Alto Perú

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Alto Perú es la denominación utilizada durante las últimas décadas del dominio de España para referirse al medio geográfico y social de la región que derivó en la actual Bolivia. El término se identificó con el último distrito jurisdiccional de la Real Audiencia de Charcas, denominado provincia de Charcas.

Por sus características geográficas, ecológicas, históricas y -especialmente- étnicas (zona habitada por pueblos andinoss) el territorio propiamente dicho "Alto Perú" correspondía y corresponde al Collao. Su región corresponde al Altiplano andino o Puna, poblado por las etnias colla, aimara (principalmente en La Paz), uru (en la cuenca del Lago Titicaca), y otras etnias andinas que, en lugar del aimara hablaban o fueron forzadas a adoptar el quechua como idioma al producirse las conquistas incas en las zonas de Cochabamba, Chuquisaca y Potosí.

Durante la colonia los corregimientos situados en la Provincia de Charcas estuvieron bajo el gobierno directo del virrey del Perú, incorporados al virreinato del Río de la Plata desde 1776, y con el régimen de intendencias desde 1782. Con la independencia, en mayo de 1810, la junta revolucionaria de Buenos Aires se proclamó autónoma del gobierno monárquico de Fernando VII, rey de España. Desde su primer congreso en 1813 establece diputados para las provincias del Alto Perú como parte integrante de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Se mandaron tres expediciones militares argentinas para su ocupación, pero cada una fue derrotada por tropas del virrey del Perú, que desde julio de 1810 había decretado la incorporación de las intendencias del Alto Perú a su gobierno. Durante la vigencia de la constitución española de 1812, Charcas se constituyó en una provincia española completamente autónoma del virreinato del Perú o del Río de la Plata. Tras conocerse la capitulación del virrey del Perú, la monarquía, en julio de 1825, nombró virrey del Río de la Plata a un caudillo español que ya había muerto en el combate de Tumusla, de un territorio limitado a las intendencias del Alto Perú, que de hecho estaba liberado del dominio español por las fuerzas del ejército independentista del Perú al mando de Sucre, y bajo el gobierno de Simón Bolívar que, con el consentimiento de los congresos nacionales de Argentina y Perú, procede a la reunión de un congreso soberano del Alto Perú, que se constituye en la República de Bolívar finalmente.

Origen del término

En tonos de rojo, las intendencias de la Audiencia de Charcas, cuyo territorio equivalía a la región llamada Alto Perú, dentro del Virreinato del Río de la Plata, en 1783.

El término Alto Perú es una denominación tardía para referirse a la Provincia de Charcas, ya en las postrimerías de la colonia, no fue utilizado sino recién hacia fines del siglo XVIII, hasta entonces no existe un solo documento o crónica oficial que use este nombre.[1]​ Esto fue advertido ya en 1851 por José María Dalence, quien afirmaba que «La denominación Alto Perú aplicada exclusivamente a Bolivia, es nueva y muy impropia... Lo cierto es que ni en las leyes españolas, ni en sus historiadores, se da a lo que hoy es Bolivia otro nombre que el de Charcas».[2]​ La denominación Alto Perú recién entró en uso al crearse el Virreinato del Río de la Plata (1776), utilizado principalmente por los «rioplatenses»,[3]​ sin dejar el uso del nombre oficial de Provincia de Charcas. «El término Alto Perú tuvo vigencia durante unos cincuenta años, desde que el territorio fue transferido a la jurisdicción del Virreinato del Río de la Plata hasta la fundación de la República»[4]​ de Bolivia.

