Diferencia entre revisiones de «Revolución obrera»

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Los matices que cada una de esas tendencias incorporan al concepto de revolución proletaria no impiden que a veces (sobre todo en sus inicios) se compartieran también los términos '''revolución socialista''' y '''revolución comunista''', aunque habitualmente ya no se reconocen en ellos. Otras expresiones, como [[revolución libertaria]] o [[revolución anarquista]] son claramente vinculadas al [[anarquismo]] o al [[socialismo libertario]], en muchas ocasiones por sus oponentes, de modo [[peyorativo]].
Los matices que cada una de esas tendencias incorporan al concepto de revolución proletaria no impiden que a veces (sobre todo en sus inicios) se compartieran también los términos '''revolución socialista''' y '''revolución comunista''', aunque habitualmente ya no se reconocen en ellos. Otras expresiones, como [[revolución libertaria]] o [[revolución anarquista]] son claramente vinculadas al [[anarquismo]] o al [[socialismo libertario]], en muchas ocasiones por sus oponentes, de modo [[peyorativo]].
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*Luxemburgo, Rosa “Reforma o Revolución”. Grijalbo, Barcelona, 1974.
*Luxemburgo, Rosa “Reforma o Revolución”. Grijalbo, Barcelona, 1974.
*Gramsci, Antonio. “Antología”. Edit. Ciencias Sociales 1973
*Gramsci, Antonio. “Antología”. Edit. Ciencias Sociales 1973
*Anderson, Perry. “Consideraciones sobrrsw f maas f4w ñai zdde el Marxismo occidental”. Siglo XXI, Madrid, 1979
*Anderson, Perry. “Consideraciones sobre el Marxismo occidental”. Siglo XXI, Madrid, 1979
*Zygmut Bauman, "Trabajo, consumisno, y nuevos pobres" Gedisa, Buenos Aires, 2004
*Zygmut Bauman, "Trabajo, consumisno, y nuevos pobres" Gedisa, Buenos Aires, 2004



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La revolución proletaria, revolución obrera o revolución del proletariado, es una revolución social en la que la clase obrera intenta sustituir a la burguesía como clase dominante. Ha sido interpretada de forma distinta desde las distintas perspectivas en que se ha dividido el movimiento obrero. Durante el siglo XIX, la Revolución de 1848 y la Comuna de París de 1871, revoluciones burguesas en las que el componente proletario no era el dirigente, aunque cada vez más radicalizadas, tuvieron ciertos rasgos de revolución social proletaria. A partir de entonces se produce la división entre marxistas y anarquistas, a la que sigue en la Primera Guerra Mundial la que se produce entre socialistas (o socialdemócratas) y comunistas, y en los años treinta entre estalinistas y trotskistas.

Los matices que cada una de esas tendencias incorporan al concepto de revolución proletaria no impiden que a veces (sobre todo en sus inicios) se compartieran también los términos revolución socialista y revolución comunista, aunque habitualmente ya no se reconocen en ellos. Otras expresiones, como revolución libertaria o revolución anarquista son claramente vinculadas al anarquismo o al socialismo libertario, en muchas ocasiones por sus oponentes, de modo peyorativo.

La revolución bolchevique de Rusia en Octubre de 1917 ha sido históricamente el ejemplo más trascendente de revolución proletaria, sin perjuicio de sus múltiples y diferentes valoraciones ideológicas e historiográficas. La revolución china y el pensamiento maoísta introdujeron la reivindicación del componente campesino, que en el leninismo estaba claramente definido como menos revolucionario; pasando a ser habitual la expresión revolución obrera y campesina, que se extendió por otros países del Tercer mundo, con un sector industrial muy poco desarrollado.

En su interpretación marxista, la revolución proletaria se produciría a través de la toma del poder por el proletariado, una vez que se hubieran puesto de manifiesto las contradicciones inherentes al sistema capitalista que conducen a una separación radical entre una minoría de capitalistas y una mayoría de proletarios que habrían de alcanzar conciencia de clase. Una vez tomado el poder, llegaría la fase de dictadura del proletariado en la que los proletarios tomarían el control de los medios de producción y del aparato coercitivo del estado, utilizándolo para acabar con las diferencias de clase. Teóricamente, cuando se hubiera conseguido una sociedad sin clases (sociedad comunista), el estado sería innecesario, pues se habría conseguido formar al hombre nuevo socialista. El mecanismo concreto de la toma del poder -más o menos violento o pacífico, pero siempre venciendo la oposición de la burguesía- no viene prefijado por el pensamiento de Marx, y es objeto de adaptación por Lenin en su teoría de la vanguardia (minoría revolucionaria que debe dirigir al movimiento obrero).

En su interpretación anarquista, la revolución proletaria se produciría por mecanismos ajenos a los de la acción política convencional -partidos políticos o elecciones-, que han sido interpretados de muy distinta manera: desde la utilización de los mecanismos del sindicalismo (huelgas, que en algunos casos se consideraban gimnasia revolucionaria), de la lucha popular (movilizaciones populares de protesta y reivindicación más o menos espontáneas u organizadas) o, en algunos casos, de la denominada acción directa (que se concretó desde finales del siglo XIX en la utilización del terrorismo).

