El 22 de julio, dos aviones Breguet XIX procedentes de la base militar de Recajo, en La Rioja, marcados con banderas de la república, bombardean la plaza de Andikona a las 9:30 de la mañana, en plena celebración de las fiestas de Santa María, causando 61 muertos y numerosos heridos entre la población civil. Las avionetas estaban pilotadas por Ángel Salas Larrazábal, de Orduña y José Muñoz Jiménez. Ambos fueron felicitados por el general Mola que calificó el hecho de “brava acción”. Salas llegó al grado de capitán general en el ejército español. Este está considerado como el primer bombardeo de la guerra civil.[1]