Batalla de Tucapel

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Batalla de Tucapel
Parte de Guerra de Arauco

Últimos momentos de Pedro de Valdivia.
Fecha 25 de diciembre de 1553[1]​ó 1 de enero de 1554[2]
Lugar Tucapel, afueras de Cañete, Chile
Resultado Victoria mapuche decisiva
Muerte del gobernador de Chile
Primer alzamiento general (1553-1557)[3]
Beligerantes
Imperio español Mapuches
Comandantes
Pedro de Valdivia  Ejecutado Lautaro
Caupolicán
Colo Colo
Tucapel
Fuerzas en combate
Estimación antigua:
250 españoles y 5.000 auxiliares[4]
Estimación moderna:
37[1]​-55[5]​españoles
(probablemente 50)[6]
2.000[1]​-3.000[7]yanaconas
Estimación antigua:
13.000[4]​-50.000[8][9]
Estimación moderna:
5.000[10]​-10.000[1]
(probablemente 6.000)[6]
Bajas
Totales 2.000 muertos[4]

La batalla de Tucapel (también conocido como el desastre de Tucapel) fue una batalla decisiva efectuada dentro del contexto de la Guerra de Arauco entre los mapuches liderados por Lautaro y las huestes de Pedro de Valdivia en la loma de Tucapel, Chile el 25 de diciembre de 1553[1]​ó el 1 de enero de 1554.[2]​ Resultó en una derrota para los españoles y la captura y muerte de Valdivia. Acabó el mito de la invencibilidad española en batallas campales entre los mapuches.

Génesis de la batalla

Lautaro, antiguo paje de Pedro de Valdivia se había fugado del campamento español y se había erigido como líder militar de las huestes mapuches. Estaba en conocimiento que Valdivia marchaba hacia el sur. Es la oportunidad que buscaba, engaña a Gómez de Almagro en el fuerte Purén y asegura que sus tropas no se junten con la de Valdivia en el fuerte de Tucapel hacia donde este conquistador se dirige en una marcha a paso forzado de exploración. Lautaro por medio de sus espías se había enterado que Valdivia marcha hacia el sur, hacia Tucapel y necesariamente tiene que pasar por el fuerte y decide allí emboscarle.

En efecto, Valdivia a mediados de diciembre de 1553 sale de Concepción y se dirige a Quilacoya, donde toma algunos soldados en su marcha a Arauco; los espías mapuches siguen la columna desde las alturas de los cerros y no presentan batalla, dejándole seguir su camino. Valdivia, muestra extrañeza por no recibir alguna noticia del fuerte de Tucapel y además por no ser hostigado en el camino. El día 24 del mismo mes, decide tomar rumbo al fuerte, esperando encontrar a Gómez de Almagro en éste. La tranquilidad y los espóradicos avistamientos de mapuches a lo lejos, despiertan sospechas y envía a una avanzadilla al mando de Luis de Bobadilla con 5 hombres para que exploren el camino y den información de la presencia del enemigo.

Emboscada y muerte del conquistador de Chile

Pedro de Valdivia

Extrañado Valdivia de no tener más noticias de Bobadilla pernocta a media jornada del fuerte de Tucapel. El 25 de diciembre de 1553, se pone temprano en marcha y al llegar a las inmediaciones le extraña el absoluto silencio reinante; al llegar a la loma donde está el fuerte, lo encuentra totalmente destruido. El fuerte había sido asaltado durante aquel mes por Lautaro al frente de 6.000 guerreros y su guarnición se había retirado al fuerte de Purén donde habían quedado aislados.[11]

No aparecía ni Gómez de Almagro ni Bobadilla por ningún lado. Decide hacer campamento en las ruinas humeantes del fuerte y cuando ya avanzaban los preparativos, de súbito el bosque se llenó de gritos y sin más aviso, una masa se precipitó hacia el enclave español. Valdivia, experto militar, apenas pudo armó sus líneas defensivas, dividiendo sus fuerzas en 3 cuadrillas de 20 soldados cada una, y aguantó el primer choque, mientras la caballería cargaba sobre la retaguardia del enemigo, los mapuches ya previstos de esta maniobra dispusieron lanceros y contuvieron la carga.

