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Drenaje linfático manual

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El drenaje linfático manual es una técnica de masoterapia que se engloba en el campo de la fisioterapia y en las técnicas de masaje terapéutico que se dirige a la "activación del funcionamiento del sistema linfático superficial para mejorar la eliminación de liquido intersticial y de las moléculas de gran tamaño y optimizar su evacuación".[1]

Se puede definir como una serie protocolizada de maniobras manuales muy suaves que, basadas en un profundo estudio de la anatomía y fisiología del sistema linfático, y se realizan con el fin de drenar o desplazar la linfa que por cualquier causa patológica se encuentra estancada (véase edema) a territorios linfáticos sanos para su evacuación normal hacia el torrente venoso.

La clave del éxito del drenaje linfático manual está en el drenaje de las proteínas de los edemas linfáticos, que hoy por hoy, no son capaces de drenarse por medios instrumentales (por ejemplo, la presoterapia, que drena sólo líquido intersticial).

Como cualquier tratamiento estético los beneficios son solo temporales; por lo tanto, deben aplicarse constantemente o los mismos desaparecen (como los ejercicios), y la mayor parte de las veces, son bastante costosos.

Historia

La técnica fue descrita por primera vez y desarrollada en 1932 por la pareja danesa compuesta por el Dr.Emil Vodder y su mujer Estrid. Y seguida posteriormente por otros fisioterapeutas, entre los que destaca Leduc.

No se conoce exactamente el origen del sistema linfático, lo cual es motivo de polémica y desacuerdo en lo que al estudio embriológico se refiere. Se cree que el sistema linfático es anterior al sistema circulatorio sanguíneo, ya que este último se fue desarrollando como consecuencia de la necesidad de mantener un sistema muscular fuerte, capaz de consolidar una vida más activa. Son diversas las teorías que intentan explicar dicho origen. Hoy por hoy, las controversias no están en absoluto aclaradas y son varias las incógnitas que retan continuamente a esclarecer las causas de nuestra peculiar morfología. Aunque relativamente reciente, el estudio del sistema linfático y sus funciones ya se conocían en la antigüedad.

Hipócrates hablaba de "sangre blanca", refiriéndose a la existencia de unos conductos que contenían un líquido lechoso y blanquecino. Hoy sabemos que se trata de los vasos quilíferos, responsables del transporte de las grasas provenientes de la digestión, que no pueden ser absorbidas por vía venosa. Aristóteles, Herófilo y Erasístrato mencionan en sus escritos "ciertas estructuras anatómicas, que encierran un fluido incoloro", aspecto que presenta la linfa. Herófilo cita unos vasos que van a parar a una "especie de glándulas no definidas", a las que actualmente llamamos ganglios linfáticos.

Aplicaciones

La aplicación fundamental del drenaje linfático manual terapéutico está en el campo de la oncología para el tratamiento del linfedema, aunque es tratamiento de elección en el caso de elefantiasis, celulitis, edemas traumáticos o complicaciones linfáticas posteriores a una cirugía estética.

Cada vez es más frecuente encontrar en los hospitales un departamento de "linfoterapeutas".

Las maniobras manuales son muy suaves y siempre indoloras para el paciente.

El tiempo que dura una sesión es variable, pero nunca debe bajar de una hora si se quiere realizar un tratamiento completo.

El objetivo final, es activar la circulación de la linfa, para que ésta no se estanque ni se sature de substancias de desecho o gérmenes nocivos. Las manipulaciones específicas del Drenaje Linfático Manual van dirigidas a favorecer el paso de la linfa hacia los ganglios linfáticos regionales superficiales.

Indicaciones

  • Acné
  • Celulitis (la grasa acumulada retiene agua como si fuera una esponja)
  • Edemas faciales
  • Varices
  • Fibromialgia
  • Piernas cansadas
  • Edemas por embarazo (prevención de estrías, descarga de las piernas)
  • Edemas linfoestáticos (p.e. en los edemas de brazo tras extirpación mamaria)
  • Edema del sistema nervioso (migrañas, dolores de cabeza, vértigo)
  • Edemas postoperatorios y para mejorar la presentación de cicatrices
  • Enfermedades crónicas de las vías respiratorias (rinitis, sinusitis, faringitis, amigdalitis...)
  • Edemas de origen traumático: hematomas, luxaciones, distensiones musculares, desgarros musculares , siendo muy indicado para la recuperación de los deportistas
  • Artritis, artrosis y afecciones de las partes blandas (capsulitis, tendinitis, etc.)
  • Linfedema congénito ó adquirido
  • Edemas en la menstruación
  • Distonía neurovegetativa (nervios, ansiedad)
  • Ulceras de decúbito
  • Hematomas

Contraindicaciones relativas

  • - Hipotensión arterial
  • - Tiroidopatías
  • - Algias pélvicas.
  • - Enfermedades autoinmunoalérgicas (lupus, artritis reumatoide)
  • - Asma bronquial.
  • - Inflamaciones agudas (gota, reuma, cólico nefritico)
  • - Nevus (Lunares)
  • - Post-tromboflebitis y post-trombosis.
  • - Edemas por insuficiencia cardíaca congestiva.

Contraindicaciones absolutas

  • - Edemas linfodinámicos (pocas proteínas en sangre (desnutrición))
  • - Neoplasias en curso (cáncer)
  • - Infecciones agudas (heridas infectadas).
  • - Flebitis, trombosis o tromboflebitis en curso.

Véase también

Referencias

  1. Lacomba, María Torres- Salvat Salvat, Isabel. Guía de masoterapia para fisioterapeutas. Colección Panamericana de fisioterapia. Editorial Médica Panamericana, 2006. ISBN 84-7903-773-3, 9788479037734