La primera denominación oficial impuesta por la corona española, a la región que durante el incanato fue conocida como Collasuyo, fue la de Nueva Toledo, gobernación adjudicada al conquistador Diego de Almagro, que junto con la de Nueva Castilla otorgada a Francisco Pizarro, recibían el nombre globalizador de Perú. Esta organizacón territorial tuvo, sin embargo, una vigencia corta quedando abolidas ambas gobernaciones mediante la Real Cédula que erigió el Virreinato del Perú en 1542 y del que la Audiencia y Cancillería Real de Charcas establecida en 1559 fue parte integrante hasta 1776. El historiador español Luis Suárez Fernández señala que el término Alto Perú no se populizaría sino hasta el último tercio del siglo XVIII en parte debido a que las provincias altas del Virreinato peruano le fueron desmembradas para ser incorporadas al del Río de la Plata.[5]​En adelante y hasta el final de la época colonial dicha región sería conocida popularmente como el Alto Perú, siendo que el gentilicio "altoperuano" aún es recogido por el diccionario de la Real Academia Española que lo define como "perteneciente o relativo al Alto Perú, territorio de la Audiencia de Charcas, hoy Bolivia".[6]​ Alto Perú ha sido también un término frecuentemente utilizado por algunos historiadores para referirse a la etapa colonial de la historia boliviana.[7]

Según el autor boliviano José María Dalence, la denominación Alto Perú corresponde a las sierras que se extienden desde Copiapó en Chile hasta Quito en Ecuador.[8]

Provincia española de Charcas

Inicialmente la Provincia de Charcas se encontraba bajo la administración del Virreinato del Perú con sede en Lima, hasta 1776, fecha en que se creó el Virreinato del Río de la Plata con sede en Buenos Aires.

En 1561 se instaló en la ciudad de La Plata (actual Sucre) la Real Audiencia de Charcas, suprema autoridad judicial de la Provincia de Charcas. Atendiendo la necesidad de crear un nuevo centro administrativo regional desde donde se pudiera controlar con el debido cuidado y atención la zona de mayor producción de plata. La riqueza de Potosí, la instauración de la Audiencia de Charcas, el obispado de La Plata, después arzobispado de La Plata y la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca dieron consistencia a lo que sería conocido como Provincia de Charcas. La Provincia de Charcas quedó organizada bajo el régimen de intendencias en:

Los cuatro territorios eran gobernadas por gobernadores intendentes nombrados por el rey y los partidos por subdelegados elegidos por el virrey por el término de cinco años y a propuesta de los intendentes. Los gobiernos de Moxos y Chiquitos se hallaban sujetos a reglamentos especiales, con dependencia inmediata de la Real Audiencia de Charcas en materia de Real Hacienda. Existían también instancias municipales con Cabildos, Ayuntamientos o Consejos formados de alcaldes y regidores a cuyo cargo estaban la seguridad pública, el ornato, la comodidad y la moral.

En lo judicial, en las capitales de provincia eran jueces de primera instancia el teniente gobernador y dos alcaldes elegidos anualmente por los Cabildos y en los partidos los subdelegados. Los pleitos seguidos en las cuatro provincias podían ser llevados en apelación o súplica ante la Audiencia de Charcas: también podía apelarse ante ella de las resoluciones de los intendentes en puntos contenciosos de policía y gobierno. El presidente de la Real Audiencia, era la suprema autoridad en materias contenciosas. La Real Audiencia de Charcas se componía de cierto número de oidores nombrados por el rey y que duraban en su empleo según la voluntad del monarca, lo mismo que los intendentes gobernadores.

Los asuntos eclesiásticos seguían subordinados a la autoridad de los obispos, sometidos a su vez, en grado de apelación, a la del arzobispo de La Plata. Los de hacienda y guerra estaban bajo la inmediata inspección de los respectivos intendentes.

En el año 1809 con la Revolución de Chuquisaca, y la creación de la Junta Tuitiva los realistas altoperuanos pidieron auxilio al virrey del Perú, que respondió con el envío de una fuerza al mando de José Manuel de Goyeneche, en apoyo del virrey del Río de la Plata, con lo que se restableció el gobierno monárquico.

