Bases Autónomas

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Bases Autónomas fue una organización juvenil neofascista española con influencias nacional-socialistas, fundada en 1988 a partir de una escisión del grupo neofascista Confederación Nacional Revolucionaria de Bases Autónomas; a instancias de Ignacio Alonso García, uno de los líderes de la confederación, que había cofundado en 1983 junto a los abogados Fernando Perdices y Carlos Ruiz de Castro y otros ex militantes de las JNR, las facciones más radicales de la misma se separaron para constituir un grupo separado.

Autodefinidos como «anarconazis»[cita requerida], la organización se componía de células autónomas, con una organización global muy escasa y sin estructuras visibles de liderazgo[cita requerida]. Entre sus actividades principales se contaba la reproducción de pintadas racistas[cita requerida], el vandalismo y los ataques contra minorías étnicas[cita requerida], y la difusión de los periódicos clandestinos «Cirrosis» y «¡A por ellos!».

Inicios

Antes de la escisión de BB. AA., Alonso era el responsable de las asociaciones de estudiantes Teoría y Praxis y Disenso[cita requerida], dos de los focos más abiertamente racistas y xenófobos dentro de la CNRBA[cita requerida]. Más tarde, Ruiz de Castro, cuyo gabinete servía de sede a la organización, creó la asociación Bernal Díaz del Castillo (aBDC), colectivo dedicado a la recogida de información y elaboración de listas negras[cita requerida]. Ya en el crepúsculo de las BB. AA., la aBDC se declaró partidaria del centralismo, abogando por tesis antiperiféricas y antieuropeas, cargando tintas en el nacionalismo español chauvinista, lo que le llevó al enfrentamiento con el resto de las células nacional-revolucionarias. Finalmente, Alonso García completaba esta jefatura máxima en forma de triunvirato, siempre vinculada al Círculo Español de Amigos de Europa (CEDADE), Fuerza Nueva y los Guerrilleros de Cristo Rey, que mantuvo su sede social en el despacho de abogados de Ruiz de Castro y Fernández Perdices.[cita requerida]

Difusión

Extendidas rápidamente por los círculos más marginales del Madrid estudiantil[cita requerida], las BB. AA. iniciaron sus contactos con grupos ultras deportivos, inculcando su modus operandi, según el cual cada célula operativa se componía de dos o tres afiliados que servían de enlace entre la jefatura y los activistas militantes (llamados “francotiradores”)[cita requerida]. Lograron así establecer una red amplia de militantes, muchos de ellos jóvenes seducidos simplemente por la perspectiva de acciones violentas[cita requerida], pero ignorantes del fundamente ideológico del grupo. A solo un año de la creación de BB. AA. se formó entre los estudiantes de la Universidad Autónoma de Madrid la Coordinadora de Estudiantes Nacional Revolucionarios (CENR), que luego se extendería a otras universidades de todo el Estado. Su cometido no era otro que expandir el área de influencia de las BB. AA., de forma que, al disolverse la CENR en 1987, existían células organizadas en prácticamente toda España.

Ideología

Tomando como símbolos la rata negra y la cruz céltica, las BB. AA. se enfrentaron simultáneamente a la ultraderecha tradicionalista, debido a su inspiración esotérica[cita requerida], neopagana[cita requerida], y a toda organización considerada de izquierdas. Entre sus objetivos se contaban la eliminación de los mayores de 40 años de la vida pública, y la reducción de la mayoría de edad a los 16 años. Asimismo, reivindicaba medidas tomadas de la izquierda más radical (jornada de 35 horas semanales, eliminación de la policía y el sistema penitenciario, etc.) aderezadas con cierto aire ecologista y nazi.

Evolución y crisis

El boicot al inicio de la campaña electoral del CDS, y el asesinato del diputado de Herri Batasuna, Josu Muguruza, causaron la creación de un fuerte dispositivo de control policial que motivó la disolución del grupo en enero de 1990.

