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Diamantes
Estructura del diamante

El diamante (del latín vulgar diamas- diamantis, alteración de adamas, adamantis, y este del griego ἀδάμας, "indomable"), es uno de los alotropos del carbono (el más común es el grafito). La densidad del diamante es de 3,5 g/cm³. Es, en la actualidad, la joya más preciada en el mundo.

La explotación de mantos diamantíferos constituye un firme renglón para la minería y, finalmente, la venta de estas gemas constituye una fuente muy importante de ingresos.

La dureza del diamante es tal, que sobre él se basa la escala de dureza de Mohs, asignándole el máximo posible, diez.

Su dureza se debe a sus enlaces carbono-carbono, químicamente muy estables, y a su disposición en la estructura: forma una pirámide perfecta, donde si se colocan cualquiera de sus lados como base, pueden contarse los átomos de carbono por capas. Teniendo la primera uno, la segunda cuatro, la tercera nueve y la cuarta dieciséis, lo que hace una sucesión de cuadrados 12, 22, 32 y 42.

La importancia del diamante no sólo se cifra en su reconocida belleza, sino también en su gran utilidad en la industria debido a su gran dureza. Baste decir que, sin el diamante, muchas actividades industriales estarían seriamente limitadas.

Historia del diamante

Desde hace miles de años, el diamante ha figurado entre las piedras preciosas preferidas por el ser humano. Fueron las civilizaciones orientales las primeras en conocer esta gema. India (su primer y más vasto productor) dio al mundo algunos de los los más hermosos diamantes, como el Ko-i-nor (que traducido significa algo así como "montaña de luz") que pesaba, en bruto, 787.5 quilates. (El quilate es la unidad de peso usada en piedras preciosas y equivale a 205 miligramos.)

El nombre del diamante proviene del griego adamas o adamantem, que significa "el invencible." En efecto, ha sido utilizado con frecuencia para simbolizar lo eterno e infinito. Además, antiguamente se le conferían toda clase de poderes extraños.

El diamante llegó a Europa, muy posiblemente, en el tercer siglo antes de nuestra era, quizás como consecuencia de los viajes de Alejandro Magno, que provocaron un enorme intercambio entre los puertos del Mar Rojo y los de la Costa de Malabar, en la India.

Regiones ricas en diamantes

Estructura del diamante

Las regiones ricas en diamantes son la India, Rusia, el Congo, Brasil, Venezuela y Sudáfrica, pero las características del suelo en donde éstos se hallan son distintas en cada zona.

En la India, por ejemplo, se encuentran principalmente en tierras areniscas y conglomerados antiguos, probablemente silúricos (pertenecientes al segundo periodo de la era primaria) y masas de los ríos.

En el Brasil, en el estado de Minas Gerais, los mantos se encuentran en una roca formada en gran parte por cuarzo y mica; en los estados de Bahía, Goiás y Mato Grosso se hallan en depósitos sueltos de aluviones y en las arenas de los ríos.

En el sur de África las condiciones son distintas: el diamante se encuentra en las arenas de los ríos y en depresiones crateriformes del suelo, llenas de una tierra que en la superficie es de color pardo amarillento y ya en profundidad es gris azulada, constituida por partículas de una roca eruptiva análoga a la serpentina, procedente de la descomposición de una roca de olivino (llamada kimberlita.)

Extracción y corte

Extracción y lavado

El proceso de extracción es también muy diverso, ya que depende de la región en la que el diamante se explote. Pero, por lo general, las operaciones de laboreo se dividen en tres partes: eliminación del estéril (tierra y piedra que cubre la arena diamantífera), extracción y lavado.

Debido a que el laboreo de estas minas es muy costoso (de cada diez toneladas de mena, sólo se extrae un quilate de diamante) las compañías únicamente invierten en aquellas zonas que les garanticen una vasta producción. Por lo general, extensos kilómetros de terreno son excavados para obtener una gema de tamaño apreciable. Esto explica por qué el diamante tiene tan alto precio en el mercado.

Un diamante cautiva por sus destellos. La belleza de su resplandor se debe a que posee un alto índice de refracción de la luz y un gran poder dispersivo: al penetrar, los rayos de luz sufren innumerables reflexiones interiores y la luz blanca se dispersa, regresando al exterior convertida en un abanico de múltiples colores. Los diamantes y las gotas de agua funcionan como prismas, al frenar, en mayor o en menor grado, las longitudes de onda (violeta al máximo, rojo al mínimo), haciendo que los colores se extiendan en forma de arco iris.

El grado de la belleza del iris del diamante depende, en gran medida, del tallado y pulido de la pieza. Aunque naturalmente los diamantes tienen sus propios destellos, éstos pueden ser mejorados y multiplicados bajo la mano paciente de un lapidario experto.

Por su extrema dureza, el diamante sólo puede pulirse con otro diamante. Por eso, en el tallado y pulido de la piedra uno de los elementos más importantes es el diamante mismo.

Torno de un tallador de diamantes.

Antes de proceder a cortar, se examina la gema para determinar sus planos de crucero. Luego se traza sobre ella una línea que marque el perímetro de dichos planos. Sobre éste se hace una pequeña ranura con una especie de palo que lleva en su extremo una arista de diamante. Por esa abertura se introduce una finísima hoja de acero, se le da un golpe seco y la piedra se parte en dos.