Con mucho valor y resolución los españoles lograron descomponer las primeras cargas mapuches. Los indígenas, volviéndose a los bosques, se retiraron de la loma por una ladera escarpada que impedía la persecución a caballo.

Los españoles saborearon la victoria. Luego recibieron otra sorpresa, cuando apareció un nuevo escuadrón mapuche presentando batalla y de nuevo hubo que armar líneas y nuevamente dar carga con la caballería.

Los mapuches además de lanceros, llevaban hombres cargando mazas, boleadoras y lazos, con los que lograban desmontar a los infortunados españoles y asestarles un definitivo mazazo en la cabeza una vez en el suelo. Se repitió la misma escena, al toque de un lejano cuerno el escuadrón se retiró, no sin dejar algunas bajas, y un tercer escuadrón presentó batalla, esta vez Lautaro, le relevó.

Valdivia , como militar experimentado, vio lo desesperado de su situación, dado el cansancio y las bajas, reunió a los disponibles y se lanzó a la lucha que adquirió ribetes muy encarnizados; ya la mitad de los españoles yacían en el campo y los indios auxiliares mermaban.

En un momento de la lucha, Valdivia se dirige a quienes aún le rodean y les dice: "¿Caballeros que haremos?". El capitán Altamirano responde: "¡Que quiere vuesa merced que hagamos si no que peleemos y muramos!".

Valdivia al ver perdida la batalla, dispuso la retirada, pero el propio Lautaro cayó por el flanco produciendo el desbande. Era justo lo que Valdivia no deseaba y los indios se dejaron caer sobre cada uno de los españoles retrasados. Sólo Valdivia y el clérigo Bartolomé del Pozo[12]​que montaban muy buenos caballos, lograron zafarse de ser capturados. Sin embargo, al cruzar unas ciénagas, los caballos se empantanaron y los indios los capturaron.

La muerte de Valdivia

Existen varias versiones y mitos sobre la muerte que sufrió Valdivia. Según Jerónimo de Vivar, el toqui Caupolicán pidió personalmente la ejecución de Valdivia, que fue muerto con una lanza y su cabeza puesta en una lanza exhibiéndola a los otros españoles.[13]Alonso de Góngora Marmolejo escribe que Valdivia ofreciendo como rescate por su vida, prometió que evacuaría los establecimientos españoles en sus tierras y les daría grandes manadas de animales, pero según la versión de Gongora Marmolejo, "esto fue rechazado y los mapuches cortaron sus antebrazos, asaron y comieron delante de él antes asesinarlos a él y al sacerdote".[14]Pedro Mariño de Lobera también escribió que Valdivia ofreció evacuar las tierras mapuches[15]​ pero poco después de que fue muerto por un guerrero vengativo llamado Leucotón[16]​con un gran mazazo en su cabeza, tras decir que Valdivia no mantendría su palabra una vez libre. Los historiadores dicen que Leucotón fue nominado para cumplir con la sentencia de muerte y se usó esta porque era la menos sanguinaria, ya que Leucotón era un experto mazero y mataba limpiamente de un solo golpe.[17]​Lobera también dice circuló una historia en esos días por Chile en la que Valdivia fue muerto dándole a beber el oro fundido que los españoles deseaban tanto; quemando sus interiores.[17][18]

Una leyenda posterior dice Lautaro llevó al campo mapuche a Valdivia y le dio muerte después de tres días de atroces torturas, extrayéndole a carne viva el corazón y comiéndoselo junto a los toquis.[19]​Su cráneo fue extraído y sirvió como trofeo al ser usado como vasija contenedora de chicha,[20][21]​entre los principales toquis; fue devuelto medio siglo más tarde junto al de Martín Óñez de Loyola a los españoles como prueba de pacificación por el cacique Pelantarú.