La revolución del proletariado es un proyecto histórico ligado al enfrentamiento con la hegemonía cultural capitalista. León Trotsky hizo la síntesis del movimiento proletario en tanto Antonio Gramsci llamó a un programa de combate frontal de la cultura capitalista a través de su tesis de la hegemonía. Ambos pensadores fueron aislados del pensamiento marxista estructural (dominante en los socialismos reales, los partidos comunistas y la intelectualidad marxista de Europa Occidental) pues se pensaba, desde esa postura, que un país llevado por el proletariado era una bomba de tiempo.

Para un listado de las revoluciones proletarias, socialistas o comunistas, véase Revolución

Marx y las ideas base de la revolución del proletariado

Para Marx, el capitalismo era una fase del pensamiento humano que creaba una serie de relaciones sociales; así podemos entender que el capitalista es fruto de la revolución capitalista y no al revés, como se creía desde la economía política clásica. En ese sentido, Marx pensó una revolución del proletariado con el objetivo de cercar la reproducción ampliada del capital y así acelerar su caída. Desde este punto (como en otras áreas relativas al pensamiento de Marx) hay múltiples interpretaciones que podemos resumir dualmente: la revolución guiada por una nueva élite (a través del Estado) o una revolución propia del proletariado que se ordene políticamente a través de lazos comunitarios. Lo segundo significaba un experimento doblemente revolucionario: no sólo desbancar la dominación burguesa sino que además incluir a la masa pobre y no especializada a la conducción política (cabe destacar que en ningún país socialista se consideró esa posibilidad) En el manifiesto comunista Marx plantea el dilema de los alcances de una transformación proletaria pero será el marxismo posteriormente quien tomaría una decisión al respecto. En aquel tiempo además sedebía contemplar derrocar los focos monárquicos que aún no eran desplazados por la burguesía y que contenían una amenaza para el proyecto de liberación proletaria. Por eso Marx no planteó una estrategia de conducción del o con el proletariado, dedicándose más bien a una estrategia de liberación integral.

La síntesis de la revolución proletaria en el siglo XX

Pero Marx había dejado una espina en el marxismo cual era que la revolución debía ser permanente. Para Trotsky, eso significaba la renuncia a un capitalismo de Estado y la apertura del poder hacia los marginados, un proyecto calificado de utópico bajo la lupa de la ciencia política. El marxismo soviético decidió en contra de Trotsky y formó un proyecto de desarrollo antagónico al liberalismo desde el Estado, lógica que desde Hannah Arendt le significó la anexión simbólica con los fascismos y el ethos totalitario en general. Stalin habría desfigurado el proyecto estatal de Lenin llevando abiertamente al socialismo a una construcción del capitalismo por otros medios. Influido por el pensamiento del progreso lineal, cayó en la misma tentación de otros proyectos capitalistas lo que promovió la dialéctica de la guerra fría en vez de la expansión estructural de un socialismo a escala y con capacidad de crecimiento permanente. El giro del proyecto revolucionario de Vladimir Lenin en 1917 (que incluía a los campesinos) hacia el programa ruso de mediados del siglo XX significó simbólicamente el término de la posibilidad de una revolución integral (como exponía Marx) y la total omnipresencia y control de esa nueva élite estatal sobre el proletariado sin participación política. En términos filosóficos, del estadio del socialismo no se pasó a la etapa final del comunismo (entendido desde Marx) sino que se promovió un capitalismo de Estado cuyo fin era superar a Estados Unidos en la carrera imperialista. Así, los otros proyectos socialistas se transformaron en "satélites" y perdieron la oportunidad de construir verdadera hegemonía cultural que se opusiera estructuralmente a la revolución permanente que sí tiene el capitalismo para asegurar su crecimiento y mecanismos de explotación.

La muerte teórica del proyecto subversivo a fines del siglo XX

La caída del muro en 1989 ha sido expuesto como hito histórico del fin del proyecto global de socialismo. Sin embargo, el desmoronamiento del proyecto socialista comienza mucho antes y causa central no está en relación exclusiva con la economía sino que también con la ruptura del anhelo de liberación proletaria con el proyecto de los socialismos reales y parte del marxismo estructuralista.

Las revoluciones democráticas entre 1989 y 1991 acabaron con el proyecto de Estado socialista y con la ideología clasista en buena parte, y brindaron para la gran parte de la población un clima de esperanza en la libertad y la democracia. Este período impulsa el proceso de globalización y economía de mercado, profundizando la liberalización y la democratización de la sociedad mundial. Sin embargo los conflictos geopolíticos y algunos ciclos económicos empañaron este período.

Bibliografía

  • Marx, Karl, Manuscritos de economía y filosofía, Alianza Ed.
  • Marx, Karl, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse), I-III, Ed. Siglo XXI
  • Lenin, V.I. “El Imperialismo Fase Superior del Capitalismo”. O.E. en 3, Tomos. T. I, Edit. Progreso 1961
  • Lenin, V.I. “Las Tareas del Proletariado en la Presente Revolución”. O.E. en 3, Tomos. T. II. Edit. Progreso 1961
  • Trotski, León, D. “Resultados y Perspectivas. Tres Concepciones de la Revolución Rusa”. Akal. Madrid. 1975.
  • Luxemburgo, Rosa “Reforma o Revolución”. Grijalbo, Barcelona, 1974.
  • Gramsci, Antonio. “Antología”. Edit. Ciencias Sociales 1973
  • Anderson, Perry. “Consideraciones sobre el Marxismo occidental”. Siglo XXI, Madrid, 1979
  • Zygmut Bauman, "Trabajo, consumisno, y nuevos pobres" Gedisa, Buenos Aires, 2004

Véase también