Para el tallado, los lapidarios usan sierras circulares de fósforo sobre cuyo filo se pone polvo de diamante mezclado con aceite de oliva, tantas veces como dure la operación (que, en ocasiones, se prolonga durante días, dependiendo del tamaño y dureza de la gema.)

Pero no todos los diamantes son útiles para joyería. Cualquier defecto puede restarles valor y entonces sólo tienen aplicación industrial. Generalmente esto sucede con aquéllos que presentan en su interior burbujas o partículas extrañas (máculas), o bien, con los que están irregularmente formados o pobremente coloreados.

Aplicaciones en la industria

Hay dos tipos de diamante comúnmente usados en la industria: el carbonado y el ballas. El primero presenta un marcado principio de cristalización con un gran número de pequeños puntos blancos luminosos. El ballas es de forma semiesférica y superficie granulienta. Por su extrema dureza es imposible lapidarlos.

Con estos diamantes se fabrican troqueles y muelas para pulir herramientas. También se emplean para perforar pozos petroleros y para cortar todo tipo de piedras.

El campo actual de investigación de utilidad industrial del diamante es el de los semiconductores de alto rendimiento, debido a que tienen características de conductividad, tanto de calor como de electrones, muy superiores a las del silicio (elemento más común actualmente para estas aplicaciones).

Durante mucho tiempo se soñó con lograr producir diamantes artificialmente. Fue en 1954 cuando la compañía General Electric produjo, aunque pequeños, auténticos diamantes, al someter una sustancia carbonosa (rica en grafito) a una temperatura de 2.899 ºC y presión de más de 100.000 atmósferas (semejante a la que se supone que existía en las profundidades de la corteza terrestre cuando se formaron los mantos diamantíferos)

A partir de entonces, el diamante artificial se fabrica en gran escala. Su mayor aplicación es de tipo industrial, aunque también se fabrican diamantes para joyas. Su precio es más reducido que el de uno natural.

En 2003 dos empresas estadounidenses llegaron de forma independiente a procesos basados en la precipitación para generar diamantes artificiales ("cultivados"), imposibles de diferenciar de uno natural, e incluso de mayor pureza en algunos casos.

El diamante está cotizado en 160 euros por cada 6 puntos (2005).

Durabilidad del diamante

Hollywood ha contribuido a propagar la idea de que el valor del diamante es para siempre. Realmente los diamantes no son eternos.[cita requerida]

Si se calienta un diamante, éste se vuelve negro, se carboniza, llegando a consumirse por completo si el calor es lo suficientemente intenso: en este caso "arde" como carbón común si se llega a calentar mucho se puede llegar a deshacer.

Diamantes de Sangre

Se llama Diamantes de Sangre a los que proceden de países productores, que los usan para comprar armas, y que tienen a personas casi en esclavitud extrayéndolos violando los derechos humanos.

Las Naciones Unidas en colaboración con los comerciantes dedicados a su venta, dictaron en el año 2003 la resolución 55/56 con objeto de certificar el origen legítimo del comercio de diamantes en el mundo.

Se estableció un protocolo que tienen que seguir los países productores, en el que tienen que seguir el proceso llamado proceso Kimberley, los diamantes que no cumplen esta norma, son excluidos del mercado mundial.

Los compradores de diamantes pueden solicitar al vendedor, si los diamantes tienen este certificado, y que en la factura así se incluya;

El proceso Kimberley debe su nombre a una ciudad sudafricana donde se descubrió la primera gran mina explotable a gran escala de diamantes, asimismo, se denominan chimeneas Kimberley a los fenómenos volcánicos que originan los yacimientos de diamantes.

Cuando a mediados del siglo XIX se descubrió el fenómeno de las chimeneas Kimberley, se multiplicaron las explotaciones en África, de modo que aunque la extracción de diamantes se extiende a unos 20 países, aproximadamente el 60% de diamantes extraídos en el mundo provienen del continente africano, especialmente de países como Botswana, Sudáfrica o Liberia.

El comercio de diamantes, que tiene como destino principal Estados Unidos, ha sustentado gran cantidad de grupos guerrilleros, golpes de estado, masacres, etc.

Los abusos de los derechos humanos provocados por la explotación de los diamantes tiene su origen al final de la guerra fría, cuando las dos superpotencias se retiraron y cortaron la financiación a los grupos en los que se apoyaban para controlar las diferentes regiones, los numerosos grupos armados recurrieron al contrabando de diamantes para financiar los conflictos, para ello explotaron a la población, degenerando la situación en una guerra permanente, las consecuencias han sido devastadoras: inmensas regiones sembradas de minas antipersona, desintegración de las instituciones, retrocesos en sanidad, economía, política, etc.

Angola y Sierra Leona han sido los países más afectados por el fenómeno de los diamantes de guerra son ahora mismo parte del proceso Kimberley, sin embargo, en los países más conflictivos gran cantidad de diamantes se extraen sin ningún tipo de control, con medios artesanales, siendo imposible seguir su pista hasta las minas. En caso de guerra, resulta imposible establecer un control efectivo.

Los diamantes son una más de las grandes riquezas que en vez de progreso han traído la tragedia a los países pobres que las albergan, el petróleo, coltán, cacao, cobre y un largo etcétera.

Regiones de las que se extraen diamantes de inmenso valor, son muy pobres, muchos de estos lugares ni siquiera tienen agua corriente y albergan sociedades desectructuradas y profundamente afectadas por graves problemas como violencia, VIH, falta de educación y expectativas, etc.

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