Consecuencias

Lautaro arrasó sistemáticamente las ciudades españolas (Concepción, Angol). Provocó el abandono de los fuertes y el despoblamiento de la zona de Concepción. Dos veces saqueó e incendió Concepción, centro de los asentamientos españoles en el sur de Chile.

Tucapel fue el fin del mito de la invencibilidad española en América. Los mapuches experimentaron y aprendieron unas tácticas que les permitirá mantener la guerra por un siglo más: uso de guerrillas y emboscadas, concentrarse aprovechando líneas interiores y ganar gracias a la combinación de armas. Se percataron de la debilidad de la caballería española en zonas pantanosas y de bosques densos. Descubrieron el cansancio que afectaba a los españoles cuando la batalla se prolongaba por demasiado tiempo dado que el uso de armaduras que dificultaba movimientos y les agotaba físicamente. Las soluciones de Lautaro al tipo de guerra que planteaban los españoles han sido estudiadas por academias militares.[cita requerida]

Véase también

Referencias

  1. a b c d e Francisco Antonio Encina & Leopoldo Castedo (2006). Historia de Chile. Cronología General de Chile. Tomo X. Santiago de Chile: Editorial Santiago, pp. 10. ISBN 956-8402-78-0.
  2. a b José Bengoa Cabello (2000) [1985]. Historia del pueblo mapuche. Siglos XIX y XX. LOM Ediciones, Santiago de Chile, pp. 32, ISBN 956-282-232-X.
  3. Alianzas Geoétnicas en la Segunda Rebelión General - Scielo Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Historia No. 39, Vol. I, enero-junio 2006: pp. 93-154 (veasé referencia No. 8), Santiago de Chile. ISSN 0073-2435
  4. a b c César-Frédéric Famin (1839). Historia de Chile. Barcelona: Editores del Guardia Nacional, pp. 32
  5. Vivar, Capítulo CXV.
  6. a b Osvaldo Silva G. (2005). Atlas de Historia de Chile. Santiago de Chile: Editorial Universitaria, pp. 40. ISBN 978-9-56111-776-1.
  7. Guillem Burrel i Floría (1996). Gran Larousse Universal. Tomo XXXV. Santiago: Plaza & Janés, pp. 12.800. ISBN 978-8-40161-755-3.
  8. Vivar, Capítulo CXV "más de cincuenta mil indios"; Marmolejo, Capítulo XIV "cincuenta mill indios y más"; Lobera, Capítulo XLIII "ciento y cincuenta mil"; Diego de Roslaes, Vol. 1, Libro III Cap. XXXV, "veinte mil indios"
  9. Lautaro: Gran Cacique Mapuche 4
  10. Diego Barros Arana (2000). Historia general de Chile. Tomo I. Santiago de Chile: Editorial Universitaria, pp. 330, nota 30. ISBN 978-9-56111-533-0.
  11. Atlas de Historia de Chile. Osvaldo Silva G. Editorial Universitaria, 2005, pp. 40.
  12. Efeméride: Batalla de Tucapel
  13. Jerónimo de Vivar, Capítulo CXV. Vivar dice que según los indios que habían estado en la batalla, ningunos de los españoles había sobrevivido.
  14. Marmolejo, Capítulo XIV.
  15. Historia del pueblo mapuche: (siglo XIX y XX) pag.35 José Bengoa Cabello
  16. Historia del pueblo mapuche: (siglo XIX y XX) pag.34 José Bengoa
  17. a b Lobera, Capítulo XLIII.
  18. Historia del pueblo mapuche: (siglo XIX y XX) pág.35 José Bengoa
  19. Historia del pueblo mapuche: (siglo XIX y XX) José Bengoa
  20. Esto es poco probable ya que era una costumbre noreuropea. Los vikingos, asesinaban a sus víctimas para aterrorizarlas usando sus cráneos para beber. No en vano todavía se dice Skoll (Calavera) en los países nórdicos para libar.
  21. Historia del pueblo mapuche: (siglo XIX y XX) pag.35 José Bengoa

Bibliografía