Dart. Su capitán Marcos Brigut recibió instrucciones de Larrea de no detenerse en ningún puerto americano y de trasladar a todos los embarcados a las Islas Canarias.

Ocupó algunos cargos en España, incluso los de ministro de Marina y comandante de la expedición organizada para reconquistar el Río de la Plata, que fracasó en enero de 1820.

Véase también

Bibliografía

Enlaces externos


Predecesor:
Santiago de Liniers
Virrey del Río de la Plata
1809 - 1810
Sucesor:
Francisco Javier de Elío (no reconocido)