Provincias rioplatenses del Alto Perú

La Junta de Buenos Aires, tras acabar con la contrarrevolución de Córdoba, avanzó sobre la provincia de Charcas, como parte del virreinato del Río de la Plata, y dispuso de diputados electos, designados o suplentes, desde su primer congreso constituyente en 1813, como representantes de las Provincias del Alto Perú en los congresos de las Provincias Unidas del Río de la Plata:

  • Santa Cruz de la Sierra
  • Cochabamba
  • Chuquisaca
  • Potosí
  • La Paz
  • Mizque

Hubo ocho representantes del Alto Perú en el congreso de 1813 y seis en el Congreso de Tucumán. La administración efectiva del Alto Perú por parte de Buenos Aires se apoyó en el Ejército del Norte (llamado entonces Ejército del Perú), hasta el abandono definitivo de las Expediciones Auxiliadoras al Alto Perú.[9]​ El repliegue de los ejércitos patriotas en 1811 dio lugar a la aparición en el medio rural de múltiples focos de guerrillas, llamadas republiquetas, cuya actividad alcanzó su punto culminante en 1814. En 1816 murieron la mayor parte de los caudillos (Ildelfonso Muñecas en Ayata, Camargo en Cinti, Padilla en La Laguna, Warnes en Santa Cruz de la Sierra). Y tras la derrota en 1817 de la expedición de Araoz de La Madrid quedaron en el oriente la guerrilla de José Miguel Lanza en Ayopaya (Cochabamba), y en la frontera sur, al mando de Güemes, las milicias y guerrillas de de Salta. Desde entonces y hasta la derrota de Olañeta, el Alto Perú estuvo bajo control realista.[10]

Contrarrevolución del Alto Perú

Bando del 13 de julio de 1810 agregando la provincia de Charcas y Córdoba del Tucumán al virreinato del Perú

Al estallar la revolución de Mayo en el 25 de mayo de 1810, el virrey Abascal declaró la incorporación de las provincias del Alto Perú al virreinato del Perú en un Bando fechado el 13 de julio de 1810, agregando la provincia de Charcas y Córdoba del Tucumán al virreinato del Perú. En esa fecha se crea también el ejército de operaciones del Alto Perú a cuyo frente pone a José Manuel de Goyeneche. Sin embargo el dominio del Alto Perú se verá interrumpido por las tropas de Buenos Aires, con la invasión de sus ejércitos auxiliadores, derrotadas finalmente cada una de ellas, a los que se suman la presencia rural de guerrillas del país, en las llamadas "Republiquetas".[11]

El 22 de febrero de 1818, el general en jefe del ejército Real del Perú nombró al general Maroto gobernador e intendente interino de la ciudad de La Plata y provincia de Charcas, además de presidente de la Real Audiencia de Charcas donde combatió a los caudillos rebeldes y patriotas, manteniendo el territorio bajo control. En 1823 el general Andrés de Santa Cruz al mando de un ejército de la república del Perú llegó a ocupar La Paz, que abandonó seguidamente, en una retirada precipitada.

El último presidente de la Audiencia fue Antonio Vigil nombrado por Pedro Antonio Olañeta en 1824. Olañeta falleció un día después del combate de Tumusla el 2 de abril de 1825. Tras conocer la capitulación del virrey del Perú, la monarquía española nombró a Olañeta virrey del Río de La Plata, el 12 de julio de 1825, sin saber que ya había muerto.

Derechos reclamados por Argentina y Perú

Tanto Argentina como el Perú reclamaban el Alto Perú como parte integrante de su territorio por razones históricas. La Provincia de Charcas había formado parte del virreinado del Perú, trasladada al virreinato del Río de la Plata, y por último reincorporada provisionalmente por Abascal nuevamente al virreinato del Perú con la revolución de Buenos Aires.[2] Aclarando el virrey en el decreto de anexión que lo hacía: hasta que se restablezca en su legítimo mando el Excmo. Señor Virey de Buenos-Ayres, y demás autoridades legalmente constituidas, pues solo la autoridad real podía desmembrar el territorio definitivamente del virreinato de Buenos Aires.[12][13]