Sin embargo, las BB. AA. se reorganizaron con el águila bicéfala como símbolo, intentando arrancar la bandera del patriotismo a la derecha tradicional. Aparece en esta segunda época el fracaso periodístico "El Porvenir de la Nación Española". Fue posiblemente el momento de más relevancia del grupo, hasta que en 1995 —tras el suicidio de Ruiz de Castro, desbordado por su encausamiento en el asesinato del decorador Miguel Martín— se produjeron cambios en la dirección. Su sustituto, Pedro Pascual, responsable de la sección de Alcalá de Henares y también inculpado en el caso, no logró hacerse con el control de la situación, produciéndose así la desaparición definitiva de BB. AA.

A lo largo del tiempo, BB. AA. logró tener varias distribuidoras (Doble Hacha o El Tridente), asociaciones universitarias (Disenso o Toylo) e incluso llegó a regentar un bar, La Bahía de Drake, en la zona de Moncloa. Se introdujo en el mundo ultra deportivo a través del Frente Atlético y Ultras Sur, controlando el perfil ideológico de los miembros de estos grupos[cita requerida]. Así mismo, editaba diversas publicaciones. A la cabeza de estas se situarían «Comenzamos de nuevo» como boletín interno, y «A por ellos», órgano de difusión oficial y principal vocero de la organización, donde se llegó a afirmar, según una encuesta elaborada en 1996 entre más de mil miembros de BB. AA. (ofreciéndose nombres y apellidos), que cerca del 11% de los activistas del grupo pertenecían a las Fuerzas Armadas o Cuerpos de Seguridad del estado[cita requerida]. Otros datos significativos al respecto recogidos en este censo son que un 65% participaba en acciones violentas[cita requerida], que el 45% tenía entre 19 y 21 años y que casi el 70% eran seguidores de clubes de fútbol.

Completaban este entramado propagandístico publicaciones como La Peste Negra, nacida simultáneamente con la primitiva Confederación Nacional Revolucionaria de Bases Autónomas, donde el dualismo ideológico les llevó a hacer aparecer en una portada al anarquista Durruti con motivo del 20-N, a la vez que mostraban abiertamente su rechazo (cercano al odio) hacia los militantes y organizaciones libertarias.

Uno de los incidentes en que estuvo implicado el grupo que tuvo más repercusión en la prensa ocurrió en noviembre de 1995, aunque no fue ni mucho menos de los más graves. Varios miembros de BB. AA. lanzaron cócteles molotov contra el Instituto de Enseñanzas Medias de Alcalá de Henares del que eran alumnos. Su directora, militante de Izquierda Unida, había sido previamente amenazada de muerte[cita requerida]. Un mes antes, fue juzgado el dirigente de BB. AA. Ignacio Alonso García, por el asalto perpetrado junto con otros cuatro individuos contra la delegación de alumnos de la Universidad Complutense en mayo de 1994. El juicio fue suspendido entonces por defecto de forma; cuando concluyó el proceso, fiscal y acusación particular solicitaron seis años de cárcel de condena.

De forma paralela al juicio, en el mes de octubre de 1996 fueron detenidos en Sevilla, tras agredir a un joven de la ultraizquierda por parte de cuatro nacionalistas, de la Legión Giralda de Bases Autónomas. En sus domicilios se requisó abundante información y se descubrieron preparativos para realizar acciones violentas[cita requerida].

BB. AA., en palabras de sus antiguos miembros, no era exactamente un grupo neonazi, sino un colectivo nacional-revolucionario con un sector nazi minoritario. Su ideología era algo de pensamiento hitleriano y neo-falangista. Las continuas campañas de denuncia durante varios años, el acoso policial y el encarcelamiento de varios de sus miembros acabaron con las Bases Autónomas en España. BB. AA. fue, seguramente, el grupo más violento de la década de los años 1990 en ese país[cita requerida]. Representaba el activismo callejero en oposición a la alternativa cultural presentada por el CEDADE, siendo las suyas las siglas más conocidas del neofascismo de la segunda mitad de los años 80.

Aun hoy, BB. AA. es un supuesto referente para nuevos grupos autodenominados nacional-revolucionarios o nacional-socialistas.

En el año 2006, un ex-miembro del Partido Democracia Nacional en Extremadura: J Maqueda, pretende una refundación de las BB. AA. Estas Nuevas Bases en Extremadura, surgen con el nombre de Coordinadora de Bases o Bases Nacionales, estando orientadas, dentro de un enfoque Nacional Socialista, al reagrupamiento y coordinación.