Tanto el nuevo estado del Perú como el de Argentina podían alegar derechos a su posesión por las razones históricas conocidas de haber pertenecido Charcas primero al virreinato de Lima, luego al de Buenos Aires y finalmente de nuevo a Lima

En el año 1825, tras el rechazo del caudillo Pedro Antonio Olañeta de unir sus fuerzas abslutistas a la causa independentista, se produjo el avance del ejército patriota bajo el mando de Antonio José de Sucre cuyas chapas tropas fueron liberando todo el territorio altoperuano del dominio español.

El 9 de febrero de 1825 Sucre convoca una asamblea constituyente de las provincias altoperuanas para dirimir su autogobierno o la pertenencia a la Argentina o el Perú. Simón Bolívar refrenda la convocatoria tras recibir la autorización del estado peruano el 23 de febrero de 1825 y del estado argentino el 9 de mayo de 1825. [3] Finalmente la asamblea constituyente da lugar a la formación de la República de Bolívar asumiendo la soberanía sobre todo el territorio altoperuano.

Los territorios de Moxos (el Beni y el Acre, Chiquitos y Santa Cruz), y los demás territorios de la Provincia de Charcas pasaron a formar parte de la República de Bolivia.

Referencias

  1. Barnadas, Josep M. (1989). Es muy sencillo: Llámenle Charcas. La Paz: Juventud.  p. 59-63
  2. «J.M. Dalence, Bosquejo estadístico de Bolivia, Sucre 1851, p. 2». Consultado el 02-09-2011. 
  3. «Esther Aillón Soria, De Charcas/Alto Perú a la República de Bolivar, Bolivia. Trayectorias de la identidad boliviana, p. 7». Consultado el 02-09-2011. 
  4. Crespo Rodas, Alberto (1981). El ejército de San Martín y las guerrillas del Alto Perú. La Paz.  p. 379
  5. Luis Suárez Fernández, Demetrio Ramos Pérez; "Historia general de España y América", Volumen 9,Parte 2, pág. 391
  6. Diccionario de la Lengua Española - Vigésima segunda edición
  7. véase la bibliografía al respecto
  8. Bosquejo estadístico de Bolivia. Cuadro 1°, pág. 1 y 2. Autor: José María Dalence
  9. Ni con Lima ni con Buenos Aires: la formación de un estado nacional en Charcas. pp. 378-379. Volumen 248 de Travaux de l'I.F.E.A. Volumen 248 de Travaux de l'Institut français d'études andines. Autor: José Luis Roca. Editor: Plural Editores, 2007, La Paz - Bolivia. ISBN 99954-1-076-1, 9789995410766 [1]
  10. La construcción de Argentina y Bolivia en los Andes Meridionales. Pág 125.
  11. La construcción de Argentina y Bolivia en los Andes Meridionales
  12. Historia de España en sus documentos: siglo XIX, Volumen 5, pág. 80. Historia. Serie Mayo Series. Historia (Cátedra).: Serie mayor. Autor: Fernando Díaz-Plaja. Editor: Fernando Díaz-Plaja. Compilado por Fernando Díaz-Plaja. Editor: Cátedra, 1983. ISBN 84-376-0390-0, 9788437603902
  13. Documentos para la historia argentina, Volúmenes 39-41, pág. 182. Autor: Universidad de Buenos Aires. Instituto de Investigaciones Históricas. Publicado en 1965

Bibliografía

  • BARNADAS Josep M., Charcas (1535-1565). Orígenes históricos de una sociedad colonial, La Paz 1973.
  • Josep María Barnadas, Es muy sencillo: llámenle Charcas. Sobre el problema de los antecedentes coloniales de Bolivia y de su histórica denominación, La Paz 1989.
  • DALENCE José María, Bosquejo estadístico de Bolivia, Sucre 1851.